"Entre el enlace con Alfas, Betas y Omegas la relación Alfa y Omega hacen un 100% de compatibilidad entre estas dos jerarquías pero hoy en día Alfas Betas y Omegas creen en la leyenda de su pareja destinada, aquella pareja que esta unida por un hilo rojo, se dice que ambos lobos internos al sentir a su pareja enloquecen en el segundo que sueltan sus aromas y harán lo posible por pertenecerse el uno para el otro"

Toda mi vida había oído y leído esas palabras confiando plenamente en el hilo rojo, pero nunca llegó aquel Alfa destinado, cuando moría de hambre, cuando necesitaba ese amor, solo quería sentirme protegido, amado, en el orfanato no tuve la mejor suerte decidí dejar de creer y ver mi realidad tal cual es, fría, cruel, salvaje, jugando duelos callejeros contra alfas, ganándome el título de el rey mago oscuro y mi fiel deck son mis amigos, ustedes dirán, solo son cartas impresas, estás loco. Pues no, lo crean o no ellos son mi único escape de la realidad, me siento fuerte, seguro con mis cartas, luchando solo contra los demás, y por mi jerarquía, soy un omega salvaje, indomable y feroz, un lobo natural, así me siento, mientras que los alfas se refugian en su fuerza y rugido, pero en si, son débiles, eso son los alfas, cachorros que se refugian en su fuerza descomunal y su rugido pero lo que nos hace fuertes son las pruebas de la vida, tal ves mi destino es ser libre de ellos para evitar sufrir de su tortura amorosa, humillando, maltratando a todos los débiles y a su propio omega con tal de sentirse superiores.

-Mago oscuro ¡ataca directamente a sus puntos de vida! ¡Black Magic!-Aquel alfa cayó derrotado, uno más a mi lista, a través de mi máscara veía el odio que me tenía aquel Alfa tratando de golpearme, pero fui más listo y le aplique una llave que lo inmovilizó.

-maldito Omega, me las vas a pagar, te voy a marcar como mío para que te pueda humillar!-gritaba furioso pero eso me tenía sin cuidado, no dejaría que lo hiciera.

-desaparece de mi vista, sucio Alfa-se que las leyes prohíben a los omegas golpear a un alfa pero mientras no viera mi verdadero rostro ni mi cabello podría vencerme o encontrarme gracias a los supresores, así que le asesté un golpe en el estómago mientras escupía y tosía, dejé caer humo y me fui corriendo hasta mi casa, quitándome la mascara y ocultándola en mi ropa, entré en un restaurante normal, mientras caminaba tranquilo hasta llegar a los baños y cerré con pestillo la puerta, me cambié la ropa y de mi mochila saque ropa casual, en uno de los bolsillos guardo mi deck, comencé a desvestirme poniendo mis ropas y dejando la ropa de duelo en el suelo ni lento ni rápido y ya listo puse en mi mochila la ropa de duelo y mi peluca roja, me quité mis lentillas verdes dejando ver mis inusuales ojos morados, acomodé mi despeinado cabello tricolor, saqué dinero y ya dispuesto a salir abro el pestillo y salgo a comprar mi cena a la pastelería "Dulzuras de Ra" donde un conocido chico me saluda, mi mejor amigo Joey.

-hola Yugi, ¿lo de siempre?-Joey me miró con una sonrisa.

-Hola Joey, si vengo por lo de siempre-sonrío, gracias a Joey pude hacer a mi primer amigo, bueno aunque no se comportó muy bien al primer intento, pero eso es historia pasada, y apenas espero mi pedido, un hombre de alto porte y ojos azules llega de la nada 

-cachorro, es tarde-habla aquel hombre.

-¡maldito neko roñoso deja de controlarme! ¿o que quieres que saque los colmillos y te muerda?

-¡perro insolente deja de desafiarme!

-que tiernos son ustedes-la verdad conozco a aquel hombre, Seto Kaiba, la pareja de Joey y su Alfa, Joey es un beta, bastante violento y entusiasta, me agrada mucho que sea mi amigo de verdad aparte de mis cartas.

-¡acaso quieres pelea gato tonto!

-¡a ponerte el bozal perro!-que buena suerte que esto pasa solo cuando esta por cerrar la pastelería, en fin esperé que mi pedido saliera para después ir a descansar y volver a buscar empleo, en eso aquel hombre apareció, junto a una mujer, Beta por supuesto, Atem Halakti, el dueño de esta pastelería egipcia.

-vaya, vaya tenemos peleas a estas horas de la noche?-un tono burlón y grave, un Alfa puro del cual detesto-vaya Yugi, como siempre a estas horas ¿a que se debe tu visita?

-solo vengo por mi comida, no a hablar con usted señor, Joey mi comida por favor-mi buen humor se fue apenas entró aquel Alfa, solo quiero irme de este lugar.

-oh, claro Yugi, solo te esperaba y ya cerrábamos-me envolvió mi cena y me fui pagandole a Joey.

-oye cariño que hacemos aquí, no íbamos a pasarla bien juntos?-sugirió la beta mientras escuchaba al irme

-ya nos vamos solo déjame arreglar algo en la oficina, Joey necesito que mañana los chefs y todos se reúnan, hay algo de lo que hay que hablar.-y ya no escuché mas, solo me fui alejándome de la pastelería, ya Joey hablaría conmigo de aquello, aunque no preguntara siempre terminaba contándome, en ello choco con alguien más 

-lo siento, no me fijé donde iba- conozco esa voz- oh Yugi que sorpresa verte, esperaba encontrarte alguna vez- Timaeus, el hermano gemelo de Atem, quien más sería, otro alfa puro, quien a comparación de su hermano era más gentil, pero sigue siendo Alfa, lo que me pone de muy mal humor

-hola joven Halakti, diría que no es tan sorprendente que me viera, y dígame ¿hay algo de lo que quiera hablarme?

-se mi esposo, sabes que te amo Yugi solo déjame demostrarte que...

-demostrarme que? ¿su autoridad sobre mi? ¿Qué quiere marcarme? ¿Qué seamos felices?-vi como el oji-jade asintió- pues está en un grave error, yo no acepto nada de los Alfas y mucho menos que ponga autoridad sobre mi, usted solo es un estorbo en mi camino y poco me importa herir sus sentimientos, y aunque el gobierno quisiera yo nunca sería suyo ni de nadie, con permiso joven-llámenme insensible, pero por culpa de ellos fue que perdí todo, mi infancia, mi felicidad, mi fe en creer en algo o en alguien, los Alfas solo demuestran terror, sin perder tiempo me fui dejando al joven estático mientras me perdía entre la poca gente que transitaba en las calles.

-¡Yugi espera!-solo oí eso antes de desaparecer entre la gente, al doblar la esquina saqué mi peluca de la mochila y me la puse antes de que el joven Timaeus me viera, y como pensaba el llegó a la esquina y no me reconoció por la peluca, al transitar por la calle miraba las luces de la ciudad, pensando en aquel Alfa que alguna vez viniera, y que nunca lo hizo, a alguien que nunca veré llegar.

No vengas ahora, no vengas ahora que ya no te quiero en mi vida por favor o todo lo que he construido para sobrevivir va a desmoronarse apenas pueda conocerte por que no quiero depender de ti ni de nadie, no vas a cambiar mi forma de ser solo por dulces palabras, no quiero verte si llegas a aparecer otra vez.