01. Nueva Vida
Un camión de mudanzas estaba aparcado frente a un edificio, en el cual subían las pertenencias de alguien.
Ese alguien se trataba de nada menos que de April O'neil.
Era un día veraniego excelente y luminoso para llevar a cabo una mudanza. O más bien dos mudanzas.
Casey también estaba mudándose en la misma casa, pues la pareja había decidido que ya era momento de dar el paso de vivir juntos.
Entre ambos consiguieron dar con un loft por el centro de la ciudad, idóneo para una pareja que comenzaba a convivir.
Dicha casa aún estaba apenas amueblada, faltaban muchos muebles por comprar y poner, y adornos que colocar.
Pero a pesar de eso, la pareja estaba enamorada e ilusionada de su nuevo hogar.
Y no era para menos, pues se trataba de un loft moderno, algo que incluso resultaba envidiable para aquellas personas que no tenían uno en el que vivir.
Claro que ambos habían puesto de su parte, era lo justo si ese hogar iba a ser de los dos a partir de ahora.
En medio de la mudanza, April se encontraba enseñando con orgullo e ilusión su nueva casa.
A nadie más y nadie menos que las hermanas, Sara y Lara.
Junto a las chicas, April exploraba cada parte de la casa haciendo un "room tour", no lucía ser tan grande... al principio.
Recibía comentarios de aprobación por parte de las chicas, notándose las expresiones de sorpresa al ver lo grandes y amplias que eran la mayoría de habitaciones.
Tras explorar por toda la casa, se detuvieron en medio del salón, el cual ya estaba algo amueblado con un sofá, una mesa de café y la tele sobre el mueble para el mismo.
April: ¿Qué os ha parecido? Espero que no os resulte demasiado. —Dijo con una leve risita nerviosa. No quería darles la impresión de que la casa era demasiado grande para la pareja.—
Sara: Está muy bien, nunca había visto un loft tan moderno cómo este. Tienes suerte. —Felicitó junto con una alegre y amplia sonrisa.—
Lara: Bien está, pero, demasiadas habitaciones, ¿no? —Preguntó frunciendo el ceño.—
April: Bueno, pensé que sería adecuado para poder tener una habitación dedicada a todas mis pertenencias de artes marciales. Lo mismo para Casey y sus cosas. —Respondió segura de su decisión.—
Lara: Bien pensado, así da gusto tener una casa. —Respondió con aprobación y orgullo.—
Sara: Yo tengo pensado hacer lo mismo en un futuro. Espero que no muy lejano. —Río levemente.—
April: Seguro que no será muy lejano. —Respondió esperanzada con una sonrisa.— Podéis sentaros si queréis.
La pelirroja les invitó a sentarse en el sofá que estaba frente a la mesa de café. Ambas chicas aceptaron la invitación a sentarse.
April: ¿Queréis tomar algo? Ya tenemos la nevera algo llena, por si os apetece algo.
Sara: No, gracias. —Agradeció sonriente.—
Lara: ¿Tienes alguna lata de cerveza? —Preguntó ladeando la cabeza.—
April: Creo que unas pequeñas botellas que trajo Casey el otro día. Enseguida te traigo una. —Se retiró hacia la cocina, marchando por una pequeña botella de cerveza para la pelirroja.—
Sara: ... —Dirigió una mirada nada contenta justo cuando April se había marchado hacia la cocina.—
Lara: ¿Qué? Tengo sed, y me apetece algo frío. —Respondió ignorante encogiéndose de hombros.—
Sara: Para eso tienes agua de la nevera, no una cerveza. —Contradijo en total desacuerdo por la cerveza.—
Lara: No seas mí madre, ya tengo bastante con tú novio. —Respondió sarcásticamente. Aunque en cierto modo se quejaba del comportamiento del líder, el cual era similar a la de su hermana.—
Sara: —Soltó un suspiro de resignación a la vez que negaba con la cabeza y rodaba la vista.—
April volvió con una pequeña botellita de cerveza ya abierta. Se reunió con ambas no pudiendo evitar soltar unas risas por la discusión entre las hermanas.
April: Perdonad que me ría, pero adoro vuestras discusiones.
Lara: No te culpo, nuestras discusiones son dignas de un matrimonio. —Respondió sarcástica riéndose levemente.—
April: —Rió por la sarcástica respuesta de la pelirroja, y le ofreció la cerveza.—
Lara: Gracias. —Agradeció para después tomar un primer trago de esa cerveza.—
April: No hay de qué. —Se sentó al lado de ambas, dirigiendo la mirada frente a ellas.— Y hablando de los chicos, ¿cómo están? Hace una semana que no he podido pasarme por la guarida por el trabajo y la casa.
Sara: Están bien, de vez en cuando siguen celebrando su victoria contra Shredder. —Rió levemente pareciéndole divertido.— Pero, las cosas empiezan a cambiar por allí.
April: ¿En serio? ¿Qué tipo de cambios? —Preguntó con confusión.—
Sara: Resulta que Splinter les está limitando salir a la superficie. —Respondió en un tono un tanto preocupante.—
April: ¿Qué? —Cuestionó notoriamente asombrada, no esperaba oír lo que la morena acababa de decir.—
Lara: Así, de un día para otro. Es una mierda. —Apuntó en total desacuerdo, y continuó tomando otro trago a la cerveza.—
Sara: Al parecer Splinter ya no quiere permitir ningún riesgo de que las tortugas sean vistas. Así que empieza a prohibirles salir como hasta ahora. —Respondió mostrando preocupación por la decisión de la rata.—
April: De todas las cosas lo que menos esperaba era esa decisión tan radical de Splinter. No esperaba algo así. —Indicó asombrada a la vez que preocupada.—
Sara: Últimamente somos las que nos acercamos todos los días a estar con ellos.
Lara: —Soltó un pesado suspiro.— A veces no doy crédito.
Sara: En cierto modo lo entiendo, es decir, Splinter solo quiere proteger a las tortugas. —Dijo mostrándose comprensiva por el maestro rata.—
April: Sí, y no es para cuestionarle. Pero... no creo que prohibirles salir sea lo mejor... —Dijo preocupada soltando un pequeño suspiro.—
Sara: Pienso lo mismo. No creo que sea lo mejor para ellos, incluso para la ciudad.
Lara: Tal vez sea por el probable contraataque que planee el pie por haber derrotado a su líder. —Supuso pensativa encogiéndose de hombros.—
Sara: ¿Después de haber pasado dos meses? No, no lo creo. Si esa gente estuviese preparando un contraataque ya lo habríamos notado. —Respondió reflexionando en la suposición.—
April: Estoy de acuerdo, dudo que dejen pasar el tiempo cuando podrían habernos atacado justo después.
Lara: De todas formas, sea por lo que sea, no me gusta nada. A lo mejor deberíamos hablar con Splinter. —Propuso dirigiéndose hacia la cocina mientras terminaba la cerveza que quedaba.—
April: Bueno, es una opción. —Comentó encogiéndose de hombros dando posibilidad a la idea.—
Sara: No sé, quizá sea mejor dejárselo a Leo. Él se las arregla mejor con Splinter. En cambio... dudo que a nosotras nos haga el mismo caso. —Respondió dudosa por la opción.—
April: Cierto, pero seguro que os escuchará. Su respuesta puede ser una u otra, pero estoy segura de que os va a escuchar. —Afirmó junto con una sonrisa.—
Sara: Supongo. Bueno, por ahora preferiría esperar a ver qué decide Splinter, y después hablaremos con él si es preciso. —Apuntó reflexiva.—
April: Me parece justo. —Afirmó sonriente.—
Lara: Espero que no sea demasiado tarde cuando decida, porque con Splinter nunca se sabe. —Dijo mientras se reunía con ellas.—
Sara: Habrá que esperar. Bueno, nosotras ya nos vamos, April. Nos ha encantado vuestra nueva casa. —Sonrío al mismo tiempo que se levantó del sofá.—
April: Me alegro. —Respondió levantándose también del sofá.— Podéis venir siempre que queráis, sois bien recibidas.
Sara: Gracias, April. —Agradeció dándole un cálido y amistoso abrazo.—
April: —Sonriente abrazó también a su amiga.— ¿Podéis decirle a los chicos por qué no he podido ir a verlos? —Preguntó a la pelirroja.—
Lara: Sin problema. —Respondió acercándose a ambas.—
April: Gracias, Lara. —Se separó de la morena para darle un amistoso abrazo a la pelirroja.—
Lara: —Tras eso también le devolvió el abrazo, a pesar de que no le gustara demasiado los abrazos.—
April: —Se separó del abrazo para acompañar a ambas hasta la puerta de entrada y abrirla.— Nos vemos pronto, chicas.
Sara: Hasta pronto. —Se despidió saliendo por la puerta junto con Lara.—
Lara: Chao.
Tras despedirse, ambas hermanas salieron del edificio dejando a April continuar con su mudanza tranquilamente.
Ya después de cruzar la calle, ambas chicas caminaban mientras hablaban sobre April y su nueva casa con Casey.
Lara: En serio, ¿era necesario tener que aguantar que nos presuma su nueva casa? —Preguntó sarcástica.—
Sara: Pues claro, ¿a caso rechazarías su invitación por qué sí? —Cuestionó frunciendo el ceño.—
Lara: Cuando se trata de restregar y fardar de algo, para mí es una justificación. No lo soporto. —Respondió soltando un pesado suspiro.—
Sara: Se trata de mostrar ilusión y emoción por una casa nueva. ¿Quién no lo estaría? —Preguntó encogiéndose de hombros.—
Lara: Yo lo estaría por algo más que por solo una casa nueva. —Dijo indiferente.—
Sara: —Rodó la vista negando con la cabeza por la indiferencia de su hermana.— Vamos a ver a los chicos.
Lara: Aún es muy pronto, ¿no crees? —Preguntó.—
Sara: Igualmente tenemos que bajar, da igual que sea pronto o no. —Respondió encogiéndose de hombros.—
Lara: Cierto... Está bien, vamos a ver a los chicos. —Concluyó dispuesta a ver a las tortugas, a pesar de que todavía no era ni plena tarde.—
❇
Los hermanos tortuga se encontraban haciendo lo mismo que un día cualquiera desde su victoria contra el clan del Pie.
Michelangelo jugaba entusiasmado y centrado en una de las máquinas recreativas, mientras disfrutaba de una porción de pizza, cómo no.
Raphael había salido del dojo después de un rato de entrenamiento, era su rutina de todos los días.
En cambio, Leonardo y Donatello estaban atentos al telediario de las noticias.
Todos los días se aseguraban de que no se detectase actividad enemiga en la superficie.
Por ahora, todo parecía seguir como hasta ahora, tranquilo y normal.
Leo: Por lo que parece, no hay ninguna actividad extraña de la que alarmarse. —Indicó de brazos cruzados viendo el telediario, de pie justo al lado de Donatello.—
Donnie: Descartando a los recurrentes criminales como ladrones y contrabandistas, no. Nada. —Respondió viendo las noticias con decepción.—
Raph: Estáis perdiendo el tiempo, los criminales de esta ciudad siguen ahí fuera. —Se dirigió a ellos pareciéndole inútil estar atentos al telediario—
Leo: No se trata sólo de ellos, se trata del Pie, Bebop, Rocksteady, Stockman, cualquiera de ellos.
Raph: Parece mentira que los sigas nombrando después de dos meses. El clan del Pie ya no existe, es historia.
Leo: No sería de extrañar que todavía sigan activos, pero ellos no son la prioridad.
Donnie: Nos referimos al resto de enemigos, Raph, no exclusivamente al Pie. —Aclaró aún sentado en el sofá.—
Leo: Debemos estar atentos ante cualquier actividad enemiga para intervenir. —Indicó seriamente.—
Raph: ¿Creéis qué con el plan que lleva Splinter nos va a permitir detener al resto de fracasados? Porque lo dudo.
Mikey: ¿Por qué no? Es una buena excusa. —Dijo mientras comía su porción de pizza después de terminar la partida en el recreativo.—
Raph: —Rodó la vista suspirando pesadamente ante la absurda respuesta de Mikey.—
Los cuatro dirigieron la vista hacia la entrada, alguien estaba entrando en la guarida.
Se alegraron de ver que se trataban de Sara y Lara, siempre era una alegría para ellos recibirlas, ya que se notaba mucho la ausencia de April y Casey.
Y las hermanas alegraban algo el ambiente en la guarida, dada la decisión de Splinter de limitarles la salida a la superficie.
Ambas saludaron a los cuatro con un cálido abrazo, y a sus respectivas parejas con un beso.
Lara: ¿Qué, cómo vais hoy? —Preguntó a los cuatro.—
Raph: ¿A diferencia de ayer? Igual, ts... —Respondió mostrando indignación por la aburrida pero cierta verdad.—
Mikey: Ya sabes, igual que ayer, y antes de ayer, y antes antes de ayer, y así.
Lara: Qué interesante... —Dijo sarcásticamente.—
Leo: Hoy habéis venido muy pronto, ¿no? —Preguntó un tanto confundido.—
Sara: Bueno, resulta que venimos de ver la nueva casa de April y Casey.
Leo: Cierto, nos dijeron que iban a estar muy ocupados.
Sara: Sí, por eso y por el trabajo no han podido pasarse a veros. —Comunicó al resto.—
Mikey: Oh, vaya, tengo ganas de ver esa casa nueva. —Comentó entusiasmado.—
Sara: ¿Algo nuevo qué contar? —Preguntó a su pareja dirigiéndose a él.—
Leo: A parte de que me estoy empezando a cansar de ver el telediario, necesitaba ver tú sonrisa. —Respondió dedicándole una pequeña sonrisa, y le depositó un beso en la frente—
Sara: —Sonrió por el tierno beso. — Y en cambio, yo empiezo a ver cada vez menos la tuya... —Respondió preocupada y acarició con cariño su mejilla.—
Leo: Cada vez me siento más extraño en la situación en la que estamos. Splinter intenta prohibirnos salir, pero, no podemos dejar libertad al resto de enemigos.
Donnie: Me lo apunto como posible punto a nuestro favor. —Comentó levantándose del sofá reuniéndose con sus hermanos y las chicas —
Lara: Eso queríamos preguntar, ¿qué tal con Splinter? —Preguntó tras escuchar al líder hablar al respecto.—
Raph: No hemos hablado con él sobre eso, estamos esperando al momento indicado. —Respondió encogiéndose de hombros, pues no sabían cuándo sería el mejor momento.—
Leo: Pero está claro que tenemos que hablar con él seriamente sobre esta situación. —Indicó seriamente.—
Donnie: ¿Puede qué este sea el mejor momento? Han pasado semanas desde que llevamos esta situación. —Cuestionó pensativo en voz alta.—
Sara, Lara: —Ambas se miraron entre ellas, coincidiendo en el mutuo pensamiento de que, casualmente, habían hablado sobre este asunto hace un momento con April. Tal vez ya era hora de hablar con el maestro rata.—
Lara: ¿Por qué no? Tarde o temprano tendríamos que hablar con él. —Dijo encogiéndose de hombros.—
Raph: Bien, porque estoy cansado de todos los días lo mismo. —Dijo agotado y dispuesto a hablar con Splinter al fin de la situación.—
Mikey: Esto... Pienso que todavía no deberíamos hacerlo. ¿Puede no ser ahora? —Preguntó mostrándose temeroso a la idea de hablar con el maestro rata de la tan complicada situación actual.—
Splinter: No.
Todos se sobresaltaron por la inesperada aparición de Splinter tras ellos. Algunos incluso se asustaron del frío tono con el que sonó la respuesta de este.
Por lo que parecía, había llegado el momento de hablar sobre la situación familiar.
Splinter: ¿Queréis hablar de la situación familiar? Muy bien. No debí retrasar esta conversación, pero lo cierto es que a lo largo de estas semanas, ya había considerado mí decisión.
Todos estaban atentos con total incertidumbre a la decisión de Splinter.
Splinter: A partir de ahora, os prohíbo salir a la superficie. Y esa será nuestra nueva vida. —Concluyó seriamente con su decisión.—
Todos respondieron con un unísono ''¡¿Qué?!'' ante la decisión de la rata. Obviamente, ninguno se mostró de acuerdo.
Raph: Sensei, no puede prohibirnos salir a la superficie.
Leo: Todavía hay enemigos que de los que no podemos dejarles libertad.
Donnie: Y somos los únicos que podemos pararlos.
Mikey: ¡Por favor, sensei! ¡No nos haga esto! —Exclamó rogando y tratando de hacerle recapacitar al igual que el resto.—
Splinter: Ya he tomado la decisión. —Repitió fríamente.—
Lara: Oiga, Sensei...
La situación fue interrumpida por una inesperada alarma que provenía de los monitores de Donatello.
No se trataba de una alarma cualquiera, sino de la alarma de seguridad por movimiento desconocido por las alcantarillas.
Sara: ¿Eso no es la alarma de seguridad? —Preguntó dirigiendo la vista a los monitores alarmada por la inesperada alerta.—
Donnie: Sí, lo es. —Respondió mostrando preocupación por la inesperada alarma.—
Leo: Algo está pasando aquí abajo. —Llegó a dicha conclusión, dado que esa alarma les alertaba de movimiento desconocido en las alcantarillas, muy cerca de ellos además.—
Todos alarmados, se acercaron a los monitores, principalmente Donnie fue primero para averiguar el motivo de la alarma.
Mientras que Donnie lo averiguaba, todos los demás lo rodeaban, inquietantes por lo que fuera que activó la alarma.
Splinter también se acercó a ellos, por la curiosidad y desde luego, por la incertidumbre de saber lo que estaba pasando.
Donatello configuró sus monitores para acceder a las cámaras con las que pueden descubrir el motivo de la alarma.
Cuando las cámaras dejaron ver a los intrusos... Ninguno se lo creía...
Leo: Son los Triceraton... —Anunció mostrándose sorprendido ante la tan inesperada aparición de dichos enemigos.—
Mikey: ¡Oh, tío! ¡No puede ser! —Exclamó llevándose las manos a la cabeza.—
Raph: ¿Esos estúpidos dinosaurios? ¿Qué demonios hacen aquí? —Preguntó notoriamente sorprendido, pues obvio que nadie se lo esperaba.—
Donnie: No entiendo nada, hace varios meses que los expulsamos de la Tierra. ¿Qué estarán tramando? —Preguntándose confundido.—
Lara: Nada bueno, está claro.
Splinter: Bien, dada la inesperada situación, hablaremos del asunto familiar más tarde. Ahora, tenéis otro asunto más importante que atender. —Concluyó seriamente.—
Leo: Entonces vamos a darles la bienvenida, y a la vez una despedida... Definitivamente.
Lara: Entonces, ¿volvemos a la acción? ¡Al fin, algo emocionante para el resto del mes! —Celebró entusiasmada de al fin volver a pelear.—
Leo: No, de eso nada. Vosotras dos os quedáis aquí, nosotros nos ocupamos.
Sara: Espera, ¿qué? —Cuestionó en desacuerdo con el líder.—
Lara: Y un cuerno, vamos a ir lo quieras o no. —Concluyó ante la tortuga.—
Raph: Vamos, Leo, ya sabes que son de buena ayuda. Sin duda no está de más con esos dinosaurios.
Sara: —Mirando seriamente a su pareja, cruzó los brazos ladeando la cabeza.—
Leo: —Resopló con resignación, al fin y al cabo lo que Raph decía era cierto.— Vale, pero si ordeno retirada, ya sabéis qué hacer.
Lara: Igual con tú chica te funciona, pero conmigo estás apañado. —Respondió al líder con vacilación.—
Raph: —Río ligeramente junto con una sonrisita divertida ante la inesperada respuesta de su pelirroja.—
Leo: —Rodó la vista negando con la cabeza por la impertinencia de la pelirroja, aunque estaba más que acostumbrado.—
Donnie: Chicos, no es por meter prisa, pero deberíamos irnos ya mismo. —Dijo tratando de poner a todos en marcha.—
Mikey: ¡Próxima parada: Triceraton! —Exclamó entusiasmado por interceptar a los cabeza cuerno de los Triceraton.—
Leo: No hay tiempo que perder. ¡Vamos!
Cada uno, incluidas las chicas, fueron por sus respectivas armas. Y sin perder ni un solo segundo más, salieron de la guarida, en busca del cuarteto de Triceratons que circulaban por las alcantarillas.
Probablemente, con el objetivo de destruir a las tortugas.
❇
Muy inesperado el final, ¿no?
Calma, que no cunda el pánico... Bueno sí, que arda, jajaja.
A ver, quiero aclarar que no me he inventado la aparición de los Triceratons de la nada.
Existen unos cómics de 5 volúmenes que relatan la precuela de la película que todos hemos visto.
Ya que esta historia también se enfoca antes de lo visto en la película, me pareció una buena idea seguir la precuela de estos 5 cómics.
Aunque trataré de darle más sentido en partes donde lo carece en esos cómics...
Y bueno, aquí lo dejo por ahora.
¿Hay ganas de más? 😉
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