◍02•Dos◍
—¿Hyung? —dijo Felix a modo de pregunta, Chan estaba mojado, agitado y rojo de las mejillas con un golpe en el pómulo derecho, —¿Qué paso, hyung? —quiso saber, pero Chan no respondió con palabras, solo se lanzó sobre Felix importando muy poco que terminara mojándolo, lo abrazó fuerte.
—Yo... papá y yo peleamos, —comenzó a decir tratando de relajar su respiración, —me escuchó cuando hablaba contigo, fue por su arma y estaba apuntándome a la cabeza, —apretó a Felix en sus brazos y el menor comenzó a acariciarle el cabello. —Dijo que no podía irme, yo le dije que estaba bien, que haría lo que él dijera, así que cuando bajo el arma, yo... lo golpee y le quite el arma, peleamos unos minutos y después lo até con una corbata.
Felix se alejó para mirarlo a los ojos.
—Tengo que esconderme Felix, seguro que ya viene para acá, yo solo salí corriendo de casa y pensé en ti.
—Vamos hyung, debes cambiarte, —le dijo, cerró la puerta con seguro y también las ventanas, llevó a Chan a su habitación y le dijo que tomara una ducha.
Felix llamó a su padre y le explicó todo, Yong dijo que se encargaría de que Hyungsik no se atreviera a tocar a Chan otra vez.
El menor regresó a su habitación.
—Hyung, ¿estás bien? —tocó la puerta del baño, Chan abrió y lo tomó de la mano para atraerlo de regreso a un abrazo, —tranquilo hyung, papá va a ayudarte.
—¿Por qué estás usando maquillaje? —preguntó Chan.
Felix bajó la mirada avergonzado, —es que quería cubrir mis pecas, no me gustan.
—No mientas Felix, tus pecas siempre fueron de las cosas que más te gustaban. —afirmó, Felix no podía mirarlo a los ojos, —lo que dijo papá no es cierto, tus pecas son hermosas Felix, no las cubras nunca más.
Felix asintió con un par de lágrimas que limpio de inmediato.
Chan le tomó por el mentón y se miraron a los ojos, la tensión de siempre estaba presente en ellos, pero ahora latía con fuerza.
El rubio mayor se acercó despacio, pero Felix ya no quería esperar por lo que se apresuró a unir sus labios, un suave roce de labios.
Ambos deseaban que fuera mucho más, se gustan desde hace un par de años, un beso sencillo no es suficiente.
Entonces, Felix notó que su hyung solo está vistiendo una toalla sujeta a su cintura, la piel expuesta es suave y tersa, blanca y perfecta. Felix cerró los ojos con fuerza y se permitió jugar con los labios de Chan, mordiendo, lamiendo y acariciando con sus labios.
Chan tomó a Felix de la cintura y lo guió a la ducha, el rubio menor no sabía bien que hacer, Chan abrió la regadera y el agua cayó sobre los dos, Felix se sorprendió, pero no hizo nada, el mayor llevó sus pulgares a las mejillas de Felix y lavó el maquillaje en estas.
El agua dejó de caer, Chan miraba a Felix con deseo, Felix devolvía esa tentadora mirada.
El mayor ya no quería seguir conteniendo las ganas que tenía de olvidar que es su mejor amigo el que está al frente, necesita tomar a Felix como tantas veces deseó y no pudo por culpa de su padre.
Chan tomó a Felix de la cintura con su diestra, su siniestra le tomó de la pierna y lo sujetó para cargarlo, Felix acomodó sus manos en el cuello de su hyung y sin esperar más llevó sus labios a los de Chan, este apretó al menor contra sus caderas, sus manos ya se encuentran en las bonitas mejillas traseras de Felix.
Salieron del baño sin importar la humedad de sus cuerpos, Felix sintió la suavidad de sus sabanas bajo su espalda, Chan podría parecer un salvaje, pero poco le importaba, tomó la camisa de Felix y la rompió, el menor sorprendido sintió su cuerpo arder de excitación, su hyung siempre había tenido un cuerpo caliente, pero ver esos músculos en acción era demasiado sexy.
—Hyung, quítalos, —dijo Felix refiriéndose a sus pantalones, Chan asintió con una sonrisa que bien podía pasar por una mueca de excitación.
Las manos fuertes, abrieron la prenda para deslizarla fuera del bonito cuerpo más pequeño que el suyo, Felix cerró los ojos suspirando cuando Chan llevó sus labios al interior de sus muslos, la toalla en la cintura de Chan comenzó a estorbar por lo que la soltó de su cuerpo y la dejo caer en cualquier parte.
Felix estaba avergonzado, con los labios deseosos y la mejillas rojas, pero ello no le impedía abrir las piernas dejando a su hyung llevar su lengua a lugares sensible. Chan llegó a su bóxer, Felix estaba por pedir ser liberado de la molesta prenda interior, pero el mayor se apresuró a hundir su cara en esa zona.
El menor se mordió el labio inferior guardando un gemido que se escuchó ahogado, Chan parecía un lobo olfateando a su pareja, sujeta las piernas de Felix bastante abiertas, para tener mejor acceso a toda la sensible zona.
—Hyung... —gimió Felix, Chan comenzó a quitar la única prenda que evitaba la total desnudes del menor, para cuando Felix soltó un suspiró de placer, la prenda estaba en el suelo. —Hyung... ¿Puedo... prepararme para ti? —la pregunta fue tímida, con el rubio menor cubriendo sus ojos.
Chan sonrió ante la atrevida proposición que sonaba tan tierna en Felix.
—Claro que si Felix, —confirmó el mayor viendo a Felix levantarse de la cama para colocarse boca abajo con el culo elevado dejando la excitante vista a su mayor, Chan sintió en pinchazo de dolor en su polla, cada vez más dura.
¿Cómo es que Felix podía verse tan tierno aun cuando está comenzando a meterse dos dedos en el trasero?
Al menos Chan cree que es tierno.
Felix gimió cuando sus dos dedos apenas lubricado con saliva entraron por completo, cerró los ojos con fuerza y los retiró un poco solo para penetrarse de nuevo.
Chan sentía su cuerpo pesado, cargado de excitación y ganas incontenibles de follar a Felix, de hacer que su linda boquita soltara tantos insulto y gemidos sucios, su más grande fantasía, la que había controlado por años y años de represión por su maldito padre.
Cerró los ojos dejando ir esos pensamientos, Felix metió un tercer dedo y casi gritó cuando logró rozar su próstata, ese fue el detonador para Chan.
—Lo siento Felix, pero no puedo más. —dijo el rubio mayor sacando los dedos de Felix para tomarlo después por las caderas, Chan empujó su polla contra las nalgas del menor y este gimió ante la dureza que se frota contra su agujero, no imagina como se sentirá cuando este dentro.
—Ah... hyung, es... es muy grande, —soltó sin vergüenza, la excitación le hace tantas cosas a su mente que ya perdió el sentido de vergüenza.
Chan sonrió orgulloso de sus dotes masculinos, se siente tan bien, tan placentero, tan libre de hacer lo que por tanto tiempo se guardó y que creyó que jamás podría.
—¿Crees poder tomarlo todo? —dijo el mayor con tono juguetón, Felix sintió su pene endurecer ante el juego de seducción, y si emitir palabra asintió con un sonido
—En el cajón, —señaló el menor, Chan abrió el cajón de la mesita de noche y lo que vio lo dejo sorprendido, Felix es un chico sensible y que adora ser mimado, Chan nunca imagino que Felix tendría varias botellas de lubricante en su mesita de noche y menos un vibrador sencillo, no tan grande, pero de buen tamaño.
—Eres tan travieso, Lixie. —Comentó Chan eligiendo una botella de olor a vainilla que es un olor característico en el cabello del menor.
Dejó caer una buena cantidad sobre sus dedos y lo esparció por el largo de su gruesa polla, las venas resaltando su deseo, jamás se había sentido tan excitado, ni siquiera cuando soñaba con Felix vistiendo falda y medias.
—Hyung... rápido, —pidió Felix desesperado, Chan sonrió orgulloso de nuevo y bajó sus labios a la espalda de Felix, dejó un camino de besos por toda la curva de su columna deshaciendo al menor en suspiros.
Cuando terminó llevó la punta de su pene a la entrada de Felix, este cerró los ojos y sus puños en las sabanas, Chan fue suave y cuidadoso, trataba de leer los sonidos que Felix emitía, cuando la mitad estaba dentro fue más agresivo dejándose ir de una sola estocada.
El gemido de Felix fue una mezcla entre placer y dolor, como si estuviera cayendo de un precipicio temiendo morir, pero al último momento alas fuertes se despliegan para llevarlo a surcar los cielos.
Una maldición se ahogó en sus labios.
—Es tan grande, —suspiró —hyung follame, por favor, —dijo Felix haciendo a Chan delirar con su tono, sus palmas se mantienen en las caderas del menor, fue suave cuando comenzó a retirarse, regresando dentro con la misma suavidad.
Felix podía sentir específicamente como la polla gruesa abría sus paredes, dolía, pero también se sentía bien, cada movimiento sensibilizando su cuerpo, la diestra de Chan se movió de su cadera a su pene y lo envolvió para comenzar un masaje igual de suave que su intromisión.
Chan estaba en un abismo de placer, su polla palpita dentro de Felix, las paredes del menor son apretadas, incluso rosando en dolor, pero cada vez se acostumbra mejor al tamaño tomándolo todo. Tal vez sea la intensidad de la primera vez, pero Chan siente niveles de placer que no creyó jamás sentir.
—Hyung, ¿Me dejas montarte? —la pregunta salió con una voz grave que a Chan le erizó la piel, asintió con un sonido y salió del interior de Felix.
Se acomodó en la cama, sentado con su espalda contra el respaldo de la cama.
La fina figura de Felix se movió sensual como si supiera exactamente como seducir, sus piernas se abrieron subiendo al regazo del mayor, Chan le tomó de la cintura y Felix acomodó sus manos en los hombros de Chan.
El rubio mayor llevó su siniestra a su pene para ponerlo rígido de modo que Felix pudiera sentarse sobre él poniéndolo todo dentro.
Felix miró a su hyung, una mirada oscura y profunda, sentimientos diversos en aquellas gemas color negro, con sus pequeñas manos sujetando el cabello rubio, Felix comenzó a descender sobre la polla gruesa, el gemido de dolor se ahogo en un beso que Chan inició, cuando Felix bajo un poco más, Chan regresó su mano a la cintura del menor, Felix terminó de tomarlo todo dentro y suspiró sobre los labios de Chan, este apretó a Felix contra su cuerpo logrando que el pene del menor se rozara con la piel de su abdomen.
Felix gimió cuando comenzó a montar a su hyung, Chan lo sujetaba con fuerza, aunque podría estar usando demasiada de su fuerza, Felix lo disfrutaba como nunca. El trabajo los estaba llevando al límite del placer, pero aún quedaba estimular un poco más. Por ello Chan llevó su mano derecha al colchón y sujetando a Felix con su palma izquierda, se impulsó hacia arriba logrando penetrar a Felix más profundo, el menor lloriqueó perdido en el placer, y suplicaba por más, Chan obedeció cambiando la posición.
Felix ahora sobre el colchón con Chan entrando y saliendo de su cuerpo, podía sentir la respiración del mayor en su cuello, la excitación recorriéndolo completo, el placer a punto de explotar en su entrepierna.
—Hyung, —gimió para después atraer a Chan a un beso arrasador, donde ambos mordían sus labios y gemían sobre la boca del contrario, había fuerza entre ellos, movimiento agresivo que los llevó a correrse.
Felix lloriqueaba su liberación cuando Chan lo llenó con su esencia caliente y siguió moviéndose dentro y fuera hasta que Felix no lo soportó más y terminó corriéndose.
El movimiento se detuvo, pero no se alejaron, Felix atrapaba a Chan con sus piernas y el mayor no tenía intención de alejarse, llevó su nariz al cuello de Felix y respirando un poco el olor de su transpiración se sintió vivo, dentro de Felix, a su lado, deseando tenerlo siempre, para cuidarlo, mimarlo, hacerlo feliz y también llorar de placer, se golpearía si en algún momento causara sus lágrimas tristes y está completamente seguro de que amar a Felix es lo mejor que podría pasarle en la vida.
—Channie hyung, —llamaba Felix, Chan asintió con un sonido ahogado en la piel blanca, —creo que es momento de alejarnos, —había timidez en su tono, —tu semen sigue dentro de mí, y... ah- —Felix gimió cuando Chan se movió dentro, un ligero empujé antes de retirarse y dejar salir la blanquecina esencia.
Felix cubrió sus ojos ahora demasiado avergonzado, Chan sonrió por la tierna escena. Lo tomó en brazos, Felix no quitó sus manos de sus ojos hasta que sintió sus pies sobre el suelo y el agua recorrerle el cuerpo.
Tomaron una ducha ligera, no tan larga, pero justa y necesaria.
Al salir Felix le entregó a Chan una muda de ropa del mayor que siempre tenía en su casa. Chan le sonrió y le besó la frente, las mejillas de Felix lucen un bonito color durazno que se ve perfecto con la galaxia pintadas en sus mejillas.
Cuando ambos estaban vestidos, Felix bajó a la cocina a preparar algo para cenar mientras que Chan se encargaba de cambiar las sabanas.
Chan bajo a los minutos y ayudó a Felix con la cena, el ambiente entre ellos es tan agradable y natural, no se siente forzado por la situación, es como si por fin sintieran libertad total.
Chan de pronto abrazó a Felix por la espalda y le besó el cuello, —te amo Felix, —susurró sobre la piel del cuello.
Felix sonrió dando la vuelta para mirarlo a los ojos, —te amo Channie hyung. —Dijo levantándose ligeramente en sus puntas para alcanzar los labios de Chan y dejar un beso suave, un dulce y tierno beso que dice más que las palabras.
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