—Hemos terminado. 

La afirmación resuena con la misma rotundidad de un trueno quebrando la noche. Observo a mi acompañante unos instantes, sopesando la situación. 

—¿Estás seguro? —inquiero con cierto recelo. 

—¡Claro! —replica el doctor que acaba de retirar la escayola—, ambos huesos han soldado sin problema. No levante peso y realice los ejercicios de rehabilitación marcados por el fisioterapeuta. 

Asiento, sin apartar la mirada de mi brazo izquierdo. Un cosquilleo me recorre la piel recién liberada, que luce blanquecina y escamada como si se tratara del traje usado de un lagarto. Tras casi cuatro meses con el yeso, desde el accidente, me cuesta creer que una pequeña cicatriz cerca del codo sea el único recuerdo de lo sucedido. 

Lo cierto es que, teniendo en cuenta el fuerte golpe que sufrí, tuve suerte de que la peor parte del diagnóstico tan solo incluyera contusión media, quemaduras producidas por el asfalto y rotura de cúbito y radio. Una intervención quirúrgica, incontables vendas y tres semanas de hospitalización después, recibí el alta y pude disfrutar de la fiesta de ''bienvenido a casa'' organizada por el equipo. A día de hoy, todavía no sabría decir quién estaba más eufórico aquel día: si el señor Ayu al tenerme de vuelta o, mi madre cuando Sukhon elogió el color de su fular; esa prenda se ha convertido en una extensión de su cuerpo. 

El médico termina de completar el informe, añade unas indicaciones de última hora y me deja marchar. Apenas he salido de la consulta cuando una figura familiar, equipada con un móvil que sitúa frente a mi rostro, se interpone en el camino. No puedo evitar esgrimir una sonrisa. 

—¡Para ya! —Me quejo mientras intento apartar el dispositivo que, sospecho, está grabando. El acusado hace oídos sordos, cortándome el paso con una risa traviesa. 

—Venga, Chai —dice juguetón—. Tus fans están deseando tener noticias. Sería muy mal representante si no les mantuviera informados. 

—¿Y desde cuándo eres mi representante? —replico con la cabeza inclinada y tono burlón. 

Kasem me rodea la cintura con un movimiento rápido, acercando nuestras pelvis y rozándome con su aliento. 

—Desde que mi corazón es tuyo —murmura, apropiándose de mi capacidad para responder mediante un breve beso aterciopelado. 

La realidad se detiene en el tacto de sus labios y en esos iris chispeantes que me cautivan. 

—En verdad eres adorable —le escucho decir—. Y también un cabezota y un imprudente—. añade, pellizcándome la nariz antes de separarse. 

—¡Oins! —me quejo al instante—. Acaban de quitarme la escayola, ¿en serio piensas sermonearme de nuevo? 

—Te dije que no salieras del coche. 

—Y yo que no podía permitir que te hicieran daño. 

—¡Pero si estuviste a punto de matarnos! —replica con los brazos cruzados.

—No empieces otra vez. Sabes de sobra que era lo correcto. Además, tú no corrías ningún peligro.

—Eso lo dices porque estabas inconsciente y... 

—No pudiste ver como languidecía de preocupación a tu lado —interrumpo imitándole mientras ruedo los ojos. 

Nos miramos en silencio unos segundos antes de comenzar a reír. La llamada al orden de una enfermera consigue serenarnos. 

—Siempre me regañas por lo que hice —comento— pero, te recuerdo, que mi acto de locura consiguió que Sorawit entrara en razón y nos dejara en paz. Igual que ese reportero entrometido. Es lo mínimo que podían hacer después de que les salvara. 

Kasem guarda el móvil y me echa el flequillo a un lado con delicadeza. 

—Gracias —dice en voz baja—. Gracias por quererme tanto. 

Sus labios se posan sobre los míos con la suavidad de un copo de nieve flotando en la noche y el mundo, mi mundo, se funde en la felicidad perfecta de este instante en el que, el amor, supera la ficción. 

¡Muchísimas gracias por leer hasta el final!

Espero, de corazón, que te haya gustado compartir esta historia conmigo.

Quiero agradecer la ayuda maravillosa y desinteresada de mi mejor amiga y critica estrella por sus ideas y aportaciones. ¡Eres un sol!

Me hace muchísima ilusión haber llegado hasta aquí. Ha sido un camino difícil pero muy graticante porque, no sólo he aprendido y mejorado mucho como escritora, sino que también he conocido a personitas maravillosas que ya ocupan un rinconcito en mi corazón y siempre formarán parte de esta obra. Entre ellas me gustaría mencionar a M00NTIC por darme el empujón que necesitaba para continuar y estar siempre ahí, con los brazos abiertos. A Zamia_Pouli por todo su apoyo y gran corazón. También a @palomagomez78 y JSBeta2000 por las risas compartidas.

Por último quiero agradecer el esfuerzo y tiempo de los organizadores y jueces de los concursos a los que me he presentado, así como los premios y menciones recibidos. Y no me gustaría olvidar las reseñas, recomendaciones y críticas de mi obra, gracias. Todo ello me ha enseñado mucho y me ha incentivado para ofrecer el 100%.

Me encantaría que te animes a votar y comentar qué te ha parecido mi historia y, me haría muy feliz, si la recomiendas (solo si lo sientes de verdad porque te ha gustado ♥️)

Un abrazo enorme amores!!! ❤️❤️