—¿No crees que es hora de un corte de pelo, Taeminnie? —Su madre pasó los dedos por su cabello castaño claro que ya estaba por debajo de sus hombros y suspiró.

Taemin dejó caer la cuchara en el plato de cereal casi vacío antes de limpiar la leche en su barbilla.

—No puedo, mamá. Sungjong me mataría. Él cree que es increíble que mi cabello sea naturalmente de este color, y dijo que si lo cortaba nunca me volvería a hablar.

Bueno, Taemin sabía que eso no era tan "increíble". Tenía un padre europeo después de todo, se esperaba que heredara algunos rasgos. Sus ojos azules eran otra cosa que su padre le había dejado. A veces pensaba que su madre lo miraba a los ojos solo para ver el fantasma de su difunto esposo. Pero a Taemin no le importaba, eso la hacía feliz.

La señora Lee sonrió y negó con la cabeza.

—Bueno, ambos sabemos a esta altura que Sungjong puede ser un poco diva. Dudo mucho que nunca más te vuelva a hablar.

Taemin rio mientras colocaba su tazón en el fregadero.

—Solo estoy tratando de mantenerlo feliz. Además, mi cabello no me importa mucho de todos modos.

La mujer mayor se encogió de hombros.

—Solo estoy tratando de evitar que la gente te confunda con una chica.

—¡Mamá!

—¿Qué? Sé lo mucho que lo odias.

Taemin salió de la cocina, sus mejillas un poco sonrojadas, y agarró su mochila antes de dirigirse a la puerta.

—¡Te amo, cariño! —gritó la señora Lee desde la entrada.

Taemin no pudo evitar sonreír.

—¡También yo, mamá!

~*~

Tan pronto como el chico llegó a la escuela, vio a Sungjong saludándolo animadamente en la entrada.

—¡Taeminnie! —Sungjong corrió a él, dándole un gran abrazo y casi tirándolo al suelo—. ¡Te extrañé!

El castaño rio mientras le devolvía el abrazo a su amigo.

—También te extrañé.

—Desearía no haber tenido que ir a la casa de mi estúpido tío por las vacaciones. ¡No pudimos vernos para nada! —Sungjong se veía desanimado cuando se apartó.

—Pues, estoy feliz de que hayamos vuelto a clases. Fue extraño no pasar todos los días contigo.

Su amigo sonrió y asintió de acuerdo.

Taemin vio por el rabillo del ojo un grupo familiar de chicos y frunció el ceño.

—Supongo que no todo podría ser bueno.

Sungjong siguió su mirada e hizo una mueca.

—Solo ignóralos... —Lo tomó del brazo y lo llevó a la puerta principal—. Deberíamos darnos prisa y-

—¿Qué tal el primer día, maricas?

La voz sobresaltó a Taemin y se dio la vuelta para ver al grupo exacto de chicos que había estado mirando, Jansuk en el centro con una sonrisita burlona en su rostro. Jansuk nunca había sido la persona favorita de Taemin, siendo el "líder" y el más rudo del grupo de bravucones.

—No es asunto tuyo, idiota —replicó el castaño.

Los demás rieron y Jansuk se acercó a Taemin, cogiendo la barbilla del chico bruscamente. Levantó la cara del menor para mirarlo directo a los ojos.

—¡Me encanta cuando te enojas, tan fiero!

Y Taemin ni siquiera pensó en las consecuencias de sus actos antes de escupir justo en la cara del más alto. Escuchó a Sungjong jadear detrás de él. Apartó su rostro de las manos de Jansuk y dijo con los dientes apretados:

—No me toques.

—¡Taemin! —Su amigo tiró de su brazo y el castaño tropezó detrás suyo mientras ambos salían corriendo.

—¡No pueden escapar para siempre, niños!

Taemin echó un vistazo por encima de su hombro para ver a Jansuk limpiándose la saliva de su mejilla, esa estúpida sonrisa aún en su rostro.

~*~

—¡¿Estás loco?!

Sungjong soltó el brazo de Taemin cuando finalmente llegaron al salón de clases.

—¿Qué? Tenemos que hacerles frente, Sungjong. —Taemin se cruzó de brazos desafiante—. No podemos dejar que siempre se aprovechen de nosotros.

Se dirigieron a sus asientos y su amigo se mordió el labio inferior con preocupación mientras se sentaban.

—P-pero, ¿y si intentan vengarse de nosotros por eso? No sabemos lo que podrían hacernos...

—Relájate, Sungjongie. No pueden hacer nada malo con tantos maestros cerca. —Taemin le dio al otro una sonrisa tranquilizadora y su amigo se la devolvió después de unos segundos.

—Okay... supongo que tienes razón. —Hizo una pausa—. Aunque tengo que admitir... te viste genial enfrentándote a ellos —continuó Sungjong, sonriendo.

Taemin soltó una carcajada y miró con ojos brillantes a su amigo.

—¿A que sí? Se sintió bien también.

Se rieron juntos, y a pesar de la satisfacción de Taemin, no pudo quitarse la incómoda sensación que tenía en la boca del estómago.

~*~

El resto del día pasó lento para ambos, y por supuesto, sus maestros decidieron que no les importaba que ese fuera el primer día de vuelta a clases, aun así les iban a dar a sus estudiantes una cantidad interminable de tareas.

—¿Quieres hacer la tarea en el lago hoy?

Taemin asintió mientras guardaba el libro de química en su mochila.

—Claro. ¿Por que mejor no nos cambiamos en los vestuarios para no ensuciar los uniformes?

—Okay, te veo ahí.

Diez minutos después, Taemin se había puesto un par de jeans ajustados, desgarrados en los muslos, junto con una camiseta y la sudadera más grande y cómoda que tenía.

Los dos chicos se dirigieron hacia el lago para relajarse mientras hacían la tarea, una tradición que tenían desde el primer año. Cada vez que podían, pasaban sus tardes ahí, haciendo payasadas hasta que se percataban realmente de toda la tarea que tenían. Luego entraban en pánico y realizaban todo el trabajo a último minuto, antes de que oscureciera.

Y hoy no era diferente. Se encontraban echados en el pasto húmedo; haciendo todo lo posible para evitar la tarea.

—¡Tengo seeeed!

Taemin se rio entre dientes y se estiró para darle un golpe a su amigo en la frente de manera juguetona.

—Bueno, deja de ser flojo y ve por algo de tomar. Ya me cansé de escuchar tus lloriqueos.

Sungjong se sentó e hizo un puchero.

—Bien. Voy a ir a la tienda de al lado, ¡pero no esperes que te traiga nada, pendejo! —Sacó la lengua y se levantó para dirigirse hacia la calle.

—¡No te olvides de mi banana milk!

Sungjong se giró para sacarle la lengua una vez más.

—¡Tienes tanta suerte de que sea una buena persona!

Taemin cayó de espaldas sobre el gras riendo.

Después de unos minutos de holgazanear en la hierba, supuso que probablemente debería ir empezando la tarea mientras su amigo se había ido. Pero... en verdad no quería levantarse todavía. Dejó que sus párpados se cerraran y su cuerpo se relajó en el pasto. Solo unos minutos más...

De repente, sintió manos en todas partes, dolorosos agarres en sus brazos y piernas mientras lo levantaban del suelo. Abrió los ojos justo a tiempo para ver el piso acercándose rápidamente. Lo habían alzado de su espalda, solo para tirarlo de nuevo sobre el piso boca abajo. Su mejilla golpeó bruscamente la dura superficie y pudo probar la tierra y sangre en su boca.

Soltó un quejido, tosiendo un poco de tierra que se había quedado atorada en su garganta.

—Taeminnie, qué casualidad verte por aquí.

Jansuk.

Sungjong tenía razón; se iban a vengar de él. Y esta vez, no había maestros para detenerlos.

No hubo muchas palabras intercambiadas, solo risas por parte de Jansuk y su grupo antes de que el primer golpe fuera lanzado. Taemin sintió que su estómago explotaba de dolor y perdió el aliento por un momento. Tosió con dificultad, tratando de recuperar el aliento otra vez, antes de comenzar a luchar. Forcejeó, tirando patadas y puñetazos, pero había demasiadas manos agarrando sus extremidades, y entró en pánico cuando se dio cuenta de que no había nada que él pudiera hacer.

Los golpes eran interminables y el dolor se expandía por todo su cuerpo; su rostro, su espalda, sus brazos, su estómago. Podía sentir la sangre cálida y pegajosa goteando por un lado de su cara.

Y sin importar lo mucho que quisiera ser salvado, deseó con cada fibra de su ser que Sungjong no apareciera, porque entonces su amigo sufriría el mismo trato, y todo sería su culpa.

Taemin tardó un momento en darse cuenta de que el dolor se había detenido. Pero antes de que siquiera pudiera registrar lo que estaba sucediendo, fue alzado del suelo y llevado entre risas hacia otro lugar.

—¿A dónde me lle-?

Las manos lo soltaron de repente, y sintió su cuerpo golpear el agua helada.

Bien, Taemin había aprendido a nadar cuando era un niño, así que esto no habría sido un problema... si no fuera por el hecho de que estaba perdiendo el conocimiento. Se sacudió con desesperación en el agua, tratando de mantenerse despierto, pero su cuerpo ya no le estaba respondiendo; al contrario, se ponía más débil a cada segundo.

Entró en pánico, abriendo su boca para gritar, pero eso solo logró que sus pulmones se llenaran de agua. Sus brazos y piernas se entumecieron, y comenzó a sentirse... sin peso. Sus pulmones estaban ardiendo y su cuerpo no le escuchaba.

¡Sigue moviéndote! ¡Sigue nadando! ¡No te rindas!

Pero los puntos negros en su visión lo consumieron por completo.

Realmente voy a morir, pensó.

Justo cuando cerró los ojos, justo cuando decidió dejar que la muerte se lo llevara, una luz lo cegó y todo lo que pudo ver fue blanco. Ya no sentía el agua helada, sino una extraña calidez.

Se sentía... a salvo.

Una voz profunda resonó en sus oídos.

"Ven a mí, mi princesa."

¡¿Qué?!

.

.

.

.

.

N/T: Después de mucho pensarlo, decidí compartirles esta historia.

Espero que les haya gustado este primer capítulo, Minho aparecerá en el próximo.😏

Sus comentarios siempre me animan, no se olviden de dejarme uno.♡

P.D. Gracias a exoticsuga por siempre hacerme las portadas, eres la mejor, Baby.❤️