Fase 3. Roces
-¿Se podría saber a donde vas tan a perfumado James?
Ya se había tardado, pensó el cuestionado.
-¿Seguirás con esa cosa de decreto de hielo?
Por Fate ya estaba entrando a su fase de capricho.
-Ya he aceptado mi culpa y te he pedido que me perdones, ¿seguirás ignorándome?
Sólo tomando su varita y el pergamino que recién fue dejado en su alcoba en la mañana, salió sin despedirse de sus amigos.
Sirius perplejo no se quedaría de brazos cruzados oh no.
Fue al baúl de James buscando su capa y el mapa, averiguaría que era mejor que su compañía.
. . .
James se dirigió con sigilo por los pasillos siguiendo las instrucciones que le especificaba el pergamino.
Pero no esperaba que lo trajeran como a su recadero, tuvo que pasar por Regulus y así ambos venían de las cocinas trayendo consigo un sinfín de bocadillos para la entretenida partida que tendrían.
-¿Sabes jugar? -curioso pregunto Regulus.
-No sólo se montar la escoba.
-¿Qué tan bueno eres?
Con una sonrisa de oreja a oreja. -¿Estás dispuesto a perder?
-Oh esto será prometedor.
. . .
Severus no entendía porque una simple partida se había vuelto tan crucial como para retener su atención.
Regulus había fallado su tiro por consecuente le dejo vía libre a James que prefirió pasar del golpe a su pelota de Regulus a sólo golpear la suya dejando a Lucius detrás por dos partidas seguidas. No considero realmente que tuviera el don de midas. Pensó que era una broma de mal gusto.
Por más que trato Lucius de bloquear el recorrido e James este muy hábilmente los dejo creer que lo tenían cuando fue al revés.
En un tiro saco a Lucius el cual aún seguía sin conseguir regresar tan siquiera cerca de algún aro y del césped en realidad, ya que se encontraba el pasillo y las gárgolas no le dejaban pasar la bola por más que tiraba.
James se divertía solo con ver en aprietos al queridísimo príncipe de Slytherin, ahora suspirando veía con prepotencia a Regulus quien lo estaba acuchillando con la mirada.
-Entonces... ¿Qué estas dispuesto a perder? -le pregunto nuevamente James a Regulus.
Sirius quien siguió a James desde que salió de la torre estaba muy entretenido en realidad... tanto que se había olvidado reclamarle, comiendo entre ratos pastelillos y bebiendo su té le estaba preocupando el estado de su hermanito quien detestaba perder y era muy competitivo, se reusaba hacer trampa así que el juego que llevaban hasta ahora era pulcro y limpio. La cuestión era que quería James de las serpientes.
Luego de varias horas después, hasta el atardecer ya estaba en su apogeo fue cuando los gritos de frustración de Regulus se podían contemplar. Severus estaba que no se la creía. Por supuesto que había participado, pero cuando se volvió más tenso y serio lo dejaron de lado -ignorándolo en realidad- así que se fue a sentar viendo el juego sin creer que James saliera ganador.
Lucius trato de consolarlo dándole palmaditas en su espalda, pero Regulus con el orgullo y coraje haciendo pucheros le ofreció su mano a James como muestra de que aceptaba su derrota.
-Quiero que seamos amigos -pronuncio alegre el Gryffindor.
Silencio...
Lucius vio a Severus y este a Regulus quienes esperaban otras cosas.
-¿Estas seguro?
-Sí.
. . .
Sólo contaba con la presencia de las lechuzas quienes solían pasar el rato en aquel lugar en ruinas.
En lo que se iba a sentar pudo escuchar pasos haciendo eco, volviéndose a tapar con la capa ocultándose a la vista del intruso, ¿acaso no podía encontrar un lugar para estar solo?
-Oh querido lamento que madre te pidiera traer ese paquete, debió ser incomodo -se acerco al ave acariciando sus plumas, recibiendo una mordida en su meñique- no me quejare por esto, prometo mandarte a que te consientan en el siguiente periodo vacacional.
Sirius estaba soportando tanto para no abrir su boca criticona como algún sonido que delate su presencia. Que le habían traído, ¡¿algún otro presente para su... lo que sea Prince!?
A cayó cualquier sonido no quería tener que dar alguna explicación del porque de su presencia o inventar alguna excusa que terminaría conllevando a una discusión.
Solía discutir con Malfoy a diario hace 1 año. Espera... ¿Cómo es que no habían discutido desde entonces?
Curioso muy curioso en realidad.
-Black no se que problemas tengas con tu querido amigo león, pero debes saber que esa capa ya te queda chica -Lucius por ello pudo seguirlo sin ningún inconveniente- además ¿fue de tu agrado los pastelillos? -es lo había traído su lechuza- Si gustas puedes asistir al siguiente juego, le vendría bien el apoyo a tu hermano.
Sirius cuando quiso responder Malfoy se había retirado.
Rayos olvido que debe agacharse, desde 3° que les había dejado de cubrir enteros la capa, debían encorvarse para ocultarse completamente, entonces ¡noto su presencia y no hizo nada para revelarlo! ¡Lo cubrió!
¿Acaso olvido todas sus riñas?
¿O es que estar enamorado lo trae tan flexible?
No, no puede ser eso. Malfoy es Malfoy por más que...
Recordó los roces que se dieron, la manera en que Prince le traía agua o algún aperitivo a Malfoy... cuando le invoco una sombrilla para protegerlo del sol... cuando lo llamaba con apodos cursis.
Hasta se habían tomado del brazo...
Un grito enfurruñado y con un toque de gruñido logro escuchar el heredero Malfoy, haciéndolo sonreír.
El gran Sirius, el atolondrado Gryffindor empezar a darse cuenta.
¡Ya era hora! -pensó cansado Lucius.
. . .
-¡El hijo prodigo regresa! -expreso enojado.
-Cálmate fiera, tu y solo tu tuviste la culpa de lo que paso. Quien te manda ser tan competitivo. Aceptaste tu derrota ya supéralo ¿quieres?
Regulus sabia que tenía razón Lucius y hasta Severus, pero como iba a saber que era un profesional. -¡Por la tanga de Salazar maldito seas Potter!
Severus suspiro agotado... desde que Potter los escolto a las mazmorras Regulus no había dejado de quejarse. Ambos venían de cada costado del Gryffindor hasta que Regulus empezó a estar de quejumbroso y Potter solamente le sonreía con cierta gracia que ocasiono que sonriera inconscientemente.
-Tu sonrisa es tan tu... -soltó James.
Regulus que aún seguía quejándose frente a ellos ni estuvo consciente para haber escuchado aquello saliendo de los labios de James, sólo Severus.
-Gracias.
Cuando le soltó del brazo dejo de sentirse calentito, lo cual se hizo raro con Lucius eso no sucedía.
Despidiéndose con una reverencia haciéndolo reír de nuevo, a lo cual de inmediato oculto con sus guantes, pero no pasando desapercibido por James, al contrario de Regulus que sólo seguía con las constantes quejas y con una revancha indiscutible.
Lucius que sólo ignoró al niño malcriado se a costo junto a Severus a quien le solto el listón para ayudarle a quitar el peinado que le hizo Regulus, de paso contándole que las interacciones de ese día habían abierto la puerta a lo siguiente... indirectas.
. . .
Continuará...
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