CARTA DE LUCIFER

Nunca he sido bueno escribiendo, de hecho no recuerdo la última vez que lo hice. Y ahora que lo pienso no recuerdo muchas cosas de mi. La verdad es está Annia, cuando mi padre empezó a experimentar con la vida en la tierra todos sus intentos fallaron, salían defectuosos o simplemente no lo obedecían como él quería, pasó mucho tiempo antes de que el primer hombre pisará la tierra del Edén. Aunque supongo que esa historia ya la sabes, entonces te contaré la verdadera versión, aquella que no sabemos sino el padre de todo y yo. Mucho antes de la creación a la que mi padre le llamó Adam, existió otra mujer, la primera Eva o Lilith la reina de los pecados, la denominaron así porque fue corrompida por el pecado o eso fue lo que pasó según mi padre. Pero entonces aquí viene mi más grande secreto, mi verdad escondida. Lilith, Adam y Eva fueron mi creación, sólo mía, todos los intentos de mi padre de crear vida fallaron y en ese momento fue donde yo intervine y los hice mi creación, con ayuda de Dios, claro está. Al principio todo iba realmente bien, hasta que sucedió el primer acto de rebeldía, Lilith se rebeló contra mi padre, pero no fue corrompida por el Demonio como a todos los hicieron creer, no, fue una historia mucho más íntima, porque yo tuve mucho que ver. Eva había adquirido una inteligencia muy elevada para seducir y cuando mi padre me la presentó el juego inició y comió del fruto prohibido y ese fruto no era más que estar conmigo, según yo me había enamorado de ella, pero sólo fue un juego, un engaño más de su parte. Mi padre la condeno al infierno la nombró la reina de los pecados. Luego iniciamos de nuevo y creamos a Adam y Eva. A eso me refería cuando te dije que había cometido el pecado más grande, yo cree a seres peores que los demonios, los humanos

Aquí viene mi ofensa hacia Dios, pasamos por alto lo que paso con Lilith y todo volvió a la normalidad o eso pensaba, pasaron meses después de la creación y todo volvió a transcurrir normal según la naturaleza. Pero luego, algo salió mal, alguien sedujo a Eva y está vez no fui yo. Dios, el benévolo dios que todo lo ve, aquel piadoso ser, lleno de amor y perdón no se tentó la mano con su propio hijo. Mi padre había ocultado a todos yo había sido el autor intelectual de la creación y cuando le reclame porque lo hizo me culpo de haber corrompido a su creación, según él, en venganza. ¿Cómo se atrevía? Yo fui el primer ángel de la creación, siempre estaba sentado a su derecha, el omega, pero ese día algo se rompió dentro mí. Mi padre, el ser que tanto admiraba se había vuelto un tirano y dictador. No, no lo negaré, me revele contra él, pero fue porque yo quería créditos por mi obra, quería seguir creando y me lo negó, argumentando que yo era quien estropeó su obra de arte. ¿Acaso tenía que recordarle quién fue el que le dio vida a su creación? para él fue el pecado más grande de todos. Los Arcángeles fuimos privados de muchos sentimientos; por ejemplo, yo no sabía qué podía querer, amar. Antes de ti no recuerdo haber amado a alguien más y menos con la intensidad con la que te amo a ti. Mi ángel, no bajaste la guardia la última vez que nos vimos, traías algo, algo que nunca vi en tus ojos, hielo, traías hielo en tú mirada y eso me dolió como no te imaginas.

Por desgracia, una de las emociones de las que mi padre no me privo fue el dolor. Después de ser expulsado del cielo empecé a sentir mucho dolor, demasiado y mucho más cuando subía al mundo terrenal y es de allí del por qué debo confesarme, con el tiempo aprendí a sobrellevar esas dolencias, pero Annia, no te miento. Después de que llegaste a mi vida ya no lo sentía, ya no me pesaba mi vida, ahora tenía un motivo para vivirla, ya no sentía el paso de los años carcomiéndome en soledad. Te tuve siempre lejos de mí y sin embargo, nunca me sentí más acompañado. El odio, fue otras de las cosas de las que me olvidé estando a tú lado, por muchos años culpe a la humanidad por haber sido exiliado, buscaba la manera para que entre ellos se mataran, para que murieran. Pero al verte a ti, en esa camilla de hospital me detuve a pensar que quizá... Sólo quizá todo no estaba perdido. Todo lo que soy, todo lo que he vivido, todo lo que he sido ha sido el camino para estar contigo, por favor perdóname, si no es así te juro que estás firmando la sentencia de un alma perdida. Por favor, Annia, no siempre fui un demonio y créeme que a mí también me duele hacerte daño, nunca había vacilado para llevarme la vida de alguien y tampoco estuve seguro de perdonarte a ti. Yo no puedo ser fuerte, no si te perderé. Renací el día que me enamoré de ti y hoy, ahora que te perdí y me odias, que no me miras a los ojos y me temes igual que todos, me estas matando.

Esto no es un chantaje, te lo juro que no, pero te estoy suplicando con el alma rota, perdón, perdóname por favor. Entiende que no ha sido mi culpa y si de algo tienen que condenarme será de enamorarme de ti, que eres más preciada que un ángel. Tú, que con una sola palabra eres capaz de destrozarme y mandarme al infierno. Annia, si después de leer esto no quieres volver a saber de mí, no quieres saber más de este monstruo lo entenderé. Después de todo y de lo mucho que te amo, te he arrebatado el corazón destrozándolo y con él también el mío. Un día me preguntaste a quién quiero más en el mundo, ¿Recuerdas qué te respondí que era Aradia? mentí, eres tú a quien quiero más en la vida. Espero que algún día entiendas que este diablo ya no es tan diablo, que Satanás, como todos me llaman, logro desarmarse con una sonrisa, que le devolviste el alma aquel que no la tiene. Baje la guardia, por favor Annia, hazlo tú también. Déjame demostrarte que ambos nacimos con la misma estrella. No quiero terminar en ese rincón de los sueños rotos. Déjame curar tus alas, permíteme volar a tú lado. Nunca le temí a nada, no me temblaba el cuerpo al enfrentarme a algo, jamás le temí a lo que sentía que crecía dentro de mí. Yo nunca le tuve miedo al amor, te temía a ti, a que te fueras, temía hacerte daño y lo hice, no tengo cómo pedirte perdón y tal vez nunca me canse de hacerlo, porque herí a lo que más he amado. Por favor, perdóname

DE: Luzbel.

PARA: Annia.