5._Sonrisa
Había una chica muy guapa en la oficina. Se había integrado hacía una semana y siempre tenía problemas de algún tipo. Esa mañana necesito que el propio Bills fuera a señalarle como debía hacer una transferencia a otra área, de la persona que estaba al teléfono. A él no pareció molestarle tener que ir a hacer semejante pequeñez. De hecho no era raro que en ocasiones dejara su oficina para pasearse entre los ejecutivos y se detuviera en el cubículo de alguna chica para "ayudarla" con algún problema. En realidad todo lo que estaba haciendo era fingir que él trabajaba y de paso coquetear un poco para conseguir algún favor y delegar parte de su trabajo a otra persona. Obviamente las mujeres se daban cuenta, pero como nadie quería llevarse mal con él y siempre había alguna valiente que intentaba algo más, el juego resultaba bastante bien. Esa mañana la atención de Bills parecía estar en la chica nueva, pero a ratos pasaba de ella y veía a Mary que estaba sentada un poco más allá. Tenía puesta una gorra de color verde. Era la única persona ahí con una gorra.
Bills nunca se detuvo a reflexionar respecto al hecho de que con ella nunca se le pasó por la cabeza la idea de ser galante para obtener un poco de su colaboración. Podía deberse a que ese primer día, cuando le pidió terminará el informe por primera vez, él tenía prisa y no podía detenerse a hacer algo así. Aunque la verdad era que desde que ella se presentó en su oficina no le inspiro hacer tal cosa. Había algo en Mary que coartaba a las personas. Había un par de tipos ahí que también gustaban de coquetear con las nuevas ejecutivas, pero de Mary pasaron cual si fuera invisible. Quizá, como a él, les pareció poco atractiva.
Una vez Bills terminó con la chica guapa fue directo hacia Mary y le quitó la gorra, levantando un poco el auricular y haciendo que ella se medio pusiera de pie. Bills no dijo una sola palabra y arrojo la prenda sobre el escritorio con un rostro serio, casi con disgusto. Dado que estaba atendiendo una llamada, Mary no pudo reclamar algo al respecto, aunque se dió una idea de porque su jefe le quitó la gorra y no se la volvió a poner.
A la hora del almuerzo, Mary tuvo la oportunidad de devolver el abrigo a Herez. Lo tenía guardado en una bolsa de papel color azul, que le entrego a la mujer de una manera un tanto tímida. Bills estaba sentado en una mesa algo apartada, pero desde allí observó aquella escena con discreción.
-No hacía falta que me lo devolvieras- le dijo Herez- Tengo muchos y ese te queda muy bien- agregó con una sonrisa osada- No es educado rechazar un obsequio.
-¿Obsequio?- repitió Mary quién reflexiono, rápidamente, en lo que eso significaba- Me pone en una situación complicada. Ahora tengo que retribuir este gesto y me temo, yo no pueda brindarle algo a su altura.
Herez le acaricio la barbilla con la punta de sus dedos, Mary no cambió su distante expresión.
-Deja que sea yo quien se encargue de los detalles tediosos-le dijo antes de darle un beso casi en la comisura de la boca para después retirarse.
Mary acompañó la salida de la mujer con su mirada, hasta que ella desapareció de su rango de visión. Cuando miró al frente, para ir a la mesa donde la esperaba su amiga, Bills notó que estaba sonriendo. Era una sonrisa que no veía con mucha frecuencia. Tenía esa mezcla de astucia y satisfacción propia de quienes ven sus planes concretarse. Fue un momento efímero, pero que dijo a Bills un par de cosas respecto a esa mujer.
Si bien Mary no sentía la necesidad de gritar al mundo era bisexual, tampoco sentía la necesidad de esconderse. Era algo que abordaba con naturalidad. Por eso no sintió vergüenza del gesto que tuvo Herez con ella delante de todos. Sin embargo, también sabía que aquello le iba acarrear más de un mal rato y no se equivocó. Esa misma tarde, poco antes de salir del trabajo uno de sus compañeros se acercó para hacerle una pregunta cualquiera y abrir un diálogo insípido, de esos que uno sostiene casi por obligación. Todo iba bien. Mary respondía, mientras guardaba sus cosas. Bills no le llevo los documentos para el informe por lo que podía marcharse, mas cuando estaba por hacerlo el tipo le pregunto:
-¿El sexo entre lesbianas es como en las películas porno...esas de...bueno, lesbianas?
Mary lo ignoró, pero él continúo.
-Yo creo que las lesbianas son así porque sus relaciones con hombres han sido terribles. Así que por eso prefieren una mujer. Como que todo es más fácil así ¿No?
-¿Alguna vez has salido con una mujer?- le cuestionó Mary.
-Por supuesto- respondió el tipo.
-Entonces debes saber lo difícil que es salir con una mujer. Primero que te ponga atención, segundo mantener esa atención y tercero, y más importante, la convivencia con una. Ahora imagina eso al cuadrado ¿Qué tan fácil te parece?
-Sí, pero una actúa como hombre ¿No?
-Pero si las lesbianas son lesbianas porque los hombres las tratan mal ¿Por qué querrían actuar como uno de ustedes?
-Pero...
-Será mejor que dejes de hostigar a la señorita Mary- exclamó una voz clara de hombre a la espalda de la muchacha- Te recuerdo, Alex, que las leyes contra el acoso son muy estrictas en esta empresa.
El chico no respondió y se despidió rápidamente.
-Los heterosexuales y sus preguntas. A veces es realmente molesto ¿No lo cree?- le dijo Whiss cuando ella volteo a verlo- El señor Bills quiere que vaya a su oficina para que revise su contrato formal. No lo haga esperar. No está de muy buen humor está tarde.
Mary asintió con la cabeza y pasó junto al asistente que llevaba un portafolio en la mano derecha. Era obvio que se estaba yendo por lo que ella se tendría que quedar un rato a solas con Bills en la oficina. La idea no le era para nada atractiva. Él parecía ocupado con algo en el ordenador. Cuando la vio entrar le acercó el contrato y le puso sobre el un bolígrafo.
-Firma rápido ¿Quieres?- le dijo con un tono seco. Tuvo que quedarse a ver unos temas de seguridad y eso no lo tenía contento.
-Quiero leerlo antes- le dijo Mary y sin permiso se sentó en una de las sillas de su lado del escritorio.
Bills le dió una mirada y retrajo el labio superior, pero no hizo comentarios hasta que ella le preguntó por una cláusula del contrato que no entendía. Él contestó de forma concisa y ella volvió a su silenciosa lectura tras oír su explicación. A Bills le pareció que ella estaba de buen humor. Posiblemente se debía a la extensión de contrato que obviamente la tomó por sorpresa.
Bills no se equivocó. A Mary la sorprendió que él decidiera aprobarla tras su periodo de prueba. Estaba casi segura de que Bills la iba a desvincular de la empresa. Hasta había comenzado a enviar currículum para no quedar desempleada cuando él la despidiera. Pero contra todo pronóstico aquello fue un esfuerzo innecesario. Sin embargo, no se fiaba demasiado de aquella decisión de parte de su jefe. Bien podía haberlo hecho solo para fastidiarla después, pero se le hacia poco probable que él quisiera molestarla a ese nivel. De cualquier modo, no iba a bajar la guardia ante ese sujeto. Una vez terminó de leer, Mary apoyo el documento en el escritorio y lo firmó.
-Esta hecho- anunció y dio el contrato a Bills que miró el apellido de la mujer sobre la línea puntuada- Buenas tardes- exclamó para retirarse.
Bills le iba a responder, pero en ese momento entro Herez y no se veía muy feliz, aunque al ver a Mary se relajó un poco. La mujer saludo a la muchacha de un modo más que amable y ella contestó del mismo modo.
-¿Te vas?- preguntó Herez y estiró la mano para tomar un mechón de cabello de Mary y apartarlo de su rostro.
-Sí, voy saliendo ahora- contestó ella terminando de arreglar aquel molesto flequillo.
-¿Tienes prisa? Hay...
-Si viniste a coquetear con esta mujer hazlo fuera de mi oficina- exclamó Bills que se sintió invisible entre esas dos.
-No grites- le exigió Herez y arrojo una carpeta sobre la mesa- Los números estaba mal. Hazlo de nuevo.
-¿Mal?- repitió Bills tomando los documentos para revisar- Los números no están mal. Esto fue lo recaudado el último trimestre.
-Es imposible que se haya recaudado una cantidad como esa. El banco subió la taza de interés a todos los créditos después del primer trimestre- le señaló Herez poniendo ambas manos en sus caderas y viendo a Bills con una mirada acusadora.
-¡Hice el cálculo dos veces! ¡Ese es el resultado!- replicó Bills levantándose de su silla.
-¿No puedes discutir sin tener que alzar la voz? Estoy a un metro de tí- le contestó Herez obteniendo una respuesta inmediatamente.
Mary que se quedó ahí sin más razón que no haberse podido despedir de Herez, se asomó a ver el informe. Ella había hecho varios de esos. No uno de cierre trimestral, pero si los suficientes para haberse familiarizado con los datos a exponer. Por este motivo le fue sencillo descubrir el detalle que esos dos pasaron por alto.
-Los números estaba bien- dijo logrando detener la discusión- Los datos en la gráfica están cruzados. Seguramente ordenó los números de acuerdo al modelo...
Bills la interrumpió para revisar el informe y resultó que él tenía razón. El problema fue que ordenó los números de acuerdo al anterior modelo de gráfica ocasionando que, tal como Mary dijo, los datos se cruzarán.
-De cualquier forma esto es culpa tuya, Bills. No haces más que ocasionarnos problemas a los demás. Ahora no me podré ir hasta que corrijas esto- le dijo Herez- Date prisa. Quiero llegar pronto a casa. Lo siento, amor, pero no tengo ganas de salir ahora- se disculpó la mujer con cierta mortificación y regalandole una caricia en la mejilla.
-¿Me iba a invitar a salir?- le pregunto Mary en voz baja y un poco sorprendida.
Herez no contestó más que arrojándole un beso antes de cruzar la puerta. Mary respondió con una sonrisa leve.
-Parece que tú si has tenido un gran día- comentó Bills en un tono odioso.
-Sí, así es- le respondió Mary con un ánimo muy agradable.
-Dejame decirte algo, Mali- le hablo Bills dando a su voz un tono de advertencia al llevarla a las notas más graves que podía e inclinándose sobre el escritorio- Herez solo te está usando para acariciar su vanidad y tú estás cayendo en su trampa como una mosca.
-¿Está celoso?- le cuestinó Mary- Digo...me esta...
-¡Yo jamás podría sentir celos de alguien como tú, mujer insípida y engreída!- exclamó Bills casi como si le hubieran puesto picante bajo la lengua.
-Claro...yo lo digo por Herez- aclaro Mary un tanto confundida- Hasta donde sé, usted y ella...
-¡Eso fue hace mucho!- gritó Bills descansando el codo en el brazo de su silla para después apoyar su rostro en la mano y quedarse viendo un punto en la pared- Oye... ¿Puedo hacerte una pregunta?
La mirada y sonrisa ladina de Bills advirtieron a Mary de que tipo era la pregunta que le iba a hacer.
-Digame- murmuró como un condenado a fusilamiento que está dando la orden de fuego.
-¿Cuando estás con una mujer... cómo lo haces? ¿Usas uno de esos aparatos o..?
-Cuando usted lo hace usa algún afrodisíaco, digo...ya no está tan joven- lo interrumpió Mary con bastante brusquedad y alistándose para un segundo golpe.
Bills gruñó discretamente, pero no se enfado o al menos no lo demostró. La observó. Ella tenía los puños apretados y el ceño ligeramente fruncido. Parecía un animal acorralado dispuesto a saltar sobre atacante así este le arrancara la cabeza. Bills cambio de postura en aquella silla. Estiró las piernas hacia delante, por debajo del escritorio, para escarbarse los dientes con una de sus garras y poner la otra mano tras su cabeza.
-Es natural tener curiosidad por ese tipo de cosas, Marina- le dijo el jefe de cartera con una actitud relajada- No deberías tomartelo personal. Al fin que para la mayoría de las personas, tú no tienes ninguna importancia.
Mary puso una expresión ingenua ante esas palabras. Sonaron rudas si, pero no estaban pobladas de hostilidad. Él no quería ofenderla o provocarla. Al fin, Mary, se sonrió y Bills observó como sus labios retrocedían para enseñar dos hileras de dientes blanquecinos, hasta ese momento escondidos para él.
-Tiene razón- admitió Mary encogiendo un poco los hombros para después cerrar los telones de su boca y dejar allí una línea curva que se ganó toda la atención de Bills.
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