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Capítulo 15

Miré al padre y su expresión denotaba que no le gustaba la presencia del hombre en su estudio, aquel individuo estaba sentado en la silla del escritorio con sus pies puesto en la mesa, se quedó mirándome detenidamente, en su rostro apareció una sonrisa más grande que el gato de Alicia en el país de las maravillas. Me sentí incómoda ante aquel hombre que me miraba maliciosamente.

-Padre- la voz del hombre empezaba a ser burlona.

-Samshiel ¿acaso no te han enseñado a no entrar sin permiso?- Constantino estaba molesto, el hombre bajo sus pies del escritorio y se puso de pie.

-No seas amargado Constantino- volvió a dirigir sus ojos a mi- Veo que tenemos una visita inesperada- El hombre era de tes tan blanca como la nieve, sus ojos eran azules, fornido, su sonrisa no dejaba de ser cínica y burlona.

-Yo... Creo que es mejor que me vaya- agregue.

-Pero por supuesto que no- se acercó a mí- Un gusto soy Samshiel- extendí mi mano hacia él y beso mis nudillos.

La presencia del hombre me inquietaba tanto o más que Luc, un escalofrío me recorrió en el momento en el que sus labios hicieron contacto con mi piel, mi corazón empezó a latir rápidamente y contuve las ganas de apartarlo se mi lado. Lamió sus labios gruesos y carnosos y volvió a ensanchar una sonrisa en ellos, me daba la impresión de que éste hombre ya me conocía pero lo disimulaba de una manera descaradamente cínica.

-Annia, es mejor que te vayas, el caballero y yo hablaremos de algo importante- Hablo Constantino y entendí el mensaje.

-Por supuesto no hay problema- contesté- volveré luego.

-Que vaya muy bien señorita Annia- no respondí ante su comentario y me di media vuelta para salir.

El temblor en mis manos que persistía, el hombre me generaba un mal sentimiento y una desconfianza horrible, tal vez estaba muy paranoica respecto a todo éste asunto pero simplemente aquel extraño no me generaba confianza. Abrí la puerta y salí, tratando de respirar mejor, mi corazón estaba muy agitado y mi cuerpo estaba erizado.

Pov's Lucifer.

Note como Annia salía de la iglesia con su ceño fruncido, sabía que debía hablar con Constantino. Ella caminó hasta una esquina y en el semáforo aparcó un taxi al cual se subió sin pensarlo, podía leer sus pensamientos y tal vez era parte de mala educación, pero me permitía conocerla una poco más a fondo. Al husmear en ellos pude percibir las presencia de un extraño hombre que la había incomodado en el estudio del padre, sabía perfectamente bien de quien se trataba.

Me quedé mirando como el auto se alejaba a gran velocidad, pude sentir como mi ira empezaba a crecer cada vez más, entre en la iglesia y simplemente me dirigí al estudio. Subí las escaleras de caracol de dos en dos, si mi hermano estaba allí aclararía éste problema de una vez por todas, estaba dispuesto a razonar de una manera civilizada, gire el pomo de la puerta y adentro me encontré con Constantino y a Samshiel. Al verle me dieron ganas de romperle los testículos, con sólo recordar que había amenazado a Annia me olvidaba de todo y se me nublaba el juicio.

-Vaya, si que eres valiente, por un momento llegué a pesar que ya te habías ido- Hablo mi hermano sonriéndome socarronamente.

-¿Qué haces aquí Samshiel?- pregunté con frialdad, el padre estaba de pie mirándome.

-¿Sabes que acabo de salir tu novia?- Cambió de tema- Es muy bonita, simpática y educada- seguí ignorándolo- ¿Te diste cuenta que tuvo un accidente ayer? un individuo casi la lanza por la ventana, por supuesto ese no fui yo- en ese momento tenía toda mi atención atrapada.

Con una velocidad impredecible corrí hasta él, lo tome del cuello y lo estampe contra la librería del estudio, algunos libros cayeron al suelo y un cuadro de Jesús también. Pude notar como su cuerpo dio un breve temblor al ver mis ojos vacíos, los suyos se estaban tornando rojos, ambos estábamos enojados, pero no concebía que él se hubiera atrevido atentar contra la vida de Annia. Estaba dispuesto a razonar como personas civilizadas pero todo se había ido al carajo, ahora había firmado su sentencia al infierno.

-¿Cómo te atreviste gran miserable?- hable con la quijada apretada- Acabas de firmar tu sentencia de muerte.

-¡Basta los dos!- exclamó Constantino- ¿Acaso no les da vergüenza? Lucifer, basta, no le pongas cuidado- El hombre me dio un pequeño empujón en los hombros para que apartara el agarre de la garganta del sujeto frente a mí.

-¿Desde cuándo apoyas a éste demonio?- preguntó Samshiel.

-¿Desde cuándo eres el villano de la historia Samshiel?- Preguntó el padre y mi hermano guardó silencio- Él ha expresado todo tipo de sentimientos hacia la chica, la ama sinceramente y cuenta con mi respaldo- Constantino ya me lo había dicho pero escuchar como se lo decía a un ángel no tenía precio.

-¡Por favor Constantino!- Exclamó- Es un ángel caído, un demonio humanizado condenado a vivir aquí, en este putrefacto mundo lleno de humanos insolentes que se destruyen entre sí.

-Puede que sea un demonio, pero aquel demonio logró enamorarse, aquella bestia como le llamas logró tener más sentimientos que tú que eres un arcángel y debes sentir compasión.

Pov's Annia:

Me senté unos momentos en la barra, el bar estaba repleto lo que quería decir que no cerraríamos temprano, solté un suspiro. Luego de salir de la iglesia no pude quedarme tranquila, me sentía inquieta, desesperada y muy ansiosa, ya me habían llamado la atención en varias ocasiones por no fijarme bien en lo que hacía. Unos mechones de cabello cubrían la gran parte de mi rostro, note de reojo que alguien se sentó a mi lado.

-Señorita Wilson, que coincidencia- me sobresalte al escuchar aquella voz, levanté mi vista y aquel hombre que horas atrás estaba en el estudio del padre se encontraba en éste lugar.

No confiaba en él, me generaba inquietud y hacía que mis nervios estuvieran a flor de piel, pero no podía hacer nada, algo que me irritara grandemente era que alguien se aprovechara de la situación "Cliente y Mesera" a veces las personas se aprovechaba tratando de humillarnos y no podemos hacer nada porque está en juego nuestro trabajo. En esta situación podría apostar que él se aprovecharía de ello, no hay que ser experto para saber cuando la presencia de alguien te incomoda.

-¿Quiere que le diga algo?- pregunté y asintió- Yo no creo en las coincidencias, así que porque no me dice qué hace aquí.

-Pretendo tomarme algunos tragos y que me atiendas- dio un sorbo a su trago y de nuevo ensanchó una sonrisa, solté un suspiro tomé la bandeja en la barra y salí con mi pedido.

Camine hasta la mesa dos, allí debía llevar el pedido, les sonreí a los clientes que eran unos chicos de facultad que venía cada fin de semana a tomar unos tragos, sonrieron amablemente mientras le entregaba a cada uno sus bebidas. De vuelta a la barra, note como algunas de mis compañeras estaban en la barra y el tipo llamado Samshiel les coqueteaba, entre ellas Silvana, no podía negarlo el hombre era muy sexy pero de eso a que tuviera a mis amigas casi babeando por él, ya era mucho, más a Silvana ella era muy estricta en esos asuntos. No cualquier hombre captaba su atención.

Sin ganas de ir con ellas, subí la escaleras del VIP para atender una mesa allí y como si el destino conspirará en mi contra, tenía que atender a Luc, que estaba en compañía de un moreno, de ojos verdes, su cabello tan negro como el carbón. Está vez por más que quisiera no podría evitarlo, además, ¿Quién era él para que yo le estuviera huyendo como si le temiera? En algún momento debía hablar con él. Debían aclarar cuál era nuestra relación.

-Bienvenidos al bar la Luna, seré su mesera por hoy y me complace atenderlos- hable al llegar a ellos.

-Annia- pronunció Luc pero lo ignoré.

-Les ruego que si no van a pedir nada, me digan, así yo no perderé mi tiempo- Contesté fulminándolo.

-Dos Whiskies con limón- contestó el hombre al lado de Luc, anote todo y me fui de su mesa.

Pov's Lucifer.

Mientras veía cómo se iba vaciando el bar poco a poco, seguía en la zona de arriba viendo a Annia, hablando con Asmodeo sobre los acontecimientos que han pasado los últimos días, jugaba con una moneda. El ambiente se puso un poco pesado, por un momento se detuvo el tiempo y sabía porque, por lo menos Samshiel no había hecho una entrada al mundo mortal tan dramática. En nuestra presencia apareció otro de mis hermanos, con un traje de moño, solté un suspiro y le di un último sorbo a mi copa.

Después de haber sido expulsado del cielo, el cónclave se dividió, jamás me considere un mal hermano, por el contrario. Mi único error fue mí rebeldía, el ser diferentes a todos los arcángeles por el simple hecho de no querer ser como mi padre lo quiso, no soy el hijo que él quiso que yo fuera y yo no sería como él lo demandaba. Ese era el problema, aún, con muchos de mis hermanos me llevaba muy bien, incluso han querido interceder por , pero claro que yo no lo permitiría.

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