IV
Kasumi amaba, admiraba y por sobre todo respetaba a su madre, pero en este mismo momento...
-¿Estas loca verdad?- las palabras salieron solas, llevó una mano a su boca y agachó la mirada- lo lamento
-Tranquila cariño- dijo ignorando el hecho de haber sido insultada por su hija- pero no, no estoy loca, lo que digo es verdad
-Es muy poco tiempo para enamorarme de el- insistió Kasumi un tanto enojada- ¿cómo es que dices la verdad?
-Cariño, yo me enamoré de tu padre en cinco días- le recordó, ya que siempre su hija le pedía contar la historia, le encantaba oírla- y te recuerdo que fue durante la guerra
-Si lo sé, luego el te comenzó a cortejar sin que tus padres supieran y te escapaste con el- dijo de inmediato- es muy lindo pero el aún no me corteja
-Entonces, ¿si hiciera el intento, lo aceptarías?- un sonrojo apareció en su hija, la vio asentir y jugar con sus dedos- pero me parece que ya lo hace
-¿Que?- miró atentamente a su madre sin parpadear- ¿eso hace?
-Todos los hombres cortejan de manera diferente Kasumi- explicó a su hija- puede ser de la manera más dulce o al estilo de un hombre que no sabe como hacerlo
-¿Cual fue el de papá?
-El segundo- dijo con un sonrojo al recordar aquellos tiempos- te recuerdo que tu padre fue entrenado para la guerra, no para el amor
-Si pero...en algún momento debió hablar con el abuelo de eso ¿no?
-No lo hizo, se suponía que el matrimonio de tu padre sería arreglado- recordar que su esposa debía ser Sara no le agradaba- pero el tema aquí es tu amor por Kichiro
-¡A-aún no sé si es amor!
-Tengo años de sabiduría, lo tuyo es amor
Se resignó ante su madre, podría ser verdad que está enamorada, así como también podría ser solo una admiración.
"Si claro Kasumi, sigue pensando eso y quizás lo creas en algún día" pensó burlándose de ella misma.
***
Los días pasaron torturosamente lentos para Kasumi, quien cada vez que veía a Kichiro se sonrojaba de tal manera que se veía obligada a ir a otro lugar, evitando en lo posible hablar o encontrarse con el.
Kichiro por otro lado estaba desesperado, pues en dos días llegaba su padre por el y no había podido hablar con Kasumi luego de la fiesta, solo habló con Kagome y fue extraño, "debes seguir como estas, estas ganando" fue lo que le dijo y debía preguntar pero no lo hizo.
Había decidido consultar con Kasumi aquella extraña plática con la madre de esta, pero al ver que lo ignoraba su desesperación aumentó ya que cuando se fuera, no la vería más que en aquellas fiestas que hacían en conjunto los Generales.
Buscando la manera de poder hablar con ella, se decidió por la más impropia en aquella época.
***
Cuando todos dormían en la comodidad de su cama, se apresuró en salir y buscar la habitación de Kasumi, sabía que estaban a tan solo cinco habitaciones de distancia, solo debía contar las ventanas y listo.
Cuando por fin dio con la ventana, se sorprendió al ver una pequeña luz encendida, una sonrisa ladina se posó en sus labios, comenzó a escalar la pared, agradecía que el castillo tuviera una que otra piedra salida o carcomida, pues hacia más fácil su ascenso.
Llegó al balcón de Kasumi, casi botaba una planta, alcanzó a sostenerla antes del estruendoso ruido que lo delataría, se asomó por la puerta y la vio en su cama, llevaba un camisón color crema, su cabello que normalmente estaba suelto ahora estaba trenzado.
Se encaminó hacia ella, sigilosamente, como un depredador observando y estudiando su presa.
-¿Muy ocupada, princesa?- Kasumi se sobresaltó y cerró el libro que yacía en su regazo de golpe, lo miraba asustada y sonrojada- tranquila solo soy yo
-¿Que haces aquí?- preguntó levantándose y colocando una manta a su alrededor- ¿entraste por la ventana?
-Si- dijo sentándose en el borde de la cama- y no me iré hasta que respondas
-¿Responder que?
-Por qué demonios me has ignorado estos días- se levantó y avanzó hasta estar a escasos centímetros de su cara- he querido hablar contigo desde la fiesta, pero tu madre simplemente me dijo que te sentías mal y los días siguientes tampoco pude- dijo viendo a la chica retrocediendo nerviosa, arrugó el entrecejo y se fue acercando más- me lo dirás o tendré que sacarte la información
-¿Y...y como lo harás?- solo miraba sus labios cuando preguntó- no diré na- los labios de Kichiro se posaron rápidamente sobre los de Kasumi, el beso fue algo salvaje, Kasumi puso sus manos sobre el pecho de Kichiro queriendo alejarlo, pero poco a poco fue sediendo.
Cuando la vio ceder aprovechó de morder su labio y así usar su lengua, el beso se volvía más pasional con cada segundo, Kasumi envolvió sus brazos alrededor del cuello de Kichiro y lo atrajo más a ella, se olvidaron de todo y todos, solo eran ellos dos.
Kasumi comenzó a soltar pequeños gemidos cuando sintió a Kichiro acariciar lentamente su espalda, le había quitado la manta y aún con el camisón sentía la calidez de la mano masculina, era una sensación extraña y exquisita para ella, algo nuevo para ambos y algo que no querían terminar.
Lentamente la guió de vuelta a la cama, donde la hizo recostarse sin cortar el beso, solo se alejaba lo suficiente para recuperar algo de aire.
-Esto está mal- dijo Kasumi, aunque seguía besando a Kichiro- padre nos matará
-Pues moriré feliz- respondió mirándola fijamente- no le temo a tu padre, temo más que dejes de hablarme
Cuando iba a responder la hizo callar con otro beso, solo que esta vez fue más intenso, mostrando en este sus sentimientos hacia ella, quería transmitir su aprecio por ella, el cariño y sobre todo lo magnífico que se sentía junto a ella.
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