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06 | R e c u e r d o s


TAN PRONTO MELANIE CERRÓ SUS ojos, sintió como si la tierra se hubiera caído de sus pies. Su estómago eructaba mariposas mientras sentía como si le dieran vueltas, casi como si estuviera flotando en medio del aire. Sus ojos se mantuvieron cerrados, y las manos de Louis todavía la sostenían suavemente por los hombros; sus dedos enterrándose en su piel.

A través de sus párpados, Melanie podía ver colores destellando constantemente, como si estuviera parada viendo fuegos artificiales adornando. El brillo sólo incrementó hasta que todo lo que pudo ver, era blanco.

Lentamente abrió los ojos y jadeó.

Estaba de nuevo en la fiesta de Rachel, y el salón estaba atestado con sus amigos de la prepa. Pero había algo mal: todo estaba en blanco y negro, como en El Más Allá. Melanie frunció el ceño y miró alrededor, hacia las figuras grises moviéndose con la música y parecía que lo hacían en cámara lenta.

―Así que ¿esta era la fiesta?

Melanie se giró cuando Louis habló.

Estaba recargado en la puerta, y ella notó que ellos eran los únicos que tenían color, justo como antes.

―¿Todavía estamos en El Más Allá? ―Cuestionó Melanie, lentamente estirándose para alcanzar el hombro de su amiga, Chrissy. Frunció el ceño cuando su mano atravesó su cuerpo―. ¿Soy un fantasma ahora?

―De cierta forma ―dijo Louis mientras se alejaba de la puerta―. Estos son tus recuerdos, Melanie. Ambos estamos dentro de tu cabeza.

―Qué locura ―murmuró Melanie―. ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Qué no se supone que era yo la que tenía que recordar cómo murió?

―Estás... Así es como funciona: tus recuerdos se arreglan solos en tu mente como un rompecabezas, y cuando estás lista, revives esos recuerdos así como estás ahorita: un fantasma, si lo pones de esa forma. Revivirás todo una vez más, pero esta vez recordarás todo porque lo estarás viendo. Es casi como si estuvieras viendo televisión contigo misma como el personaje principal.

―Suena complejo... ―Murmuró Melanie mientras se movía por los cuerpos danzantes. Literalmente a través de ellos. Saltaba múltiples veces cuando alguien caminaba hacia ella y desaparecía justo en frente de ella. Se ponía enferma de nervios de saber que era impotente y estaba atrapada en una tierra fantasma―l. Entonces, tengo que encontrarme en la fiesta y seguirme hasta que muera, ¿correcto?

―Más o menos ―dijo Louis mientras la seguía―. Una vez que averigües, estaremos de regreso en El Más Allá y te ofreceré la opción ya mencionada antes.

―Vivir o morir ―dijo Melanie, más para ella que para él.

Mientras veía la concurrida casa, una sonrisa vino a su riostro cuando vio a Michael ―el Michael vivo― moverse por la multitud hacia su novia.

Melanie había visto que no había pasado mucho antes de que Rachel le ofreciera llevarla a su casa

―Horripilante caso de déjà vu justo aquí. ―Murmuró y Louis rió desde atrás de ella.

―¿Dónde estabas en ese momento? ―él preguntó y ella dejó salir un suspiro.

―Estaba borracha, Louis ―respondió ella―. ¿Cómo se supone que recordaría?

―Eras capaz de recordar la fiesta y cuando te fuiste con Rachel ―comenzó él y Mel se encogió de hombros.

Sí. Había sido capaz de recordar esas cosas, pero sólo porque estaban muy frescas en su mente.

No mantenía registrado dónde estaba cada segundo del día.

Cuando Melanie se puso de puntillas para ver por encima de la multitud, dejó salir un jadeo al verse a ella y a Rachel en la cocina con cervezas en sus manos.

―¡Ahí estoy! ―Le gritó a Louis.

―Te veo ―dijo él, asintiendo.

Ambos se hicieron camino hacia las Rachel y Melanie que estaban muy vivas y bien bailando una con la otra con la música fuerte explotando por las bocinas.

―Entonces, ¿sólo las segui... Me sigo? ―Dijo Melanie, confundida.

Louis se paró a un lado de Melanie y asintió una vez más.

Melanie veía mientras ella y su amiga empezaron a hablarle a Kaleb, el novio de Rachel. Sólo entonces eso hizo a Melanie notar que no podía distinguir lo que cualquiera estuviera diciendo; todo lo que podía oír era la música y las voces murmurando. Era casi como si alguien le estuviera tapando los oídos.

―¿Qué pasa con mi sentido auditivo? ―Preguntó Melanie; su propia voz y la de Louis pudiendo ser la única cosa escuchada.

―Todo lo que escuchaste mientras estuviste viva en este punto del tiempo ―comenzó él―. Sólo porque estás muerta, será menos claro. A demás, creo que la audición estando borracha no es la mejor.

Melanie rió suavemente.

―No, no lo es.

Melanie veía mientras Rachel se inclinaba hacia adelante para besar a Kaleb antes de susurrar algo en su oído. Él asintió; una mirada seria en su rostro después de que ella se apartara.

Onduló a Melanie y Rachel un adiós con la mano antes correr fuera de la multitud. Melanie veía mientras su yo vivo se tambaleaba hacia atrás y adelante en el acto.

―Estabas realmente enojada, ¿verdad? ―Preguntó Louis, riendo. Melanie sólo puso los ojos en blanco y miro alrededor del oscuro cuarto. Nunca había visto una fiesta tan... sin vida.

―¿Qué hay de Michael? ¿Dónde está? ―Preguntó Melanie de repente.

―Bueno, considerando que ambos desaparecimos en frente de sus ojos, probablemente está vagando por el pueblo como un pollo si cabeza, buscándonos.

―¡Louis, se va a perder! ―se quejó Melanie.

―Parecía completamente perdido cuando llegó al Más Allá ―comentó Louis y ella rió.

Había momentos en los que no podía esconder su sonrisa cuando comentarios pendejos salían de sus labios. De muchas maneras, ambos eran muy parecidos, y Melanie estaba casi agradecida por eso.

―Nunca pensé que tendría chance de verme a través de otros ojos dijo Melanie, sonriendo para ella misma―. Es raro.

Louis levantó una ceja.

―Técnicamente te estás viendo con tus ojos...

―Deja de complicar todo ―se quejó Melanie―. Sabes lo que quise decir.

―Yo no podría tener... ―Dijo Louis, interrumpiéndose cuando ella se volteó y le dedicó una mirada molesta.

Rachel bajó su botella de cerveza después de pocos minutos y se inclinó hacia Melanie para decirle algo. A través de la fuerte música, Melanie ni siquiera podía distinguir un murmullo cuando vio a su amiga gritarle en el oído. Se vio asentir antes de que Rachel la arrastrara hacia la puerta.

Ahí es cuando Michael apareció, yéndose al mismo tiempo que ellas.

―¿Deberíamos ver cómo murió Michael? ―Preguntó ella.

―No ―la voz de Louis era firme―. Sin desequilibrar la balanza, ¿te acuerdas? Necesita recordar por sí mismo.

―Ah ―murmuró Melanie antes de empezar a caminar hacia adelante, siguiendo a su ser vivo hacia la puerta, Louis la cerró detrás de él. Melanie vio a Michael girarse al lado opuesto comenzara a tropezarse alrededor de la ciudad, como dijo que haría―. Bye, Mickey ―susurró ella antes de seguirse y Rachel otra vez.

Ambas de ellas rodearon la esquina hasta estar paradas antes del carro de Rachel. Rachel ayudó a Melanie a subir y la sujetó a su asiento con el cinturón. Melanie miró hacia Louis, quien le asintió antes de dar pasos hacia a dente. Caminó a través de auto hasta que estaba sentado cómodamente y Melanie lo miró boquiabierta.

―¡Solamente atravesaste el auto! -ella gritó. Louis asintió.

―Bueno, si tú puedes atravesar a la gente, ¿qué hay de diferencia con los autos ―cuestionó él.

Melanie dejó salir un suspiro antes de cerrar sus ojos y saltar hacia adelante. Saltó en algo suave y cuando abrió sus ojos de nuevo, se encontró tumbada en el regazo de Louis. Torpemente, se sentó y disculpó cuando una mirada de dolor cruzó la cara de Louis.

―Creo que me rompiste el pene ―gimió, ahuecando con su mano su entrepierna, como tratando de protegerla de otros ataques.

―Espera, ¿tienes pene? ―Preguntó Melanie.

Louis la miró incrédulamente.

―¡Claro que tengo! Soy un chico, ¿¡no!?

―Sí, pero... no es como si necesitaras uno, ¿correcto?

―¿Por qué coño dirías eso? ―Preguntó Louis; sus ojos muy abiertos.

―Bueno, no es como si fueras a tener suerte alguna vez ―dijo Melanie, encogiéndose de hombros―. Considerando que siempre estás atrapado en el Infierno.

Louis puso los ojos en blanco antes de revolverse en su asiento para estar más cómodo. Rachel abrió la puerta del conductor y se sentó a un lado de la Melanie borracha, asegurándose de que su cinturón estaba bien abrochado. Melanie se vio a sí misma mientras recargaba la cabeza en la ventana del pasajero. Rachel se inclinó y comenzó a hablarle suavemente, como un susurro en su oído.

―Puedo leer bien los labios ―dijo Melanie a Louis―. Solamente me dijo que tratara de dormir.

―Creo que ya estabas durmiendo cuando te dijo eso ―expresó Louis, asintiendo a la Melanie con la cara aplastada en la ventana.

―Cállate. El alcohol tiene un mal efecto en mí ―ella replicó y Louis bufó.

―Tiene un mal efecto en mucha gente ―dijo él.

Mientras el carro comenzó a andar, Louis se inclinó hacia adelante y vio mientras Rachel sacaba su teléfono del bolso. Melanie se movió más cerca para ver a quién estaba enviando un texto Rachel. Era Kaleb.

―¿Qué carajos está haciendo? ―Se preguntó Melanie en voz alta. Vio mientras las uñas pintadas de Rachel tecleaban rápidamente en el teclado; un mensaje formándose en la pantalla. Melanie sintió su corazón hundirse cuando leyó el texto terminado.

Para: Kaleb

Todo está listo. Ella está en el auto conmigo, durmiendo. ¿Tu karro está listo?

Louis rió y Melanie lo miró curiosa.

―No sé qué es peor: el hecho de que está planeando matarte, o su pésima ortografía.

Melanie le abofeteó el brazo y rápidamente se inclinó hacia adelante cuando un débil zumbido sonó del teléfono de Rachel. Melanie se acercó para ver el mensaje.

De: Kaleb

Sip. Ganemos algo de dinero para nosotros ;)

Melanie volvió a hundirse en su asiento. No pudo parar las lágrimas que caían de sus ojos y resbalaban por sus mejillas. Louis se fijó en su tristeza y mordió su labio. Había muy poco que pudiera hacer por ella y consolarla, e incluso pensar en ayudarla ya era un cambio. Louis sólo hizo lo que tenía que hacer, y eso era ayudar a los muertos a recordar cómo murieron, no ofrecerles consuelo.

Lentamente, se estiró u la presionó a un lado suyo.

―Shh, está bien ―susurró él, frotando su hombro suavemente―. Necesitamos un poco más para irnos.

Melanie asintió contra su pecho.

―¿Por qué ella me haría esto?

―Porque es una perra ―añadió Louis para ayudar y Melanie le dedicó una pequeña sonrisa.

Sólo entonces, Rachel sacó el coche y lo echó a andar por la Carretera Principal, pasando la escuela primaria y la pastelería a la derecha. Melanie se sentó lentamente y miro por delante de la carretera; el odio quemándola por dentro.

―Ahora me pregunto si alguna vez realmente fuimos amigas -dijo Melanie a través de sus dientes-. O si este fue su plan desde el principio.

―¿Desde cuándo eran amigas? ―preguntó Louis.

―Desde que éramos niñitas ―respondió Melanie y Louis rió.

―Dudo que una niña tenga pensamientos asesinos. En serio, esto es nuevo ―dijo Louis, dándole a Mel una sonrisa de consuelo.

―Aún así, eligió hacer esto. Por dinero.

―Lo que yo no entiendo, ―comenzó Louis― es por qué piensa que incluso obtendría algún dinero si morías. Es como, como si fuera familia verdadera.

Melanie pensó en eso. Louis hizo un punto justo: ¿cómo es que Rachel estaría segura de que el dinero estaría ahí para ella? Melanie no tenía nada que expresara que el dinero era para ella, como una lista. A menos que...

―Dios mío -murmuró Melanie. Dejó caer su cara en sus manos. ― El diario.

―Preguntó Louis, con humor en su tono-. Qué niña.

―Yo lo escribí ―dijo Melanie, como si Louis no hubiera hablado―. Hace algunos meses, Rachel y yo estábamos hablando de qué tan amigas éramos y todo lo que haríamos una por la otra. Rachel dijo que si moría, todas sus posesiones serían mías, y lo escribió en mi diario. Y porque siempre ayudé a su familia y a ella, escribí...

―Que todo tu dinero iría para ella ―terminó Louis, asintiendo lentamente―. ¿Cuánto dinero era exactamente?

―Solamente prometí todos mis ahorros. En el banco tengo a cerca de seis mil ―Melanie dijo, sacudiendo su cabeza con incredulidad―. Qué estúpida soy. Nunca debí haber escrito eso.

―Lo resolveremos, no te preocupes.

Louis volvió a recargarse en el cuero y vio a Rachel manejar hacia la salida del pueblo. Melanie vio mientras pasaban el «Bienvenidos» y se estremeció cuando la comprensión la golpeó como una tonelada de ladrillos; estaba a punto de verse morir pronto.

―Louis, -murmuró; su labio inferior temblando―. Te-tengo miedo.

―Está bien, Mel ―dijo él, tomando sus manos entre las suyas―. No pueden lastimarte otra vez. Todo acabará pronto.

La mano de Rachel temblaba en la palanca de velocidades, y Melanie frunció el ceño. ¿Por qué estaba temblando? ¡Era ella la que iba a matar a su mejor amiga! De repente, el carro aceleró y Rachel desabrochó su cinturón lentamente. Miró a la Melanie durmiente y le dijo algo suavemente.

―Se está disculpando... ―Melanie dijo a Louis y él frunció el ceño―. ¿¡Por qué está disculpándose?!

―Shh -Louis chifló mientras se inclinaba hacia adelante para tratar de descifrar lo estaba siendo dicho.

―¿Tú tampoco puedes escuchar bien? ―Preguntó Melanie―. No estabas ahí o estabas borracho. ¿Cómo es que tu audición también es rara?

―Estamos a dentro de tus recuerdos, Melanie ―dijo Louis―. Escucho todo lo que tú escuches.

―Ah ―murmuró Melanie antes de que sus ojos captaran un movimiento repentino en la derecha. Rachel había aventado su puerta y estaba lista para saltar. Melanie miró hacia adelante para ver unos faros de orto carro correr hacia ella y sus muy abiertos ojos―. Michael me vio morir

―Parece que sí ―dijo Louis suavemente. Sólo entonces, Rachel saltó del auto. Melanie se volteó en su asiento para ver por la ventana trasera; sus ojos buscando a su amiga. Rachel esta tambaleándose en donde había caído y pronto ella estaba corriendo detrás del carro―. Mira, Melanie.

Melanie se volteó para mirar hacia donde Louis lo hacía: a ella misma. La Melanie ebria lentamente estaba despertándose, y solamente cuando se volteó para ver el lado del conductor vacío, hizo que sus brincaron al abrirse. Ella vio mientras su yo tomado manoseaba su cinturón y saltaba en el asiento del conductor. Pero luego miró hacia arriba y vio el otro coche.

―¡Mierda! ―La Melanie ebria gritó y Louis regresó a su asiento, viendo a la Melanie fantasmal a un lado suyo; sus ojos muy abiertos.

―¿Quién diablos...? ―Comenzó Melanie, inclinándose para tratar de ver a la persona en el otro auto. Sólo cuando su yo ebrio desvió bruscamente hacia un lado, hizo que distinguiera el rostro en el asiento del conductor. Kaleb―. Oh, por Dios...

―Melanie, vuelve a tu lugar y cierra los ojos ―advirtió Louis de repente.

Melanie miró hacia adelante para ver el árbol de Roble sobre el que había despertado, justo en frente del carro. Antes de que pudiera cerrar sus ojos, el carro se estrelló en el tronco, y Melanie miró con horror mientras todo se volvió más despacio por completo. El capo del carro cedió lentamente hacia a dentro; el volante aplastando el pecho de la Melanie ebria.

Entonces eso fue lo que le pasó a mi pecho. Pensó ella; sus ojos todavía seguían abiertos mientras veía su muerte revelándose ante ella. Sólo antes de que Louis tomara su mano, Melanie se vio aventarse hasta que su cabeza hizo contacto con el parabrisas; el vidrio rompiéndose por la fuerza. La mano de Louis se apretó más en la de ella y de repente, la escena fue desvaneciéndose poco a poco hasta hacerse una blanca. Melanie cerró sus ojos para boquear la brillante luz.

―Está bien ―ella escuchó a la amortiguadora voz de Louis decir en su oído―. Estás bien.

Como antes, sintió que la tierra se iba de debajo de sus pies. Continuó con sus ojos cerrados mientras ella y Louis estaban suspendidos en el aire medio; el brillo rodeándoles como niebla. De repente, terminó tan rápido como empezó, y Melanie sintió de nuevo la tierra debajo de ella y los brazos de él envueltos en ella. Miró hacia arriba; su cabeza siendo presionada contra el pecho de Louis. Él todavía la miraba.

―Ellos me mataron.

Melanie sollozó, enterrando su cabecita en el hueco de su cuello. Louis se aclaró la garganta torpemente y la abrazó de vuelta, frotando pequeños círculos en su espalda, consolándola.

―Está bien ―dijo el suavemente―. Mira, estamos de vuelta en El Más Allá.

―Bien ―dijo Melanie sarcásticamente. De mala gana se separó de Louis y enjugó sus lágrimas con su manga―. No puedo creer lo que me hicieron. Pensé que eran mis amigos...

―De todas las muertes que he revivido con ellos, la tuya es, con mucho, la más trágica, Melanie. Honestamente, nunca había visto una muerte tan retorcida antes.

―Hm ―murmuró Melanie, sin estar segura de qué contestar. Sólo entonces, escuchó pasos corriendo hacia ella y Michael estaba ahí, con preocupación en su cara. Fue ahí cuando Melanie notó que estaban de regreso en el ayuntamiento del pueblo, parados en las escaleras.

―¡Gracias a Dios que regresaste! ―Dijo Michael exagerando, con los ojos muy abiertos―. ¿Sabes...? Quiero decir, ¿sabes cómo es que fuiste asesinada?

Melanie sacudió su cabeza con incredulidad, enjugándose más lágrimas.

―Sí.

―Lo siento mucho, Mel ―dijo Michael antes de abrazarla. Ella dio bienvenida al calor que le dio su abrazo, el sentimiento de su cercanía la consoló; su amigo real, le trajo una sonrisa al rostro. Michael se separó―. Entonces, ¿qué pasó? -Preguntó él seriamente.

Melanie se sorbió la nariz.

―Rachel y Kaleb me mataron.

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