I
-¡Willow levántate ya o voy a terminar de tomar la decisión de que no vuelvas a pisar esa maldita escuela de magia!
La chica pegó un salto en su cama y se sentó de golpe ante el grito de su madre.
Se frotó los ojos con pereza, escuchando la risa burlona de su hermano Marvin de fondo, quien no tardó en asomar su cabeza por su habitación.
-Willy, será mejor que te des prisa y bajes a desayunar sino quieres que mamá te entierre.
Dijo con tono burlón y conteniendo la risa ante el rostro de confusión de su hermana menor.
-Hoy vamos a ir al sitio ese mágico a por tus cosas y es la quinta vez que mamá te llama.
Esa última frase hizo que Willow dejara su sueño de lado y se levantara de su cama de un salto. Si había algo que no quería experimentar era a su madre enfadada.
Marvin abandonó la habitación con una última risa al ver cómo la menor se quitaba su enorme pijama a toda prisa y comenzaba a buscar ropa.
Willow no tardó mucho en colocarse una camisa floreada de tonos verdes y unos pantalones azules y anchos por abajo, se puso rápidamente todos sus anillos y colgantes, incluidos los pendientes espanta nargels que Xenophilius le regaló cuando se vieron en verano.
Se detuvo unos momentos frente al espejo de la habitación para dibujar rápidamente unas profundas rayas negras alrededor de sus ojos y bajó rápidamente a la cocina de la pequeña casa de los Edwards.
Allí su madre Jocelyn la esperaba con cara de pocos amigos.
-Tienes exactamente dos minutos para desayunar antes de ir al callejon dio... Dia...
-Diagon.
Corrigió Willow mientras masticaba una tostada, ganándose de nuevo una risa de su hermano y un golpe en el nuca de su madre.
-No hables con la boca llena Willow.
La nombrada asintió y siguió desayunando rápidamente mientras escuchaba los planes de su madre.
Realizarían las compras lo más rápido que pudieran y Marvin vendría con ellas a ayudar, puesto que Jocelyn entraba a trabajar en unas horas.
~°°°~
La pequeña familia no tardó demasiado en llegar al bar conocido como el Caldero chorreante y con la ayuda del dueño de este pasaron al Callejón diagon.
Nada más entrar al mágico lugar, Willow no pudo evitar sentirse algo abrumada ante la multitud de gente, no importaba en que hora o día fueras, el Callejón diagon siempre estaba lleno de vida, y aquello fascinaba y horrorizaba a Willow por partes iguales.
Se apegó a su hermano, quien agarró su mano protectoramente y dio caricias en esta con su dedo pulgar, sabiendo lo difícil que le resultaba a su hermana estar en multitudes.
La familia comenzó a andar entre la multitud hacia la tienda de libros mientras Jocelyn sostenía la lista de materiales que su hija necesitaría para su quinto año.
-Hora de separarnos. Marvin tu irás a por los libros de encantamientos y pociones, Willow tu irás a por los de DCAO, cuidado de criaturas mágicas y herbología y yo iré a buscar el de transformaciones. Nos vemos aquí en cuanto terminemos.
Los hijos asintieron y siguieron las órdenes de su madre.
Willow comenzó a abrirse paso entre la multitud, intentando llegar a la estantería en la cual estaban los libros que necesitaría.
Una vez llegó allí comenzó a inspeccionar los libros, pero una voz llamó su atención.
-Regulus, la espalda recta.
La chica giró la cabeza disimuladamente y se encontró con la familia Black.
Willow siempre fue una persona observadora, le gustaba analizar a las personas a su alrededor y preguntarse que estaría ocurriendo con sus vidas.
La familia Black siempre había sido algo entretenido para ella. Aparentaban ser la familia purista perfecta, pero para su desgracia, su hijo mayor Sirius Black siempre se negaba a colaborar.
Siempre que Willow veía a la familia en el callejón o en la estación, Sirius destacaba por el uso de ropas muggles y siempre estaba siendo regañado por su madre.
A Willow le caía bien Sirius a pesar de que nunca había hablado con él. Sirius era la oveja negra de su familia, la persona que no encajaba y Willow sabía bastantes cosas sobre no encajar y ser dada de lado por ser distinta.
Por ese motivo se extrañó cuando no vio al mayor de los Black junto con su familia. La madre parecía más tensa de lo normal y el padre buscaba libros sin molestarse en mirar a su familia; pero el que captó su atención aquella vez fue Regulus Black.
Había algo en los ojos del chico, una profunda tristeza mezclado con un terrible miedo que, a pesar de que su rostro era completamente neutro, Willow pudo descifrar.
La chica se quedó allí, observando los ojos del muchacho, sobrecogida por las terribles emociones que éstos transmitían.
Regulus debió sentir la profunda mirada de la chica en él, puesto que levantó su cabeza y la observó.
Ambos se mantuvieron la mirada unos segundos hasta que Willow sonrió para luego romper el contacto y volver a prestar atención a sus libros. Haciendo que Regulus frunciera su cejas en confusión.
~°°°~
Después de los libros, la familia no tardó demasiado en comprar el resto de sus cosas y se dirigieron a su casa rápidamente para que Jocelyn pudiera llegar a su turno en el trabajo a tiempo.
Willow se comenzó a colocar todas sus compras de aquel día con una pequeña sonrisa, no podía esperar a empezar un nuevo curso en Hogwarts.
¡Hola!
Muchas gracias por leer el primer capítulo de esta historia :)
Este ha sido un poco para presentar a los personajes, pero la acción comenzará en poco tiempo jajaj.
Gracias por leer y no os olvidéis de votar y comentar si os gusta la historia <3.
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