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Al abrir los ojos, me encontré con la más hermosa mirada.

Pude ver el más hermoso universo en aquellos orbes color castaño, un hermoso castaño cercano a la miel.

-¿Por qué me miras así?-pregunté un tanto sonrojada.

-¿Acaso no puedo mirar a la persona más hermosa del universo?-su voz tan neutra, como si no hubiera dicho algo que me sonrojó por completo.

-C-Como dices e-eso tan f-fácil...-rio nerviosamente.

-¿Acaso no te has visto en un espejo?-sus manos apretaron mis mejillas, dándome un beso en la frente.

Se acomodo entre mis piernas abrazándome la cintura, su cabecita tranquilamente apoyada en mi pecho, la cual no dudé en consentir suavemente.

Su corazón coordinaba con el mío, como si fuera uno solo.

-¿En qué piensas tanto?-su voz, tan suave como la sabana que nos cubría del frío, tan dulce como la miel más pura, tan hermosa...

-Solo... No lo sé...

Colocó sus codos al rededor de mi cintura, mirándome fijamente.

-Siempre dices eso, sé que piensas en algo-puchereó.

Sonreí.

-¿Puedo contarte... Algo?

-Claro, mi amor-sonrió suavemente, a lo cual suspiré.

-Me traes loca, linda-sonreí- no sabes cuanto agradezco al cielo por haberte visto en el tren... Por que no hayas cambiado de camino, por haber tenido la libreta, no sabes cuanto agradezco tu presencia... Tengo miedo de hacer algo malo y...-miré al techo, las lágrimas intentaban salir- perderte... Para siempre... Alejarte de mi, de alguien como yo... Por mis inseguridades, inexperiencia, ocurrencias...

Volví a mirarla, sus ojos húmedos apretaron mi corazón.

-Lo siento...

-¿Por qué, mi amor?-se sentó de ahorcadas en mis piernas.

-No sabes cuanto me duele verte llorar...

Sonrió, limpiando sus húmedas mejillas.

-Amor... Ya no estoy llorando...-apretó mis mejillas- tu sabes que todo esto no es una coincidencia... Eres el amor de mi vida y jamás me arrepentiré de haberte conocido... Eres tan... Hermosa... Las primeras veces pensé que quizás soñaba, pero ya hablamos de esto, querida, y te recordaré las veces que sean necesarias que jamás me apartaré de tu lado...

-N-No puedes decir eso... Nos conocemos desde hace poco y hay más-

-Shhh...-su dedo índice calló mis palabras- sé que nos conocemos desde hace poco... Pero siento que te conozco  desde.... No lo sé... Mucho más tiempo... Pero voy a amarte hasta que mis pulmones dejen de respirar, las aves ya no canten en las mañanas, los cerdos vuelen y el último mar se seque...

-Pero...

-¿Tú querrías eso?, ¿Me amas?-dijo risueña, la paz reinando su rostro y su sonrisa calmando mi respiración.

-Claro que sí, te amo demasiado.

-¿Me amarías por siempre?

-Siempre.

Un suave beso cerró la promesa que cumplirían hasta el final de sus días, seguramente habrán más obstáculos, pero siempre, siempre vale la pena luchar por la persona que tanto amas. ¿Verdad?

Y todo gracias a su declaración de amor eterno aquél 11 de Marzo, cuando sus labios se unieron, antes del choque de trenes que las unió en cuerpo y alma.

Amándose hasta el final de los días.

ღ 

-Appa.

Su progenitor volteó la silla en la que se encontraba, para prestar total atención a su hijo.

-Encontré... Esto...-un libro de color carbón recayó en las palmas de sus manos.

-¿Lo leíste?-preguntó divertido.

-N-No...-su hijo se sonrojo ante la vergüenza que sentía- bueno... Quizás un poco, nada más.

Su padre ríe.

-Por dios, hijo-el contrario se sienta al frente suyo.

-¿De quién es?-su mano mantenía su rostro.

Suspiró.

Padre e hijo se miraron.

-Kim Wooseok, hijo mío, este es el diario de tu tía Jisoo.

-¿En serio?-su boca formó una ''o'' de sorpresa- ¿y por qué no se lo llevó?

-Seguramente no sabe que este librito todavía sigue aquí-ríe- lo encontramos cuando la hospitalizaron del accidente.

-¿Y quién es la otra chica?¿ La esposa de la tía Jisoo?

-Así es.

-¿Qué? Llevan demasiado tiempo juntas.

-Es amor genuino, hijo, un amor verdadero que creció en poco tiempo... Cuando pensamos que íbamos a perder a tu tía...-suspiró- jamás pensamos que... Había alguien que amara así de intenso, además que nos enteramos gracias al libro que le gustaban las mujeres-ríe de su propia broma.

-Puedo...

-Sí, hijo, léelo-tomó la mano de su hijo y colocó en viejo diario.

Sonrió felizmente.

-Appa...

-¿Sí?

-¿Perdiste a alguien... El 11 de marzo?-dijo tímidamente, temiendo despertar recuerdos enterrados de su padre, o quizás superados, pero él solo suspiró y sonrió.

-Yo no... Pero mucha gente sí.

-Menos mal-suspiró- gracias appa, luego visitemos a las tías, tengo tantas cosas que preguntarles-dijo emocionado.

Cuando el pequeño de 15 años salió de su habitación, Seokjin solo suspiró.

Sí había perdido a alguien.

Y ante el recuerdo colocó una mano en su corazón melancólicamente.

-Siempre estarás en mi corazón, querido ángel.

Y antes de volver a su trabajo, su estomago se revolvió ante el dolor de sus recuerdos, algo tan íntimo y secreto, del cual no podía hablar con nadie... Seguramente cuando su hijo sea mayor.

Fin.

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