Capítulo X
[[Voz de narrador: Alise Corvick Lumerio]]
¿Ha leído usted alguna novela de terror? La casa y el confín de la tierra* o La casa y el cerebro*, relatos surrealistas de mi época que os adentran en un mundo sobrenatural terrorífico. De niña me preguntaba qué haría yo si viviera dentro de esas historias... ahora no tengo que imaginarlo porque ya estoy dentro de una. Para mi, todo esto es como permanecer en medio de la vida y la muerte, siento que soy un espíritu inexistente que flota a donde el viento sople.
《El .0 fue un éxito. Su recuperación resultó tan rápida, que el hospital mismo propuso dejarla libre junto a sus críos, pero Liar la mantiene encerrada porque piensa que todavía quedan muchas dudas por resolver al respecto. Ahora que se ha ido y vais a suplantarlo, la responsabilidad de esa decisión está en vuestras manos; vos decidiréis si se va o se queda un tiempo más en el hospital para seguirla estudiando》
Durante mis primeros años aquí, veía espectros y sombras que me molestaban; detrás de mi espalda, en las esquinas de mi cama o en los pasillos del hospital. El doctor Liar decía que era causa de mi mal estado de salud, dijo que las alucinaciones eran normales porque mi cuerpo y mente estaban débiles. Al principio le creí sus palabras, me convencí de que esas apariciones no son reales y dejé de darles importancia... pero de momento se calmaron, luego volvieron cada vez menos amistosos.
En más de siete años, mi vida estuvo llena de incógnitas que me dictaban no ser más que un número en este mundo, un punto cero insignificante para mi y un diamante de gran valor para el hospital.
ーPrueba tradicional, primer intento de reanimación ーindicó el médico encargado de realizar cada anotación de la operación.
ーProcedemos a transfusión y bombeo de sangre ーafirmó Liar.
Tal cual despertar de un sueño casi tan corto como un parpadeo, comencé a escuchar voces que no venían de ningún lado, me sentía dentro de una pesadilla oscura y tenebrosa. Sin poder abrir mis ojos, llegué a creer que mis manos estaban atadas y mis pies plantados en el suelo, y es que por más que gritara o intentara correr, me era imposible... además, un dolor punzante e incalculable se apoderó de mi interior con el tacto de agujas filosas invadiendo mi estómago. Entonces abrí los ojos, ví juegos de luces y colores borrosos, todo el cuerpo me dolía desde los huesos hasta mi piel sin mencionar que me costaba respirar, algo parecido a olvidar cómo hacerlo.
《¿Cómo te sientes?》 《¿Me escucháis?》
Una voz lejana llegó a mis oídos e intenté buscarla a medida que mi vista me lo iba permitiendo. Con forme avanzaron los segundos, las imágenes se aclararon y la voz también se hizo más fuerte.
ー¿Os duele algo? ¿Podéis respirar y hablar bien? ーpreguntaba Hazel a la rubia, atento a cualquier percance que pudiese suceder.
Recuerdo bien que mis labios estaban entumecidos y no me dejaban hablar, así que solamente logré mover la cabeza para afirmar o negar ante las preguntas.
ー¿Os cuesta trabajo hablar? ーvolvió a interrogar el médico y al notar a Alise afirmar con la cabeza, prosiguióー de acuerdo, tendremos que hacer ejercicios para solucionarlo ーcomentó mientras escribía sus diagnósticos en una libretaー ¿Qué tal vuestra respiración y sentido de la vista?
Escuchaba y respondía lo que el médico solicitaba, sin embargo, conforme pasaban los minutos, el cansancio me aturdía más y más prohibiéndome de seguir respondiendo, aunque eso no es lo más grave que mis memorias guardan.
Quizás estuve tan cansada en mi primer día que no presté la atención debida a mi alrededor, fue pasando horas después cuando noté "algo" que sigo sin poder llamarlo real o ilusión.
Punto cero
[Hospital nacional de España, 1943]
ーAquí la pregunta no es cómo se ha logrado todo este alboroto, la verdadera pregunta es qué consecuencias traerá. Considerando los acuerdos de hace unos meses, se supone que (...) ーun hombre de traje oscuro y gafas negras es interrumpido por el sonido de una puerta de metal abriéndose.
Los recién llegados fueron Liar y Hazel, ya habiéndose de frente con las casi sesenta personas de traje, al fin uno de ellos habló.
ーLa expedición ha concluido exitosamente, los cadáveres hallados no deben tardar en llegar al laboratorio ーanunció Liar.
ー¿Dónde se dijo que los encontraron? ーpreguntó uno de los ajenos.
ーSepultados en la reciente área de investigación del deshielo ーresolvió Hazel.
ーMuy cerca de los terrenos Lumerio ーcomplementó Liar.
ーAsí que ahí fue donde encontraron la capa de hielo sólido bajo la tierra.
ーSi, de hecho hay sospechas de que dos de los cadáveres son las hijas Lumerio de la familia ーHazel volvió a hablar.
ーPero qué suerte se cargan los pecadores ーcomentó otro hombre entre una risa de sarcasmo.
ー¿Y qué procederá? Prometieron que su experimento sería el hincapié para lo que nosotros queremos lograr.
ーPara la próxima semana habrá una respuesta ーrespondió Hazel sin dar más detalles.
En medio de la conversación, un médico llamó a la puerta pidiendo entrar sólo dando el anuncio de que los cadáveres ya estaban en la habitación C. I dentro de los contenedores de preservación. Entonces los dos benefactores directos de Luceferie mas Liar y Hazel, se movieron hacia allá.
Los dos externos caminaban frente a los contenedores en silencio, observando muy minuciosamente cada uno como si los escanearan con las pupilas. Notoriamente estaban divagando sobre qué gran beneficio apetitozo tenían enfrente.
ーEn cuanto a ganancias hablamos, ¿ya quedó claro el tema? ーpreguntó quien aparentaba ser el más anciano de los benefactores.
ーVosotros os quedaréis con los cuerpos reanimados y el hospital queda bajo su defensa y legalización para cualquier experimento aprobado o no por el gobierno ーexplicó Liar.
ーCon respecto a registros y documentación de las personas que estamos usando, ¿no hay alguna piedra en el camino? ーinterrogó el hombre más joven.
ーYa se está haciendo una investigación de todos, pero francamente, si confirman que son los sobrevivientes de los Lumerio, dudo mucho que los involucrados del gobierno español saboteen Luceferie ーahora respondió Hazel, bastante seguro de su hipótesis.
ーNo queda más que estrechar las manos ーfinalizó el mayor de todos y estrechó las manos con Liar, sonriendo tan hipócritamente como el médico delante suyoー y esperar que sigamos en excelentes negociaciones con este hospital.
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Desconozco las intenciones del hospital, no quisiera saberlas tampoco, pero sinceramente sé que no son buenas. Con sólo tener muy pocos recuerdos de mi estancia aquí, puedo darme cuenta de eso, no imagino mi criterio si recordara todo.
Hay detalles que en su momento dejé pasar, no veía el caso en desvivirme por ellos; como por ejemplo, la clase de castigos, la manera en que se dirigen hacia vos cuando sois un objeto en lugar de un ser vivo, dejan de veros como a una persona y os convertis en desecho o herramienta.
La gloria está en si les somos útiles o no, en cuanto dejéis de funcionar, dejaréis al olvido la comodidad. Lo sé porque yo fui su prioridad, me transformé en su punto de encuentro con el éxito y soy su mayor logro dentro y fuera de Luceferie... tanto así que Hab me brindó la oportunidad de escuchar que negaron mi caso positivo ante los benefactores. Básicamente para el gobierno, estoy muerta, jamás desperté.
El .4 es un caso completamente contrario al mío, no funciona para los doctores, mucho menos para el gobierno, entonces no les importa tocar la tortura siempre y cuando tenga la mínima esperanza de recuperación, pero si no da resultados, en cualquier momento se desharan de él. Esto en resumen de las palabras del doctor Liar.
La verdad, no estoy del todo enterada sobre sus actuales condiciones, lo último que supe, fue que el doctor Liar fue despedido por intento de homicidio. Claro, la versión del hospital es que se trató de negligencia, pero no fue así.
No lo sé, si os cuento quién me dijo la verdad, no vais a creerme.
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[En la actualidad]
El teléfono dentro de la oficina de Hazel no dejaba de sonar con insistencia, por mera suerte, aquel médico recién entraba a la pieza alcanzando apenas a responder en último momento.
ーDiga ーatendió Hazel y luego respondió lleno de un gesto de extrañezaー ¿Es tan urgente? Tengo consulta en unos minutos ーesperó respuesta para proseguirー vale. Procuraré no tardar tanto.
Luego de una hora, Hazel se reunió con Cornel en la oficina de aquel, su llamada había sonado bastante rara y un poco preocupante, así pues, ya estaba mentalizado para dos cosas; una mala noticia o un descubrimiento.
ー ¿Qué sucedió para haber llegado a esta conclusión tan contradictoria? ーinterrogó el médico más joven ya sentado frente a frente con Leib en el escritorio.
ーEn estos momentos es un garabato de ideas que aún no aterriza bien en mi cabeza, el caso es que estoy notando ciertos patrones en todos los experimentos de criónica que han despertado al menos una vez ーexpresó Cornel seguro de si, aunque irónicamente confundido.
ー ¿Y cuál es ese patrón?
ーTodos han coincidido en "algo" o "alguien" irreal que los confunde justo en los primeros días de reanimación ーrespondió el mayor antes de recargar los brazos sobre el escritorio para acercarse un poco a su amigo, esto de forma sigilosaー ahora déjame preguntarte algo a ti.
Hazel se sintió incómodo, no precisamente porque pensara que estaba siendo (de alguna manera) acusado, sino que graciosamente sentía demencia dentro de Cornel.
ーPreguntadme lo que sea ーaceptó confiado.
ーSobre el primer caso de la joven que murió al parir, ¿notaste o te aseguró la existencia de una entidad desconocida?
ー ¿Os referís a Ce? ーluego de unos segundos pensando, preguntó intentando adivinar a dónde lo conducía la charla.
ーSí, me refiero a Ce. Por eso dije que quizás Aziz tiene razón. Lo pensé bien al recordar mi primera consulta con el .0 ーllegando una ligera asfixia a su garganta, Leib encendió un cigarrillo y lo fumó intranquilo golpeando el escritorio con su dedo índiceー no lo había notado porque el patrón recién se hizo muy fuerte. Primero fue esta chica rubia, después Aziz... y ahora el .5
ー ¿El pelirrojo? ーHazel quiso reafirmar.
ーAsí es ーafirmó antes de expulsar el humo y recargó su espalda en el respaldo de la sillaー si me quitas la incógnita de si el otro experimento coincide también con esto, no tendré más obstáculo y ya habría resuelto el primer acertijo.
ー ¿El cuál sería...?
ーApenas un paso para cruzar un gran puente ーinició el médicoー dime loco porque yo también creo que lo estoy, pero juro que Ce es más allá de un simple personaje, es capaz de convertirse en el verdadero camino hacia el objetivo de Luceferie.
ーDejadme ver si entiendo ーpidió el joven médico previo a meditar la informaciónー ¿Estáis diciendo que Ce es una clase de... espíritu posiblemente maligno capaz de revivir a los muertos?
ーUn demonio ーel mayor corrigióー recuerda las actitudes de Aziz, también las descripciones que él y el .5 nos han dado, incluso estoy pensando en la posibilidad de que sea el verdadero asesino de Adam.
ーEstoy flipando, tío ーexpulsó Hazel en un suspiro y apoyando todo su peso en la silla donde está sentado ー Liar no se equivocó en bautizar el .0
ーPara nada. Ella es un hueco que desbordó información de la manera más sutil que pude imaginar ーconfesó Cornel.
ー...El primer experimento ーdijo demorando un buen tramo de tiempo dentro de sus pensamientosー prometo que si encuentro algo que confirme vuestra teoría, os lo haré saber de inmediato.
Cornel observó a su amigo eternamente agradecido. Pensaba que si la ciencia aún era muy retrógrada para Luceferie, existía el otro camino que, irónicamente, la naturaleza de su profesión catalogaba como imposible.
ーImagino que sus antecedentes seguirán archivados ーintuyó Leib.
ーHmmm... no ーnegó junto a un ligero movimiento de cabezaー Liar lo omitió al igual que todos los experimentos fallidos, quemó los registros oficiales.
ー ¿Y las anotaciones que tú hiciste? ーreceló el mayor.
ーAún las tengo, pero no hay mucho ahí.
ーLo más mínimo importa. Así sea un simple papel, házmelo llegar.
ーVale ーaccedió Hazel.
ーQue esto quede como una misión entre tú y yo, lo haremos bajo la línea que llevamos con los benefactores ーadvirtió Cornel con seriedad.
ーSerá como en los viejos tiempos ーfinalizó con una sonrisa divertida y levantó su cuerpo de la silla.
ーAsí mismo, sólo que en este caso está en juego nuestro trabajo ーCornel complementó el comentario sonriendo con el cigarrillo en labios.
Un demonio. Cornel nunca creyó tomarse algo así en serio, siempre había sido una persona incrédula necesitando razones lógicas a cualquier anomalía, era apenas en esta etapa de su vida cuando comenzaría a creer en lo que sus ojos no ven.
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Ya caía el anochecer, otro día estaba terminando dentro del hospital, lugar que supuestamente prometieron a Alise ya no volver a visitar.
La rubia no quedaba tranquila siendo que sus hijos estaban lejos de ella dentro de pediatría, por lo mismo daba vueltas de su cama a la ventana y de la ventana a su cama, eso hasta que Cornel entró a la habitación para charlar con ella.
ーSólo te quedarás esta noche aquí, mañana mismo te dejamos ir ーanunció el mayor.
ーOs lo agradezco bastante ーsonrió la mujer con templanza.
ーSólo una cosa antes de que te deje ーdetuvo, luego caminó a un lado de la ojiazul e inició su investigaciónー sé que ha pasado mucho tiempo y tal vez no lo recuerdes.
Alise se mantenía atenta a escuchar en silencio.
ーEn nuestra primer consulta mencionaste que alguien te había dicho la verdad sobre el caso de Liar y el .4
ーOh... claro, el antiguo director médico ーreconoció la rubia.
ーQuiero preguntar de nuevo quién te dijo la verdad ーinsistió el doctor.
ー...Si os lo digo... ¿No vais a enviarme al manicomio como al otro chico? ーpreguntó Alise con temor.
ー¿Por qué lo haría?
ーCuando lo supe en ese momento, hubieron dos personas que no me creyeron incluyendo al doctor Hazel ーresolvió con sinceridadー también... este ser me exigió que nunca mencionara su existencia.
ー¿Qué hizo cuando supo que lo delataste con Hazel?
Y en respuesta a esa interrogativa tan acertada, Alise comenzó a actuar un poco nerviosa; gesteó una mueca de incomodidad y jugueteó con un mechón de su cabello.
ーMe amenazó con llevarse o matar a uno de mis hijos...
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