~Chai, que es de tu vida.

~Muy liao ya sabes. Desde que empezo el rodaje no he parado.

~Joer macho llevas más de dos meses desaparecido. Vente hoy a tomar algo. Saldremos de fiestuqui 😎.

~Mañana entro a las nueve.

~En sabado??

~Ni que fuera algo nuevo.

~Y pa que tan temprano?? Vais a grabar el amanecer o que??

~No des ideas... 😭

~Desde que eres actor eres mas difícil de ver que un fantasma.

~Que quieres que le haga? Entre el rodaje, entrevistas, sesiones de fotos... voy a salir loco.

~Bueno, pero una pasta ganas eh, y encima no invitas a na jodio.

~A ti no te invito ni a agua 😜

~jajajajaja que cabron. Va, no me seas pasmao y vente un rato. Nuer se viene.

~¿En serio? Si no le vemos el pelo desde que se echo novia.

~Ya, tio. Esta que no vive por esa chavala. Yo creo que no pegan nada.

~😂😂

~Pero vente un rato macho. No te rajes. Al final voy a borrarte de la lista de amigos...

Unas voces acercándose hacen que deje el móvil. Llevo un rato distraído con el dispositivo en la zona de descanso.

El rodaje comenzó hace un par de meses pero la primera parte de la serie se centra en la pareja principal y el antagonista, lo que implica que mi personaje solo participa en algunas escenas. Quitando esos momentos, los cambios de vestuario o los retoques en maquillaje, cuento con varios parones a lo largo del día.

La verdad es que agradezco disfrutar de estos respiros. Aunque superé los requisitos y firmé el contrato, el director se quiso asegurar de que estuviera a la altura y raro es el día en que no tengo prácticas individuales antes de los rodajes. Fue una cláusula añadida a última hora que no pude rechazar.

Las voces se intensifican y un grupo de compañeros irrumpe en la sala. Preecha es la primera en entrar.

―¿Otra vez vagueando, descarado? ―dice a modo de saludo. Toma una taza y se aleja hacia la cafetera.

Ella es la única que me llama de esa forma, a modo cariñoso. Lo hace para rememorar nuestro primer encuentro, en el casting, cuando peleamos por el bolso rosa que, después supe, era suyo. Me temo que no conseguí encontrar el de mi madre.

Preecha interpreta a la comisaria jefe y, ciertamente, el papel le sienta como anillo al dedo. Rondará los cuarenta. Es una mujer de rasgos marcados aunque agradables, y cuerpo redondeado. Lleva el pelo suelto y ondulado, cayendo sobre los hombros y por detrás de la espalda.

Siempre viste elegante, con combinaciones llamativas que chocan con un carácter autoritario y sereno, como si colocaras una piruleta decorando la mesa de un juez. Precisamente fue ese contraste el que enamoró al director. Según él, Preecha nació con la química perfecta para el personaje.

Wattata y Kasem son los siguientes en entrar.

―Chai, siempre que vengo estás por aquí ―dice el primero―. ¿Cómo puedes tener tanta suerte?

Kasem ríe al escucharle, me golpea la espalda con cariño a modo de saludo y se sienta a mi lado. Wattata, al igual que hizo Preecha, opta por ir a por un café. Rondará los treinta y dos años, es corpulento, con el pelo negro y corto. Siempre viste traje oscuro ya que interpreta al villano, Atlas.

Bajo mi punto de vista, si el personaje de Wattata cobrara vida sería su perfecto gemelo malvado, porque ambos son polos opuestos. Mientras que Atlas es calculador y despiadado, el segundo es sincero y amigable; como si formaran el Yin y el Yan.

De todos mis compañeros, Wattata es a quién más admiro: a pesar de no compartir ningún rasgo con el antagonista de la serie, puedes sentir como se transforma en él frente a la cámara. Hace una interpretación tan impecable que, al principio, evitaba estar cerca de él por si ordenaba ejecutarme.

Fue Kasem el que actuó como vínculo e hizo que empezáramos a tener más relación ya que, junto a mí, Wattata era el actor con quién pasaba más tiempo durante las prácticas. Al fin y al cabo, en la serie interpreta al hermano menor de Atlas y mi personaje es su interés romántico: acabar haciendo piña era inevitable.

Un zumbido en el bolsillo me devuelve a la realidad. Había olvidado el móvil por completo.

~¿Estas?

~🙄

~No me dejes en leído 😡 vienes o no?

~Venga va, una copa y me largo.

~😱 El desaparecido, Chai, el mas buscado de Bangkok, ha dicho que se apunta??

~Ya me estoy arrepintiendo... 🙄

~De eso nada! Te vienes o voy a buscarte a casa y te saco a patadas. Tú veras.

~Ok, ok. Nos vemos donde siempre.

―¿Tienes una cita?

Kasem me da un pequeño codazo y sonríe con gesto travieso.

―¿Estás cotilleando? ―acuso, devolviéndole el golpe amistoso.

―Tan solo vi que mostrabas interés. No he leído nada.

Me saca la lengua y se levanta para tomar una botella de agua. No puedo evitar seguir cada uno de sus movimientos. Lleva un traje verde oscuro que resalta su figura, camisa gris clara y zapatos negros. No se ha quitado el moño, peinado característico de su personaje.

Un cosquilleo familiar me recorre el estómago. A pesar de la confianza que hemos ganado, todavía siento ese hormigueo cuando estamos cerca.

Kasem se vuelve hacia mí. Retiro la mirada pero no soy lo suficientemente rápido.

―Hablando de cotillas... ―bromea, sentándose de nuevo a mi lado.

Noto un ligero rubor en las mejillas.

―Te miraba porque... quería decirte algo ―improviso.

Kasem da un trago y levanta una ceja, mostrando interés.

«¿Por qué hago estas cosas? ―me reprocho― Piensa algo rápido...»

En ese momento veo el móvil en mi mano.

―¡Salgamos un rato esta noche! ―exclamo, orgulloso de mi agilidad mental―. He quedado con la pandilla para tomar algo y estás invitado.

No creo que mis amigos pongan pegas y Kasem apenas me lleva dos años, no hace falta variar el plan.

―¿Salir? ―tuerce los labios, pensativo.

―No estaremos mucho. Una o dos copas.

Valora la propuesta unos minutos.

―¿Por qué no? ―se encoge de hombros―. Tan solo deja que haga una consulta rápida.

―Sí, sí. Como quieras.

Kasem se levanta y se aleja para hacer una llamada. Un cúmulo de emociones me inunda como si acabaran de abrir una presa en mi interior sin aviso previo. Por un lado, siento la euforia de poder pasar tiempo con Kasem fuera del trabajo pero, por otro, me da bastante vergüenza.

¿He sido muy directo al invitarle? A veces soy demasiado impulsivo... Y encima estarán los amigos. Espero que no salgan con alguna de sus estupideces y me dejen mal...

―Me apunto ―la confirmación de Kasem pone freno a todas mis divagaciones.

―¡Genial! ―respondo, elevando ligeramente el tono de voz. Carraspeo―. Te mando en un mensaje el sitio y la hora.

Ahora sí que estoy más nervioso que un conejo en una carrera de galgos: ¡ha aceptado!

Al final ha valido la pena la insistencia de Kim para que saliera esta noche. Supongo que tendré que invitarle a una ronda, después de todo.

Parece que Chai y Kasem saldrán de fiesta esta noche, ¿te unirías a ellos o prefieres plan de peli y palomitas?

Me ayudas un montón si comentas y dejas tu voto. ♥️