Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1)

—¡Hey, Félix! —llamó un pelinegro a sus espaldas.

- Bin... —¿Cuánto tiempo...? —dijo, observando al mayor con una sonrisa por parte del contrario. 

Habían pasado unas semanas desde que salieron a vacaciones y el australiano se fue a su país natal para estar con su familia lejana. Semanas en las cuales, todos incluyendo él habían modificado su apariencia física de algún modo.

—Hyung, has cambiado mucho... —Mira, Lix, mira sus músculos... —Mencionó el de mejillas gorditas, llamando la atención del australiano.

—S-sí —articuló con dificultad el chico, desviando la mirada con pena hacia el suelo u otro lugar que no fuese el cuerpo de su amigo, su gran amigo... 

Ahora que se lo pensaba bien, ¿podría estar atraído por un chico? ¿Y que este fuese su amigo?

Un ligero toque en su nariz lo sacó de sus pensamientos reflexivos.

—Vamos, estrellitas —mencionó Jisung, aunque no fuese el responsable de ese toque.

Aún un poco ensimismado, continuó su camino junto a Seo y Han.

Creo que para entender por qué nuestro hermoso Félix sacó sus conclusiones debemos devolvernos un poco en el tiempo y en su historia.


Hace 6 meses...


Narra Félix.

Estaba corriendo una pequeña maratón en la clase de Educación Física; juro que si doy una vuelta más en ese lugar van a tener que pagar mi funeral.

A lo lejos escuché mi nombre:

-¡TÚ PUEDES, FÉLIX!

No me volteé y no fue necesario; reconocí la voz de inmediato. Era Changbin, un viejo y cercano amigo. Pero por alguna razón quise parar pero no exactamente para confirmar de quién se trataba , es decir, tenía una competencia por delante, pero algo en su voz me hacía querer detenerme e ir hasta donde se encontrara. Además de que sentía que me iba a dar un ataque al corazón, pero de seguro era por estar tanto tiempo haciendo el mismo recorrido. Así que para alejar esos inútiles e irracionales pensamientos, sacudí mi cabeza y cabello suavemente, el cual estaba empapado de sudor, y aumenté mi ritmo al correr y pude adelantar y llegar al primer lugar.

—Buen trabajo —me saludó Seungmin, un compañero de clase, mientras yo me dejaba caer en el césped luego de caminar para poder calmar mi aún y persistente acelerado ritmo cardiaco.

Cerré mis ojos; hacía un calor infernal. —Ugh, maldito verano —dije hablando para mí mismo y haciendo un moíin con mis labios de forma inconsciente. No fue hasta que sentí un aliento cerca de mi cara que tuve que abrir mis párpados y observar con los ojos casi salidos de su órbita cómo Bin estaba acurrucado cara a cara junto a mí. Quise levantarme, pero pensé que no sería prudente, ya que podría chocar con él y pegarle.

—¿Q-qué haces? —pregunté, entre algo incómodo, sorprendido y nervioso.

—¿Yo? —dijo señalándose con el dedo índice. —Asentí rodando los ojos. —Ahh, ehh, eso... sí, yo... solo quería darte algo —susurró lo último; sin embargo, yo alcancé a escuchar.

—¿Darme algo? —¿Quizás un beso? —mencioné en broma mientras me sentaba abrazando mi pierna derecha.

—Sí... quizás fue eso. —Lo dijo con tanta sinceridad y en medio de un suspiro que parecía como si fuera su anterior intención y no en broma. Eso no me lo esperaba, tampoco que mi corazón se pusiera como si corriera otra maratón y que mi caminata de unos minutos no pareciera haber causado efecto en mí o que mis ojos se posaran en su rostro de una forma un tanto curiosa.

--¿Qué? Es la verdad

Allí sí que sentí más calor del que tenía y pensé que no podría volver a verlo a los ojos de nuevo como lo estaba haciendo, así que, dejándome llevar por la curiosidad y algo que no pude describir, me acerqué y le dejé un pequeño beso en su mejilla antes de levantarme y alejarme un poco, caminando lo más rápido que mi cuerpo me lo permitió en ese estado.

Vi de reojo cómo Changbin, después de procesarlo un poco, se levantó y llegó corriendo a mi lado. Yo, solo, aún sin poder procesar mis actos ni nada de mi entorno, le dediqué una sonrisa.

—Pequeño atrevido.

—Ja, mira quién habla —le contraataqué, ampliando la curvatura en mis mejillas.

Changbin solo bufó y apartó su mirada, susurrando algo que no pude interpretar por más que lo intenté.


De vuelta al presente...


Desde ahí no pude, simplemente no, no he podido controlar nada de lo que siento o hago cuando se trata de Changbin. Y por eso creo que he llegado a la conclusión de que... sí me atrae, aunque sea un hombre, un amigo y aunque no se vea bien. Sólo que no sé si yo debería decir algo al respecto. Claro, sería algo raro, pero tampoco tengo pruebas de que él sienta lo mismo o que me rechace. Es muy bueno ocultar todo.

De pronto, un momento apareció en mi mente, sacándome una sonrisa casi de inmediato. Era uno donde estábamos caminando junto a Jisung, Chanbin y Chan, un nuevo amigo, que también es australiano y con el cual nos llevamos muy bien. De la nada, Binnie sacó un paquete de galletas de su mochila y, ofreciéndonos a cada uno una galleta de crema, dijo:

—Guerra de galletas

Y hubiera sonado normal si lo hubiera dicho con su voz natural, pero... lo hizo con voz de Barbie; parecía que imitara a una niña. Yo no pude comerme la galleta sino hasta una hora después. Me ataqué a reír; Jisung y Chan estaban entre asustados y divertidos de verme reír tanto. Sí, estaba como un tomate, pero es que era una nueva faceta de Changbin que nunca había visto y me divertí por mucho rato; siempre me acordaba de la expresión de Bin y soltaba a reírme de nuevo. Además, Jisung no me ayudaba mucho; se reía de verme a mí y eso creaba un círculo vicioso. Cuando pude calmarme, casi me saco un ojo con un arbusto, debajo del cual estaba reposando. Me comí la galleta y me dolía mucho el estómago de tanto reírme. Estuve a punto de ahogarme y Changbin estuvo a un pelo de pagarme mi funeral.

Este recuerdo se lo compartí a Jisung y a Chan, con quienes aproveché para estar molestando al de menor estatura. Al sonar el timbre, cada uno iba para su clase.

«Debería estar con Bin», pensé un poco triste porque no teníamos ninguna materia en común.

—-Adiós, pequeño —me dijo al oído Seo, haciendo que mi piel se erizara.

Yo solo le di una pequeña sonrisa y le hice un corazón con los dedos, diciendo:

—-Hasta luego, Binnie innie.


.

.

.

.

.


¿Errores?


Espero les haya gustado


No olvides tu votito y comentario

Gracias por tu lectura <3


Att Ale

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro