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V

Cada caricia que le daba la hacia alucinar, se estaba dejando llevar aún sabiendo que estaba mal.

Seria castigada y encerrada por su padre si se enteraba, pero eso en lugar de asustarla le hacía querer más.

Así que solo pudo profundizar aún más el beso, Kichiro comenzó a acariciar sus muslos por debajo del camisón de dormir sacándole suspiros, sus manos viajaban lentamente por el cuerpo de Kasumi, quien había comenzado a quitarle su ropa dejándolo solo con hakama y nada más.

-Si seguimos no me detendré- advirtió rompiendo el beso y mirándola con lujuria en sus ojos- ¿quieres seguir, princesa?- su voz salió ronca
-Si, si quiero- admitió mirando a otro lado, Kichiro le tomó la barbilla e hizo que lo mirara a los ojos
-Dimelo mirándome a los ojos
-Yo...si quiero- su respiración se volvió más agitada mientras lo veía sonreír y después le quitaba el camisón quedando completamente desnuda.

Por instinto cubrió su busto y se sonrojo al ver la sonrisa burlona de Kichiro, le quitó las manos y comenzó a tocar suavemente un pecho, llevó su boca al otro pezon y comenzó a lamer y morder sacándole gemidos de placer.

Kasumi trataba de no levantar la voz, ya que el cuarto de sus padres y hermanos estaban a una corta distancia, mordía su labio inferior para acallar los sonidos de placer que salían de ellos, mostró sorpresa cuando los labios de Kichiro comenzaron a trazar un camino hacia su intimidad, quiso detenerlo pero era tarde, ya estaba lamiendo su interior y también le daba placer con sus dedos.

Realmente no era un experto en la materia, pues era su primera vez con una mujer, había tenido intereses románticos pero jamás llegó a lo que estaba haciendo ahora con aquella princesa que se colaba en sus sueños.

Sintió como Kasumi llegaba al clímax y el bebió todo sin mostrarse asqueado, se levantó y sacó su hakama quedando completamente desnudo ante ella, quien lo miraba con ojos llorosos de tanto placer y su respiración agitada, apoyó una mano a un costado y con la otra guió su miembro a la entrada de Kasumi.

-Por favor- le oyó decir y la miró esperando que terminara- ve despacio
-Jamás te haría daño- dijo dándole seguridad, acercó sus labios y le robó un beso mientras lentamente comenzaba a entrar en ella.

Kasumi sentía dolor, algunas lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas y eso alarmó a Kichiro, el comenzó a besar su cara mientras le susurraba que se quedaría quieto.

Se aseguró que ella podría aguantar y siguió entrando, la besó en los labios y dio una última estocada que hizo a Kasumi enterrar sus uñas en su espalda, un gemido de placer brotó de sus labios al estar en su interior por completo.

Aguantaba las ganas de moverse para no dañarla, quería que ambos disfrutaran de ese momento, era la primera vez de ambos y esperaba que ella jamás la olvidara, por que el no lo haría.

-Kichiro- habló suavemente mirándolo a los ojos y enrollando sus brazos en su cuello- muévete lento
-¿Estas seguras?- pegó su frente a la de ella y besó su nariz- no quiero dañarte
-Estoy segura- en cuanto se movió comenzó a gemir despacio, aunque se le hacia imposible ya que con cada embestida que le daba hacia que su placer aumentara.

Kichiro trataba de callar los gemidos de la princesa con besos, pero debía admitir que para el también era difícil aguantar, quería que todos supieran que ella era suya, que era él quien le hacía alucinar y era él quien sacaba esos gemidos de placer, quería marcar su cuerpo para que todos supieran que era solo de él, pero se contuvo ya que no quería problemas con su "suegro".

Con cada minuto que pasaba aumentaba la velocidad y sentía que pronto llegaría al clímax, pero tenía pensado hacerla acabar a ella primero, así que se aseguró de darle aún más placer y llevó una mano hasta aquel botón rosado en su intimidad, haciendo a Kasumi arquear la espalda por el placer y dándole más acceso.

Quedó fascinado con la vista que le regalaba de su cuerpo bajo él lleno de placer, pequeñas gotas de sudor en su frente logrando que su cabello se pegara en la frente, sus pechos subiendo y bajando con cada embestida y sus labios levemente hinchados por los besos y los mordiscos.

Pronto ella alcanzó el tan anhelado clímax, y al hacerlo Kichiro sintió como apretaba su miembro y no aguantó, un par de estocadas más y se corrió dentro de ella.

La respiración de ambos era agitada, se miraban atentamente y dándole un último beso salió de ella y se recostó junto a ella y la atrajo en un abrazo.

-¿Estas bien?- acariciaba el cabello plateado de Kasumi con amor- ¿te lastime?
-Al principio si- admitió, se apoyó en el pecho de Kichiro y comenzó a acariciarle el pecho con su mano- pero después...yo...- estaba completamente roja y no sabía cómo continuar- si...si me gustó
-A mi también- aquella sonrisa era la más sincera que le había dado- ven, vamos a dormir

Se acomodó en su pecho y cerró los ojos cayendo unos minutos más tarde en los brazos del morfeo.
***
El sol se colaba en su habitación dando directamente en su rostro, abrió los ojos lentamente y al sentarse recordó todo lo ocurrido en la noche anterior, buscó con la mirada a Kichiro pero no lo encontró, en su lugar había una flor.

La tomó con una mano y una leve sonrisa apareció en su rostro, buscó el camisón de dormir y lo encontró en el piso a los pies de la cama, al levantarse un dolor apareció en sus caderas y se sentó unos minutos más.

Cuando por fin logró ponerse de pie se vistió con el camisón y sacó las sábanas manchadas, las ocultó bajo toda la ropa y fue por unas nuevas, al haberlas cambiado decidió darse un baño para luego bajar a desayunar.
***
Kichiro se encontraba recostado en su cama mirando el techo, una sonrisa iluminaba su rostro y las imágenes de Kasumi gimiendo llegaron a su mente.

Cuando escuchó ruido del otro lado de la puerta se levantó, iría a desayunar y solo esperaba verla ahí.

Cerca de las escaleras logró ver a Kasumi al final de estas, con una sonrisa bajó rápidamente y asegurándose que no había muros en la costa la giró rápidamente y le robó un beso mientras la aprisiona contra la pared.

-Buenos días princesa- le acarició los labios con su pulgar- ¿durmió bien?
-Buen día- respondió a medias- si dormí perfectamente, ¿y usted?
-Dormí como nunca antes- le dio otro beso y siguieron caminando hasta el comedor.

Al entrar todos los miraron atentamente, Sesshomaru por su parte no tenía expresión en su rostro, Kagome les regaló una sonrisa y los gemelos levantaron la mano en modo de saludo, estaba por sentarse cuando notó la presencia de otra persona en la habitación.

-Padre- Kasumi miró en la misma dirección que Kichiro y vio al hombre parado con una sonrisa-¿cuando llegaste?
-Que manera de saludarme hijo- se fue acercando lentamente hasta posar una mano sobre su hombro en modo de saludo- he llegado hace apenas unos minutos
-¿Y mi madre y hermana?
-Llegaran mañana- tomó asiento al ver que ponían otro puesto y siguió hablando- las he dejado en una aldea cercana, estaban cansadas y tu hermana quería conocer, ya sabes como es
-Bien- sus palabras llamaron la atención de su padre, ya que lo notaba enojado y ¿triste?

El desayuno transcurrió entre charlas de Sesshomaru y Naraku sobre los reinos, Kasumi hablaba de vez en cuando con sus madre y hermanos, Kichiro al terminar de comer pidió permiso y se retiró de la mesa hacia el jardín trasero.
***
Naraku para muchos era un General despiadado que mataba a sangre fría, sin importarle el sufrimiento o siquiera la clemencia que pedían, jamás se le había visto mostrar afecto o cariño a alguien frente a los demás.

Pero el ver a su hijo afligido y frustrado había mostrado interés frente a los demás por el, se levantó pidiendo perdón y fue tras el.

Salió hasta el jardín y lo encontró bajo un árbol mirando las murallas, se acercó y sentó junto a él esperando que decidiera hablar primero.

-Me enamoré- admitió después de cinco minutos y sin mirar aún a su padre- ¿es estupido no crees? Siempre dije que esas cosas no me importaban, y ahora no quiero irme por amor
-No es estupido- Naraku estaba emocionado, no lo demostraba pero así era, Kichiro muy pocas veces le contaba sobre su vida y cuando lo hacía apreciaba esos momentos- a todos nos llega el amor, yo también creí que eso no servía, siempre quise solo aprender a pelear o tácticas de batalla, pero tu madre realmente me cautivó
-Si ya lo sé, no te pongas meloso- pidió alzando las manos- estoy enamorado pero no soy un romántico empedernido
-Me recuerdas a mí- una carcajada se escuchó- las mujeres nos cambian
-Etto...¿los molesto?- voltearon su mirada y se encontraron a Kasumi y Kagome frente a ellos, negaron a la misma vez y quisieron reír por el parecido- se que deben ir a su castillo, pero me gustaría invitarlos a que se queden, al menos hasta el cumpleaños de mi hija
-¿Cuando es?- Naraku hablo mientras se ponían de pie- estaría encantado, pero me gustaría hablarlo con mi esposa
-Es dentro de un mes- dijo Kasumi mirando a Kichiro- espero y puedan asistir.

Les dio una pequeña reverencia y entraron nuevamente al castillo, Naraku miró burlonamente a su hijo.

-Podrias ser menos notorio- dijo dándole un golpe en el hombro- se te cae la baba
-Callate padre- dijo quitando la mano- tu eres igual con mamá.

Siguieron peleando unos minutos hasta que decidieron entrar, esperarían a Kikyo y hablarían con ella, esperaban y aceptará.

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