Sorprendentemente, Taemin durmió bien esa noche. Su mente seguía plagada de pensamientos sobre esta ridícula situación, pero estaba tan agotado físicamente, que se quedó dormido tan pronto como su cabeza golpeó la almohada.

Cuando se despertó, su cuerpo todavía dolía terriblemente. Gruñó en voz alta cuando se dio la vuelta en la cama. Realmente no quería despertarse. ¿Qué tal si todo lo que pasó no fue un sueño? ¿Y si se despertaba y seguía en esa estúpida habitación, con ese estúpido príncipe y esa estúpida ropa puesta?

Pero sabía que no podía quedarse dormido para siempre, así que lentamente abrió los ojos.

—¡Woah, tenían razón! ¡Tus ojos en verdad son del color de los zafiros!

Taemin se sobresaltó por la cara a solo unos centímetros de la suya, y estuvo a punto de gritar, pero el otro hombre rápidamente le tapó la boca.

—¡Shhh! ¡No voy a hacerte daño, lo prometo!

Taemin estaba respirando pesadamente, tratando de calmar su acelerado corazón. ¡¿Acaso este molesto chico con ojos de gato lo estaba observando mientras dormía?!

Mordió la mano que cubría su boca.

—¡Owww! ¡¿Por qué hiciste eso?!

—¡¿Por qué estabas viéndome dormir?!

—¡Te estaba cuidando!

—¡Más como acosándome!

El otro suspiró.

—Solo estaba admirándote, ¡eres tan lindo! —Pellizcó las mejillas de Taemin y este hizo una mueca, recordando el moretón que tenía ahí—. ¡Oh, lo siento! ¡Me olvidé!

Taemin se sentó despacio, su mano sobre su mejilla adolorida.

—¿Quién eres tú? ¿Y por qué estás aquí?

—Oh, mi nombre es Key. Y oficialmente soy tu guardaespaldas. —Key sonrió, y Taemin tenía que admitirlo... era muy hermoso.

—¿Guardaespaldas?

—Normalmente, las mujeres de la realeza tienen doncellas para escoltarlas por el castillo, ayudarlas a bañarse, vestirse, etcétera. Pero ya que eres un caso especial, fui asignado para encargarme de todas esas cosas, además de protegerte. No podemos permitir que las mujeres te ayuden a bañarte, ¿verdad?

—E-entonces, sabes que soy-

—¿Un chico? Por supuesto. Soy el amigo más cercano del Príncipe Minho, me sentiría ofendido si él no me confiara esta situación particular.

—Oh, bueno... Está bien...

Taemin guardó silencio, su mente corriendo a kilómetros por segundo. Estaba registrando finalmente que todo esto era real.

Ya no iba a ver a su madre, no iba a regresar al lago con Sungjong, no volvería a la escuela...

—O-oye, ¿por qué estás llorando? Ay, no, ¡¿dije algo que te lastimó?! —Key lo miró con los ojos llenos de pánico, arrodillándose frente a la cama y colocando las manos sobre sus hombros.

Taemin sacudió la cabeza y dejó que las lágrimas cayeran por sus mejillas.

—N-no... —dijo con dificultad—. Es que- Solo quiero irme a casa... —susurró.

—Awww... —Key lo rodeó con sus brazos y Taemin no pudo rechazar la muestra de afecto—. Pobrecito niño. ¡Ese príncipe es tan egoísta!

Key dejó que Taemin llorara en su hombro por un par de minutos más, antes de calmarse un poco, sus sollozos convirtiéndose en pequeños gimoteos. Key se apartó ligeramente para mirar al menor.

—Todo estará bien. No te preocupes por nada, te ayudaré a superar todo esto y te llevaremos a casa lo más pronto posible.

Taemin asintió, aunque las palabras de Key no lo tranquilizaron por completo.

—Vamos, deberíamos llevarte a la bañera. Ya la preparé. —Key lo ayudó a levantarse de la cama y lo condujo a la habitación contigua.

Los ojos de Taemin se agrandaron cuando entró al lugar. La bañera parecía más dos grandes jacuzzis combinados en uno, solo que hecha de piedra en vez de baldosas. Estaba llena hasta el borde con agua y burbujas.

—No te veas tan sorprendido, este es el baño del príncipe. ¿Qué esperabas?

—Ya no sé qué esperar en realidad —murmuró.

Key le ayudó a quitarse las túnicas, dándole una mirada compasiva a medida que se revelaban más golpes en su cuerpo.

—Pobrecito, ¿quién te hizo esto?

Taemin se metió en el agua caliente y suspiró contento.

—Unos chicos de la escuela.

—¿Por qué te harían esto?

—Me les enfrenté, escupí en la cara de uno. Querían vengarse.

Key se rio entre dientes.

—Tienes carácter, ah.

—Solo cuando es necesario. —Taemin dejó que una pequeña sonrisa se dibujara en sus labios.

—Key, ¿dónde-? —Minho irrumpió en el baño, deteniéndose cuando encontró a las dos personas que había estado buscando—. Oh, bien, ya te estás aseando. —Minho miró a Key—. Gracias por cuidarlo.

—No es nada, Su Alteza. Ya estoy disfrutando mi tiempo con este adorable niño. —Key limpió unas burbujas en la nariz de Taemin y el menor protestó en voz alta.

—¡Hey!

Minho no pudo evitar reírse.

—Me alegra que te agrade. Por favor, continúa ocupándote de él.

—Por supuesto.

—¿Taemin? —Minho le lanzó una mirada y el castaño limpió las burbujas de su cara.

—¿Qué? —preguntó groseramente.

—No te haré empezar tu entrenamiento hoy, considerando que sigues lastimado, pero mi padre insiste en conocerte —Minho suspiró con frustración—. Esperaba poder evitar eso hasta que esos moretones no fueran visibles, pero no puedo negar su pedido. Ya he pensado en una historia para contarle.

—¿Una historia?

—Sí. Teniendo en cuenta que debo casarme con alguien de ascendencia real, tuve que pensar en algo que decirle. De dónde vienes, cómo me encontré contigo, quién eres.

—¿Y? ¿Qué vas a decirle?

—Tendrás que esperar para escuchar eso. Debes darte prisa, bañarte y vestirte con las ropas más finas. Sabes cómo actuar en presencia de un rey, ¿no es así?

Taemin lo miró con incredulidad.

—¡Soy de Corea en el siglo veintiuno! ¡Ni siquiera puedo pensar en un país en mi tiempo que tenga un rey!

Key y Minho se quedaron mirándolo como si estuviera loco.

—¿En serio? —por fin soltó Key.

—¿Qué es Corea? —preguntó Minho.

Taemin rodó los ojos.

—Olvídenlo. El punto es que no, no sé cómo actuar frente a un rey. Mi país no ha tenido un rey en mucho tiempo.

Minho se apretó el puente de la nariz.

—Estupendo. Esto es simplemente perfecto —dijo con amargura.

—Cálmese, Su Alteza. Nos las arreglaremos —comentó Key mientras comenzaba a lavar el cabello del menor—. Taemin, todo lo que tienes que hacer es arrodillarte cuando lo veas, no lo mires a los ojos, y solo habla cuando se te pida. Haz todo lo que puedas para no hablar, deja que el Príncipe Minho se encargue de esa parte.

Taemin asintió, de repente sintiéndose muy nervioso. ¡¿Y si hacía algo mal y decidieran ahorcarlo?! No tenía idea de lo bárbaras que eran las personas en esta época.

—No te preocupes, Taemin, estarás bien. El Príncipe Minho no permitirá que nada te pase. ¿No es así, Su Alteza?

—Por supuesto, eres mi responsabilidad. No dejaré que nadie te haga daño.

Taemin se sorprendió por la sinceridad en las palabras de Minho y la expresión seria en su rostro. No pudo evitar sonrojarse un poco.

—D-de acuerdo.

—Te dejaré el resto, Key. Tienes una hora. Llévalo al pasillo principal cuando hayas terminado. Estaré esperando.

El guardaespaldas inclinó la cabeza.

—Por supuesto, Su Alteza.

—Y, ¿Key?

—¿Sí?

—Te dije que no me llames así cuando estemos solos, y eso incluye ahora cuando nos encontremos con Taemin.

Key sonrió.

—Está bien, Minho. ¡Ahora vete para que pueda terminar! —exclamó juguetonamente.

Minho le dio a Taemin una sonrisa alentadora antes de salir de la habitación. Taemin no pudo devolverle el gesto. Aún seguía molesto por tener que quedarse ahí, y simplemente no podía aceptar al mayor.

Encontraría una forma de salir de ese lugar, de alguna u otra manera...

Después de terminar su baño, Key peinó su cabello y lo vistió con una túnica femenina de color blanco y azul. Se sintió completamente avergonzado de llevar algo tan ridículo, prácticamente un vestido, pero mantuvo la boca cerrada.

Key le dio una bufanda a juego para acomodar sobre sus brazos y cubrir algunos moretones. Taemin hizo todo lo posible por quedarse quieto mientras Key arreglaba su cabello, pero era cada vez más difícil. Comenzaba a preguntase cómo las chicas podían pasar por esto todos los días...

Sus ojos lagrimearon cuando Key los delineó con kohl, pero permaneció en silencio.

—Hmmm, hay algo que falta...

—¿Ahora qué? —se quejó Taemin—. ¿No he pasado ya por suficiente?

Key salió de la habitación, solo para regresar poco después con dos pequeñas piezas de fruta en sus manos. Envolvió cada una en unos pedazos de tela.

—¿Q-qué estás haciendo?

—Como eres bastante delgado, sería comprensible que tengas pechos pequeños. Pero tienes que tener algo.

Key se acercó para meter la fruta en la parte delantera de su vestido, y Taemin pensó que iba a morir de vergüenza en ese mismo instante.

—Key... ¡no puedes estar hablando en serio! ¡Esto es ridículo!

—Hmm. No se ve mal. El vestido tiene bastante cobertura en el área del pecho, por lo que no debería ser un problema.

—¿Cómo rayos sabes hacer todas estas cosas?

Key se rio a la ligera.

—Intenta vivir con ocho hermanas y no percatarte de esto.

—Oh... debe haber sido ajetreado.

—Sí —respondió el mayor con un suspiro y una sonrisa distante—. Pero las quiero mucho.

Taemin asintió, preguntándose si alguna vez conocería a estas hermanas.

Key le dio unos toques finales a su cabello, y el menor pudo sentir que el momento se acercaba. Los nervios se estaban apoderando de él. ¿Qué pasaría si realmente llegaba a arruinar esto? Todo estaba sucediendo tan rápido, y aún no podía aceptar por completo que todo esto en verdad estaba ocurriendo. Estaba siendo extrañamente obediente, solo porque todavía seguía conmocionado y sin poder creerlo.

—¿Estás listo para conocer al rey, Taemin?

El chico dejó escapar un suspiro tembloroso.

—Tan listo como podría estarlo.

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N/T: Demoré un poco más, pero ya tenemos a Key en la historia.

Sus comentarios me animan, si dejan uno me harían muy feliz. ^^