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Capítulo 22

...

Pov's Lucifer.

Me quedó mirando un punto en especial el cual no logro identificar ya que lo veo borroso, todo me da vueltas y siento que en cualquier momento vomitaré, un olor a café cargado, entra a mis fosas nasales y el que creó es Constantino se acerca a mí con una taza. No recordaba la última vez que me había embriagado, para mi mala suerte la inmunda condición humana que me había dado mi Padre me permitía estar estos estados de exceso, como por ejemplo, embriagarme. No recordaba cómo había llegado a la iglesia, pero si recordaba algo a la perfección, la mirada de Annia al ver mis ojos de demonio y ello me decepcionó.

FLASHBACK

-Luc- me llamó Annia tocando mi hombro, giré para mirarla, ella dio un pequeño brinco en su lugar y abrió su boca- Tus ojos- dijo con voz ronca.

-Annia- dije dando un paso hacia adelante, ella retrocedió y vi algo distinto en sus ojos estaban cristalizados y tenía miedo.

No me había podido contener, al ver ese hombre acercarse a ella y con intenciones de hacerle daño, perdí el control, me volví loco y el instinto asesino salió. Tal vez sí, fue algo muy impactante para ella pero ¿cómo permitir que le pusiera un solo dedo encima? Ella era más preciada que un ángel, ella era mi ángel, mi todo. ese hombre estaba acurrucado en el suelo llorando de miedo, le había mostrado el infierno, vivió en el infierno por un minuto y eso es peor que cualquier cosas.

-T... Tú eres un demonio- dijo balbuceando, eso me enfureció bastante mi semblante cambió, sus palabras me habían afectado, su cuerpo daba pequeños temblores y sus labio inferior temblaba.

-¿¡Y qué esperabas!?- exclamé- ¿A Dios, a los arcángeles o alguno de mis hermano? No seas ingenua, soy el diablo, lucifer rey de la tinieblas, soy malo, despiadado, me llevo el alma de las personas sin titubear y no siento remordimiento- entonces, medí mis palabras, ella seguía retrocediendo, alejándose de mí, una lágrima se resbaló por su mejilla, ella se tuvo de una de las mesas de la habitación para no caer- Yo...- no pude seguir la oración, no sabía qué decir, ella en verdad tenía miedo.

-¡Alejate!- exclamó- ¡Vete!- volvió a exclamar llorando- Por favor- suplicó.

FIN DEL FLASHBACK.

Constantino puso el café en el escritorio y me hizo una señal para que tomara la taza, estaba caliente y sin azúcar, tome un gran sorbo dejando que el líquido recorriera mi garganta quemándola un poco. Solté un suspiro y espere unos segundos en silencio hasta que el café hiciera efecto en mí, ¿había sido buena idea venir? Me preguntaba, tal vez sólo era un capricho que tenía con aquella chiquilla, jamás me había enamorado, ni siquiera sabía si eso podría pasar. Sentí el líquido hacer efecto, por lo menos ya no estaba viendo borroso, la botella casi vacía de vodka reposaba en el escritorio del padre, acerque mi mano para tomarla y pero de inmediato Constantino me alejo de un manotazo.

-¡Hey!- le reclamé- Iba a beber un poco.

-Deja eso, puedes intoxicarte- contestó.

-¿Qué es lo peor que me pueda pasar? Morirme no lo creo- me burle tomando la botella. Él me miró severamente mientras yo me encogía de hombros.

-¿Qué piensas hacer?- preguntó, no sabía bien que iba hacer y eso me tomó por sorpresa.

-Yo no lo sé.

-¿Piensas volver al infierno?- no lo había pensado era una buena opción.

-Sí- conteste dado un buen trago al vodka- volveré al infierno y dejaré Annia en paz- Constantino se quedó en silencio mirándome.

-No lo puedo creer- dijo finalmente- No puedo creer que te haya dado mi apoyo, mi respaldo, que te hayas enfrentado a tus hermanos por un capricho más- su palabras me enojaron.

-¡Ella no es un capricho!- exclamé.

-¿Entonces porque eres tan cobarde de irte? no seas tan estúpido si la amas lucha por ella.

-Soy un demonio- mi voz salió apagada, casi triste.

-No, no eres un demonio, si lo fueras no amarías a la chica, ella te hace mejor persona ¿no lo ves Lucifer? Ella es tu salvación.

Pov's Annia.

Abrí la puerta de mi apartamento con las llaves, traía a Samirah dormida en mis brazos y se me dificulto entrar, un escalofrío me recorrió al recordar el incidente de la vez pasada, ahora creía saber qué había pasado. Fui de largo a la habitación donde deje recostada a mi prima en la cama, sus cabellos quedaron alborotados en la almohada y se veía realmente bella tranquila, mire detenidamente las ventanas en total eran cuatro, dos en la habitación y dos en la sala, fui hacia ellas y me asegure de que estuviera cerradas con seguro. Había acabado de llegar del hospital, después de haber encontrado a mi madre la ambulancia la llego hasta su centro de salud y la dejaron hospitalizada por hoy, sus heridas eran severas, ese animal le había roto el tabique de nariz y una costilla por las patadas. Los doctores me habían dicho que si todo salía bien mañana a más tardar en la tarde podría salir.

A Lucifer no lo había visto después de salir de la casa, todo fue muy rápido y muy impactante, había visto su mirada endemoniada y eso en serio me produjo miedo, no quería temerle pero realmente si temí al ver una parte de él convertida en lo que era un demonio. Solté un suspiró todo estaba en completo silencio y kary ya debía estar durmiendo, en dos días era la graduación y yo ni siquiera tenía un vestido que lucir, tampoco había ido hoy a trabajar y si seguía así Ducan terminaría despidiéndome, él me tenía mucha paciencia pero todo teníamos un límite. Escuche que tocaron la puerta, era tarde como para ser alguna visita y sabía que no era mi mejor amiga porque ella tenía llaves, me acerque silenciosamente a la puerta y miré por el ojo de gato, la sorpresa se hizo presente en mí cuando vi de quién se trataba. Tomé el picaporte y abrí la puerta.

-Lucifer- hable al abrir la puerta, el me miro con nerviosismo, sentí un olor fuerte a alcohol, se sostenía de una mano apoyada en la pared y con la otra sostenía una botella de algún trago en especial.

-Annia- pronunció mi nombre y cuando iba a dar un paso su cuerpo se desestabilizó y tuve que sostenerlo para que no cayera.

<<¿Los demonios pueden emborracharse?>>.

<<Parece que sí>>.

-Estuviste bebiendo mucho- le reclamé apoyándolo en mí cuerpo para entrarlo a mi apartamento, estaba muy ebrio y no era bueno que anduviera a estas horas por ahí.

Lo lleve hasta el sillón doble y allí lo senté, su peso se fue todo contra éste provocando que yo cayera encima de él, quede sentaba en sus piernas y eso me hizo sonrojar, él rió sutilmente mientras yo me ponía de pie. Lo mire a los ojos y ahora, estaba azulados, de un hermoso azul cielo que brillaba con la luz, le quite la botella de lo que ahora sabía era vodka y lo puse en la mesita de centro, me arrodille al frente de él mientras Lucifer miraba hacia el techo, tal vez arrepintiéndose de haber venido. Lo cierto era que me gustaba tenerlo cerca, aún, estando ebrio, dirigió su mirada hacía mis ojos y me miró intensamente, tanto, que me penetró hasta en alma.

-No debería estar aquí- habló finalmente.

-No me molesta- conteste, volvió a sobar sus nudillos en mi mejilla cerré mis ojos permitiéndome disfrutar de su suave tacto- Lucifer- abrí mis ojos y me seguía viendo como si necesitará de mí para vivir, como si yo fuera el aire que respira- N...- balbucee- No, no dejaré que te vayas así, puedes quedarte esta noche si gustas- le quite los zapatos y me levanté del suelo para ayudarle a quitar la camisa, sólo porque tal vez así dormiría mejor.

<<Sí, claro, es para que duerma mejor>>

-Si quieres que me desnude, solo tienes que pedirmelo- hablo burlón y sentí como el calor quemaba mis mejillas, al quitarle completamente la camisa lo acosté en el sillón, pase mi mirada hasta su torso y trague saliva pesadamente, remoje mis labios porque los sentí resecos.

-Te prestaría mi cama pero... Samirah está aquí- el cerro sus ojos asintiendo, di media vuelta para retirarme y sentí como me jalaba de la muñeca haciéndome caer de nuevo, esta vez encima de su pecho desnudo, levantó brevemente la cabeza para mirarme con una sonrisa socarrona.

-Te necesito para ser mejor, eres todo lo que no deja que la oscuridad domine mi alma, me sonreíste la primera vez que te vi y esa sonrisa dejaría a todos mis demonios arrodillados ante ti, Annia yo te amo- susurro- Date cuenta, aunque lo niegue, adoro cuando desarmas mi ejército y haces temblar mi imperio, cuando mis convicciones y mis suelos se tambalean, ahora entiendo que no hay guerra, que la que no lleve tu nombre- me soltó la cintura la cual tenía sujeta con sus manos.

Me levanté sin decir nada y fui hacía la habitación para ponerme la pijama. Tome del cajonero unos short rosa de corazones y una blusa de tiras, acostumbraba a dormir más descubierta pero hoy no podría, mi prima seguía durmiendo en la cama. Antes de ir a dormir mire a mi demonio en el sillón, tenía sus ojos cerrados y uno de sus fuertes brazos por debajo de su cabeza, solté un suspiro, él en serio estaba enamorado de mí y lo más jodido de la situación era que tal vez yo también me estaba enamorando.

-No es lástima con lo que aveces te miro, es amor- susurré al silencio.










Les ofrezco grandes disculpas por no haber actualizado, de verdad que lo siento, el problema con está historia es que se me acabaron las ideas y ya no sé que escribir, me bloquee.

Tratare de ponerme al día lo más rápido posible y les ofrezco mis grandes disculpas de nuevo

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