La agradable sensación de estar sumergido en el mejor sueño del mundo fue lo primero que experimentó, a la vez que su cuerpo se relajaba debido a la suavidad que percibía contra su mejilla.

No supo en qué preciso momento comenzó a sentir el presentimiento de que algo se le olvidaba. Y en eso de que quiso buscar la mejor posición para continuar su sueño, el frío suelo lo recibió de golpe.

Así mismo, la realidad llegó.

Un gemido lastimero salió de sus labios para así comenzar perezosamente a sobarse en el lugar donde más le dolió del golpe, Takemichi Hanagaki se había caído de la cama.

⎯ Mmmp... ¿Qué hora es...? 

Pero cuando sus orbes azules se cruzaron con el reloj de su pared gris, su expresión adormilada fue reemplazada inmediatamente por el horror.

Eran las ocho y cuarto.

Recién dándose cuenta de la hora, el día y su existencia misma, el chico de hebras rubias teñidas se levantó del suelo atropelladamente para así aproximarse inmediatamente al baño. En el transcurso de la media hora, Takemichi salió de su hogar con su uniforme arrugado, mochila medio abierta con sus útiles colgando inútilmente del mismo y cepillo de dientes en la boca.

Quería morirse.

Primer día de clases y él se quedaba dormido.

Y no solo eso, claro que no, de igual forma en el camino hubo obstáculos que hicieron de su mañana la peor de su corta vida; se había olvidado de atar sus cordones y debido a eso tropezó en plena carrera, el transporte que lo llevaría a su preparatoria se había ido apenas llegó al lugar, había olvidado su libro de inglés y para colmar los males, un gato negro se le cruzó en el camino.

Era su fin, Takemichi ya estaba preguntándose si la mala suerte estaba consigo o él mismo lo era.

Sin detenerse ni desistir continuó con su maratón matutina hasta que finalmente, sin chocar con la señora de limpieza del pasillo, pudo llegar a su salón de clases. Estando en el marco de la puerta, se asomó y precisamente el profesor a cargo del curso estaba dictando la clase de ese día, ansiosamente comenzó a morderse las uñas y ahora la pregunta que rondaba por su cabeza era... ¿Cómo iba a entrar sin ser atrapado en el proceso?

Desvió su mirada del profesor para así detallar su alrededor, mientras daba con cada cabeza de sus compañeros fue que se cruzó con una mirada familiar.

El rubio levantó la mano.⎯ Shimizu-san

El hombre mayor de hebras blanco ceniza, desvió su mirada café de la pizarra hacia su alumno.⎯ ¿Alguna pregunta?

⎯ En realidad, no comprendí bien el procedimiento de la ecuación anterior...

⎯ De todas las que mencioné, ¿Cuál de ellas?

Chifuyu mostró un gesto confundido, y señaló directo a la pizarra. ⎯ Esa que escribió allí. ⎯ su dedo en realidad no indicaba algo específico aún así el profesor tranquilamente buscó con la mirada lo que indicaba el rubio.

En eso en que el profesor se encontraba distraído, Chifuyu le hizo señas a Takemichi para que se apresurara en entrar. El rubio teñido agradecido, se escabulló por el suelo escondiéndose entre los puestos de sus compañeros quienes le miraban sin decir nada hasta que finalmente se sentó en su asiento correspondiente, justo en el momento en que el de mirada café volteaba de nueva cuenta a mirar hacia su mejor amigo.

⎯ Podría ser más conciso con su pregunta, Matsuno-kun.

⎯ No se preocupe, creo que ya lo entendí ⎯ comentó con una risa nerviosa para así rascarse la nuca debido a la mirada entrecerrada y perezosa del profesor, quien frunció el ceño confundido y se encogió de hombros.

La clase continuó sin más interrupciones.

Chifuyu se fijó si nadie lo veía para así retroceder un poco al puesto de Takemichi, quien se ubicaba tras sus espaldas, y con un movimiento de cabeza llamó su atención.⎯ No hace daño un gracias, compañero.⎯ murmuró regalándole una sonrisa cómplice.

Takemichi soltó un suspiro de alivio, musitó un agradecimiento bajo y se inclinó un poco hacía adelante con somnolencia. Al menos se había salvado esta vez.

⎯ Por cierto, Hanagaki-kun, no crea que no me percate de que llego tarde a la clase. ⎯ la voz serena del docente exaltó al rubio teñido, la reacción de Takemichi fue cómica para más de uno.⎯ solo porque es el primer día, lo dejaré pasar.

Nuevamente la clase retomó el curso inicial de aquella mañana, y en eso en que el alma de Takemichi regreso a su cuerpo, desfalleció cruzado de brazos, ocultando su cabeza en ellas para ocultarse de la vergüenza.

Shimizu Yasu, su profesor de matemáticas, es todo lo bueno en este mundo, pensó Takemichi, agradecido por no llevarse el primer día de clases una falta por su estupidez.

Al cabo de media hora la clase finalizó, iniciando por unos minutos el descanso, en ese preciso momento Chifuyu se levantó de su asiento, tomó una silla vacía entre sus manos para así ubicarla a un costado de Takemichi y picar la cabeza del contrario con su lápiz.

⎯ ¿Sigues vivo?

⎯ Por desgracia si.

El rubio bufó, ignorando el drama de Takemichi ⎯ ¿Qué sucedió? ¿Por qué llegaste tarde esta vez? Prometiste que este año no te descuidarías Takemichi

⎯ Pues, es porque yo...

El chillido de un grupo de chicas los desconcertó a ambos, y debido a la curiosidad, Takemichi y Chifuyu decidieron observar en silencio a las chicas para saber el porque de sus reacciones. Todas mantenían la mirada fija en el celular que una de ellas sostenía, estando en el centro para facilitar a la vista de las demás, sus expresiones eran exageradas y sus mejillas se encontraban sonrojadas debido a la emoción palpable que transmitían con el pasar del vídeo que veían.

Cuando una banda sonora bastante familiar llegó a sus oídos, pudo comprender una parte del alboroto.

⎯ Es tan guapo...

 ⎯ La coreografía fue increíble, ¿Vieron los efectos de lluvia?

⎯ No solo eso, ¿Sabias que Kiki fue quien atrapo el paraguas? ¡Todas las chicas a su alrededor casi se la tiran encima para quitárselo! Una locura.

 ⎯ Eres la menos indicada para hablar Nomi-chan, siendo tú también te tirarías encima de ella para quedarte con el paraguas de Kai-chan

El silencio de la chica confirmo fácilmente lo dicho por su amiga de grupo, hizo un mohín infantil para así después hacerle berrinche por ello.

Regresando nuevamente a ambos chicos, Chifuyu no pudo evitar reír entre dientes con ironía.⎯ No me quiero imaginar qué harían si se enteraran que ese Idol que tanto aman, es también su compañero de clase

⎯ ¡C-Chifuyu! Shh... Podrían escucharte  ⎯ murmuró Takemichi nervioso, pero debido a la pequeña risa que soltó finalmente su mejor amigo fue que rodó los ojos con fastidio.

Hanagaki Takemichi pertenece a un grupo reducido de Idols que participa en el mundo del J-pop bajo un seudónimo para poder tener una rutina normal como estudiante y civil, ganándose una fama de forma inmediata debido a la poca información que los medios poseen de su vida fuera de los reflectores. Y no solo eso, era reconocido como uno de los jóvenes Idol en ascenso con mayor cantidad de reproducciones por debajo de las bandas más conocidas y sonadas en el momento.

Kai era su seudónimo como Idol, su marca en el mundo del espectáculo. 

⎯ Es cierto, anoche fue el último concierto de la gira de Kai ⎯ comentó Chifuyu sorprendido de haberlo olvidado, fijo su mirada en la cabellera de Takemichi ⎯ ¿Cuándo tuviste tiempo de volverte a teñir el cabello?

Ante el recuerdo fresco en su memoria, suspiró cansado.⎯ En la madrugada, Naoto me ayudó.

⎯ Cuando te quedes calvo por tantos químicos, no quiero que vengas a mi llorando

Takemichi hizo un mohín ⎯ Esta será la última vez, empezaron las clases, y según mis condiciones en el contrato tengo una breve pausa para descansar

⎯ ¿Estás seguro Takemichi? ¡Estas en el top de los más escuchados en el país! Quizás te vuelvas internacional...

⎯ Será por un tiempo corto, solo eso pido. El tomarme unos meses no significa que no subiré nuevas canciones y quizás acepte entrevistas de radio, todo con tal de no mostrar demasiado mi cabello ⎯ Takemichi sonrió de lado despreocupado, rascó su nuca ansioso, quería componer más música para todos sus fans.

Por supuesto que sus seguidores lo eran todo para él, pero la verdadera emoción de los nuevos lanzamientos se debía a que, en una transmisión envivo de su banda favorita, se enteró que uno de los integrantes había comenzado a escuchar música suya.

Y cabe la posibilidad de que sus melodías y letras lleguen a su verdadero dueño algún día.

Chifuyu seguía sin entender el punto de ocultarse, Takemichi podría salir así mismo en el escenario y nadie tendría problemas pero la preocupación del rubio teñido no se debía a su imagen como el Idol Kai, sino a su imagen como Hanagaki Takemichi. Podían asemejarlos algún día con su yo popular y Takemichi era consciente que con el mínimo error, los medios llegarían a él hasta la escuela, todos se enterarían de su doble vida y no volvería a estar tranquilo.

A él no le importa la fama ni mucho menos pertenecer al número uno de la lista de los favoritos del público japonés, pero si con eso podría ser su igual, el de su amado Idol, lo haría.

⎯ Bueno, si así son las cosas, no dudes que te apoyaré compañero

El rubio alzó su pulgar de la mano derecha, y con una sonrisa amplia demostró una vez más que estará con él sin importar las circunstancias. Eso conmovió a Takemichi quien comenzó a lagrimear.

⎯ Por cierto Takemichi, te olvidaste de tus lentes

⎯ ¿¡Qué!? ⎯ se tocó el rostro con sumo pánico para así tomar la capucha que poseía su vestimenta, y ocultar su rostro, Chifuyu por otro lado rodó los ojos. El rubio se aproximó a su mochila, sacó de ella un estuche y regreso al lado del rubio teñido extendiéndole el mismo hacia él.⎯ Oh, gracias.

⎯ No sé que harías sin mi

Takemichi afirmó de acuerdo, se colocó los lentes redondos de montura platinada de reemplazo que su mejor amigo tenía en su poder en casos de emergencia ⎯ ¿Qué tal?

Chifuyu se tomó unos momentos para contestar.

⎯ ¿Tan mal me queda? ¿Debería cambiar el modelo?

⎯ Takemichi.

⎯ ¿Si?

⎯ No eres Superman, idiota

Al rubio teñido no le pareció divertido su comentario e iba a quejarse cuando el timbre de la campaña sonó y un nuevo profesor ingresó al salón, y así inicio la clase de Inglés.

Cuando la jornada estudiantil llegó a su fin, los estudiantes de la preparatoria Shibuya se retiraban a paso apresurado de las instalaciones con el deseo de salir de aquellas paredes para poder divertirse de verdad. Takemichi sostenía su mochila sobre su hombro mientras caminaba a un lado de Chifuyu, ambos dirigiéndose a la salida del lugar poniéndose al día de la vida del otro.

Chifuyu había ido durante las vacaciones de primavera a visitar a unos parientes fuera de la capital, siendo obligado por sus padres para "descansar del aire tóxico de Tokio" en el campo.

Takemichi por su parte había usado sus vacaciones al máximo para hacer presentaciones, aceptar invitaciones de canales de juegos con otros Idols de su nivel, entrevistas, envivos y lo que lo exprimió hasta saciar cada gota de artística de él.

La gira por algunas zonas de Japón. 

Llego a lugares fuera de sus planes, y a otras partes de su país natal que siempre quiso visitar, en compañía de todo su equipo de producción y los hermanos Tachibana.

El poco tiempo que tenía para sí mismo lo usaba para componer nueva música, dedicarle tiempo a sus redes sociales de la disquera y en su cuenta personal stanneaba a sus bandas favoritas en las madrugadas, las consecuencias de dormir solo cuatro horas al día o menos valía la pena. Y ahora que estará en una breve "pausa" podrá participar tranquilamente de las transmisiones de todos los integrantes de la Tokyo Manji.

El rubio teñido iba decidido a participar en el envivo que realizaría Hanemiya Kazutora mejor conocido como Tora en unas horas, y nada ni nadie lo detendrá.

En eso en que ambos chicos se ubicaron en las puertas de la preparatoria, un auto negro se estacionó frente a ellos. La ventana polarizada del asiento del conductor bajó, dejando a la vista a Naoto Tachibana.

Takemichi confundido observó en silencio a su mánager, ¿Por qué estaba allí?

⎯ Takemichi, sube al auto.⎯ Naoto sin muchas palabras, con un gesto de cabeza le señaló la puerta trasera.⎯ Tenemos que irnos.

⎯ ¿Eh? P-Pero...

⎯ Takemichi no puede ir contigo ⎯ comentó Chifuyu a su costado, y al tener la atención del adulto con una sonrisa burlona continuó ⎯ Nos han enseñado que debemos cuidarnos de los extraños

⎯ Qué gracioso Chifuyu ⎯ respondió con una sonrisa sin gracia, pero en esa ocasión el azabache se veía de buen humor como para discutir con el rubio⎯ puedes venir también 

⎯ No tienes que repetirlo dos veces, ¡Vamos Takemichi!

⎯ ¡Oi, Chifuyu!

Y con un jalón, Chifuyu y Takemichi ingresaron en el vehículo para después esté comenzar a avanzar lejos de las instalaciones educativas de Shibuya.

En ese instante que estuvo sentado en el lujoso transporte, con su mejor amigo a un costado comiendo de las golosinas que traía el mismo, supo que ese día tampoco podría ver la transmisión del Idol de mechas rubias. Takemichi quería llorar.