21*
¿Y tú dónde estabas?
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Farah E.
— Voy a buscar leña — anuncio al ver que la fogata poco a poco se extingue
Todos asienten y comienzo a caminar por el oscuro bosque solamente con una antorcha en la mano.
— Hola rubia — dice el pelinegro que sale entre las sombras
— Si intentas hacerme algo hoy a gritar y voy a correr — doy un paso hacia atrás
— No lo dudo, un gusto Orion Fraser — extiende la mano
— Ya se quien eres y no me interesa saber más.
— ¿Tanto me odias? Pero si yo no te he hecho nada
— A mí no, pero a mi hermano sí y tu cara bonita no va a cambiar lo que pienso de ti.
— Venía por unas flores y terminé con un alago, me gusta — esboza una sonrisa — Nos volveremos a ver Farah.
— Estoy entusiasmada.
— Eres un reto y yo adoro los retos — dice con una sonrisa antes de irse
Tomo los trozos de madera y vuelvo al campamento en donde están jugando cartas apostando las sobras de la comida, me siento a la par de Lud y comienzo a jugar con ellos.
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— No creo poder — murmura Flegt entre dientes
— Tienes que hacerlo — asegura él
— Pero si lo hago voy a morir y va a ser por tu culpa.
— Perdimos, tenemos que afrontar las consecuencias — afirma Zorel
— Te odio Zorel.
Saltan al lago, salen de inmediato casi tropezando y temblando gracias al agua congelada, había perdido una apuesta para ver quién podía comer más malvaviscos, Micah y yo habíamos ganado y ellos tenían que cumplir.
— Ven aquí, vas a morir de una hipotermia — Comienzo a sacarlo con una toalla
— No logró comprender como tanta comida cabe en tu pequeño cuerpo.
— Es cuestión de práctica — me encojo de hombros
— ¿No pueden quedarse? — pregunta Micah
— Tenemos que volver a casa y llevamos dos días durmiendo en el suelo necesito mi cama — dice Zorel desesperado
— Para ser sincera, si Micah cocina siempre no me importa quedarme.
— Pueden llevarse la comida, tenemos más en casa — él esboza una sonrisa
— ¿Crees qué se queda con Micah o con Lud? — Flegt le pregunta a Zorel mientras nosotros comenzamos a guardar la comida
— Te apuesto que se queda con Micah.
— Yo te apuesto que va a ser Lud, ¿apostamos una pizza? — dice Flegt una sonrisa y extiendo mi mano
— Trato, ¿sabes qué Lud tiene diecisiete verdad? — Zorel se aleja con una sonrisa en el rostro y toma la comida.
No intervengo ya que se que ambos perderán, Micah es alguien lindo y de mi edad, pero no me interesa de esa manera y Lud es un niño por lo cual es casi imposible. Quizá sea que no puedo dejar de pensar en aquellos ojos azules de Orion.
— Nos vemos la otra semana — me despido de Micah
— Si tienen hambre antes, el lunes voy a hacer pastel por el cumpleaños de los gemelos.
— Ten por seguro que iremos — asegura Flegt
Eso me asusta, nuestro futuro desconocido, no saber si quiera llegaremos al lunes, nos despedimos y caminamos hasta llegar a casa.
— Volvimos — grita Zorel al entrar a la casa
— Hay pastel en la cocina — escuchamos la voz de Gi
Lanzo las cosas y corro a la habitación junto a Flegt, ella está sentada en la cama mientras leía un libro color verde, no se había percatado de nuestra presencia.
— Aster...
— ¿Dónde estabas? — deja caer el libro y abraza a Flegt mientras yo salgo lentamente
— Lo mismo pregunto ¿dónde estabas?
Corro fuera de la habitación y de la casa, hasta toparme con Micah quien lleva una caja llena de comida.
— ¿Estás en contra de la comida? — dice divertido
— No, solo que cuando corro no veo el camino — intento recobrar el aire
— ¿Quieres hablar de eso? Podemos ir a la cascada y hablar, tengo algunas cosas que podemos comer.
— Me encantaría — esbozo una sonrisa
— Bueno es hora de irnos.
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Astereae
Flegt me observaba con tristeza, me quedo en silencio un momento intentando buscar una respuesta a su pregunta, Farah había salido casi corriendo de la habitación al vernos así que nos quedamos solos.
— Te esperé en el valle toda la noche, pero nunca llegaste y...
— Pero yo si — levanto la vista y observo a Orion parado en el marco de la puerta
— ¿Recuerdas cuando el primer mes saliste corriendo de aquí? — dice con la mirada baja
— Flegt... yo...
— Te busque en todos lados y no me quede esperando a que volvieras, al final estabas en la biblioteca, pero te busque en todo el pueblo.
Se da la vuelta y se dirije a la puerta.
— ¿A dónde vas?
— A despedirme de Farah.
— No te quiero, no lo hago, pienso que solo me obsesione contigo — Orion me toma del brazo — Y tú tampoco me quieres a mí o tal vez si lo haces y solo quieres ocultarlo
— No, tú no eres Flegt, tú no eres la persona que estuvo conmigo casi toda mi vida y la cual me perdonaría a pesar de mis errores — respondo firme
Salgo corriendo en busca de Flegt, pero no lo encuentro en el lugar, busco por las calles de piedra.
— ¡Flegt! — grito a pesar del sonido de la cascada — Por favor... ¡se que estas aquí!
— No puedes saberlo — esta sentado en las piedras junto a la cascada
— Sí, sí puedo, la última vez solo me quede esperando por ti, pero era mi turno de buscarte y este es el único lugar en el que puedes estar porque es el único que conocemos ambos.
— No voy arrastrarte conmigo Aster, has sufrido demasiado.
— Yo comencé con esto y no me arrastras a nada, porque te quiero.
— Tú no me quieres, quieres el hecho de poder salvar a alguien porque no pudiste hacerlo con tus padres — dice entre dientes
— No hagas eso.
Él sabía que me dolía cada vez más lo del accidente de mis padres, Flegt podía estar lastimado y dolido pero nunca me había atacado de esa manera.
Intento acercarme más a él pero sigue actuando de manera indiferente.
— Te quiero porque eres tú, quiero al Flegt de antes.
— No te atrevas — murmura al observar mi cercanía.
— Te quiero.
Lo abrazo y siento como sus músculos se tensan, tarda un momento en corresponder mi abrazo pero lo hace, nuevamente siento su cercanía, su cariño.
Sus ojos sueltan unas cuantas lagrimas y lo abrazo más fuerte como si se fuera a desvanecer.
— ¿Podemos ir a casa? — digo casi en una súplica
— Vamos a casa pequeña Aster.
Me toma entre sus brazos y caminamos por todo el lugar, intento lanzarme una vez a la cascada, pero no lo logró gracias a que nos topamos con Micah y Farah, al parecer Flegt perdió una apuesta con Zorel gracias a eso.
— Tengo que hablar con ustedes — Gi nos dirige a la sala
— Por favor, no queremos más dramas.
— Estamos muy cansados, es demasiado por un año — dice Zorel
— Orion se fue muy molesto, intenté hablar con él, pero no se detenía, lo seguí, pero me detuve cuando vi que hablaba con Magnolia, algo no esta bien.
— Tranquila Gi, no va a suceder nada por ahora solo queremos dormir.
Subimos a la habitación la cual está congelada gracias a la ventana abierta, Flegt enciende la chimenea y me lleva una manta para poder sentarme enfrente de ella.
— Te extrañaba.
— Yo también, encontré una manera de poder volver a casa después de todo el tiempo que pase encerrado en la biblioteca.
— ¿Qué descubriste?
— Las personas que pueden entrar a este lugar son las que tienen una parte de ellos aquí, tus padres eran de aquí al igual que mi madre por eso logramos pasar.
— ¿Estas seguro qué mis padres eran de aquí? — cuestiono
— Es la única manera en que tú seas bruja, Gi lo dijo y eso significa que podemos volver porque una parte de nosotros esta ahí. En los libros hay unos cuantos hechizos.
— Flegt... — digo en un murmuro
— ¿Qué sucede? — cuestiona él
— No estoy segura de querer volver, no tengo nada en ese lugar, los puedo ayudar a regresar, pero no voy a ir con ustedes.
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¿Qué les pareció el capítulo?
En realidad yo amo a Zorel y a su familia y a Farah.
El título tiene esto * porque fue editado y varias cosas cambiaron.
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