II
La respuesta del General Naraku llegó dos días después, en esos dos días Kichiro había mejorado mucho gracias a los cuidados de Kagome y Kasumi, claro está que Sesshomaru no le permitió a su hija estar a solas con el muchacho.
Había sacado la cuenta de los días que tardaría su padre en llegar a las tierras Taisho, al menos en dos semanas como mínimo, debido a la distancia entre estas, ya que en medio de los reino se encontraba el bosque de Inuyasha, jamás se le había visto, pero se decía que debían pedir su permiso para lograr atravesarlo.
Tenia dos semanas y quizás algunos días más para molestar al general Taisho, y no los desaprovecharia, con esa idea en mente fue por su haori y salió de la habitación, caminó por los pasillos del castillo hasta llegar al gran comedor, recordaba muy poco donde estaba cada habitación, pues el castillo en cuestión era muy grande, pasó junto a unos grandes cuadros y logró ver lo que supuso era la puerta principal.
Al salir tuvo que cerrar los ojos ya que el sol le llegó directamente a los ojos, una vez se acostumbró a la luz, caminó hacia un árbol y se sentó a los pies de este.
Puso sus brazos tras su cabeza y comenzó a silbar mientras miraba a los sirvientes ir y venir dentro y fuera del castillo, ¿que estaría pasando? No tenía ganas de levantarse, así que solo ignoró todo aquello y cerró los ojos. Al cabo de unos minutos su silbido cesó, había caído en los brazos del morfeo.
***
Kasumi ayudaba a su madre a arreglarse, era un día importante para la familia Taisho, pues era el cumpleaños de los gemelos y el día que talvez conocerían a sus parejas, en tan solo dos horas comenzaría la fiesta, algunos invitados, como su abuela, ya habían llegado.
Kagome sabía que Sesshomaru se encontraba junto a sus hijos, así que mandó a su hija a la habitación de Kichiro para entregarle ropa limpia. Kasumi se encontraba sonrojada mientras caminaba hacia la habitación de Kichiro, tocó la puerta y al no recibir respuesta entró despacio, lo buscó por toda la habitación y al no encontrarlo se preocupó.
Dejó la ropa en la cama y fue a buscarlo por todo el castillo, buscó en el comedor, la cocina y la biblioteca, pero no lo encontró, fue al patio trasero y tampoco lo vio ahí.
Con su corazón latiendo más rápido de lo normal fue hacia la entrada principal, cuando abrió las puertas salió sin importarle la luz que molestaba a sus ojos, miró a cada lado en busca del muchacho, y cuando lo encontró su corazón se sintió tranquilo.
Caminó hacia el y lo observo dormir, debía admitir que se veía muy lindo, su cabello un poco despeinado caía por sobre sus hombros, su flequillo se pegaba en su frente y sus labios estaban entre abiertos.
Se tocó los labios mientras miraba los de Kichiro.
-¿Siempre miras a todos mientras duermes?- la voz de Kichiro la sacó de sus pensamientos y la hizo sonrojar, el chico abrió los ojos y la miró con una sonrisa arrogante- te vez hermosa sonrojada
-¡Pe-pero que dices!- volvió la mirada hacia un lado para evitar que el la viera- ¡n-no puedes decir cosas como esas!
-¿Y por qué no?- dijo levantándose y tomando la barbilla de la princesa para que lo mirara- responde princesa
-Po-por que no somos nada- dijo poniendo su mano sobre la de Kichiro queriendo cortar el contacto- por favor, sueltame
-Y si fuéramos novios- dijo ignorando la petición y logrando que ella lo mirara a los ojos- ¿qué más me permitiría hacer, mi lady?
Kasumi dejó de respirar por unos segundos, estaba perdida en esos hermosos ojos color rubí, ¿qué le permitiría hacer?,¿que clase de pregunta es esa? Quería decirle que no le hiciera esa clase de preguntas, pero de sus labios no salía nada.
-¡Kasumi!- el grito de su padre los sacó a ambos de aquel momento tan intimo- ¡ven inmediatamente aquí!
-Si padre- quizo voltear para alejarse pero Kichiro le tomó el brazo y la acercó más a el- que...que haces- susurró mirándolo con miedo a causa del enojo de su padre
-Estamos en una charla- Kichiro se dirigió a Sesshomaru sin importarle la mirada que le dedicaba- ¿podría irse?
Bien, definitivamente ese chico quería morir, pensó Sesshomaru, comenzó a respirar aceleradamente y empuñando sus manos quizo acercarse, pero unas suaves manos le hicieron voltear la mirada y alejar todos sus pensamientos.
-Mujer...- su esposa lo miraba con un poco de enojo- déjame ir
-Sesshomaru déjalos, están hablando- Kagome trataba de hacer entrar en razón a su esposo- no tiene nada de malo
-Estaba muy cerca de ella
-¿Cuando la dejarás crecer?- preguntó con un tono de tristeza- dentro de poco cumplirá los dieciocho años
-Hmp, no me harás cambiar de parecer
-Bien- Kagome soltó a su esposo y caminó hacia su hija, en su rostro se apreciaba enojo y tristeza- vamos Kasumi, debes prepararte
-Esta bien madre- miró a Kichiro para que la dejara ir- necesito ir con mi madre
-Esta bien, pero aún tenemos una charla pendiente- dijo soltando su mano
-¿Tu no irás?
-¿A donde?
-Hoy es cumpleaños de mis hermanos- le dijo Kasumi- te buscaba para invitarte a la fiesta
-Oh, que honor- dijo con una pequeña reverencia- claro que iré
-Que bien- Kagome mostró una sincera sonrisa- te hemos enviado ropa a la habitación, cuando estés listo por favor baja a la sala principal
-De acuerdo mi Lady.
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