23
No regreses
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Flegt me observaba con súplica, rogandome que le pida quedarse. Había tomado una actitud de melancolía algo muy diferente a Farah quien nos dejó de hablar a todos por decidir las cosas sin consultarla.
— ¿Por qué nos tenemos que ir hoy?
— Porque seguramente Orion y Magnolia están juntos, además de querer tu cabeza van a buscar a Gi por el tema de Agatha.
— No es buen momento para que estén aquí — tomó de la mano a Flegt — Sólo vete y no regreses a este lugar.
— Mientras tú sigas aquí yo siempre voy a querer regresar.
— Claro, porque yo no importó, se supone que después de los dieciocho soy una adulta capaz de tomar mis decisiones pero nadie parece notarlo, ¿es por mi altura?, si es por eso déjenme decirles que eso es discriminación y pienso demandarlos, Zorel será mi abogado — dice Farah con enfado
— Rubia, creo que no estás conciente de lo que es la ley de hielo y no soy abogado — Farah cruza los brazos y lo observa fijamente así que Zorel baja la mirada — Creo que tendré que comenzar mi carrera en leyes.
— ¿Escucharon eso? — interrumpe Gi
— No, nada — niego con la cabeza
— Gi, creo que ya comenzaste a escuchar voces en tu cabeza.
— ¡Silencio Zorel!, en serio escuché algo
— No escuchamos nada— indica Flegt
— Absolutamente nada
— ¡Cállate Aster! — gruñe Zorel — huele a... brujas...
— ¿Se supone qué además de duende es un sabueso? — murmura Flegt
— Y obviamente huele a bruja yo estoy aquí — reniego
— No soy un sabueso, pero se reconocer a las brujas y no es Aster.
— ¡Rápido a la biblioteca y cierra todo como Agatha te enseñó! — grita Gi corriendo en dirección a la cocina
No se que suce, pero el sentimiento de miedo no desaparece, cierro toda puerta, ventana o entrada a esta casa con uno de los primeros hechizos que Agatha me enseñó, servía para resguardarnos durante un tiempo, nadie podía entrar o salir a menos que yo deshaga el hechizo.
Nos juntamos en la biblioteca en donde Zorel ordena las velas y los cristales, le da indicaciones a Flegt para que busque un libro mientras Farah yo alejamos la mesa del lugar para hacer espacio.
Gi llega con una daga adornada de cristales rojos, unas cuantas flores y una venda.
— Tienen que estar dentro del círculo y Flegt, tendrás que ayudar a hacer esto.
— ¿Qué sucede? — dice confundido
— Magnolia esta aquí y viene con un ejército de brujas — indica Gi
Gi toma la daga y nos corta la palma de la mano para después juntarla, Flegt me toma la otra mano intentando tranquilizarme, pero no funciona, esto era casi igual a la unión de sangre y eso me aterroriza.
— Todo estará bien — intenta tranquilizarme
— No lo creo — mi voz depende de un hilo
— Ya se pueden ir, pero no puedes regresar, la unión de sangre se ha desvanecido y ya nada ni nadie te protege en este lugar.
— ¡Gi, tenemos que empezar ya, comienzo a escuchar en mi cabeza la voz de Elowin! — Zorel está de rodillas mientras cubre sus orejas con las manos
— ¿Estás bien, qué te sucede? — Farah corre ayudarlo
— ¡Farah al circulo! — grita Gi
— ¡Pero esta sufriendo, algo le sucede!
— Elowin esta jugando con la cabeza de Zorel para que Aster deshaga el hechizo, no puedes hacer nada.
Farah nos observa con inquietud y vuelve al circulo, Gi comienza a gritarme diciendo que comience el hechizo, pero no logro recordar como comenzaba.
Flegt me toma de los brazos y me sacude mientras dice algo que no logró comprender, era como estar bajó el agua, no logrop ni moverme.
Tienes que reaccionar.
— ¡Aster!
— Aquí estoy — tomó la mano de Gi
— Da u listessu focu chì sò in.
Comienzo junto a Flegt, el aire frío inunda el lugar al igual que los gritos de desesperació de Zorel pidiendo que las voces se detuvieran.
Farah me observa al igual que Flegt, ellos no se quieren ir, no era como lo planeamos, nada estaba bien, nada es como queríamos.
Las velas se apagaron y no logramos observar nada ya que eran lo único que iluminaba el lugar, Gi enciende las luces y no estaban.
Solamente están las velas derretidas y los cristales rotos, el suelo está marcado con un círculo como si se hubiera quemado la madera, pero no hay rastro alguno de ellos.
— Gi, tienes que volver a ser Agatha.
— Pero es inútil, Magnolia debe de saberlo — reniega ella
— Podemos lograr convencerla, algo podemos idear.
Voy con Zorel y lo tomó entre mis brazos, tiene unas lágrimas en sus ojos y sus dientes rechinan. No sé lo que esa bruja le estaba haciendo, pero si lograba percibir su dolor, Elowin era una bruja mala, tuve que saberlo desde el día en que bailó con Flegt cuando llegamos a este lugar.
— Soporta solo un poco más — le digo en un susurro
— ¿Ellos se fueron? — no podía responder a esa pregunta, solo asiento intentando que las lagrimas no se escapen de mí
— Abre las puertas Aster, llegó la
hora — manda Gi
Unos minutos pasaron cuando escuchamos la puerta principal abrirse junto al sonido de los tacones, la voz de Magnolia llamando a Agatha y reiterando que era de mala educación cerrar la casa de esa forma.
Zorel había logrado levantarse y guardó la daga entre su ropa por si era necesario.
Ahí estábamos había siente brujas junto a Magnolia y Orion, todas tenían una sonrisa, como si hubieran ganado la guerra pero Magnolia no, ella no demostraba nada solo estaba parada inspeccionando el lugar.
— ¿Y dónde está el cazador? — Magnolia esboza una sonrisa
— No está aquí — indica Gi
— Eso veo querida Aster, pero, ¿dónde se encuentra? — da un pasó hacia nosotros y Gi se pone enfrente nuestra
— Ni un paso más Magnolia — advierte Gi
— Al parecer estos niños hicieron salir tu instinto maternal, solo quiero al chico — dice burlona
— Él no está, se fue a su hogar y ambas sabemos que ahí no le puedes hacer daño.
— Es imposible que alguien salga de este lugar tú lo sabes perfectamente Agatha, recibiste un castigo gracias a eso — se da la vuelta y observa al resto de brujas — Busquen en el bosque y en la casa del duende, no deben estar lejos.
— Te llegas acercar a mi y casa y te cortó la cabeza — amenaza Zorel
— Será una visita rápida, no te preocupes.
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