
Capítulo 16
Tanto en el hogar de Jennie como en el Inframundo, una duda no dejaba tranquilos a ambas. La castaña se mantenía despierta tratando de unir más cabos sueltos. La duda más grande que tenía, era en saber la razón del porqué podía tocar a esa mujer de traje negro que se llevó a sus padres. Solo ese recuerdo llegaba a ella, tenía ese rostro muy grabado en su memoria, la recordaba perfectamente ahora, no había sido un sueño.
Y en la mente de Lisa, estaba la duda de quién había puesto esa lava en la fuente. Era difícil saberlo si todos sus hijos tenían aquella habilidad del fuego, pero ninguno era un travieso como lo era Levi. Eran más serios, más estrictos.
¿Habrá sido Jennie?
No, ella no era así de traviesa. ¿O sí?
_No te duermas - Rosé pedía casi como una súplica, Jennie iba cerrando los ojos mientras estaba sentada en su cama escribiendo - no te duermas - la cabeza de Jennie se colgó, se había quedado dormida recostada en el respaldo de la cama - cuidarte de noche si que es una pesadilla - Rosé cayó sentada en el suelo, resignada a que la castaña otra vez despierte como poseída - solo espero que no dejes mas lava por ahí o que no vayas a una iglesia a matar a alguien.
_¿Un día cansado? - Jisoo aparecía a su lado.
_Me tocó cuidar a la mujer de Lucifer, claro que es cansado - suspiró profundamente.
_¿A vuelto a despertar como un demonio? - se sentó a su lado.
_Ya van dos días que lo hace. Desde esa noche que fue por el padre, si esta noche también despierta así, serían tres.
_¿Qué hizo la segunda noche?
_Andaba corriendo como si fuera una niña jugando. Descubrió que puede tocar el fuego sin quemarse, supongo que su subconsciente de Lilith hizo que utilice algo de sus habilidades mientras jugaba fuera de sí. ¿Sabes lo difícil que es controlar a una chica que parece una psicópata felíz? Quería lanzar lava a cada persona que veía a lo lejos. Tuve que cargarla varias veces pero se soltaba y se iba corriendo. La dejé jugar en la fuente porque al menos así no quería matar a nadie.
_¿Fue ella lo de la lava? - Rosé asintió - pensé que había sido Levi.
_Así que ya lo sabe - pronunció con serenidad - uno de sus hijos volvió.
_¿Crees que los otros dos también despertaron? Si es así, parece que el fin está cerca, ¿Verdad?
_Ya lo dijo Lisa, depende de la decisión de Jennie - respondió Rosé - pero viendo lo poco que está haciendo...supongo que su decisión será acabar con la humanidad.
_Ese día...¿Pelearás? - preguntó con tristeza - no quiero que te hagan daño. Los tres hijos de Lisa y Jennie son muy fuertes. Son los únicos que podrían matar a un ángel, lo hicieron en el pasado...y lo harán en un futuro.
_Debo proteger la creación de Dios.
_Si no se preocupa por su propia creación, ¿por qué tienes que preocuparte tú?
_¡No vuelvas a blasfemar así! - Rosé respondió desafiante - ¡Solo Dios sabe porqué hace las cosas y ama demasiado a la humanidad!
_Claro - se puso de pie - lo que digas. Por cierto, ¿Cómo están las almas que mató la inundación mundial? - sonrió - que bueno que Noe y su familia hayan sido los único buenos de todo el planeta. El resto eran malos, muy, muy malos.
_Dios sabe lo que hace - se puso de pie, quedando cara a cara - debía acabar con la maldad en los humanos, pero es algo que tú no entenderías.
_Así es...- acercó su rostro a ella, sintiendo su respiración sobre sus labios, sonriendo - Hay algo malo...los mata, sin importar si hay inocentes. Se van unos...llegan otros, así de insignificantes son los humanos para él. Los cambia cuando quiere.
_¡Basta! - Rosé sacó su espada y Jisoo desapareció en su forma humeante. La risa de Jisoo llenaba la habitación, siendo un prologando eco que enfurecía cada vez a Rosé.
_Nos vemos después, cariño - su voz desaparecía.
_¡Da gracias a Dios que no podemos divorciarnos porque sería pecado! - amenazó con puño en alto.
_¿Pecado? - Rosé giró lentamente su rostro hacia Jennie, nuevamente parecía un demonio de ojos rojos, sonriendo de manera escalofriante y divertida.
_Ay Diosito.
_¡Suéltame! - Jennie estaba atada con una cadena reluciente en todo el torso y brazos sobre la cama.
_¿Eres Lilith? - Rosé preguntó con voz suave - ¿O eres Jennie?
_¡Suéltame! - se removía.
_Veo que aún no recuperas toda tu cordura, solo eres un poco de ambas ahora mismo. Pero ya puedes hablar correctamente - analizaba su rostro, Jennie la veía amenazante - ¿Recuerdas ambas vidas? ¿Sabes quién eres? - la castaña sonrió, jadeante.
_Soy Lilith...- Rosé se sorprendió ante su respuesta, ya no parecía fuera de sí - y soy Jennie. Solo falta poco, Rosé. Solo espera un poco más...y a la primera que mataré...será a tí - sonreía divertida.
Rosé disimuló su nerviosismo.
_¿Por qué quieres matarme?
_No necesito a un ángel guardián...que nunca me ha cuidado - su voz salía gutural, rasposa, como si viniera de lo más profundo de su garganta, algo inhumano - nunca me cuidaste...- pronunció con resentimiento - ¿Dónde estabas cuando te necesitaba, Rosé? - el ángel se sorprendió al ver sus ojos cristalinos - mi vida fue una mierda...y tú nunca apareciste.
_Siempre te cuidé...- su voz fue suave -...siempre estuve allí.
_¡Me golpeaban, Rosé! - se removió en un gritó, como queriendo ir a ella - ¡Me cortaron la espalda a golpes en ese orfanato! ¡Todos los putos días! ¡Recibía los golpes sentada en mi propio charco de sangre! ¡¿Sabes lo que siente un ser humano cuando lo ahogan?! ¡¿Sabes lo que un humano siente cuando no puede respirar?! ¡Me maltrataron, me golpearon, me secuestraron! ¡Iban a abusar de mí! ¡¿Dónde estabas tú?! - las cadenas se iban quebrando, Rosé retrocedía, nerviosa - ¡Todo lo que pasé! ¡¿Y tú solo mirabas?! ¡¿Solo mirabas, Rosé?! - las caderas crujían - ¡Quien me salvó fue aquella mujer quien me adoptó! ¡Quien me protegió fue ella! ¡Quien curó mis heridas fue ella! ¡Ella es mi ángel guardián! ¡No tú! ¡NO TÚ!
Las cadenas estallaron. Jennie se impulsó hacia Rosé, el cuerpo del angel fue embestido por la brutal fuerza de la castaña. La pared estalló como si de una bomba se tratase, destruyendo todo lo que estaba a su paso. El polvo llenaba todo el cuarto en donde habían caído. Se escuchaba quejidos, ruidos desesperados y ahogados.
Jennie se mantenía sobre Rosé, su mano se mantenía en su cuello, presionando, hundiendo sus filosas uñas en forma de aguja en su carne. Rosé trataba de quitar su mano, su mirada suplicaba, llorosos.
_No sabes lo que es respirar...pero así se siente no poder hacerlo, así lo siente un humano - pronunció susurrante cerca de sus labios, sus ojos eran color sangre, brillosos - ¿Estás desesperada? - sonreía de manera fría - ¿Te duele? - hundió más sus uñas, escuchando los quejidos más fuertes - puedo sentir tu miedo...- cerró los ojos, disfrutando de aquella sensación.
Sus alas salían, su carne se desgarraba. Jennie mantenía su boca semiabierta, jadeante, sintiendo salir sus grandes alas. Pero un humeante viento llegó como un cohete y atravesó la pared. El cuerpo de Jisoo apareció en el aire y se llevó a Jennie como si fuera una bala. Ambos cuerpos salieron disparados, destrozando las paredes a su paso y cayeron en bruscas vueltas en el patio.
Jisoo se levantó de inmediato, sacando su espada y observando a Jennie levantarse al otro extremo. La castaña parecía estar enloquecida, su expresión y sonrisa aterraba. Se levantó con torpeza, su cuerpo se inclinaba hacia adelante. Uno de sus brazos colgaba al estar roto en tres partes por el embiste de Jisoo. Sus huesos tronaron al acomodarse por su cuenta, sin que Jennie haga algo. La castaña relajó su cuello de manera lenta, suspirando profundamente.
_Jisoo...Jisoo...Jisoo...- sonreía - un gusto volver a verte.
_Tú no eres Lilith...- Jisoo sostenía su espada en frente, en posición para pelear si Jennie se lanza a ella - Lilith tiene el corazón bondadoso...ella no disfrutaría del sufrimiento de los demás.
_Soy Lilith...- se limpió de manera sexy su labio cubierta de sangre, probando con la punta de su lengua -...pero también soy Jennie, ¿lo olvidas?
_¿Jennie...es así? - preguntó nerviosa, Rosé no aparecía, la estaba preocupando.
_Viví entre los humanos...ví lo suficiente para ser así. Pero no te confundas...solo disfruto del sufrimiento de los malvados...de los crueles - pronunció con rencor - haré que cada maldita descendencia de Adán se ahogue con su propia sangre.
_¿Por qué atacar a Rosé?
_Que te lo diga ella - sonrió - ya se lo expliqué.
_¿Por qué no me atacas a mí?
_Porque...- su sonrisa disminuyó, observándola - perdiste todo lo que tenías...por ayudarme. Te lo voy a agradecer siempre.
_Si tan agradecida estás...- su nerviosismo era notable -...te pido que no lastimes a Rosé...ella...ella es mi esposa - Jennie la observó curiosa ante lo dicho - te lo pido, por favor, no le hagas daño.
Un grito llamó la atención de ambas. Una anciana miraba a Jennie desde el patio vecino, había ido al escuchar el ruido y quedó aterrada al ver a Jennie como si fuera un demonio.
_Qué mira, vieja bruja - preguntó con irritación - duermace - con un movimiento de mano, la señora cayó dormida en el césped.
_¿Lo harás? - Jisoo volvía a preguntar - ¿Dejarás a Rosé?
_Está bien - comenzó a sentirse cansada - pero solo si me haces un favor - cayó de rodillas, sentía mucho sueño.
_Lo que usted desee, mi señora...- guardó su espada, colocando un rodilla en el suelo e inclinándose a Jennie.
_Dile a Lucifer...a mi Lisa...- sonrió al pensar en ella - que solo falta un poco para volver a estar juntas...- sus alas se iban guardando - dile que la amo.
_¿Y a sus hijos?
_¿Hijos? - Jennie la miró desconcertada - ¿Cómo que tengo- cayó dormida.
Jisoo suspiró aliviada, poniéndose de pie.
_Es cierto, sus recuerdos aún no vuelven por completo, no los recuerda aún - de inmediato giró a ver la casa - Rosé.
Se apresuró a subir de un salto, ver a Rosé así, como si se estuviera ahogando y temblando, mirando al techo, hizo que se asustara. Corrió a su lado y se arrodilló a su lado. Sostuvo sus mejillas, llamándola entre lágrimas, pero Rosé tenía la mirada perdida, su cuerpo estaba recto, su cuello tenso.
Estaba sangrando del cuello, de su nariz. ¿Cómo era posible que un ángel sangre? Pueden tener heridas que sanan muy rápido si se pelean entre ángeles, pero nunca sangrar de esa manera.
_¡Rosé! - llamaba en sollozos, desesperada - ¡Rosé! ¡Por favor, reacciona! ¡Mírame! - trataba de pensar en alguna idea - ¡Lucifer! - gritó en un llamado - ¡Mi señora! ¡Venga, por favor! ¡Mi señora! - no recibía respuesta - ¡Mi señora!
Lisa cayó del cielo en forma de viento negro, quedando de pie frente a Jisoo. Quedó desconcertada al ver a Rosé en ese estado.
_¡¿Qué pasó?! - se inclinó de inmediato.
_¡Fue...fue su amada, mi señora! - explicaba en sollozos - ¡Despertó otra vez y no sé qué le hizo! ¡Solo recuerdo que tenía su mano en su cuello! ¡Por favor, ayudela!
_Tranquila...- pidió Lisa al darse cuenta lo que había hecho Jennie - no está muriendo...está sintiendo...- Lisa bajó la mirada, nostálgica, pensativa -...lo que Jennie sufrió cuando estaba en ese orfanato.
_¿Puede detenerlo? - miraba preocupada a Rosé.
_Pasará en unos segundos...solo espera - Lisa observó al ángel guardián, sus lágrimas caían a cada lado, su mirada estaba perdida, sus manos temblaban sin parar - esto...solo es de un día, puedo ver los recuerdos de Jennie en la mente de Rosé.
Jisoo abrazó a Rosé en un sollozo cuando ella comenzó a llorar, aún fuera de sí. Lisa se puso de pie, viendo con lástima al ángel que parecía suplicar que acaba ese dolor, esa agonía.
_Pero un ángel...no interviene en los actos de los humanos, ¿Verdad, Rosé? - pronunció Lisa con voz suave - no necesitas sentir el dolor...para recién tener empatía. Lo siento por eso, Rosé. Pero siempre voy a estar del lado de mi amada.
Voten ❤️
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