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Capítulo 3

─¿escuchaste de la fiesta en casa de Sunghoon Oppa esta noche?─chilló una chica quien estaba sentada justo atrás de nosotras, a la par que rechinaba los jodidos palillos contra la bandeja de comida.

─¿no era este fin de semana? Maldición, debo escoger mi mejor bikini.─replicó otra voz femenina, sin embargo, está sonaba más sorprendida aunque también enojada.─quizá al fin Oppa llegué a echarme la mirada y entremos en algo.─su tono se volvió más malicioso y emanaba su ego. Yuna simplemente las ignoro y optó por ignorar la conversación de ambas chicas.

Durante la primaria, las niñas también eran chiclosas con Sunghoon, pues a su corta edad era un niño muy lindo y tierno, además de tener una sonrisa que aparentaba ser de una criatura inocente -algo que claramente no era-. A Yuna no le sorprendía que inclusive ahora ya casi un adulto, continúe siendo un imán para las mujeres, de todas formas, tampoco entendía por qué le hacían tanto alboroto si al final era un tipo normal como el resto de chicos en esa institución, idiotas, alcohólicos y patanes.

─¿Irás? ─ Escuchó la suave voz de Chaewon detrás de ella y tocándole su hombro mientras se sentaba junto a ella en el pasto. Yuna la miró unos segundos y negó rápidamente.

─ No, no me han invitado y creo que tampoco me han de querer... Allá.─ Respondió sin ánimo.

─ Sorpresivamente toda la escuela está invitada ─ Contó la mayor. ─ Beomgyu me invitó, tú también deberías ir.

─ No, y no creo que sea buena idea que tú también vayas.─ Le intentó advertir a la mayor, aunque ella no se daba cuenta debido a lo relajadas que sonaban sus palabras. Aún así, Chaewon frunció el ceño confundida.

─ ¿Por qué? ¡Claro que voy! Oí que tienen una piscina con peces Koi y necesito tomarles fotos para mi blog.

─ ¿Te vas a arriesgar por unos peces?

Chaewon alzó sus cejas y aún más extrañada se sentó más recta sobre el pasto.

─Suenas como si fuera a la casa de un asesino, Yuna.─ Regañaba la mayor. ─ Ya te conté lo que pienso de Sunghoon, pero jamás lo he visto matar a alguien.

─ pero podría hacerlo.

Chaewon hizo una mueca y suspiró a causa del comportamiento de su amiga.

─ Iré, Yuna. Y quizá tú también debas hacerlo, para que despejes tu mente de lo que pasó hoy en clases.─ La mayor se paró del suelo y sacudió su parte trasera.─ Nos vemos en Filosofía.

Yuna asintió y sin dirigirle la mirada continuó leyendo su libro, Chaewon suspiró nuevamente pero más bajo, y haciéndole de la mano se fue.

YUNA POV_

Chaewon realmente se había vuelto loca. Yo no iba a meterse en la casa de Park Sunghoon, ni siquiera pararme frente a esta, y aunque me pagarán un millón de dólares podría tomar un taxi hasta esa casa del horror y verle a la cara, de solo pensarlo podía darme dolor de estómago.

Esperaba que ella tampoco se haya animado y a última hora decidiera olvidarse de ir a ese lugar, él no era una buena persona y tal vez al verla junto a mí podría planear hacerle alguna "broma" de muy mal gusto.

Intenté despejar mi mente un rato sobre aquella irrelevante fiesta; me di un baño y me hice la rutina de piel como todas las noches, agarré mi celular y me tumbé en la cama. Realmente no había nada interesante a pesar de ser muy temprano, no había ni una sola actualización de los chicos del instituto acerca de la reunión de Sunghoon, tampoco de él.

Pero venga, ¿Por qué me importaban esas actualizaciones? Ni siquiera estaba invitada y si así fuera -muy pocas posibilidades- de todas formas jamás iría.

De pronto, y bajando más el feed, me topé con una foto recién subida de una de las chicas que Chaewon me había mencionado en receso.

Jang Wonyoung.

Una foto grupal muy melosa a decir verdad, ella rodeando el torso de Park mientras posaba su mentón en el hombro de este, y su séquito claramente atrás de ellos sonriendo, la descripción era lo más hilarante.

"La noche debe ser nuestra, olvidemos al resto y seamos nosotros dos".

Serías tan tonto para no darte de que es una indirecta muy directa para Sunghoon, y mierda, se sentía tan extraño. Si no fuera porque desde muy chico Sunghoon fue un niño muy perseguido diría que era raro verlo siendo deseado por Wonyoung y que incluso quiera coquetearle tan indiscretamente en sus fotos.

Pasé cada foto hasta llegar al final, donde con solo una ojeada mi piel se erizó dejándome helada. Esa chica de cabello corto, con fleco, negro y esa sonrisita tonta que tanto la caracterizaba, riendo al fondo de la imagen con un par de chicos mientras sostenía algo poco visible en sus dedos.

Era Chaewon.

Una jodida Kim Chaewon.

Ella si había asistido a la fiesta y no me había dicho nada al respecto, quizá si hubiera avisado tenía el tiempo suficiente para hacerla retractarse de meterse en la boca del lobo.

La sola imagen de verla sola con ese par de muchachos me hacía recorrer un escalofrío en toda la espina y mi nerviosismo aumentó, mis pensamientos intrusivos fueron tan fuertes que terminé apagando la pantalla del celular y dejándolo a un lado. No podía dejar que Chaewon quedara sola en ese lugar con gente que quizá no conocía,.

No podía quedarme de brazos cruzados, pero mis piernas temblaban de solo pensar en ir a ese lugar, tampoco sabía la dirección para mí desgracia y no quería humillarme a pedírsela a Chaewon, porque seguramente y por la imagen intencional se notaba que estaba fuera de su consciente, más jodida todavía.

Aún así, no me quedaba de otra, y lo que yo creía que iba a ser la noche más tranquila de un viernes en mi inicio de clases, se transformó en un corto dilema del cual decidí rescatar a mi amiga de las garras de unas arpías.

[ Kim Chaewon ♡︎ ]

Yuna _

Chaewon, decidí ir a la fiesta :)
¿Me das la dirección?
20:14 pm

Chaewon _
Yunaaqq
Sabiq qiw bemdruas
La giestq rsta de pelod
20:21 pm

Yuna _
Si, ya me di cuenta...
¿Me vas a dar la dirección?
20:23 pm

Chaewon _
Ah suiii rdperqme
20:24 pm

Yuna _
Sigo esperando Chae :]
20:26

Chaewon _

Myeonghan y Chuseok, mz 4, casa n9
Esp lo edcribio mi amiho plr mi quw tiwerno <3
20:28 pm

Yuna _
Gracias Chaewonie
Por favor, no tomes más :(
20:29 pm

Mis ojos se quedaron estáticos cuando leí la dirección, pues era tan increíble la coincidencia que aquella casa se encontrará tan cerca de la mía. A solo una vuelta estaba viviendo Park Sunghoon y nunca me di cuenta, y es que tal vez el universo se había puesto tan en contra mío que lo pusieron prácticamente a mi lado.

Tragué saliva y respiré hondo, pensando por última vez el sacrificio que estaba por hacer; me pondría algo sencillo y que tampoco llame la atención de ojos ajenos, no quería encontrarme con gente indeseable y que por un ir sin invitación terminé pagando el precio de mi necedad.

Me levanté de la cama y busqué la ropa en el clóset; un vestido suelto que usé por última vez antes de entrar a clases y que se había vuelto mi favorito después de que mi madre me lo haya obsequiado para mi cumpleaños, pinté un poco mis labios y eché perfume a mi alrededor, no peiné mi cabello y lo dejé suelto como de costumbre, quizá dejarlo de esa forma me ayudaría a camuflar mi rostro y ser irreconocible entre las personas, que esperaba yo y sean los suficientes para que sea imposible ubicarme de ojos inesperados.Bajé a la entrada y por suerte estaba todo apagado, al parecer mamá si llegaría tarde como avisó y era bueno saber, pues así me evitaba una regañada. Cómo la fiesta era prácticamente cerca, no me tomé la molestia de parar un taxi, así que me encaminé al otro lado de la calle y ver cada placa de más casas, hasta que de con la que marque el 9 o simplemente donde se suceda una fiesta de adolescentes ebrios y problemáticos.

Y así fue, di con aquel lugar; una casa de dos pisos con un exagerado patio delantero donde yacían una cantidad considerablemente grande de personas que ni siquiera había visto en le instituto, y que algunas miradas se clavaban en mí aunque yo mantenía la cabeza baja tratando de ignorarlos debido a la presión que me causaban sentirlas tan fijas sobre cada paso que daba, no importaba si eran miradas de las que no volvería a saber después de esta noche, aún así era agobiante. Gracias a que la puerta estaba abierta entré, no sin antes ser recibida por un grupo de chicos bromeando en el marco de esta y que a la par intentaron tocar mis hombros y brazos con la intención de jalarme con ellos. Para mi suerte otro grupo que pasaba por ahí se interpusieron en el paso e indirectamente me separaron de aquellos tipos.

El ambiente era tan caliente, la música algo fuerte que todavía me sorprendía como se había encerrado en la casa que no llegaba a salir de esta y ser audible hasta la mía, estando solo a la vuelta, las luces jugaban entre tantos colores y el exceso de personas era impresionante; todos bailando, riendo, uno que otro besándose o tomando. Aunque no dejé que el terrible olor a alcohol me distrajera y me abría paso entre la multitud para buscar a mi blanco: Chaewon.

Aún con nerviosismo por ser descubierta por Sunghoon, que sorpresivamente siendo el anfitrión no se encontraba por ninguna parte, se entendía que sería casi difícil buscarle entre todas estas personas, pero no sería necesario pues tampoco lo quería, y lo que más me temía estando dentro de aquella fiesta. Sin invitación, en la casa de un chico que posiblemente me odia y arruinó mi vida, buscando desesperadamente a mi amiga para no corra algún riesgo estando en la boca del diablo, donde también me arriesgaba yo.

Me adentré y pasaba por cada cuerpo buscando uno a uno hasta dar con Chaewon, y no era una tarea fácil porque no se hallaba en ninguna parte que ya comenzaba a pensar que esto había sido una mala idea y que tal vez ella si podía arreglárselas por sí misma, pero no podía, ella fue la primera persona en hablarme, aunque llevábamos una semana conociéndonos ya la sentía como si fuera mi mejor amiga de años y no iba a dejarla sola imposible de valerse por ella mientras esos chicos quizá planeaban hacerla algo terrible, porque si eran conocidos de Sunghoon entonces no eran gente buena ni de fiar, tal como lo era Park.

Algo sofocante pero que logré y fue encaminarme hasta más escaleras, luego de revisar tanto la sala de estar a lo que sería la cocina, me propuse subir hasta las habitaciones. Toqué cada puerta recibiendo casi inaudibles respuestas de "ocupado", suponiendo qué estaban haciendo esas personas ahí dentro. Con algo de inocencia abrí el baño, donde desafortunadamente estaba una pareja cruzando sus lenguas de una forma tan obscena.

─ ¡Lo siento mucho, disculpen, sigan en lo suyo! ─ Me disculpé con ellos, que claramente no me dieron la mínima atención y seguían en su acto. Cerré la puerta.

Al final, terminé abriendo una última puerta al fondo, donde lo que parecía ser una habitación a oscuras y sin nadie dentro y que aún así llamé en esta para asegurarme.

─ ¿Chaewon..? ─ Alcé mi voz una vez cerré la puerta detrás de mí. Pero no obtuve respuesta, frunció mis labios y caminé dentro de la pieza, con poca visibilidad enfoqué cada detalle, el color debía ser alguno claro, cuadros de paisajes en las paredes, una enorme televisión en la pared, detrás mío las puertas de un clóset y una cama gigantesca. El aroma era tan concentrado en un dulce y fuerte aroma a una colonia de menta y madera, muy hipnotizando y deliciosa.

Fue ahí cuando me di cuenta de dónde está metida, por la estética tan sencilla y joven supe que era su habitación. De pronto, escuché como se escuchaban golpes en la puerta que no eran necesariamente por preguntar quién se encontraba dentro, y que se acompañaron de las vueltas a la perilla. Entré en pánico y sin pensarlo dos veces me metí dentro del clóset, con la respiración acelerada y temblando del miedo sellé mis labios. Vi por las hendijas de la puerta y que por aquel marco cruzaron dos siluetas, un chico y una chica, de los cuales el sonido de lo que serían besos eran tan audible aunque la música resonaba por las paredes. Cuando cerraron la puerta y mis ojos se acostumbraron nuevamente a la oscuridad pude divisar claramente de quien se trataban.

Mi corazón latió con más frecuencia y sentí un cosquilleo en mi pecho cuando lo vi; junto a Jang Wonyoung, vistiendo una camiseta formal de un color que no se alcanzaba a ver, pero que se desabrochaba hasta el segundo botón, unos pantalones vaqueros y solo de complemento un reloj, que tenía su cabello un poco despeinado y besaba con desespero a Jang, mientras ella lo abrazaba por el cuello y se evidenciaba como lo obligaba a pegarse más a ella.

Yo tragué fuerte y apreté mis labios al verlos a ambos, era tanta incomodidad y extrañeza en un solo combo.

─ Sunghoon...─ de la nada susurré bajo e inaudible más que para mí, sorprendiéndome a mí misma y topando con ambas manos mi boca.

─ Quiero que llevemos esto al siguiente nivel, por favor Sunghoon~ ─ dijo ella entre besos y con un tono muy coqueto, esto provocó que él riera levemente.─ Te necesito de verdad.─ Esa chica estaba realmente desesperada y se notaba por cómo se dirigía s Sunghoon. Otra vez recordaba lo deseado que era entre las féminas y su efecto en ellas, por lo que aunque me sorprendía también seguía sin ser nada nuevo.

Yo inhalé y exhalé sin emitir algún quejido. Estaba procurando ser lo más precavida en no exponer mi ubicación, aunque mis pocas ganas de ser testigo de que tal vez ese par lleguen a tener relaciones frente a mí no era una opción y no quería quedarme aquí dentro para siempre. Di un paso atrás, y muy mala opción, pues al hacerlo tropecé con una caja tambaleante que provocó la caída de un objeto que yacía sobre éste, resonando profundo dentro del armario. Yo abrí mis ojos con terror y miré nuevamente donde yacían ambos.

Sunghoon fue el primero el parar el beso separándose de ella bruscamente, sin dejar de agarrarla por la cintura y mirando a sus lados con los ojos un poco fulminantes. Yo tragué en seco al notar esa oscura mirada que si no fuera porque no sabía que era yo en el clóset, supondría que la estaba lanzando directamente a mí.

─ ¿Qué pasa? ─ Preguntó ella jadeante.

Yo me agaché y tapé mi rostro con ambas manos, esperando lo peor.

─ Debemos salir. ─ Le respondió sin más y con el tono más calmado posible.

─ ¿Qué? Estás bromeando. ─ Comenzó a reclamarle Wonyoung con una sarcástica risa.─ Por supuesto que no, quiero que sigamos en lo que estábamos. ─ Se volvió más exigente, y yo sin ver sabía que la expresión de Park no era la más agradable al escucharla dirigirse de esa forma a él.

─ Te dije que debemos salir. ─ Fue su última palabra, y ahora sí sonaba más serio. Jang bufó y parecía haber hecho caso.

─ Agh, como sea, lo que tú digas. ─ Se rindió de pronto y escuché los pasos alejarse hasta la puerta, se abrió dejando entrar nuevamente el fuerte sonido de la música y la brillante luz de afuera, que la podía apreciar estando con los ojos tapados.

Está se cerró de golpe haciéndome sobresaltar.

Me quedé callada unos segundos y tomé aire con calma, recuperando mi ritmo normal y relajando mi pulso que con el tiempo se había vuelto más acelerado. Me levanté algo temblante y llenándome de valentía abrí la puerta, me di la vuelta y cerré con despacio la puerta.

─ En qué estabas pensando Yuna, eres una tonta, te metiste en la verdadera boca del lobo ─ Me reproché apretando mi puño y conteniendo mi impulso de golpearlo contra la delgada puerta. Suspiré y volví a girarme para salir de la habitación.

Sin embargo, en ese instante me detuve con brusquedad al chocar inesperadamente con una silueta. Inhalando el mismo olor a madera y menta que se percibía en la habitación, solo que ahora estaba más cerca y me atontaba con más facilidad. Tomé valor y alcé la mirada, paralizando mi cuerpo por completo y dejando correr mi corazón velozmente amenazando con salir de mi pecho cuando lo tenía nuevamente y esta vez frente a mí. Después de tantos años, días y el tiempo que ha pasado, ya estaba una vez más y de la forma menos deseaba, echándome esa mirada que tanto me devoraba desde adentro y que yo solía evitar por la penetrante que era. Esa fría expresión de las facciones ahora maduras, su porte era más alto y su presencia más intimidante que cuando lo vi en clases, su cabello rubio ahora más acomodado dejando más a la vista sus ojos llenos de coraje y que buscaban amenazarme con una sola ojeada.

Él chasqueó su lengua y rió levemente con sarcasmo, se paró aún más en frente de mí y yo por instinto retrocedía torpemente hasta toparme de espaldas con la puerta del armario, bajando un poco la mirada y evitando la suya. Aún así, él posó una mano contra el clóset dejándome sin una salida y teniéndome a medias bajo su prisión, mientras que con su otra mano vi como la dirigía hasta mi mentón obligándome a alzar otra vez la mirada y que nuestros ojos se encuentren fijamente, yo inconscientemente quité su mano de mi mentón y él se sorprendió, entonces por fin después de un rato en silencio decidió hablar:

─ ¿Con que te gusta espiar a las personas en el acto, verdad Yuna? ─ Escucharlo pronunciar mi nombre con sus labios y con el profundo tono de su voz, me provocó un cosquilleo en el pecho y pestañeé un par de veces con nerviosismo. ─ A parte de tonta en clases también eres una pervertida.

─ N-no soy ninguna pervertida... ─ Me defendí de repente y Sunghoon ladeó su cabeza gracias a esto.

─ ¿Ah sí? ¿Y por qué estabas en mi clóset, Yuna? ¿Acaso se perdió tu pajarito? ─ Comenzó a soltar preguntas burlonas. ─ ¿O tal vez querías acostarte conmigo? Maldición, si era eso solo debías pedirlo. No más te digo que soy exigente con mis estándares y tú... Digamos que no estás en estos. ─ Dijo mirándome de pies a cabeza y yo negué con sus palabras, ofendiéndome por estas.

─ ¡Yo no quiero acostarme contigo! ¡Jamás me entregaría a alguien como tú! ─ Solté sin más casi gritándole y con el ceño fruncido.

─ ¿Alguien como yo? ¿Alguien tan deseado y que pone a todas esas tipas en fila para ver quién es la afortunada que logré llevarse un buen polvo conmigo? ─ El ego de sus declaraciones era tan notorio que no tenía vergüenza en responderme de tal forma y referirse de forma tan obscena a esas chicas. ─ Y te puedo apostar que tú también eres una de ellas...

Era evidente su intención de provocarme con cada sílaba que soltaba, y era tan fácil su efecto que me llegué a frustrar por su insistencia que mis ojos comenzaron a doler por la amenaza de querer estallar en llanto. Él se dió cuenta de aquello y sonrió con cinismo.

─ ¿Qué pasó Yuna? ¿Ya vas a llorar? ─ Volvió a tomar ese tono burlón. ─ Nunca dejarás de ser una bebé llorona. Siempre serás Yuna, la bebé llorona.

Escuchar ese apodo una vez más y después de tantos años provocó en mí un escalofrío y enojo, que mi cerebro no tuvo otra idea que dejarme humillar frente a él y soltar la primera lágrima sin importar el esfuerzo que yo hacía para evitar que las demás se derramen.

─ Sólo déjame ir, te lo pido, por favor. ─ Mi voz cortada y suplicante le provocó una corta risita y negó con la cabeza en respuesta a mi petición.

─ Ha pasado tanto tiempo y llegué pensar que podías cambiar, pero sigues siendo la misma perdedora llorona de siempre ¿Aún estás atrapada en el preescolar?

─ No. ─ Me quedaba sin palabras que ni siquiera se me ocurría qué responderle.

─ ¿Quién te ha dejado entrar a mi casa, eh? Sólo los invitados podían pasar, y tú no eres uno de ellos.

─ Y-yo... Yo venía a buscar... Ella... Debe estar con... Esos chicos y ella ─ Balbuceé haciéndolo fruncir el ceño.

─ Joder, si no sabes que responder mejor no lo hagas, tus balbuceos siguen siendo igual de molestos.

La puerta se abrió de repente dejando entrar una vez más la fuerte luz y música, resonando contra el vidrio de la ventana y haciéndolo temblar. Un grupo de chicos que portaban sus celulares con flash apuntaron a nosotros y Sunghoon puso los ojos en blanco cuando estos reían al ver la situación en la que nos encontraron.

─ ¡Digan Cheese! ─ Gritó uno de estos y el flash parpadeó en señal de que había tomado una foto.

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