—Ya me voy, después me cuentas como estuvo tu día—me despido de mi amiga luego de entregarle mi regalo.

—¿Por que no te quedas un rato más? Mi hermano ya casi se va y Jin sabes que te respeta mucho, las otras son chicas...No tienes que irte tan pronto.

— Lo siento HaNa...pero sabes que no me gustan las fiestas, me siento extraña cuando estoy con más de tres personas y no te quiero arruinar la fiesta con mi actitud— apenada le sonrío—Mañana paso por aquí para irnos juntas al curso y de paso platicamos.

—Está bien— sacude el pelaje de Roy en forma de despedida— Entonces hasta mañana, cuídate de camino a casa.

-— Vale...

Cuando iba de regreso a casa otra vez vi a ese chico, está vez platicaba con otro a la entrada de su casa. Fue súper difícil caminar cuando pasaba por ahí, sentía el pesar de sus miradas, apresuré un poco el paso  y cuando estuve dentro de casa pude respirar con alivio.

—Señorita ¿mañana quiere que la lleve al taller o conducirá usted misma?

—No, me iré con HaNa ....No se preocupe.

—Esta bien— iba a regresar a la cocina pero algo que recordó se lo impidió— Ah, olvidaba decirle que a partir de ahora tendremos vecinos nuevos.

—Si, ya me di cuenta.

—Es una nueva familia rica— se acerca misteriosamente— Supe que su dinero es producto de cosas ilícitas, incluso el señor está siendo investigado.

—Oh cielos.

—Pero no se preocupe, creo que todo eso son inventos, estuve platicando con la señora y me pareció súper buena onda y su guapo hijo también.

— Bueno estaré en mi habitación, cualquier cosa me llama.

—Si señorita.

Subo las escaleras y al llegar a mi cuarto me asomo cautelosamente por la cortina de la ventana que da hacia la casa de al lado. Vi a la señora llevarle unos aperitivos a esos dos chicos que vi en la entrada hace un momento. Reían muy a gusto y parecían disfrutar de su nueva casa, espero y no sean unos problemáticos.

. . .

Al salir los primeros rayos de sol me despierto, hago mi rutina de ejercicios matutinos y luego me meto en el baño. Al terminar le envío un mensaje a HaNa para que se vaya alistando y luego de vestirme me dirijo a la cocina a desayunar.

— Buenos días— saludo a la señora Min.

— Buenos días señorita ¿como durmió?

— Bastante bien.

—Ah, quería decirle que hoy iré a casa a resolver algunos problemas que surgieron, le prometo que antes de la cena estaré aquí.

—No se preocupe, tómese su tiempo si quiere puede regresar mañana, yo estaré con HaNa.

— Muchísimas gracias.

Terminado el desayuno salgo para irme a la casa de mi amiga y cuando paso por la casa de los nuevos vecinos, sale el chico de ayer. Lo miro de soslayo y sigo mi camino, con el paso más apurado. Siento mi móvil sonar y contesto sin antes echarle una mirada rápida al chico que venía detrás.

—Hola mamá

— Cariño ¿Como estás?

— Bien, todo bien y ¿ustedes cómo la están pasando?

— Un poco atareados pero bastante bien, ya reservamos vuelo para la semana que viene.

— Que bueno, ya los extraño.

— Supe que tenemos vecinos nuevos, no te expongas HeMin trata de no salir mucho de casa y si lo haces ve acompañada de Roy.

— Si...si mamá no te preocupes...

— ¿Pasa algo? te siento nerviosa.

— No nada, es que ya tengo que colgar estoy de camino a la casa de HaNa.

— Ah cierto, hoy tienen taller, bueno en cuanto regreses a casa me llamas.

— Claro, te quiero mucho, dale un beso a papá.

— Vale, cuídate.

— Tu también.

Después de escuchar sus besos, cuelgo y guardo el móvil. Vuelvo a mirar hacia atrás y me sorprendo al ver al chico justo detrás de mi.

— Se te calló esto— me detengo, le arrebato el pañuelo de sus manos, doy la vuelta y con apresurados pasos sigo caminando.— Bueno pero ¿qué problema tienes?¿No te enseñaron modales tus padres?— a una distancia favorable seguía siguiéndome— Puedes tener mucho dinero y ser muy bonita pero no eres nada agradable.

— ¿Y que hay de ti? Si vez que te estoy evitando ¿por qué me sigues persiguiendo?¿Eres tonto?

— En primera, no te estoy persiguiendo y en segunda no soy tonto, me dirijo a mí universidad y la parada de autobús queda justo en esta dirección.

— Bueno entonces no hables conmigo y conserva la distancia.

— ¿Ahora también me darás órdenes?

Seguí caminando apresuradamente no quería seguir manteniendo la conversación con él pero sucedió algo que me dejó totalmente en shock. Con el apuro no me di cuenta y casi me atropella una motocicleta, gracias a ese chico que venía tras de mi la libré.

Quedé muy cerca de su cuerpo su mirada estaba pegada a la mía y pude ver detenidamente su rostro. Mi respiración estaba agitada, sus pupilas no dejaban de moverse en busca de la respuesta a la pregunta que me repetía constantemente y que yo era incapaz de contestar.

Estaba siendo tocada por un chico, entré en pánico.  Lo empujé y me agaché hacer mi típico ataque de histeria, el que hace mucho no hacia y del cual me avergüenzo cada vez que lo hago. Gritaba y suplicaba que no me hiciera nada, lloraba con mis oídos tapados sin parar de suplicarle.

— Oye... Reacciona, mírame?¡Mírame! — tomó mis manos y las quitó de mis orejas, luego tomó mi rostro y me obligó a mirarlo a los ojos— No te pasará nada, tranquila.

Y eso... Y eso fue lo peor.

— Tranquila linda, no te sucederá nada malo. Te gustará ya verás...

— ¡Sueltame desgraciado!

Y me eché a correr, tan rápido que olvidé mi bolso. Cuando llegué a mi casa subí a mi habitación y allí me encerré, arrinconada entre la pared y la mesita de noche de mi cuarto. Llorando y con esas palabras en mi cabeza repitiéndose constantemente.