(...)

Me desperté por los horribles golpes que retumbaba la puerta, el dolor de cabeza empezaba a hacerse presente. Trate de ignorar el ruido pero simplemente fue imposible, pues seguían insistiendo. Y ahora que lo pensaba ¿A qué hora llegue a mi casa? Lo último que recordaba era estar en esa horrible mansión. Me levanté a regañadientes de la cama, aún descalza pase la sala de estar y llegue a la puerta, me encontré con una Karina con cara de pocos amigos. Le sonreí y la deje pasar, venía molesta.

-¿Te fuiste ayer y nos dejaste solos?- Me preguntó en forma de reclamo..

<<Esperen... ¿Qué?>>

Yo no recordaba a qué hora llegue a mi apartamento, ni como llegué, ahora que lo pensaba no recordaba ni siquiera la gran mayoría de lo que había sucedido anoche.

-¿Cómo dices?- pregunté confundida.

-Annia ¿eres retardada o qué? Te fuiste anoche y nos dejaste en la mansión, nos preocupamos mucho, pensamos que te había pasado algo.

-Kary yo... Yo no.

-Mira ¿Sabes? Ya no importa, arréglate llegaremos tarde al colegio- me interrumpió.

-¿Colegio?

-Sí Annia colegio, ¿qué sucede contigo? estás más estúpida de lo normal.

-Ja... Ja... Muy graciosa- digo sarcástica.

Voy corriendo a mi habitación, tomo una toalla y me meto al baño, dejó que el agua caiga y me recorra todo el cuerpo. Mi mente está hecho un lío, no sabía que había pasado anoche, a mi mente llegan recuerdos vagos pero nada en concreto, no encuentro las respuestas que necesito y eso es muy frustrante. Salgo del baño y me pongo unos jeans negros de cuero, una blusa azul sin mangas, unos botines café claros con tacón grueso, una chaqueta de cuero y salgo de mi habitación. Kary ya no estaba, así que peinó mi cabello castaño casi rubio, me pongo un poco de maquillaje y salgo del aparta estudio.

Vivo aquí sola desde hace cuatro años atrás después de aquel accidente, cuando murió mi hermana y me echaron la culpa a mí. Desde entonces la relación entre mi madre y yo no es la mejor que digamos, a pesar de que ya han pasado más de cuatro años, ella aún me culpa, admito que al principio yo también me culpé, pero con terapia y tres años con la psicóloga comprendí que todo fue un accidente y no debía culparme por ello.

...

-Annia ¿Hiciste la tarea de historia?- pregunta Kary pasando la calle. Íbamos camino al colegio, antes de salir de edificio en el que vivo pase por ella. Casi siempre veníamos juntas al instituto y como ninguna de las dos tiene auto o moto pues nos tocaba caminar.

-¡Mierda no!- exclamé- pero tampoco fue mi culpa ustedes llegaron anoche con la maldita mala idea de ir a la mansión del terror.

-La pudiste haber hecho antes- contestó burlona.

-¡Ay, no me jodas!- ella pone los ojos en blanco.

En una de las esquinas del semáforo habían muchas personas acumuladas, las patrullas y la ambulancia estaban tapando la vía, mientras que los oficiales ponía la cinta amarilla que indica "No pasar" era un accidente y en esta ciudad no era algo raro. Nos acercamos hasta estar al frente, mi ventaja es que soy demasiado pequeña para tener diecinueve años y podía escabullirse entre la multitud, un auto había chocado con una moto, trague saliva al recordar que así fue como mi hermana murió. Un cuerpo ensangrentado estaba a mis pies, tenía el rostro desfigurado y un pie doblado.

Habían dos ambulancias, los paramédicos atendían a los heridos, habían tres cuerpos y uno ya lo habían subido a la camilla, entonces vi a un hombre salir detrás de las patrullas, pasar la cinta amarilla como si nada. Al principio pensé que era un oficial, pero al percatarme me di cuenta que todos tenían uniformes y él no, vestía todo de negro con una gabardina negra hasta sus pies, nadie parecía percatarse de su presencia.

Lo ignoraban y eso se me hacía extremadamente raro, seguí sus pasos hasta que llegó al cuerpo en mis pies. Para ese entonces mi corazón por alguna extraña razón palpitaba desenfrenado. Sus ojos azules, se encontraron con mis ojos color avellana. Se me hizo demasiado conocido, no sé cuánto tiempo pasó así, creo que salí de mi transe cuando Kary tomo mi brazo y me sacó de entre toda la multitud, mire hacia atrás y él ya no estaba. Se había perdido de mi vista.

-Que accidente tan horrible- dice mientras estremece su cuerpo- ojalá nadie más muera.

-¿Lo viste?- pregunté confundida.

-¿A quién princesa?- pregunta mientras aprieta su coleta.

-Al hombre, estaba frente a nosotras.

-Anni habían muchas personas- Contesta con una ceja arqueada- Ya olvídalo, ven vamos, llegaremos tarde si no nos apuramos.

...

Entramos al colegio justo a tiempo, llegamos a nuestros casilleros y sacamos los libros de historia, que por cierto pesaban una tonelada, caminamos por el pasillo que llevaba a nuestro salón de clase, mientras caminaba con Kary a mi lado seguía con la imagen del hombre en mi cabeza. Era imposible que nadie lo viera, paso en medio de dos oficiales que hablaban por radio y nadie lo vio.

<<¿Y si era un fantasma?>>

Al llegar a la puerta había un cartel con una información, antes de entrar nos detuvimos a leer.

Estimados estudiantes; les habla la directora Yuridia Sander, el presente, es para informarles que su profesor de historia se ausentará unas semanas por problemas personales. El docente suplente vendrá unos minutos tarde, por favor pasar al aula y esperarlo ahí.

Att: Sander.

Pasamos al salón, ya había algunos estudiantes adentro, nos sentamos en los primeros asientos. No por mí si no por Kary, siempre se me ha dificultado esta clase, no sólo porque no la entiendo sino también porque la odio. Ella dice que para mejorar tengo que hacerme adelante y no atrás, como acostumbró, saco los libros y los pongo en el pupitre, mientras esperábamos al profesor empezamos hablar del accidente hace un rato, me provocó emociones fuertes porque me hizo recordar el accidente que tuve hace años. No era raro en mí, si antes era inestable emocionalmente, ahora soy peor. Entraron más estudiantes murmurando cosas, después unas chicas que se hacía atrás de nosotras, reían y hablaban emocionadas.

-Viste, creo que ese es el profesor suplente- escuchamos decir a una de ellas.

-Uff que hombre, ¡por Dios! Está muy bueno- responde su acompañante.

Fruncí el ceño, ¿quién en su sano juicio coquetearía con un profesor? Apuesto a que no está tan bueno como lo describían ellas, pongo los ojos en blanco.

-¿Escuchaste Anni? Es bonito el profesor- habla Kary.

-No lo creo- contestó encogiéndome de hombros.

Buscó en mi bolso un bolígrafo para escribir, escucho que se habré la puerta, pero estoy ocupada en otra cosa. Todo queda en un silencio sepulcral, levanto mi vista y el nuevo profesor me estaba dando la espalda escribiendo algo en el tablero, ni siquiera un "Hola" dijo, qué hombre tan maleducado. Él se aparta del tablero, en él se lee "Luc Watson, Docente suplente de historia, 25 años" su caligrafía era hermosa, la mejor que había visto (no les miento) al girar en sus talones para vernos, quede sorprendida, la emoción era mucha. Sus ojos se centraron en mí, era él de eso estaba segura, era el hombre en el accidente. Parpadee varias veces porque repito, no lo podía creer.

-Bueno chicos, como pueden ver me llamo Luc y soy su profesor- su voz era tan sexy y me sonaba tan jodida mente conocida. Todo en él me parecía malditamente conocido, su rostro, su voz, en especial sus ojos. Estaba segura lo había visto en algún lado, aparte de esta mañana ya lo había visto, pero mi cerebro estaba bloqueado no recordaba nada en lo absoluto- Seguiremos con el tema en el que estaban- la puta tarea- pero no revisare la tarea hoy- dijo mientras se sentaba en su silla.

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