OO6
Takemichi llegó al salón de clase arrastrando los pies para después dejarse caer en su asiento con pesar. Quien lo viera, pensaría que era un ser moribundo en vez de un simple estudiante.
—Buenos días —saludó Chifuyu Matsuno a algunos compañeros al compás que iba ingresando al lugar.
Se aproximó a su mesa correspondiente y, luego de percatarse de la presencia de Takemichi, tosió disimuladamente intentando llamar su atención.
—Al final no me dijiste qué tal te había ido con la peluca que te di para la reunión... Después de todo, al regresar, lo único que salió de tu boca fue lo maravilloso que es Mikey.
Silencio.
Y, para ese momento, el de mirada verdosa simplemente se lanzó a su silla aparentando no haberse dado cuenta de que sus palabras habían sido ignoradas.
—Ayer no parabas de saltar de la felicidad, y ahora parece ser que te quieres morir... —continuó Chifuyu, indiferente, mientras dejaba sus cosas en su mesa. Frunció el ceño al no obtener respuesta todavía—. No creas que te he perdonado por no tomarle una foto a Baji-san.
—Falta mucho...
—¿Qué?
—¡Debo esperar días para volver a verlo! ¡Las ansias me matarán hasta entonces! —expresó Takemichi alterado, hasta que recibió una bofetada inesperada. Volteo a mirar al rubio, perplejo por su acción—. ¡Chifuyu! ¡Eso dolió!
—Cálmate, compañero, ¿acaso no te has puesto a pensar el porqué se reunirán contigo dentro de varios días?
El rubio teñido se tomó el tiempo de pensarlo, y lo único que recibió Chifuyu como reacción fue un ceño fruncido y un gesto confundido. El rubio amante de los gatos simplemente suspiró, a nada de volver a abofetearlo de la indignación.
—Estoy así de golpearte de nuevo. Desgracia y deshonra sobre tu vaca.
—¿Por qué? ¿Ahora qué hice?
—Voy a justificar tu osadía porque tu trabajo de Idol consume las pocas neuronas que te quedan.
—¡Oi!
—Mañana es fin de semana, estamos casi a finales del mes... Eso quiere decir... ¡Vamos, compañero, piensa!
Luego de unos minutos en los que la mente de Takemichi buscó aquello que olvidaba, su rostro palideció ante la revelación.
Ahora, Takemichi Hanagaki, se encontraba arrodillado en la esquina del salón mientras mantenía la mirada en la pared del mismo, era su forma de autocastigarse por la estupidez de olvidar algo tan importante en su vida.
Por otro lado, Chifuyu se posicionó a su costado fingiendo que inspeccionaba que el rubio teñido ejecutara su falsa condena al mismo tiempo que hacía una pose rara, como si quisiera imitar a algún maestro estricto.
Los estudiantes presentes observaban extrañados la interacción de ambos chicos con obvia confusión.
—Son unos idiotas —comentó una voz femenina entre el montón.
—Bueno, Takemichi, levántate de ahí.
—No puedo.
—Deja el drama...
—No, de verdad, no puedo hacerlo. Se me entumecieron las piernas.
Chifuyu rodó los ojos para así después ayudar a Takemichi a levantarse de su incómoda posición.
—No puede ser... ¿¡Cómo pude olvidar la reunión de fans de Tokyo Manji!? —exclamó el rubio teñido sumamente decepcionado de sí mismo—. Es una vez al año, no me perdonaría si me lo perdiera por un descuido en mi cronograma.
—Tranquilo, compañero, lo tengo todo bajo control.
—¿De verdad?
—¡Por supuesto! Mañana tendremos el mejor día de nuestras vidas, ¡confía en mí!
—Chifuyu...
Las manos de Takemichi se cruzaron y se las llevó a la boca emocionado, y un brillo singular se asomó en los orbes azulados de Takemichi, demostrando suma gratitud hacia su mejor amigo por haberlo incluido en sus planes.
Al menos el rubio teñido no tendría que esperar tanto para ver de nuevo a Mikey, aunque en esta ocasión no sería como Kai de Stardust Promotion, sino como Takemichi Hanagaki.
La mañana siguiente llegó en un parpadeo.
La infraestructura donde se realizaría el evento anual estaba repleto de fans ansiosos de disfrutar uno de los acercamientos más icónicos de sus ídolos favoritos. Eran las diez de la mañana y Takemichi estaba listo para usar sus ahorros y coleccionar todos los recuerdos que aparecieran ante él.
—Hoy por fin es el día, Kaku-chan. ¿No estás emocionado?
Kakucho, amigo de la infancia de Takemichi, fue invitado por el rubio teñido a acompañarlo a ver su banda favorita. Al principio, el chico se rehusó a ir, pero después se entero de que uno de los integrantes de dicha banda es el medio hermano de su modelo a seguir, Izana Kurokawa, un cinematógrafo muy reconocido en la industria del cine.
Kakucho cambió rápidamente de opinión, y decidió asistir para echar un vistazo.
—Para nada...
—¿¡Cómo puedes decir eso!? —exclamó Takemichi exaltado, y Kakucho se sorprendió de la reacción del contrario. —Estamos en la reunión de fans de la Tokyo Manji, ¡una de las pocas oportunidades de charlar con nuestros idols!
Takemichi quizás esté consciente de que, hace varios días, conoció personalmente al grupo e inició un "intercambio" de palabras, y además, tendrá más oportunidades como las de ahora más adelante, pero la diferencia entre aquel encuentro y el actual es que podrá mostrar su fanatismo sin tapujo alguno.
Quien vino al evento fue Takemichi, no Kai. Solo él entiende a lo que quiere llegar con su pensamiento.
—Takemichi.
—Cuánto he esperado este momento... —murmuró con algunas lágrimas que amenazaban por salir, y con un puño alzado, cerró los ojos sumamente emocionado.
—Oi, Takemichi.
—Esto me mantuvo en marcha en todos mis actividades y ensayos extras, definitivamente valieron cada maldito minuto.
—¿Actividades? ¿Ensayos? ¿De qué mierda estás hablando?
Un silencio prolongado hizo acto de presencia entre los dos. Inmediatamente, Takemichi comenzó a reírse nerviosamente por su metida de pata.
—Quería decir que había terminado todas mis tareas pendientes para este evento... A todo esto, ¿Dónde estará Chifuyu? Se supone que vendría con nosotros.
—Mmm... Él dejó en visto mis mensajes.
Takemichi logró desviar la atención de sí mismo, fácil para el chico desapercibido de la clase. De todos modos, estuvo demasiado cerca.
—Que raro, la cabina de registro se abrirá pronto.
—Lamento la espera.
—Oh, hablando del rey de Roma.
—¡Chifuyu! Me alegro que... ¿¡Qué te pasó!?
Chifuyu finalmente llegó, pero su vestimenta daba mucho que decir. Su conjunto sencillo estaba cubierto de charcos de tierra secos, con algunos raspones en el rostro y brazos, y por último, cargaba consigo varias barras luminosas en una bolsa además de tener cuatro de las antes mencionadas en cada lado de su cabeza, atados con una cinta roja. El rubio daba a entender que salió de una guerra para entrar a otra.
—¿Se puede saber por qué esa apariencia? —preguntó el pelinegro, igual de confundido que Takemichi.
—Fui a entrenar.
—¿"Entrenar"?
Ante la afirmativa de Chifuyu, Kakucho soltó un supiro resignado, bastante acostumbrado a lidiar con las estupideces de sus dos amigos.
—Y mi entrenamiento tiene un fin... Piedra, papel o tijera —Chifuyu hizo un gesto de manos haciendo una figura de tijera, la misma que podría ser fácilmente confundida con un gesto de paz y amor. La sonrisa amplia del rubio demostraba lo seguro que estaba de su inminente victoria.
El evento especial de fans Tokyo Manji, torneo de piedra, papel o tijera.
Los fans del grupo de idols jugarán piedra, papel o tijera contra los miembros de la Tokyo Manji. Los perdedores serán eliminados, o en sus términos de fans extremistas, significa "morir".
Es un juego anual de muerte cruel en el que no puedes confiar en nadie más que en ti mismo. Quien gane, obtendrá una foto de edición limitada de su integrante favorito. Sin embargo, solo una persona puede recibir tal honor. Pero, con tal esquema, el ganador no se decide fácilmente.
Esta interminable batalla de resistencia agota la fuerza en cada movimiento, y el año pasado muchos fans que se enfrentaron en este evento despiadado se desmoronaron mientras lloraban por el ineludible fracaso.
—Yo gané el año pasado. —comentó Chifuyu, con serenidad. Se cruzó de brazos al mismo tiempo que cerraba los ojos, pensativo—. Pero me di cuenta de que mi suerte ya no será suficiente. Necesitaba un nuevo poder.
Tanto Kakucho como Takemichi estaban con los ojos muy abiertos, sorprendidos de las palabras de su compañero y amigo respectivamente.
—¿Por eso entrenaste? —preguntó Kakucho, aún sin poder salir por completo del asombro.
—Sí. Aprendí de un maestro de lectura de mentes en el sur, y también fui a una cascada en el norte que fluye con poderes espirituales. Fue un entrenamiento muy riguroso —Chifuyu cerró los ojos para así levantar un pulgar—. Pero sobreviví. ¡Ahora nadie puede detenerme!
—Y todo por el piedra, papel o tijera... ¡Qué gran cantidad de coraje y amor! —expreso Takemichi sumamente conmovido.
—No, solo es otro idiota.
—¡Di lo que quieras, Kakucho! ¡Mientras pueda obtener la foto de Baji-san, incluso apostar mi vida vale la pena!
Kakucho solo podía sentir pena ajena.
—Me pregunto si será tan fácil como dices...
Al escuchar esas palabras pronunciadas a lo lejos, los tres amigos se desviaron a mirar a quien se mostró a sus espaldas.
—Ese bolso finamente decorado e insignias con tonos pasteles... —murmuró el rubio mientras sus orbes verdosos se entrecerraban con cuidado, sin despegar su mirada del contrario—. ¿Eres fan de Mitsuya?
—Por supuesto, y te diré una cosa, fan de Keisuke Baji... ¡El torneo de este año será mío!
—¿Qué has dicho, bastardo? —visiblemente Chifuyu con una sonrisa cerrada parecía sereno, pero su vena marcada indicaba lo contrario.
—¿Entrenando piedra, papel o tijera? Qué estupidez. Es la era de los psíquicos. —Afirmó el peliazul con determinación, y con puños cerrados fuertemente continuó.— Yo, Hakkai Shiba, fui aplastado en el torneo del año pasado. Así que me dediqué a pulir mis sentidos durante todo un año... ¡Asistiendo a clases de videncia en línea!
Una gota de sudor apareció en las frentes de Takemichi y Kakucho, ambos chicos observando el intercambio sin comentarios.
—¿Clases en línea? ¿Me estás jodiendo?
—Y he llegado al proceso de iniciación, por eso, ¡Usaré mi súpersentido común para obtener la nueva foto de edición limitada de Taka-chan!
—Ja, ya quisieras.
—¡Oi! ¿¡Acaso la foto normal con gatos de Keisuke Baji no es suficiente para ti!?
—No puedo negar que esa foto es lo más valioso que tengo...
—¡Entonces, déjame obtener el premio!
—¡Olvida lo que dije! ¡Nunca es suficiente!— exclamo Chifuyu efusivamente—. ¡Es mi oportunidad para adorar otro año más a Baji-san, no pienso perder! ¡No te burles del hambre de los fans de Baji-san!
Por otro lado, Kakucho volteo a mirar a Takemichi buscando una lógica a todo lo que sucedía ante sus ojos, pero la única respuesta que le dio su amigo de la infancia fue un simple encogimiento de hombros.
—Definitivamente todos son unos idiotas.
Mientras que ambos fans mantenían una ardiente discusión sobre el nivel de genialidad de sus respectivos bias, una persona al fondo se mantenía al margen observándolos con desdén.
Una bocina cercana se hizo escuchar en el lugar, atrayendo la atención de todos los presentes.
¡Atención, jóvenes entusiastas por la buena música! En unos momentos comenzaremos la apertura de la cabina de registro para su respectivo ingreso a la reunión de fans de Tokyo Manji: "Canta en el Otoño Tardío"
El evento anual de fans de Tokyo Manji estaba por comenzar.
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