1.07 Un mundo sin los Dixon
ㅤㅤㅤ—Un momento. ¡Alto! —pidió Daryl Dixon, colocándose delante de su hermano mayor al ver que Michonne y Glenn llegaban corriendo con las armas en alto y dispuestos a atacar.
—¡Bájala! —Otro tipo le gritó a Michonne, apuntando hacía ella con un revólver, mientras Michonne le apuntó de regreso con el filo de su katana.
Con un poco de admiración recién descubierta, Sigulf observó cómo Michonne no retrocedía aún cuando un arma de fuego era apuntada directo hacia ella.
—¡Intentó matarme! —gritó Michonne, sin parecer demasiado impresionada por el revólver que seguía en su dirección.
—Baja el arma. —advirtió y pareció que por última vez, ya que finalmente la katana de Michonne descendió hasta que no fue preocupante.
—¡Mira lo que hizo! De no ser por él... —Glenn gritó también, su postura inestable, moviéndose con el arma en ambas manos y todavía intentando apuntarle a Merle Dixon, sus ojos brillaban con ira contenida, y en sus palabras se lograba notar la desesperación que estaba sintiendo en esos momentos.
De todas las personas que podrían haber acompañado al grupo, debía ser Merle Dixon.
Sigulf se observó a si mismo, a su mano herida y sangrante contra su pecho, sabiendo que sí bien Merle no fue el causante fue consecuencia de las esposas de Merle, sabiendo que las palabras de Glenn no precisamente se referían a él pero aún así, de no ser por Merle, Sigulf estaría bien.
Sigulf se encontraba recargado contra un árbol, observando el enfrentamiento cruzado de Michonne y Glenn contra el grupo que hace poco más de cinco minutos había llegado, no tardaron demasiado en impacientarse todos cuándo notaron que Merle Dixon formaba parte del grupo de rescate.
Kristoff había llegado también con ellos, justo como Glenn le había prometido, y después de un largo y apretado abrazo por parte de los amigos daneses, ahora ambos se encontraron en silencio y expectando todo lo que el grupo decía, o en su defecto, gritaba.
Ninguno de los amigos habían dicho demasiado desde su reencuentro, pero tampoco lo habían necesitado.
Saber que ambos finalmente estaban juntos, que estaban a salvo y que habían escapado fue suficiente por el momento, y lo mejor que podían hacer ahora de todos modos era observar a quiénes podrían o no ser sus futuros aliados.
—Nos ayudó a escapar de allá. —dijo Daryl.
—Si, justo después de haberte molido a golpes. —dijo el tipo del revólver, había dejado de apuntarle a Michonne pero seguía moviéndose alerta, mirando de uno en uno, asegurando todo el perímetro y a las personas que allí se encontraban.
Kristoff pasó uno de sus brazos por los hombros de Sigulf a modo de defensa al observar como el tipo se detuvo unos momentos para mirarlos.
Sigulf levantó la barbilla desafiante y pronto el hombre ladeó la cabeza hacía un lado, mirándolos fijamente y por unos segundos pareció que se iba a acercar a decirles algo pero aquello debió ser sólo imaginación de Sigulf, ya que tan rápido cómo se había detenido a mirarlos volvió su atención al grupo alterado a su alrededor.
Kristoff soltó un suspiro aliviado, y hasta ese momento Sigulf mismo no se había dado cuenta que también había estado conteniendo la respiración hasta que copió la acción de Kristoff, observándolo durante unos momentos más para apartar la vista del hombre del revólver que para otra cosa.
Sigulf notó entonces, que no se había dado a sí mismo el tiempo de escudriñar el estado de su mejor amigo antes, así que se dió el tiempo para hacerlo ahora.
Con los gritos de fondo cómo única ambientación, observó las nuevas heridas que se encontraron en el cuerpo de Kristoff.
No demasiadas, pero allí en su hombro izquierdo dónde ahora había una andrajosa remera cubriendo su piel, se encontraba un trozo de la tela cubierta de sangre. Un par de moretones cubrieron sus brazos y creyó haber visto una de sus pantorrillas sangrando, pero desde esa distancia y con sólo uno de sus ojos funcionando, Sigulf no podía estar seguro.
—Ese es Rick, el líder. —le comentó Kristoff, agachándose un poco sobre el hombro de Sigulf para que solo él pueda escuchar su voz.
Sigulf desvío la mirada de la pierna de su amigo y volvió la vista al hombre que había evitado observar antes.
Había algo alarmante en la amenaza constante que se veía brillando en sus ojos acuosos, la promesa de problemas que sólo podría venir de una persona demasiado quebrada, alguien para tener cuidado.
Siempre alerta, siempre haciéndose cargo de todos, parecía querer manejar toda la situación pero no le estaba saliendo demasiado bien, el control deslizándose de sus dedos y parecía que sus advertencias pronto dejarían de surgir efecto, si el agarre más apretado en el revólver podía decirle algo a Sigulf.
Asintió a las palabras de Kristoff y desvío una vez más la mirada de Rick, sin ánimos de volver a llamar su atención.
—Dejame adivinar, ¿sheriff amigable? —murmuró Sigulf en respuesta, observando de reojo la sonrisa de lado de Kristoff y cómo este asentía.
—¿Quieres esposarme? —Merle le grita a Rick con diversión.
Sigulf no pudo evitar notar y no con un poco de incredulidad cómo a Merle Dixon nada realmente le afectaba, o al menos cómo se le hizo tan fácil intentar demostrar eso.
Allí estaban un grupo de cinco personas peleando acerca de sí él debía morir o no y Merle se encontró divertidísimo al respecto pero las amenazas y los gritos no parecieron inmutarlo ni un poco.
—¡Quita esa cosa de mi cara! —Daryl le grita a Glenn, quién estaba sosteniendo un arma, pero sin intenciones de apuntarle a Daryl, más bien intentando llegar a Merle.
—Pareces un salvaje, hermano. —Merle comenta divertido.
—¿No se está divirtiendo demasiado? —murmuró Kristoff con un bufido de risa.
Sigulf asintió, una sonrisa de labios cerrados se afirmó en su rostro, aún observando y sin poder creer cómo Merle Dixon parecía sumamente ajeno.
Desvío su mirada hasta su amigo y observó cómo Kristoff sacaba de su cinturon un cuchillo y lo extendía hasta la mano izquierda de Sigulf que se encontraba recargada contra el árbol.
—Asumí que no tendrías nada contigo. —se encogió de hombros, restándole importancia, aún así Sigulf le dió un asentimiento en agradecimiento.
Dejó caer su mano del agarre contra el árbol y le tomó un par de segundos estabilizarse, pero una vez que lo hizo aceptó el arma y comenzó a afirmarla en su palma, ajustándola hasta que la encontró cómoda contra su piel.
Sus nudillos se tornaron blancos cuándo apretó con fuerza el mango y la movió experimentalmente para intentar acostumbrarse antes de acomodarla en su propio cinturón.
—Acerca de Dixon, de Merle. Está todo olvidado, ya no le debemos nada ni él a nosotros.
Sigulf asintió a sus palabras, terminando de aceptar la idea, y sabiendo que esa era la mejor opción que les quedaba.
Sigulf ya había pasado demasiado tiempo pensando en Merle Dixon, las palabras de Michonne lo habían ayudado también, y era cierto, ya no le debían nada, cómo ella había dicho antes y como Kristoff dijo ahora, no había razón para seguir dejando que un tipo como Merle Dixon se quede más tiempo del necesario en su mente, nadie debería tener que sufrir con el pensamiento constante de Merle.
—Me parece bien, creí que si alguno de los dos tendría algo contra él serías tú, entonces si has decidido que está todo resuelto, está bien.
—¿No preguntarás por qué? —consultó Kristoff, sus ojos brillando con curiosidad ante la falta de pelea por parte de Sigulf, quién se encogió levemente de hombros.
—¿Y decirte que es una mala idea y que deberíamos matarlo? Oh, vamos, de hacerme caso podríamos terminar ambos muertos.
—¿Demasiada confianza en tí mismo? —dijo Kristoff, no sin sonar un poco divertido.
Porque por supuesto, tanto Sigulf como Kristoff sabían quién había sido con exactitud el único culpable de la captura posterior a su último intento de fuga, pero Sigulf sabía también y de primera mano, que Kristoff jamás intentaría culparlo por ello.
—No es falta de confianza en mí mismo, en realidad es cómo que decidí confiar más en tí que en mí. Esto es lo que sé, si has tomado esa decisión fue por un buen motivo. —respondió Sigulf.
Kristoff asintió a la respuesta, pero aún así terminó contándole, cómo si nunca hubiese estado en sus planes no hacerlo—. Me salvó la vida. Mató a un tipo que estaba cerca de asesinarme y me dió tiempo para escaparme del gobernador cuándo me encerró con la promesa de matarme al volver.
—Entonces ya no le debemos una mierda, ya pagó por haber quebrado mi mano indirectamente. —concluyó Sigulf y al tiempo ambos amigos miraron la mano herida durante unos segundos.
—Sí, lo siento por eso bror, yo fuí el encargado de causar eso. —admitió Kristoff, dándole una palmada con la mano que se encontraba descansando sobre su hombro—. Pero descuida, Maggie, la que se encuentra allí al lado de Glenn. —señaló con un movimento de su mentón a la única mujer que no fue Michonne en el grupo y siguió explicando—. Ella logró acomodar bastante bien el hueso y detuvo el sangrado para que su padre pueda terminar bien todo el trabajo.
—Esperanzador, sólo nos queda confiar en que realmente su padre me ayudará. —dijo Sigulf, no sin sonar un poco desconfiado.
Kristoff iba a responder algo pero se detuvo cuándo los gritos de Merle Dixon se escucharon aún más fuertes que los del resto, y así, ambos amigos volvieron a concentrarse en la discusión.
—Cállate, hermano. —pidió Daryl.
Pero aún así, nadie podría interrumpir a Merle más que Merle mismo, entonces el maldito continuó con lo que parecía, un muy largo discurso—. Las sacamos a rastras del bosque. Andrea estaba a punto de morir.
—¿Es por eso que está con él? —Maggie pregunta, mirando primero a Glenn y después a Rick.
—Sí. Pegados como abrojos. Entonces ¿qué vas a hacer ahora, sheriff? —Merle pregunta, diversión pintando sus palabras—. Rodeado de mentirosos, matones y cobardes.
—Auch. —murmuró Sigulf.
—¡Silencio! —Rick le grita en respuesta, el tipo parecía un poco agobiado en este punto, y Sigulf tuvo el impulso de dar un paso hacía atrás al ver aquella mirada afilada y peligrosa, por supuesto no lo hizo, eso habría hecho reír a Kristoff.
Rick seguía pasando su peso de un pie al otro, mirando de entre Merle a Michonne asegurándose de que no se maten entre sí.
Poco logró silenciarlo Rick ya que los gritos de Merle continuaron y la discusión siguió hasta que Merle fue noqueado por el sherifff amigable.
Pronto el grupo siguió discutiendo, esta vez sin las interrupciones de Merle, comenzaron a moverse de vuelta a la carretera, solo Rick, Glenn, Maggie y Daryl, ya que Michonne, Kristoff y él se quedaron exactamente en dónde estaban, después de todo ellos no fueron parte del grupo y no fueron bienvenidos a formar parte de la discusión.
Los tres miraron en silencio a un inconsciente Merle Dixon y pronto Michonne dió un paso para acercarse a él.
—Podría matarlo ahora mismo. —comentó Michonne a los dos daneses, sabiendo que el grupo se encontró lo suficiente lejos como para no escucharla.
—Podrías, pero luego tendrías al otro Dixon justo detrás de tí para vengar la muerte de su hermano mayor. —dijo Kristoff.
Ninguno de los tres había desviado la mirada del cuerpo inconsciente de Merle, y los tres tenían tan buenas razones para querer matarlo que fue hasta estúpido el planteamiento de en realidad no hacerlo.
Tal vez Merle ya se había redimido con Sigulf y Kristoff por así decirlo, tal vez ya lo había compensado con ellos, pero no con Michonne.
Y mientras el grupo de Rick seguía hablando de vaya a saber qué, ya que Sigulf no logró escuchar, observó cómo Michonne una vez más volvía a desenfundar su arma, que ella misma le había comentado se trataba de una katana.
Fueron pasos sigilosos los que Michonne dió para acercarse a Merle, pero aún así de algún modo lograron alertar a Daryl Dixon, ya que este volvió el camino desde la carretera y pasó por al lado de Michonne para poner de pie a la fuerza a Merle, quién poco a poco fue despertando.
—Qué carajos. —murmuró el mayor de los Dixon con voz rasposa.
Sigulf observó cómo Michonne de mala gana volvió a enfundar su katana y cómo se dirigió hasta la carretera con pasos pesados.
—Vamos. —dijo Sigulf, señalando el mismo camino que Michonne había tomado.
Kristoff asintió y con el brazo que sostenía a Sigulf de los hombros comenzó a guiarlos hasta la camioneta roja.
—No funcionará. —dijo Rick, su voz pesada y llena de cansancio se escuchó de camino.
—Tiene que funcionar. —respondió Daryl, ajustando la ballesta contra su hombro.
—Causará un revuelo.
—Mira, el gobernador probablemente está de camino a la prisión ahora mismo. Merle sabe cómo piensa y podríamos necesitar refuerzos. —explica Daryl como si aquello tuviese todo el sentido del mundo.
Para Sigulf sí tenía un poco de sentido, pero su opinión no contaba y tampoco sabía qué tanto daño había causado Merle al grupo, después de todo, las historias de Merle solo hablaron de él siendo la pobre víctima y eso era tan irreal que poco había creído de todo lo que les había contado.
—Él no vendrá a...
—Nos apuntó con un arma, nos encerro y nos golpeó. —Glenn interrumpió a Maggie—. ¿Realmente quieres que duerma en el mismo pabellón con Carol o Beth?
—No es un violador. —respondió Daryl.
—Pero su amigo sí.
Sigulf logró observar la mirada significativa que Maggie le había dirigido a Glenn cuándo respondió eso, pero Glenn no le devolvió la mirada en lo absoluto.
Oh.
—¿Glenn y Maggie están juntos? —le preguntó Sigulf a Kristoff y este asintió en silencio, demasiado enfocado en la discusión del grupo.
—No hay manera de que Merle se quede en la prisión sin que todos terminen queriendo degollarse. —dijo Rick.
—¿Van a dejar a Merle atrás pero se van a llevar a la última samurái y a los dos vikingos del muy lejano? —preguntó Daryl despectivo, señalandos a los tres con un movimento de su mano al aire.
Kristoff bufó una risa a su lado y Sigulf se mantuvo en silencio, desviando la vista hasta donde Michonne se encontraba, pero ella no parecía estar escuchando la conversación, ensimismada en sus propios pensamientos, recargada con los brazos cruzados en la camioneta gris.
—Ellos no vendrán con nosotros. —respondió Rick.
—Si lo harán, no están en condiciones de estar solos. —apuntó Maggie.
—Ella los trajo a ustedes hasta nosotros, y él los ayudó a traer a Daryl de vuelta. —comentó Glenn después de darles una breve mirada a los tres.
¿Y Sigulf? Bueno, él no había hecho una mierda, simplemente se quedó allí desmayado mientras su amigo hacía el resto y ahora sería gracias a su amigo si terminan siendo aceptados por el grupo de alguna forma.
Sigulf no estaba seguro de cuándo decidió que quería formar parte del grupo de Glenn, pero ahora que sus propios pensamientos trajeron la idea a la parte más consciente de su mente, no logró apartarla por más que quiso.
Allí estaba, él realmente quería formar parte de un grupo de sobrevivientes por más que se había dicho mil y una vez que después de Woodbury esa sería la última vez. Y Sigulf notó también lo impaciente e inmóvil que él se encontró, esperando a que el líder acepte a llevarlos porqué él realmente quería formar parte.
—Si deciden que no iremos con ellos, seguiremos por nuestra cuenta. —le susurró Kristoff, aún sin apartar su mirada del grupo.
Ambos se encontraron ahora recargados contra la puerta de copiloto de la camioneta roja, a un par de metros del grupo, lo suficiente cerca para poder escuchar todo lo que decían.
—¿Eh?
—Esta camioneta de aquí, era de Woodbury, con ella te traje a tí hasta aquí y con ella nos iremos si Rick decide que no nos quiere. Ahora es nuestra, eso él ya lo sabe. —explicó Kristoff, esperando el asentimiento de su amigo que no tardó en llegar.
—De acuerdo, si no nos quieren seguimos por nuestra cuenta, cómo hasta ahora. —afirmó Sigulf, sin admitir en voz alta que realmente esperaba que sean aceptados, que esperaba que Rick los quiera en el grupo.
Las opciones no eran alentadoras, Sigulf sabía que no la tendrían fácil si después de todo Rick no los aceptaba y debían volver a la realidad cómo estaban ahora: heridos, agotados y desacostumbrados a la vida del superviviente después de haber estado meses encerrados sin salir a enfrentarse al verdadero mundo.
Así que Sigulf se mantuvo en silencio, esperando el veredicto de Rick que sólo debería ser positivo si realmente Sigulf quería tener alguna oportunidad de sobrevivir en un futuro próximo.
—Si él no va, yo tampoco. —Sigulf escuchó como Daryl declaraba.
—Daryl, no tienes que hacer esto. —pidió Maggie.
—Antes de esto, siempre estaba con Merle.
—¿En serio? ¿Te vas a ir así nomás? —preguntó Glenn mirada de desaprobación completamente dirigida al menor de los Dixon.
—Tú harías lo mismo.
—¿Y qué quieres que le digamos a Carol?
—Ella entenderá. —aseguró Daryl.
Dixon los miró a los tres por última vez y mordiéndose el interior de su labio inferior asintió para sí mismo.
—Despídete de tu padre por mí. —le dijo Daryl a Maggie, pasando por su lado y caminando directamente al comienzo del bosque en donde Merle se encontraba esperándolo.
Rápidamente los tres comenzaron a seguirlo, y Glenn volvió a gritar y preguntarle si realmente haría eso, pero Daryl prefirió ignorarlo, pronto Maggie y Glenn se detuvieron, pero Rick siguió persiguiendo a Dixon, mientras este se acercaba al auto gris en dónde Michonne estaba recargada.
Rick y Daryl comenzaron a tener un intercambio que ni Sigulf ni Kristoff lograron oír. Daryl abrió el baúl del auto y sacó un par de pertenencias para finalmente unirse a Merle, dejando atrás a Rick después de unas palabras finales.
Y pronto, ambos Dixon finalmente se alejaron del grupo.
—Volverán, ¿Cierto? —preguntó Kristoff, comenzando a caminar hasta donde Rick se encontraba, para esperar instrucciones.
—Por supuesto. No tenemos tanta suerte de vivir en un mundo sin los Dixon. —Sigulf dijo, repitiendo las mismas palabras que Glenn le había dicho el día anterior.
Rick se acercó hasta donde Kristoff y Sigulf se encontraban después de guardar un par de armas que Maggie le había extendido, y señaló también a Michonne para que ella se acerque.
—Los curamos pero luego siguen solos. —declaró Rick, sin dar lugar a ningún tipo de réplicas.
Kristoff asintió por los tres, y los direccionó a él y a Michonne a la camioneta roja.
—Iremos justo detrás de ustedes. —le avisó Kristoff al tiempo en que Rick le cerraba la puerta de piloto en la cara.
—Auch. —murmuró Sigulf, moviéndose para abrir la puerta del copiloto de la camioneta. Kristoff murmuró algo que no logró escuchar y pronto se sentó en el asiento del piloto, Michonne ya estaba en los asientos traseros—. No es muy amigable, ¿Eh?
—Cuando estaba allí salvando su trasero hasta me pareció verlo sonreír. —se encogió de hombros Kristoff, soltando una suave risa para negar con la cabeza y poner la llave en el contacto, acelerando cuándo Rick pasó por su lado, manejando más rápido de lo que te permitirían en el mundo del antes.
Después de un par de kilómetros silenciosos Michonne dijo—. Tal vez debí ser más rápida y matar allí mismo a Merle.
—Definitivamente. —afirmó Kristoff.
—Completamente de acuerdo. —siguió Sigulf, logrando que los tres se rían complices en la camioneta.
—¡Oh, carajo! Realmente debí matarlo. —se lamentó Michonne entre risas.
—Ya tendrás una nueva oportunidad, y la próxima vez prometo no intentar detenerte. —intentó animarla Kristoff.
—No podrías detenerme si realmente lo quisieras. —comentó Michonne y ambos jóvenes asintieron de acuerdo, pareciendo pensativos.
—Y... —siguió Sigulf después de un momento imaginando quién ganaría una pelea entre Michonne y Kristoff—. Si no tienes una oportunidad, te ayudaremos a crearla. Es más, yo digo que de ahora en adelante cualquier momento será un buen momento para matar a un Dixon. ¿Quién está de acuerdo? —consultó Sigulf entre risas.
—Completamente de acuerdo.
—¡De acuerdo! —afirmaron a la vez Kristoff y Michonne y luego los tres volvieron a soltar carcajadas divertidas.
Fue refrescante aquél pequeño momento de paz en dónde finalmente tuvieron oportunidad de reírse y, al menos durante unos segundos, olvidarse de todo lo malo que había ocurrido y podría seguir ocurriendo.
Sabían que no tenían nada asegurado, que Rick les había prometido abandonarlos y que el mundo ya no era lo que alguna vez fue y volver a él después de tanto tiempo sin presenciarlo sería más difícil de lo que se imaginaron, pero aún así, se sintió bien simplemente detenerse unos segundos, unos minutos, y reír.
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¡Buenas, buenas!
¿Les está gustando la historia hasta ahora?
OMG, ¿Sigg y Michonne amigos? Ni siquiera yo lo ví venir, pero una vez que observé la posible química ya no pude des-verla. En fin, ¿Qué les parece?
¿Comentarios, sugerencias? ¡Siempre serán muy bien aceptadas!
Por cierto, quería comentarles que esta historia va para largo, es sin duda mi primer fanfiction que me tomo en serio entonces no me gustaría apurar nada, aún así si creen o consideran que algunas escenas son redundantes/innecesarias son bienvenidos también a comentarlo.
Y sin más, nos vemos en la próxima actualización, no se olviden de votar y comentar ♡
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