Epílogo: La casualidad más bonita ᰔᩚ
La música de jazz que sonaba en la radio llenaba el espacio de la sala, relajando a la familia que se acurrucaba el uno contra el otro, tomando una pequeña siesta después de haber visto una película animada, pues esa era la mejor entretención para los más pequeños. Jungkook y Taehyung se casaron hace cuatro años y llevaban conociéndose desde hace siete, pero la decisión de agrandar finalmente la familia se dio hace dos años. La pareja quiso tener todo bajo control antes de remontarse a esta nueva aventura y responsabilidad que significaba ser padres, porque el bebé o bebés que vinieran en camino dependerían totalmente de ellos hasta que pudieran valerse por sí mismos.
En cierto modo, parecía que el universo estaba de su lado, pues desde hace un tiempo, Jungkook estaba menos ocupado con el trabajo del refugio. La razón de esto era que tanto esfuerzo, logró dar buenos frutos y más personas decidieron involucrarse. Ya no solo eran los amigos de Jeon los que participaban activamente, sino todo un equipo de más de veinte personas. Cada uno de ellos compartía el mismo amor por los animales, así que después de juntar una buena suma de dinero, el refugio "Stay Alive" contaba con una mejor infraestructura, garantizando mantener cobijados a muchos más animales en comparación con años anteriores. Jungkook y Taehyung no podían estar más felices de este logro, sobre todo el híbrido, quien a más tiempo convivía con el veterinario, reafirmaba el intenso compromiso de este con dicha causa.
Era una acción noble en todos los sentidos y los frutos de su incansable esfuerzo estaban siendo recompensados con creces.
Su relación también se hallaba en el mejor momento, porque tanto Jungkook como Taehyung sentían que ya disfrutaron mucho su soledad como pareja, así que la ilusión de dejar de ser solo ellos dos en la acogedora casa, consiguió intensificarse unos días antes al celo del híbrido. Más específicamente, después de que ambos hubieran compartido un momento fogoso entre los dos.
En la comodidad de su cama, tras haber tomado un reconfortante baño de burbujas, la pareja usaba una pijama con colores a juego, mientras se abrazaban y se besaban con suavidad. Era un momento tan íntimo y dulce tras el derroche de pasión en el sofá de la sala, donde sus manos y bocas exploraron el cuerpo ajeno con vehemencia hasta unirse y conseguir el ansiado clímax.
—Tae, tu celo está por llegar, ¿cierto? —inquirió, separándose de esos labios a los que se volvió adicto desde la primera vez que los probó—. Lo pregunto porque estos últimos días has estado más intenso que de costumbre.
—¿Es una queja, cariño? —bromeó, él también notó aquello. El calor poco a poco se estaba adueñando de su cuerpo y tenía más ganas de subirse en el cuerpo ajeno para volverse uno solo.
—Para nada, mi vida. Me encanta compartir esto contigo, porque siempre hallamos la forma de que sea mejor que veces anteriores.
—Entiendo lo que dices, mi amor. A fin de cuentas, fuimos la primera vez del otro en eso y en otras cosas más.
—Tú los has dicho, bonito —besó su frente, causando que una sonrisa se formara en el rostro ajeno con un tierno sonrojo—. Volviendo al tema anterior, supongo que puedo tomar tu respuesta como una afirmación, ¿no?
—Sí, en una semana se supone que debe llegar.
—Entonces, ¿vas a querer que nos cuidemos o ya...?
—Ya es el momento, Koo —expresó con determinación, tanta que sus orejitas y cola brotaron de su cabeza. La mayoría del tiempo se la pasaba con su apariencia humana, pero en momentos emocionantes como estos, se permitía dejar a la vista sus características felinas porque desde hace mucho dejó de transformarse en su totalidad—. Quiero que agrandemos la familia.
—Yo soy feliz de cumplir tus deseos, aunque también siento que no hay mejor momento que este y por eso es que me animé a preguntártelo.
—Tienes razón, todo está marchando tan bien que me da la impresión de que el universo nos está dando una señal y debemos tomarla o nos vamos a arrepentir a futuro.
—Así será, no te preocupes porque me encargaré de que todo sea perfecto.
—Sé que sí, siempre resuelves.
Esa afirmación provocó una sonrisa genuina en Jungkook, quien, en lugar de responder, se dedicó a besar a Taehyung por milésima vez; teniendo presente resolver de la mejor manera, justo como su amado esperaba que hiciera.
Porque nunca lo había decepcionado.
Y dudaba mucho que eso sucediera alguna vez.
🍃
El veterinario recordaba de vez en cuando el momento en que se enteró de que el cambiaformas era un doncel. Su sorpresa fue tan grande, que no sabía qué pensar. Sobre todo, porque ellos apenas se habían convertido en pareja y si decidían dar el siguiente paso, la posibilidad de un embarazo sería muy elevada y no sabía si era lo que ambos necesitaban en ese momento en el que más ocupados estaban con el refugio.
A día de hoy le causaba bastante nostalgia rememorar la preocupación que experimentó, pero que a su vez fue demasiado efímera con la confesión que su novio le hizo.
"Solo puedo quedar en cinta si estoy en celo". Esas fueron las palabras que le dijo para calmarlo, porque Taehyung no era ciego y fue capaz de percibir como el semblante de Jungkook cambió tanto en cuestión de segundos.
No obstante, su impresión se mantuvo cuando se dispuso a analizar lo dicho por el híbrido. Como veterinario, conocía de sobra que los celos en gatos se daban cada quince días, pero desconocía por completo como sería la cuestión en alguien como Taehyung, así que a Jungkook no le quedó de otra más que preguntar.
Con absoluta confianza, Taehyung le reveló que sus celos se daban cada seis meses y que comenzó a vivirlos en carne propia a partir de los quince años; pero que, hasta ahora, nunca tomó la decisión de pasarlos con nadie porque le era sencillo controlarlo con la conocida como hierba gatuna y era lo suficientemente romántico como para esperar que esa persona especial llegara. Jungkook se sonrojó ante esa información, pues él pensaba lo mismo, lo cual indicaba que, de llevarlo a cabo, serían la primera vez del otro.
El híbrido también lo sospechó por la reacción del veterinario, por lo que, de cierto modo, se alegró de haber esperado tanto a que el indicado apareciera en su camino.
Los dos se dejaron fluir con la situación, experimentando lo que era hacer el amor, casi un mes luego de esa importante charla. Y cuando llegó el tiempo de celo, Jungkook se encargó de tomar todas las debidas precauciones para que Taehyung no quedara en estado; algo que se mantuvo con el pasar del tiempo, porque solo cuando estuvieran cien por ciento seguros, ellos traerían una nueva vida a este mundo.
Y cuando ese momento se dio —luego de dos semanas desde de que el celo de cinco días finalizara—Taehyung ya le estaba dando la noticia a Jungkook de que serían padres. El veterinario no podía estar más feliz, por lo que la noticia no demoró en alcanzar a todo su equipo, quienes se alegraban con sinceridad ante la llegada del bebé de la dulce pareja. Aunque los más emocionados de aquel grupo eran Jimin y Yoongi, los cuales eran los únicos que conocían el secreto de la pareja de Jeon.
La forma en la que se enteraron fue muy graciosa, y a día de hoy, seguía siendo motivo de risas para todos, a pesar de que cuando sucedió, el corazón de Taehyung y Jungkook casi se detiene por el susto que les causó.
La cariñosa pareja se encontraba tan ensimismada en el otro, tanto así que Taehyung se permitió mostrarle a Jungkook sus orejitas y su cola para que continuara acariciándolo con tanto cariño como cuando era un gato. Hace meses que no se transformaba porque se suponía que "bonito" había escapado del hogar de Jeon y él era un amigo de la infancia que le pidió posada en su hogar, garantizando vender la mentira perfecta para que nadie sospechara sobre la verdad que ocultaban.
Aun así, Taehyung no negaría que le daba cierta paz seguir siendo consentido como cuando era un felino; mucho más si quien lo mimaba era su querido salvador y novio, Jungkook.
Los brazos del veterinario envolvieron el cuerpo del cambiaformas, quien se colgó del cuello ajeno, mientras restregaba su cabeza en su hombro. El contacto físico entre ambos eran las cosas que más contentos los ponían, porque se sentían tan satisfechos con el amor que destilaban por medio de un gesto tan tierno como ese.
Se miraban con adoración y se coqueteaban con cursilerías, siendo incapaces de escuchar que dos personas estaban ingresando al refugio. Los visitantes inesperados eran nada más que Jimin y Yoongi, quienes se suponían tenían el día libre, pero al estar tan aburridos, acabaron volviendo a su lugar de trabajo.
La otra pareja se quedó impactada al ver la auténtica apariencia de Taehyung, pero después de unos largos segundos, el grito de Jimin fue lo trajo a la realidad a los principales involucrados. Yoongi no sabía ni cómo articular palabra, porque había detalles que en su momento ignoró, pero que ahora cobraban un nuevo sentido frente a sus ojos negros.
—Podemos explicarlo —aseguró Jungkook, poniendo detrás de su cuerpo a Taehyung, como si con eso pudiera protegerlo de ser juzgado por sus amigos.
Él realmente no sabía que esperar de esto, así que temía que se les saliera de control.
—Claro que lo harán —respondió Yoongi con seriedad, sosteniendo a Jimin que parecía estar a nada de desmayarse. Era obvio que él también ya había conectado los puntos—. Porque es obvio que Bonito nunca se fue, solo cambió su forma, ¿no es así?
Maldición, sí que eran inteligentes.
Sin querer agravar más la situación, Jungkook invitó a sus amigos a que tomaran asiento, mientras un nervioso Taehyung explicaba todo lo que en su momento le dijo a su pareja; incluyendo el detalle de la leyenda, que seguía siendo fundamental para comprender más fondo el vínculo tan espontáneo que se formó entre los dos desde que se conocieron.
Poco a poco, las expresiones en los rostros de Jimin y Yoongi se relajaron, tranquilizando a la pareja de híbrido y humano. Estos les hicieron saber que entendían el motivo por el que mantuvieron ese detalle oculto de ellos, pero que igual les dolía que desconfiaran, pues jamás harían nada que pudiese ponerlos en peligro.
Jungkook sabía eso de sobra, pero igual no podía permitirse contar algo así sin el consentimiento previo de Taehyung. Entonces, el híbrido fue el que les explicó que no era por eso, sino por el hecho de que no los apoyaran y los juzgaran. Él los apreciaba bastante, y conocía que eran personas de buenos sentimientos, pero teniendo en cuenta lo diferente que era, el miedo de ser repudiado era de sus mayores inseguridades, por lo que le resultó más fácil inventar una historia, un apellido, y demás detalles que le dieran veracidad a su relato.
Ellos comprendieron su punto y se disculparon por el malentendido, pero tanto Jungkook como Taehyung les dijeron que no había nada que perdonar; les bastaba con ser apoyados. Y eso fue una tarea que la otra pareja se tomó muy en serio, porque gracias a ellos, Taehyung pudo conseguir distintos documentos que pudieran validar su existencia en el lugar.
Ese simple gesto bastó para que Taehyung pudiera hacerse un espacio como un ayudante fijo en el refugio de Jungkook, sin temor a que alguien pudiera sospechar su verdadero origen y aprovechando que todo el equipo de este lo adoraba desde que lo conocieron.
Así se mantuvo hasta la actualidad, en la que todos seguían creyéndose la historia que la pareja vendió sobre cómo se conocieron.
Porque ese secreto era lo más preciado que tenían y se esforzarían en mantenerlo protegido para no tener problemas a futuro sin importar qué.
—¿Estás despierto? —cuestionó Taehyung en un susurro, observando un leve asentimiento por Jungkook, quien seguía con los párpados cerrados—. Yo lo estoy desde hace unos minutos, pero me da tanta pena despertar a los niños...
—Te entiendo, pero igual nuestros tres mininos tienen el sueño tan pesado que dudo que se levanten si te mueves.
Jungkook abrió los ojos y confrontó a su esposo con un atisbo de sonrisa en sus labios.
—¿Tú crees? Prefiero no arriesgarme —confesó, acariciando los cabellos de uno de sus retoños —el que se encontraba con la cabeza en su regazo—, mientras los otros dos se abrazaban más a sus piernas, cubiertos en su totalidad por una manta con estampado de gatitos.
La ropa o cosas que hicieran alusión a felinos eran infaltables para esta familia. Taehyung era tan amante de esto a tal punto de tener diferentes hoodies y suéteres con figuras de felinos. Además, a Jungkook le encantaba alimentar ese gusto cada que podía, siendo quien más le consentía con regalos que involucraban esa clase de prendas.
—Entonces está bien, cariño.
—Lo que sí podemos hacer es charlar en voz baja—propuso animado—. ¿Dormiste bien?
—Muy bien, de hecho, soñé con algo muy lindo.
—¿En serio? ¿Se puede saber con qué soñaste?
—Pues...
Jungkook era más nervios que persona. Hoy sería un día decisivo, porque le confesaría sus sentimientos a Taehyung. Los sentimientos se podían palpar con tanta facilidad, que sería horrible seguir haciendo como si no existieran. Sin embargo, la inseguridad e inexperiencia le estaban pasando factura al rescatista.
El híbrido ni siquiera se imaginaba que su vida cambiaría tanto después de que llegara de la tienda de conveniencia.
Porque sí, a Jungkook no se le ocurrió mejor idea que mandar a Taehyung a comprar unas cosas en el mismo local que visitó cuando lo encontró aquella lejana noche. Decoró el comedor con velas y flores, y se dispuso a calentar la lasaña que preparó durante el tiempo en que su novio se fue de paseo con sus mejores amigos, quienes ya estaban al tanto de su plan.
Su corazón latía como si hubiese corrido un maratón, pero ni quisiera eso sería impedimento para calmarse y enfrentar lo que se venía a continuación. El sonido de la puerta abriéndose fue el indicativo para repasar por milésima vez las palabras que diría y la propuesta que realizaría a la persona que se coló en sus pensamientos y fue capaz de robarle tantos suspiros con lo mínimo.
—Hola, Koo, si encontré todo lo que me pediste—saludó con alegría y cuando cayó en cuenta de la decoración, murmuró—. Qué...
—¡Sorpresa! Preparé esto especialmente para ti, Tae.
—No me digas que me olvidé de algo importante—susurró agobiado, dejando las bolsas plásticas en el suelo para acercarse hasta la bonita mesa.
—En lo absoluto, solo siéntate y disfruta.
Taehyung obedeció la cordial invitación de Jungkook, todavía sin comprender lo que fuera que estuviera sucediendo, pero manteniendo la esperanza de que no había olvidado alguna fecha relevante para ellos dos.
El veterinario le sirvió la lasaña al híbrido, a quien se le hizo agua la boca por el olor. Sin duda ese platillo se convirtió en uno de sus favoritos y dudaba aburrirse alguna vez de él. Jungkook estaba contento por las reacciones de Taehyung, permitiéndose a sí mismo bajar la guardia y gozar de una buena cena.
Los minutos transcurrieron en medio de una charla amena, que Jungkook sabía debía interrumpir muy pronto o se desanimaría de confesar lo que se sentía por Taehyung. Cuando la comida desapareció de sus platos, Jungkook condujo al sofá a Taehyung de una vez por todas.
—¿Te gustó la cena?
—La adoré, pero sigo sin entender el motivo detrás de esto.
—Supongo que no me queda de otra más que serte sincero, así que escúchame, por favor.
—De acuerdo, puedes decirme lo que sea —lo animó, tomando las manos ajenas para darle apoyo.
Jungkook exhaló por la boca y se permitió confesar en voz alta esos sentimientos que tanto tiempo estuvo guardando para sí mismo, porque Taehyung logró conquistarlo en tiempo récord, siendo una persona preciosa en todos los sentidos.
Las lágrimas se aglomeraron en los orbes grisáceos de Taehyung conforme Jungkook le mostraba lo que guardaba en su corazón. Escuchar esas palabras tan dulces y significativas se sentían como un sueño, por lo que, sin pensárselo dos veces, atrajo en un abrazo a su acompañante.
—Yo también te amo, Koo. He sido el más feliz desde que mi camino se cruzó con el tuyo, ¿cómo no voy a aceptar ser tu novio si es lo que deseo con toda mi alma?
—Dios, Tae. Eres luz en medio de la oscuridad, lo mejor que me ha pasado. Te prometo que nunca te arrepentirás de decirme que sí, te amo.
La forma en la que sellaron la promesa fue con un beso tierno, lleno de esa calidez, de un amor floreciente. No obstante, Jungkook había planeado un regalo para que Taehyung siempre tuviera presente el compromiso de trabajar día a día en su relación.
El híbrido abrió la cajita que el veterinario le entregó en sus manos, descubriendo dos collares de color verde con un cascabel púrpura; uno era para cuando estuviera convertido en gato y el otro para cuando fuera humano. Eran bellísimos, le encantaban y no dudó en demostrárselo a su novio al pedirle que él mismo se lo colocara. Jungkook sonrió en grande al ver a Taehyung con el collar, tan contento de que fuera de su agrado, porque los mandó a hacer, así que eran igual de especiales que su etéreo dueño.
Aquella velada se quedaría grabada hasta el final de sus días como uno de los tantos recuerdos hermosos que crearon juntos y que esperaban contar con mucha ilusión a sus hijos cuando los tuvieran a futuro.
—Qué hermoso que hayas soñado con ese momento, a nuestros niños les encanta escuchar tanto esa anécdota.
—Lo sé, las sonrisas en sus rostros cuando la escuchan son una curita para mi alma. Y ni que decir cuando veo lo mucho que se interesan por los animales.
Las imágenes de sus hijos siendo amorosos y respetuosos con cada animalito que se rescataban en Stay Alive eran de las cosas más conmovedoras del jodido mundo y no aceptaba opciones contrarias, porque la inocencia de un niño que ama sin esperar nada a cambio, era invaluable, inconmensurable e inolvidable.
—Estoy muy de acuerdo. Son el regalo más hermoso que pudimos hacernos mutuamente—admitió, viendo con cariño a los infantes que seguían en brazos de Morfeo.
Sí, ellos eran el tesoro más precioso en la vida de ambos, a pesar de que, por un fugaz momento, temieron no llegar a conocerlos cuando el doctor les dijo que el embarazo de Taehyung era riesgoso al tratarse de trillizos. Jungkook nunca antes fue tan protector y consentidor, pero eso influyó bastante en que el proceso fuera de lo más llevadero para su esposo.
Y cuando los tuvieron en sus brazos, supieron que cada sufrimiento valió la pena.
Ellos eran su legado sin importar el camino que eligieran, ya fuera como humanos o como híbridos.
Porque los acompañarían y aconsejarían en las buenas, en las malas y en las peores, pues la lealtad y el amor era lo que más caracterizaba a esta preciosa familia.
Fin 🍃
Gracias por leer, espero les haya gustado el epílogo, donde pudieron conocer más detalles sobre esta linda pareja.
No olviden recomendarla, los adoro, mis corazones.
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