Jennie salía del pequeño hospital de aquel pueblo, los demás sobrevivientes al accidente aún estaban siendo atendidos y ella pudo retirarse al tener solo un corte.

Llegó al hotel que había reservado, solo era una pequeña choza y así habían seis más para turistas. Se sentó en la cama y dejó su mochila a un lado, lo había recuperado después de horas, tenía que pasar la inspección.

Observó la hora y eran las cuatro de la mañana, decidió dormir y tratar de olvidar lo del accidente, aún le afectaba lo que había pasado con ese muchacho. Lisa la veía sentada en el escritorio y lamentaba ver aquella pequeña lágrimas resbalar por su mejilla.

_Ese muchacho está bien...- pronunció en un murmullo - te afecta aunque solo lo conociste unas horas...- Jennie comenzó a sollozar en silencio, no le gustaba ser tan sensible - él está agradecido...por tratar de ayudarlo. No fue tu culpa, Jennie.

Rosé se mantenía en silencio, también lamentaba verla así, desde niña es alguien muy sensible, y eso solo la lastimaba a ella.

_Otra vez la ayudaste...- Rosé no quitaba la mirada de Jennie - la protegiste de que cayera.

_No fuí yo, solo fue suerte.

_¿Esperas que te crea?

_Cree lo que desees, hermanita - sonrió - tú solo encárgate de cuidar muy bien de ella - desapareció.

_Siempre tan sarcástica - Rosé desapareció también, rodeando la casa en forma de viento para vigilar.

***

Lisa aparecía en medio de un bosque, los árboles eran altos, dejando pasar poca luz de la luna. Los pasos de Lisa eran tan suaves, que parecía estar flotando. A la distancia, una pequeña niña de seis años corría entre llanto, su labio sangraba y su pómulo se mostraba de un color morado.

Sus pasos frenaron al ver una figura entre la oscuridad, de pie en medio del bosque. La niña retrocedió asustada y cayó sentada sin dejar de sollozar. La figura tenía traje y un sombrero, sus ojos eran rojizos, mirándola.

Era Lisa, se acercó a pasos tranquilos y se inclinó frente a ella, su mano fue a su mejilla, mirando con detenimiento los golpes en su pequeño rostro.

Los ojos de Lisa se conectaron con los de la niña y observó toda su vida de manera rápida, como flashes. Lisa cortó la conexión y dejó su mejilla, la niña estaba temblando, temía incluso llorar.

_No huyas de casa - pronunció en una tranquila voz - regresa.

_No - negó - mi mamá me pega - la sangre de su labio seguía goteando - no cociné bien.

_¿Sabes qué es lo que más detesto en el mundo? - la pequeña negó - que alguien se aproveche de su poder.

_Yo también lo odio - Lisa sonrió de lado ante su respuesta.

_Regresa, niña. Tu vida va a mejorar, te doy mi palabra.

_N-no...mi mamá...

_Tu mamá ya no está - esto dejó confundida a la niña. En la cabaña dónde vive la pequeña, su madre se había convertido en polvo y Jisoo limpiaba con una escoba y un pañuelo en la cabeza - ya no te pegará.

_¿Voy a vivir sola?

_No, te daré algo valioso - sonrió, a su lado un ángel de armadura negra apareció, la niña se asustó por un momento pero aquella sonrisa del ángel le dió tranquilidad.

_Te daré uno de mis ángeles, ya que parece que el tuyo...- observó al ángel guardián de la pequeña - no parece saber cómo cuidarte.

_¿Él me va a cuidar? - señaló.

_Sí, desde ahora, este ángel te cuidará toda tu vida. Te protegerá de los malos humanos, de accidentes y también...- tocó su frente, una luz que salió de su dedo pareció ingresar en la pequeña - ya no enfermarás.

_¿Eres un genio? - la niña sonrió.

Lisa rió levemente junto a su ángel.

_Te daré todo esto, solo con una condición.

_¿Cuál?

_Que siempre...seas una buena persona, siempre. Pero eso no significa que te dejes de lado. Recuerda, lo primero eres tú, segundo tú, y siempre tú.

_Siempre yo - asentía - entendido.

_Regresemos a casa - el ángel ofreció su mano, cuando la niña lo tomó, su armadura cambió por ropa común, como si fuera un leñador - desde ahora dirás que soy tu padre. Seré un padre joven y apuesto - sonreía.

_¿Pero tú te haces viejito? - se alejaban conversando, Lisa los miraba ya de pie.

_No, yo no me hago mayor, por eso cuando crezcas, nos mudaremos y diremos que somos hermanos.

_¡Oh, casi me olvido agradecer! - giró a observar a Lisa - ¡Gracias, Dios!

El ángel se tensó al ver la sonrisa forzada de Lisa. La niña siguió caminando y Lisa chasqueó los dedos.

_Ay - la pequeña se había caído de cara.

***

Rosé se mantenía sentada al lado de Jennie, cuando Jisoo apareció frente a ella, muy cerca de su rostro.

_Hola, preciosa - Jisoo sonrió.

_Otra vez tú - Rosé la alejó y suspiró - ¿No tienes trabajo que hacer?

_Yo terminé con mi lista por hoy día, que los demás se encarguen - se sentó a su lado - ¿No te parece aburrido estar en un mismo lugar?

_Es mi deber como angel guardián.

_¿Sabes que podemos hacer algo para no aburrirnos? - Jisoo sonrió de lado.

_Sabes que compartimos pensamientos cuando lo deseamos y no, no haremos eso y deja de mostrarme tus pensamientos.

_Pero cariño...- la espada de Rosé ya presionaba su cuello - si quieres asustarme eso no va a pasar, sabes que me encanta cuando te enojas.

_Lo sé - guardó su espada - por eso lo hago - mencionó seriamente.

Jisoo sonrió ante su respuesta.

_¿Puedo acercarme? - Rosé asintió nerviosa, Jisoo se inclinó a ella, su nariz acariciaba su mejilla y Rosé parecía ignorarla.

_Extrañaba estar así de cerca...pero vale la pena esperar a que me lo permitas, así sean mil años.

_¿Ya pasaron mil años?

_Siempre los cuento - acarició su cuello con sus labios, tentanda a besarlos. Su mano parecía querer tocar su pierna, pero no lo hacía.

_Jisoo - Rosé suspiró - sabes que no puedo.

_Lo sé, odio tus reglas - se alejó un poco, tomó su mentón e hizo que la mire - ¿al menos puedo besarte? Por favor.

Una de las reglas de Lucifer, no hagas avances sexuales a menos que te sea dada una señal, por eso Jisoo jamás la tocaba hasta escuchar un sí. Aunque Rosé no tenía permitido tener relaciones sexuales, al menos podía besarla.

Rosé no respondió con palabras, la abrazó con timidez y unió sus labios a ella. Jisoo no tardó en intensificar el beso, atrapaba sus labios con necesidad y a la abrazaba de la cintura pegándola a su cuerpo.

Rosé comenzaba a exitarse al ver los pensamientos que Jisoo compartía con ella. La pelinegra encima de ella, desnudas, jadeantes ante cada presión en sus centros, disfrutando del placer.

Esa era su única manera de "disfrutar" y a Jisoo le gustaba hacerlo, mostrarle lo que deseaba hacer con su cuerpo, ver la desesperación en sus ojos, en sus besos, en la presión de sus dedos en su brazo, como soportando no avanzar más.

Rosé dejó escapar un gemido de sus labios y se separó de inmediato, nerviosa. Eso había sido incorrecto, no debió de hacerlo.

_Ven a este lado, Rosé - Jisoo tentaba, jadeante - aquí no hay esa regla, podremos hacerlo las veces que querramos. Lo deseas tanto como yo. No lo resistas más, cariño.

_No - negó - vete ahora - ordenó - ¿Ves porqué no permito que te me acerques? Siempre sales con lo mismo y me tientas. ¡No pienses en eso! - gritó nerviosa cuando Jisoo compartió otro pensamiento. Jisoo dándole placer con su lengua mientras ella sostenía su cabeza - ¡Deja de tentarme! - se puso de pie - ¡Vete!

Jisoo se alejó y sonrió de lado, otra vez volvían a lo mismo.

_Me fascinas - pronunció Jisoo antes de desaparecer.

_Esa idiota...me gusta demasiado.

***

Cuando Jennie regresó del viaje fue directamente a la cafetería, caminaba tranquila cuando al mirar al frente, vió a aquella clienta que siempre iba a desayunar, Lisa. Llegó a la cafetería y ambas se saludaron con un gesto. Lisa usaba su traje de siempre, su sombrero que esta vez sostenía en mano y aquél collar de pequeñas perlas que tapaban parte de su tatuaje.

_Disculpe - Lisa llamó cuando Jennie abría la puerta. Ella giró a verla - ¿Sería muy atrevido si la invitara a salir? - Jennie se mostró desconcertada.

_¿Perdón? - rió de los nervios - ¿A qué se refiere exactamente?

_Una cita romántica - respondió de manera tranquila - ahora, en un lugar cerca de aquí.

_Yo...- Jennie estaba pensativa, era una mujer muy atractiva y...sexy, pero no sabía nada de su personalidad, solo desayunaba y se iba - no lo sé, tengo trabajo por hacer.

_Si nadie viene hasta las doce del mediodía, ¿acepta mi invitación?

_Eso es prácticamente un no - Jennie rió levemente - pero está bien, es su propuesta.

Sorprendentemente para Jennie, nadie había ido, ni siquiera sus empleados. Ella miraba incrédula la sonrisa de la rubia que la esperaba, ya eran las doce como lo había dicho Lisa.

_¡¿Cómo es que mis empleados no vinieron?! - preguntó confundida.

_Les pagué - respondió Lisa - necesitaba tiempo con usted, perdón si eso la molestó.

_¿Les pagaste? - estaba sorprendida - ¿Y no les importó lo que yo dijera? Soy su jefa.

_Bueno, mil dólares no creo que le enoje a nadie, y menos faltar un día de trabajo, ¿no lo cree? - pronunció curiosa.

_Eso no explica que no hayan llegado clientes - se cruzó de brazos.

_Olvido girar el cartel a "abierto" - señaló. Jennie quedó boquiabierta - y no se preocupe - se puso de pie - pagaré también lo que ganaría este día. Si después de esta cita no quiere salir más conmigo, seguiré siendo su clienta - sonrió - ¿Nos vamos ahora?

_Usted...- no salía de su asombro - nadie haría eso...¿es una cámara escondida? - buscó a su al rededor - a mí no me va a engañar - Lisa sonrió divertida al ver su gesto paranoico - ¿Es en serio? - Lisa asintió - ¿Le atraigo tanto así? - Jennie no pudo evitarlo, su autoestima subió demasiado cuando Lisa asintió.

_Vaya...entonces, supongo que...una cita nos espera, ¿no? - no sabía cómo reaccionar.

Unos minutos después, ambas estaban en un parque, Jennie miraba decepcionada el lugar, pensó que tal vez era en un parque de diversiones, o al menos en el cine, parecía alguien con dinero. ¿se habrá gastado todos sus ahorros con sus empleados?

_Lo que más me gusta es la naturaleza - Lisa la sacó de sus pensamientos - sobre todo los animales, son lo más especial en la tierra.

Jennie se llevó una buena primera impresión al escucharla.

_¿Te gustan los animales? ¿Todos? ¿O solo los que la sociedad considera bonito y no comestible?

_Cada animal tiene su propia belleza - Jennie sonrió - y cuando amas a los animales...- detuvo su paso y levantó su mano un poco, una mariposa se posó en ella - muchos de ellos lo sienten.

Jennie estaba impresionada. La mariposa dejó la mano de Lisa y buscó posarse en la de Jennie, ella levantó la mano y sonrió con un brillo en los ojos cuando se posó en su dedo. Para el asombro de Jennie, en el parque fueron apareciendo muchas mariposas de distintos colores, parecían volar a su al rededor y aquello fue mágico para la castaña.

Lisa la admiraba, veía aquella tierna sonrisa, aquella mirada llena de alegría, llena de bondad. Estaba tan perdida en ella, que ni siquiera notó que sus ojos estaban cristalinos.

"_¡¿Dónde está Lilith?! ¡¿Qué le hizo?!

_Lo siento. Dios...la destruyó. Decidió crear a una nueva mujer, esta vez de la costilla de Adán.

_No...eso no es posible - las lágrimas de Lucifer caín por primera vez - ¿Lo hizo...por qué no quería obedecer a Adán?

_No. Lo hizo...por enamorarse de tí"

_¿Estás bien?

_¿Eh? - notó sus lágrimas - sí, perdón. Tengo alergia a las mariposas - respondió nerviosa.

_¿Eres alérgica? - se mostró preocupada - ¡Tenemos que irnos! ¡vamos! - tomó su muñeca y la arrastró fuera del parque, Lisa trataba de no tropezar - ¡Es peligroso que estés cerca!

Cuando cruzaron la calle, Jennie observó paranoica que no haya más mariposas cerca, Lisa rió divertida.

_Estoy bien - posó su mano sobre la de la castaña, aquella que aún sostenía su muñeca - ¿Continuamos con nuestra cita?

_¿Segura? - Lisa asintió - está bien, ¿A dónde iremos ahora?

_Al cine, pagué una sala completa - Jennie se sorprendió - vamos - ofreció su brazos.

Jennie tomó su brazo con timidez, pero luego sonrió. Lisa bajó su mirada con disimulo a su bolsillo y leyó el papel que Jisoo le había escrito.

"Citas de humanos:

_Caminar en el parque

_Beso en el cine

_Comer pollo en un mall

_Una hora en un motel barato (tachado) (regañar a Jisoo)"

Lisa sonrió y miró a Jennie, seguía viéndose adorable. Tuvo que apretar los labios para reprimir las ganas de besar su cabello. Era un acto de protección que siempre hacía con ella. Si antes no pudo cumplir su palabra, ahora lo hará. No la alejarían de ella otra vez. Protegería a su amada.

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