La junta que empezó a las 5:00 AM fue abrumadora, no tenía cabeza para nada más que firmar un contrato donde tendría un apoyo general de otra empresa que se dedica al comercio, hay que recalcar que era importante para una película próxima.

Al sentarse en la silla de su escritorio desajusto su corbata y soltó un suspiro de cansancio, llevaba días sin dormir bien, dormir tarde y despertar temprano.

Seth entro a la oficina de Matthew moviendo sus lentes y con más papeleos en los brazos.

– Matthew

– ¿Que hay en la agenda de hoy?

– Estamos de suerte, este día lo tenemos libre – miro su celular – Mañana por la tarde tendremos otra junta, puedes ir a descansar

Esa noticia fue relajante, sus músculos ya no se tensaron y pudo respirar aliviado.

– Por cierto – comento Seth – Hay alguien que te busca... – Busco entre tanto papeleo y encontró su libreta – Su nombre es Everett Park

Se levantó del asiento que espanto deliberadamente a Seth quien solo hacia su trabajo.

– ¿Everett?

Seth asintió con la cabeza.

– ¿Lo dejo pasar?

– Por favor, si.

Ajusto su corbata y acomodó su cabello para levantar la mirada y encontrar los hermoso ojos de Everett, brillando al son de la luz del ventanal.

– Perdón por venir, pero tenía que entregarte esto. – mostró el saco que previamente le había prestado

Matt sonrió y se acercó para recibir la prenda.

– Gracias, lo había olvidado por completo.

Tomo la prenda y ofreció al chico a sentarse en uno de los cómodos sillones, ambos vieron por el enorme ventanal y descubrieron las enormes nubes oscuras que amenazaban con soltar toda el agua que retenían.

– Lloverá pronto.

– Discúlpame por venir, supuse que lo necesitarías aunque.. también quería verte

Matt sonrió y se acordó de algo.

– ¿Quieres un café?

– Está bien

Llamo a la secretaria y pidió una taza de café con leche y extra de azúcar.

– ¿Te sientes mejor? El otra vez..

– Tranquilo – hablo rápido – Estoy bien, no estoy acostumbrado pero trataré de hacerlo

¿Que?

¿Everett afirmó que se acostumbraría a toda la fuerza que Matt pondría a la hora de la intimidad?

Everett se dió cuenta de lo dicho muy tarde, las orejas tomaron un color rojizo y trato de enmendar su error a un desconcertado Matthew.

– ¡No es lo que quise decir! Simplemente..

Escucho una pequeña pero audible risa de Matt quien trataba de esconder su sonrisa, con la mano. Everett podría recriminarlo, pero esa escena era bonita.

– Perdón – comento Matt

Everett sonrió, inclino su cabeza unos centímetros y miro hacia otro lado avergonzado.

Bueno, ya había pasado bastante tiempo y el café con leche no había llegado. ¿Que ocurría ahora?

– Vendré pronto – se levantó – Iré por tu bebida

– Tranquilo, no es nece-–

Demasiado tarde, Matthew ya se había ido por el café. Él se levantó del sillón y dió una vuelta por la oficina, admiro las plantas que yacían en macetas color anaranjado, un incienso por la esquina para un agradable olor en el área y unos jarrones que eran reliquias.

Tocó suavemente una con sus dedos, cuando escucho unos golpecitos en la puerta, por la sorpresa casi tira el jarrón, pero pudo sostenerlo antes de caer al suelo, su corazón casi salía de su pecho por la impresión, además.

Pagar un jarrón que era reliquia, tendría que gastar todas sus quincenas de meses de arduo trabajo.

Volteo a ver quién tocaba, era una mujer con unas hojas en las manos, cada sección separada por un clip de color morado.

– ¿Está el joven Lee?

– Él, salió un momento

La mujer vio el gafete en el pecho de Everett y se le ocurrió algo.

– ¿Eres el nuevo empleado verdad?

– ¿Eh? No, yo no-

Ella tomó la muñeca de Everett y le dió unas hojas que sostenía un clip.

– Por favor, dáselo a la persona con el nombre de la hoja, será tu primer trabajo

No dijo nada más y salió de la oficina cerrando la puerta.

– ¿... Mi primer trabajo...?

Estaba esperando la nueva parte de su guión, pero al parecer aún no estaba listo. Optó por ir a tomar una taza de café con nada de azúcar, aunque siendo sincero cuando nadie veía se podía hechar 3 cubitos de azúcar.

Salió de camerinos y fue directo a dónde estaba la máquina expendedora, al llegar no vio a nadie y tomo una taza para poder preparar el café.

– ¡Keylen! Que bueno que te veo

Seth había llegado un poco cansado, tomo una taza con café preparado que estaba escondido y se lo dió.

– Matthew pidió una café, por favor ¿Puedes ir a dárselo?

Era la oportunidad perfecta para Keylen, así que no pregunto ni el porque Seth no podía ir a dejarlo.

– Déjamelo a mi

Sostenía la taza con extremo cuidado para no tirar, aunque estaba caliente y sus manos rojas por el contacto pudo aguantar, podía aguantar todo si era por Matt.

Pronto llegó a la oficina y tocó suavemente la puerta esperando una afirmación, pero no la escucho, abrió levemente la puerta y no vio a Matthew. Tenía la intención de dejar la taza en la mesa pero perdería la calidez y no sería dulce tomarlo.

Con el café en las manos siguió buscando.

Everett por otro lado estaba preguntando quién era la persona con el nombre de la hoja, pregunto a varios y aunque recibió respuestas negativas de dónde podría estar siguió buscando.

Veía a todos los lados buscando a más personal aunque no tenía ni la más mínima idea de quién podía ser. Fue tanta la concentración y el descuido que chocó con alguien más.

Sintió un líquido recorrer por su pecho, no era caliente pero tampoco frío del todo, las hojas se habían mojado al instante; escucho una disculpa por la otra persona.

– Lo siento, no te ví – exclamó con preocupación viendo la parte mojada sin mirar el rostro.

Logro dejar un poco de líquido en la taza.

– Tranquilo, tampoco estaba viendo

Al escuchar esa voz, Keylen alzo la mirada y encontró al hombre que estaba con Matt en la pista de hielo.
Se hizo sordo a las disculpas de Everett, su mano se inclino por completo y vació todo el café en el chico, ganándose una cara de sorpresa por parte del bailarín.

– ¡Oye!

Hizo un ademán con las manos sacudiendo las hojas buscando quitar todo el líquido.

Seth llegó muy rápido y vio la situación, poso su mano en el brazo de Keylen y lo reviso pero él tenía la mirada en Everett.

– ¿Que sucedió?

Matthew iba de camino a su oficina saliendo del ascensor cuando vio todo y se acercó tras de Everett, vio toda la ropa mojada y luego vio a Keylen.

– ¿Te manchaste? – pregunto hacia el modelo pero escucho una respuesta tardía.

– .. No..

Keylen podía ver toda la atención que Matthew ponía hacia Everett que no pudo responder a las preguntas de Seth.

– Oh no, el guión – dijo Everett algo preocupado y enojado viendo las hojas

Matthew tomo las hojas y el nombre de Keylen se podía ver casi invisible ahí, era el nuevo guión del actor y modelo.

– Seth, saca nuevas copias

El nombrado tomo las hojas mojadas y salió corriendo de ahí para traer un nuevo juego de copias.

Everett alzo la mirada y con algo de recelo podía mirar al actor quien solo los veía.

– ¿No te vas a disculpar? – pregunto un tanto molesto

– ¿Por qué debería? Ambos chocamos al mismo tiempo

– Me tiraste todo el café y no fue un accidente

– Para mi lo fue

Contesto fastidiado.
Everett podía decirle y defenderse en ese momento, pero intento controlar la ira pensando en que no era momento de una pelea, que no era su lugar de trabajo, era y es de Matthew.

– Keylen

El actor miró a quien dijo su nombre y con solo verlo sabía lo que pasaba.

– Me iré ahora

Dió la media vuelta y se retiró de ahí, pronto apareció Seth con las nuevas copias pero el actor ya no estaba.

– ¿Eh? ¿Dónde se fue?

Matthew con la mirada indico donde se fue y Seth siguió en camino dicho.

– Ven, podrías enfermarte

(N.a: Lo que quiere Matt es quitarle la ropa el muchacho 😳)

Everett asintió y siguió a Matthew nuevamente hasta su oficina. Lo dejo en el sillón de un mismo escenario y fue hacia un closet que se encontraba justo a la derecha de los jarrones que iban a ser destruidos hace minutos atrás.

Saco una nueva muda de ropa.

– Espera.. ¿Tienes una muda de ropa guardada ahí?

– Ocurren accidentes como este y es necesario

La voz de Matthew era tranquilizadora y Everett solo pudo asentir.

– Te ayudaré

El chaleco de tela color azul turquesa fue quitado al igual que la camisa manga corta color crema.

Ahora solo tenía puesto una camiseta blanca muy delgada, se podía ver la piel de Everett.
Matt tuvo que tragar saliva. Pero ese olor tan delicioso a café inundaba su olfato, proveniente del cuerpo de su acompañante.

Se acercó poco a poco hacia Everett y este pudo sentir lo mismo. Leyó su pensamiento.

– Estamos.. en tu oficina

– No creo que haya problema

Sus rostros a tan solo milímetros de chocar, las manos de Everett sobre los brazos de Matthew tratando de retenerlo y los fuertes brazos del presidente sobre los costados del chico.

Empezó el beso lento y discreto, el sonido de saliva compartida y contacto de labios. Por inercia cerraron los ojos disfrutando aquel beso secreto dejando que el sonido del beso fluyera por la oficina.

– Tengo la sensación de que, esperabas este momento

– No estaba en mis planes – murmuró con una sonrisa justo a milímetros de los labios de Everett – ¿Te molesta?

– No pude traer puesto mi lencería favorita – contesto Everett

– La utilizaremos en otro momento

Nuevamente volvió a besarlo.