Cap.20
Me senté a cenar con Freddy a mi lado y mi tía en frente mío, ésta misma se encontraba pensativa mientras me miraba con intriga, al parecer el saber de que quería hablar la carcomía por dentro. Metí el tenedor en mi boca mientras recordaba la mirada que Katia tenía en ese momento en que nos reencontramos.
—____ ¿te encuentras bien?— preguntó el lindo de Freddy a mi lado. Y era de esperarse pues mi sonrisa y esa mirada de penumbra que habitaban en mi rostro era para preocuparse.
Era de noche y tenía las ansias de platicar con mi tía acerca de lo que ocurrió esta tarde, la excepción era que tenía que esperar a que Freddy no se encontrara en casa. Así que mañana sería el día perfecto para hablarlo.
Con una sonrisa en mi rostro lo miré.
—claro que estoy bien, pero sabes... ¿me prestarías tu celular? Necesito hablar con alguien.— el castaño asintió con extrañeza dándome su celular. Rápidamente me levanté de la silla y salí de la casa sentándome en la entrada de la casa.
Entré en los contactos de Freddy y seleccioné a la persona que estaba buscando, coloqué el aparato en mi oreja y esperé pacientemente a que el dueño contestara la llamada.
—¿bueno?, Freddy, ¿qué ocurre?
—no soy Freddy.— contesté con una sonrisa.
—¡___! Me alegra e-escucharte, ¿qué es lo que necesitas?— su titubeo a causa del nerviosismo me hizo reír, inconscientemente empecé a jugar con mi cabello mientras que mordía mi labio ligeramente.
—Dominick... Tengo una pequeña gran duda. ¿cómo lograste saber donde me encontraba?— pregunté curiosa.
—ou... Bueno principalmente fue por deducción aunque también tuve que hacer ciertas llamadas para saber tu ubicación.— contestó con inocencia.
Solté una risa ante lo que me dijo.
—como todo un acosador...— exclamé divertida.
—¡n-no es eso! ¡s-s-solo quería ayudar a encontrarte! ¡es todo!— su voz llena de nerviosismo me hizo reír con melancolía.
Sin duda escuchar su voz me hacía recordar lo que mi relación con Freddy provocaba en ese tiempo. Definitivamente era una niña inmadura que quería un mundo lleno de flores, aún lo hago y sé que actuar estúpidamente como lo hacía antes no arreglara nada.
—ya entiendo... ¿necesitas hablar? Mañana puedes venir a mi casa, Kate quiere verte y tal vez podamos ver unas películas. ¿te parece?.
Miré al cielo estrellado intentando retener las lágrimas que se habían formado en mi rostro. Sonreí al ver la luna en el cielo.
—me encantaría... También, quisiera que conocieras a una chica, es muy linda y seguramente te caerá bien.
— entonces te veo mañana, por cierto... ¿e-estás sola? De algún manera... Siento el aura amenazadora de Fred.
Solté un risa al escucharlo.
—sí, se supone que estoy sola pero supongo que está escuchando escondido.— miré de reojo hacia la ventana, dos siluetas se encontraban ahí ocultándose detrás de la cortina mirando con cautela.
—bien tengo que colgar, ¡nos vemos mañana Domdom!
—¡hasta m-mañana ____!— y finalmente la llamada se cortó.
Me levanté de donde estaba sacudiendo mi trasero mientras me giraba, miré a la ventana donde esas siluetas habían desaparecido. Sin más y con una sonrisa me adentré a la casa. Llegué a la cocina y miré a las dos personas con las cual compartía hogar, mi tía comía mientras miraba su celular disimulando mientras que Fred jugaba con el espagueti con su ceño fruncido.
—¡bien! Ya es tarde y quiero dormir, ¿vamos Fred?— pregunté con una sonrisa.
Este sin mirarme se levantó y pasó por mi lado con su mirada un tanto molesta.
—te espero ahí. — exclamó sin más desapareciendo de mi campo de visión.
Miré a mi tía extrañada, esta tan solo levantó sus hombros con confusión y siguió comiendo.
—bien, supongo que yo lavaré los trastes de Fred.— hablé con una sonrisa.
Tomé el plato de Fred junto con el mio y me dirigí al fregadero a lavarlos.
—por cierto querida... ¿de qué me querías hablar?— preguntó con curiosidad sin dejar de mirar su celular.
—ou, de eso hablaremos mañana. Por lo tanto, no te preocupes.— cerré la llave y dejé los trastes en su lugar, me giré a ver a mi tía la cual no emitía ningún sonido y miraba su celular con una sonrisa de ilusión.
Me acerqué a ella sigilosamente y leí el nombre del contacto con el que escribía, mis ojos se abrieron con impresión al ver el nombre... ¿Larry? Vaya, vaya.
— así que Larry te tiene con esa sonrisa.— exclamé divertida mientras rodeaba su cuello con mis manos y miraba la pantalla leyendo la conversación.
—¡____! ¡no leas!— exclamó apagando su celular, solté una risita ante su reacción y me separé de ella.
—bien, bien, me voy a dormir. Buenas noches tía.— me despedí con una sonrisa para dirigirme a la habitación, al entrar me encontré con el cuerpo de Freddy cubierto por la cobija mientras daba la espalda a la puerta donde justo me encontraba yo.
Me acerqué lentamente a él y me subí a la cama por encima suyo, me acosté dándole la espalda a la pared mirando justo al rostro de Freddy el cual fingía que dormía. Me acerqué a él y tomé su mano mientras cerraba mis ojos, lo único que no me esperaba es que este mismo se soltara de mi agarre y se diera media vuelta dándome la espalda.
Fruncí el ceño ante su acción sin embargo tan solo me junté más a él y me hice bolita en el mismo sitio juntando mi frente con su espalda tapándome con el mismo cobertor que él. Finalmente cerré mis ojos dejando que el sueño me rodeara.
(...)
Unos ligeros toques se presentaban en mi mejilla causando un cosquilleo agradable en esa zona y en mi estomago a la vez. No quise abrir mis ojos ya que esa sensación me agradaba al igual de la comodidad de ese momento era perfecta. Las caricias viajaron a mi cabeza comenzando a hacer un pequeño jugueteo con mi cabello, una pequeña sonrisa se formó en mi rostro pero al instante fue borrada al dejar de sentirla.
Abrí mis ojos con dificultad Encontrándome tan solo con la oscuridad y unos ojos azulados que me miraban fijamente, este al notar que mis ojos lo miraban tan solo se giró mirando al techo colocando uno de sus brazos encima de su cabeza.
—¿ocurre algo?— pregunté preocupada mientras recargaba mi cabeza en una de mis manos.
—nada.— la voz de ambos fue seca, como si realmente hubiera hecho algo grave. Rápidamente me senté en la cama y revolvi el nido de ratas que se había formado en mi cabeza.
—¿están seguros? Su voz dice otra cosa.
Ambos soltaron un suspiro y dirigieron su mirada hacia a mí. Trague nerviosa al sentir su mirada seria y inquisitiva. Me removí en lugar un tanto incomoda y desvíe mi mirada a otro lado. Si ambos me miran de esa forma es imposible no sentirme nerviosa.
—hace un rato, ¿llamaste a Domino/nick cierto? —preguntaron sin dejar de verme.
Asentí sin voltearlos a ver.
—dijiste que irías a su casa... ¿por qué?
—solo quiero hablar con él, tranquilo.— lo miré con una pequeña sonrisa.
—¿y por qué no hablas conmigo?— preguntaron acomodándose en la cama.
—¿eso les preocupa?— Sonreí al percibir como un pequeño sonrojo se les formaba en su rostro.
—¿por qué le tienes más confianza a él? Se supone que yo soy tu novio, no él. — exclamaron molestos mientras se cruzaban de brazos.
Solté un risa y me acerqué a ellos, tallé uno de mis ojos al sentirlo pesados y rápidamente besé su mejilla.
—solo quiero hablar con él, claro se tu eres mi novio y te quiero sobre todas las cosas.— susurré mientras tomaba su mentón y giraba su rostro para sonreirle al econcontrarme con esos ojos que me encantaban. Uno de ellos tan azul como el mismo cielo, aquel donde la luz y miles de sensaciones agradables me provoca al mirarlo y el otro oscuro como la noche donde millones de estrellas se asoman en el dando una sensación y curiosidad exquisita de tan solo mirarlos.
Junté mis labios con los suyos por un momento para después separarme y juntar mi frente con la suya, este me dedicó una sonrisa mientras cerraba sus ojos.
—te apesta la boca.
—y a ustedes las axilas, no se quejen.— solté una risa al escuchar su queja de indignación.
Rápidamente me volví a acostar jalando de su cuello y obligando que se acueste a mi lado, este aceptó mi "obligación" y se acostó rodeandome con su brazos.
Finalmente cerré mis ojos para volver a dormir en brazos de mi osito.
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