2. Inesperado
—¿Qué diablos le pasó?
—No estoy seguro... parece como si alguien la golpeó.
—¿Quién golpearía a esta diminuta chica?
—No lo sé, Minho. No hay cómo saber de qué mundo o entorno ha venido.
—Hmmm, sí... Su ropa es bastante extraña, ¿no lo crees? Mira la prenda en sus piernas, nunca he visto algo parecido... Me pregunto por qué tiene tantas rasgaduras, como si la tela estuviera rota...
—Sí, muy extraño...
—¿Estás seguro de que esta es la persona correcta, Onew? ¡Es solo una mera niña, mira lo pequeña que es! Tampoco está muy... desarrollada. Me gustan mis mujeres con curvas.
—Minho, no seas tan exigente. El hechizo salió exactamente como estaba planeado. Si los espíritus dicen que ella es tu mujer destinada, pues entonces es tu mujer destinada.
—Bien...
—¿Ya enviaste por un médico?
—Por supuesto, está en camino.
Taemin estaba luchando por abrir los ojos. Este extraño sueño con estas raras voces le estaba molestando, solo quería despertarse.
Dejó escapar un fuerte quejido cuando trató de moverse; cada parte de su cuerpo dolía.
—Sungjong... —gimoteó.
—¡Oh, se está despertando!
Cuando Taemin abrió los ojos, lo primero que vio fue un par de enormes ojos color chocolate llenos de preocupación.
—Sus ojos... ¡Onew, míralos!
—Oh, vaya... el color de los zafiros.
—¿Se encuentra bien, señorita?
Taemin se sorprendió cuando su voz salió ronca y áspera.
—¡¿Señorita?! Soy un-
Estalló en un ataque de tos y sintió una cálida mano envolverse alrededor de sus hombros para ayudarlo a sentarse.
—Tómalo con calma.
Alzó la vista y finalmente pudo ver bien al hombre de enormes ojos.
El primer pensamiento de Taemin fue que... era increíblemente guapo. Cabello marrón chocolate ligeramente largo formaba rizos enmarcando su rostro, labios gruesos, rasgos perfectamente esculpidos, y por supuesto sus ojos...
—¿Quién eres tú? ¿D-dónde estoy? ¡¿Qué estoy haciendo aquí?! —Cuando Taemin finalmente apartó la mirada de la atractiva cara del hombre, se dio cuenta de la extraña situación en la que se encontraba.
La habitación... se veía tan extraña. Las paredes y pisos eran de piedra, había enormes ventanas que se extendían desde el techo hasta el suelo y todo estaba decorado elegantemente, con extrañas banderas azules y blancas a lo largo de la pared. El lugar estaba iluminado por antorchas colgadas en las paredes.
—¡Woah, woah! Una pregunta a la vez...
Taemin ni siquiera se había percatado de que había otra persona en la habitación hasta que giró la cabeza para ver a un hombre con cabello castaño y una sonrisa amable que dejaba sus pequeños ojos como dos rendijas. Vestía una túnica muy rara de color naranja. Cuando Taemin volvió a mirar al apuesto hombre de ojos grandes, notó que también vestía ropas extrañas, pero azules y blancas (al igual que las banderas, se percató), y también un poco más elegantes.
—Y-yo... qué-
—Es comprensible que estés muy confundida, pero por favor, déjanos explicarte.
Taemin se tragó su infinita cantidad de preguntas y asintió lentamente.
—Mi nombre es Minho —dijo el hombre guapo, dándole a Taemin una suave sonrisa—. Y este es mi mejor sacerdote, Onew.
—¿Sacerdote? ¿Qué-?
—¿Podrías decirnos tu nombre?
—Es Taemin. P-pero qué-
—Estás en el Reino de Shawol, Taemin.
—¡¿Reino?! ¡¿De qué diablos estás hablando?!
Ambos se veían sorprendidos por su arrebato, pero antes de que pudieran decir algo, se escuchó un golpe en la puerta. Minho tosió torpemente.
—Ese debe ser el médico.
—Lo dejaré entrar —dijo Onew antes de dirigirse a la puerta.
—¿Alguien va a decirme qué demonios está pasando? —Taemin estaba furioso. No solo le habían dado una paliza y casi se ahogó hasta la muerte, pero ahora estaba en un lugar desconocido con un grupo de hombres vestidos de forma extraña.
—Deja que el médico se ocupe de tus heridas y luego hablaremos.
Taemin resopló y frunció los labios antes de pasar sus piernas a un lado de la cama. Hizo una mueca; diablos, eso en verdad dolió.
—Necesitas acostarte, tus lesiones pueden ser muy graves.
—No, necesito ver la extensión de los golpes —dijo el médico—. ¿Le importaría desnudarse?
—Sí, como sea... —murmuró el chico. Comenzó a levantar su sudadera (aún húmeda), cuando Minho protestó en voz alta.
—D-deja que nos vayamos primero.
—¿Por qué? —dijo Taemin directamente.
Y antes de que alguno de los hombres pudiera dar otro paso, Taemin levantó su sudadera, su camiseta pegándose a ella, y revelando su muy lastimado, muy plano pecho.
Taemin no creía que los ojos de Minho pudieran ponerse más grandes, pero al parecer estaba equivocado. Se agrandaron casi de manera cómica y su mandíbula cayó. Estuvo inquietantemente silencio por un momento hasta que el apuesto hombre habló.
—¡¿Eres un chico?!
Onew se recuperó de su sorpresa rápidamente y cubrió la boca de Minho.
—¡Mmm, mmm, mmmm! —Los gritos conmocionados de Minho fueron amortiguados por la mano de Onew mientras lo sacaba de la habitación. El sacerdote se rio incómodamente.
—Regresaremos en unos minutos. S-solo continúe su tratamiento por favor, doctor.
El médico asintió, aparentemente confundido por la situación.
Miró a Taemin por una explicación, pero este simplemente se limitó a encogerse de hombros, antes de desnudarse hasta estar en ropa interior. Ya ni siquiera se molestó en hacer preguntas, probablemente todo era un sueño al fin y al cabo.
~*~
—¡¿Qué has hecho, Onew?!
—Yo no hice nada, Príncipe Minho. Esta fue la decisión de los espíritus. Simplemente realicé el ritual; ellos son los que lo eligieron.
—¡Esto es absurdo! ¡¿Cómo va a ser un niño mi princesa?! ¡Envíalo de vuelta! ¡Devuélvelo y tráeme a una mujer adulta que sea apta para ser reina!
Onew negó con la cabeza.
—Lo siento, Minho. Podría enviarlo de regreso, pero no hay nadie más para ti. Esta es la persona que eligieron los espíritus, no te darán otra.
Minho gimió y hundió su rostro en sus manos.
—¿Qué se supone que debo hacer ahora?
—Bueno... si lo vas a tener aquí, creo que tengo un plan.
~*~
Cuando Minho regresó a la habitación, Taemin estaba acostado en la cama, con un brazo cubriendo sus ojos. Estaba vestido con túnicas de color rosa pálido, túnicas de mujer, y Minho tragó el nudo en su garganta mientras se acercaba a la cama (de repente recordó que esas eran las únicas ropas que había mandado a preparar).
Taemin realmente parecía una chica; no era sorprendente que Minho lo hubiera confundido con una.
Aunque estaba resentido por no haber conseguido a la bella mujer que había estado esperando, se sintió aliviado cuando el médico le dijo que Taemin tenía muchos rasguños y hematomas, pero ninguna lesión grave. Solo porque este chico había arruinado sus planes de tener a la reina perfecta, no significaba que Minho lo quería herido. Seguía siendo un inocente niño después de todo, y Minho no era tan cruel.
Fingió una tos para llamar la atención del menor. Taemin levantó su brazo y miró a Minho con penetrantes ojos azules; los mismos ojos azules que tanto sorprendieron a Minho cuando los vio por primera vez. Él nunca había visto a nadie con ojos así. Nadie en su reino, o más bien cualquier territorio en el que había estado, tenía ojos de ese color.
—¿Sí?
Minho se sorprendió por el tono calmado de su voz. ¿No debería estar en shock por encontrarse en un lugar desconocido?
—¿Te encuentras bien?
—¿Importa? Todo esto es un sueño de todos modos... o tal vez ya estoy muerto y esto es una extraña forma del más allá...
Minho no pudo evitar reírse de la lógica de Taemin. Debe de estar seriamente conmocionado para estar en tal estado de negación.
—Me temo que no. Somos personas muy reales, y estamos muy vivos. Ahora, ¿quieres una explicación de por qué estás aquí?
Taemin se encogió de hombros y se sentó lentamente.
—Claro. ¿Por qué no?
Él obviamente no me cree...
Minho suspiró antes de comenzar.
—Bueno, supongo que comenzaré desde el principio... Soy el tercer príncipe del Reino Shawol. Resulta que tengo cuatro hermanos, y cómo imaginarás, todos queremos convertirnos en rey. Por lo que mi padre nos dio un desafío: el que se case con una mujer apta para ser reina primero, será rey. Así que requerí la ayuda de mi mejor sacerdote y querido amigo, Onew, para realizar un ritual. Pidió a los espíritus que me enviaran a la mujer con la que estaba destinado a pasar el resto de mis días, y bueno... ellos te enviaron a ti.
Taemin miró a Minho mientras este contaba su historia con esos intensos ojos azules, su mirada nunca titubeando. Cuando terminó, el lugar estuvo en silencio por un momento... hasta que Taemin estalló en carcajadas.
Se agarró el estómago mientras las risitas se derramaban de sus labios. Minho y Onew se miraron el uno al otro, no muy seguros de qué hacer.
—¡Oh, Dios mío! —Apenas podía hablar, las palabras cortadas por sus risas—. ¡Esto es divertidísimo! ¡Gran historia! ¿Entonces me estás diciendo que he retrocedido en el tiempo?
—Pues, técnicamente hablando, no solo podrías estar en un tiempo diferente, sino en un mundo completamente diferente —explicó Onew.
—¿Como en otra dimensión? Oh, wow, deben haberme golpeado en la cabeza realmente fuerte.
Minho se arrodilló frente a Taemin y agarró sus manos, sorprendiendo al chico.
—¿Q-qué estás haciendo?
—Taemin, no sé qué podría hacer para convencerte de que esto es real. Lo siento, pero lo es. Y... necesito tu ayuda. ¿Me escucharías?
El castaño dejó escapar una risa nerviosa, mirando agitadamente a Onew.
—Esto-esto no puede ser real. Esto no es posible.
—Puedes sentir mis manos, ¿no es así? Soy real, y esto realmente está sucediendo, Taemin.
Taemin apartó sus manos con fuerza, dándole una mirada enojada. No quería creer esto, pero se sentía tan real.
—Okay, digamos que esto es real. ¿Qué quieres de mí? No soy una mujer.
Minho suspiró antes de lanzarle una mirada a Onew. El sacerdote asintió, instándolo a continuar.
—Quiero que te disfraces como mujer, entrenes para ser la reina perfecta y te cases conmigo.
—¡¿Disculpa?!
—Solo hasta que llegue a ser rey. Entonces fingiremos tu muerte y podrás irte a casa.
—¿Estás hablando en serio ahora mismo? ¡¿Travestirme?! ¡¿Casarme contigo?!
Taemin se levantó rápidamente, su rostro contorsionado con incredulidad e ira, pero sus rodillas se rindieron y se habría derrumbado al piso si Minho no lo hubiera atrapado.
El chico sintió que su rostro se calentaba cuando el príncipe le pasó un fuerte brazo por la cintura.
—No puedo. ¡No puedo hacerlo, es ridículo!
Minho lo agarró por la barbilla y lo hizo mirarlo a los ojos, al igual que Jansuk había hecho, pero esto se sentía mucho más... gentil. Aunque, la mirada dura en los ojos de Minho le dio miedo.
—Quieres ir a casa, ¿no? —Taemin asintió con la cabeza, asustado— . Bien, haz lo que digo y te enviaré de vuelta. No creo que tengas muchas opciones.
Taemin lo miró molesto y se apartó de su cuerpo bruscamente, aterrizando en la cama. Se cruzó de brazos y apartó la vista de él, luciendo como un niño mimado.
—Te dejaré pensar en ello esta noche. Pero mañana por la mañana, más te vale estar listo para comenzar tu nueva vida.
—Tch. Como sea. —Taemin continuó mirando hacia otro lado, sus labios en un ligero puchero, y Minho se rio del acto infantil.
Se apartó del menor, pero se detuvo antes de llegar a la puerta.
—Y no trates de escapar, voy a colocar guardias afuera de la puerta. —Miró hacia atrás para sonreírle burlonamente a Taemin—. No durarías ni un día solo en mi mundo de todos modos.
—¡Jódete!
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N/T: Espero que les haya gustado, las cosas ya se están poniendo interesantes.😏
Un comentario me alegraría mucho, me gustaría saber qué piensan de la historia.💕✨
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