Entramos al edificio a la carrera. Miro alrededor, recuperando el aliento. Llegamos con bastante retraso y todavía tenemos que pasar por vestuario y maquillaje.

―Con un poco de suerte no se enteraran de...

―¡Por todos los cactus del desierto! ―interrumpe una voz familiar― ¡Aquí estáis! ¿Dónde os habíais metido?

Kasem y yo nos cuadramos como si un juez acabara de dar el veredicto.

―Lo sentimos mucho, señor Ayutthaya ―decimos al unísono haciendo una inclinación respetuosa.

El director ha aparecido de la nada y nos mira con seriedad. Sukhon le acompaña.

―No sabía que el horario de hoy fuera flexible ―menciona el actor, mirándose las uñas.

―Ya hablaremos luego sobre esto ―corta nuestro superior―. Kasem, acompáñame, te toca grabar; y tú, Chai, ve al estudio tres. ¡Os quiero listos en cinco minutos! ¡Vamos!

―¡Sí!―respondemos a la par.

Nos despedimos con un movimiento rápido de cabeza y me apresuro a seguir las indicaciones. Sukhon camina a mi lado.

―Deberías ser puntual, novato ―dice―. No tenemos por qué esperarte toda la mañana.

―No volverá a pasar ―me disculpo en tono bajo.

Le miro de reojo: desborda carisma y elegancia pero en su personalidad hay un lado gélido que no duda en mostrar; como si estuviera en el deber de hacer que me sienta insignificante cada vez que compartimos un mismo espacio. Es el único compañero con el que me limito a tener una relación formal.

Llegamos al pequeño set. Han colocado tres sillas en línea frente a las cámaras y una pantalla. Apenas tengo tiempo para arreglarme y tomar asiento en uno de los lados. Sukhon hace lo propio en el otro extremo, dejando a Luan ocupar el centro. Intento no moverme mientras la maquilladora da los últimos retoques. Alrededor hay varios miembros del staff ultimando cada detalle.

Vamos a protagonizar un 'reaccionando a' en el que veremos por primera vez una escena de la serie mientras graban nuestras expresiones. Después nos harán preguntas variadas y retocarán el vídeo para hacerlo divertido de cara al público. Es la primera vez que grabo a solas con la pareja principal y siento un hormigueo en el estómago. Me doy cuenta de que estaba moviendo la pierna cuando Luan coloca la mano sobre ella.

―Tranquilo chaval ―dice afablemente―. Procura ser natural y pasarlo bien. Los editores harán todo el trabajo duro.

Me guiña un ojo y sonrío como respuesta. Encienden la luz roja de aviso, indicando a los empleados que abandonen el plató. A continuación dan la señal y empiezan a rodar.

―¡Hola! Mi nombre es Sukhon Patana e interpreto al inspector Jay.

―!Hola! Yo soy Luan Thakur. Mi personaje es Benz.

―¡Hola! ―saludo―. Me llamo Chai Suwang y encarno al agente Arthit.

Sukhon toma la palabra de nuevo.

―Vamos a visionar una parte del capítulo que acabáis de ver. Tenemos muchas ganas de saber cómo ha quedado.

Los tres asentimos, reafirmando la frase.

―Realmente esperamos que os guste ―decimos a la vez.

Activan la imagen. Respiro profundamente y procuro olvidarme del entorno.

Es tarde. Toda la planta está en silencio y a oscuras excepto por la débil luz que escapa a través de la puerta entreabierta de uno de los despachos.

El agente Jay sigue investigando las pruebas frente al ordenador. Las imágenes desfilan frente a él pero no consigue llegar a ninguna conclusión. Suspira, alargando ambos brazos y estirando la espalda. Tal vez debería dejarlo por hoy.

En ese momento alguien llama débilmente. Benz entra antes de darle tiempo a responder.

―Supuse que estarías aquí ―dice, cerrando tras él y acercándose.

―Trabajo mejor solo, sin distracciones.

―Así que... ¿soy una distracción? ―Benz rodea la mesa, deslizando una mano sobre ella. Se detiene justo frente a él, reclinándose para acortar la distancia entre ambos.

―Lo eres ―responde, sin dejar de mirarle.

El acusado le dedica un gesto pícaro. Están tan cerca que pueden saborear el perfume del otro.

Benz le muerde el labio inferior, con lentitud, antes de besarle. Jay devuelve el gesto con pasión, dejándose llevar mientras entrelazan las lenguas. De repente, Benz coloca la mano en su hombro, empujándole hacia atrás contra el respaldo.

―En ese caso ―susurra―, me aseguraré de ser una buena distracción.

Vuelve a morderle, travieso, y comienza a desabrochar, uno a uno, los botones de la camisa, mientras juguetea con la lengua sobre la piel expuesta. Jay respira agitado, disfrutando la agradable sensación. Una ola de excitación le recorre cuando siente las manos de su amante acariciando la entrepierna. Se incorpora lo suficiente para dejar que Benz baje parte del pantalón y del bóxer.

―Ahh... si...

El inspector se estremece de placer cuando Benz comienza a succionar su pene erecto, iniciando un movimiento rítmico. Gime levemente y le sujeta del pelo, con suavidad, apretando la otra mano sobre la mesa. Un cosquilleo electrizante le recorre cada fibra del cuerpo, haciendo que cierre los ojos. Se siente tan bien que la respiración se le entrecorta. No cree que pueda aguantar mucho más.

Justo en ese momento se abre la puerta. Jay se sobresalta, intentando recuperar la compostura. El agente Arthit también se sorprende y permanece quieto en la entrada. Desde esa posición es imposible que pueda ver a Benz, agachado bajo el escritorio.

―Siento la intrusión ―dice el recién llegado tras unos instantes de silencio incómodo―. Pensé que no quedaba nadie.

―¿¡Qué demonios haces entrando así en mi despacho!? ―Jay intenta modelar el tono, con éxito escaso, y coloca el brazo delante suyo para ocultar la camisa desabrochada.

―La jefa me ordenó entregar hoy el informe ―responde el aludido, inclinándose a modo de disculpa―. Debía dejarlo en...

Un puñetazo repentino de su superior sobre el escritorio le interrumpe. Arthit da un salto hacia atrás, empleando el sobre que lleva en las manos a modo de escudo de manera instintiva. El fuerte sonido le ha pillado desprevenido.

Jay aprieta la mandíbula un segundo, respira hondo y adopta un gesto imparcial. Benz acaba de lamer su miembro, haciéndole golpear el mueble para evitar un gemido. Arthit le mira en silencio desde el umbral, ajeno a lo que está sucediendo.

―Deja el informe sobre la estantería y márchate ―le indica señalando con la cabeza e intentando que la voz no suene irregular.

El otro asiente, cumpliendo la orden. Vuelve a pedir disculpas y abandona el despacho, cerrando la puerta con rapidez.

Jay espera unos minutos antes de mirar a Benz, que comienza a reír, todavía escondido bajo la mesa.

―¿Por qué demonios lo hiciste? ―le recrimina―. Podría habernos pillado.

El acusado se incorpora, acercándose a él hasta quedar enfrentados.

―¿Prefieres que pare? ―ronronea, seductor.

Esta vez es Jay quién le besa, con ganas, perdiéndose en el ardor del momento.

Cortan el vídeo justo ahí. Siento las mejillas tan encendidas que ni siquiera cinco capas más de maquillaje podrían disimularlo. Aunque la filmación no muestra nada explícito, la música, la interpretación y el enfoque, dejan poco espacio a la imaginación. Sin duda, han hecho un trabajo impecable en producción.

Sukhon y Luan también lucen cohibidos pero están mucho más relajados e incluso han bromeado durante el visionado. Se nota que ambos tienen experiencia y, además, sabían lo que íbamos a ver.

La reportera toma la palabra.

―Chai, vemos que estás sonrojado, ¿no lo esperabas así?

Siento como me ruborizo aún más y escucho las risas de los presentes. Luan se adelanta en responder.

―Por razones de privacidad solo nos acompaña el personal imprescindible cuando filmamos escenas NC. La interrupción de "Arthit" se grabó por separado.

―Entonces ―inquiere la entrevistadora―, ¿cómo conseguisteis unirlo de forma tan perfecta? Nadie diría que la secuencia está dividida.

―Pues parte del mérito es del director ya que insistió en que Chai no supiera nada de lo que pasaría en el despacho. De esta forma se conseguiría el máximo realismo en sus reacciones. El resto se lo debemos a Sukhon y su actuación impecable.

―Fue un desafío interpretar esa parte ―interviene el aludido―. Debía sorprender a Chai y, al mismo tiempo, hacer creer a la audiencia que estaba en un momento 'comprometedor'. Solo tenía una oportunidad.

―Entonces, ¿el susto es real? ―me pregunta la chica.

Asiento, arrugando la nariz mientras me recoloco en el asiento. Todos ríen de nuevo.

La entrevista prosigue con normalidad y, aunque no dura demasiado e intervengo en menos ocasiones que los protagonistas, no puedo evitar hacer una celebración interna cuando por fin termina. Me levanto con rapidez, estirando todo el cuerpo. Noto la cabeza embotada, como si me hubieran metido en un frasco y estuvieran golpeando el cristal.

Me despido sin demasiadas florituras dispuesto a escapar al área de descanso: necesito conseguir un café, o cualquier otra sustancia que pueda ayudarme a sobrevivir. La aparición de Sunan frustra el plan.

―Llego justo a tiempo ―dice―. Chai, vienes conmigo, deprisa.

―Pero acabamos de... ―intento quejarme.

―No queda tiempo ―me corta, tomándome del brazo para que salgamos del estudio―. Todos están esperando.

―¿A mi? ¿Quienes? Se supone que hoy rodaba a última hora.

―Cambio de planes. Te lo explico de camino.

Continuo siguiéndole con una mezcla de resignación e intriga: ¿qué puede haber pasado?

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¡Gracias por leer hasta el final!

Parece que el ambiente se ha caldeado 🤭🔥 ¿Qué te ha parecido la escena de la pareja principal?

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