-¿De casualidad viste pasar a Severus?

-Si -respondió mientras leía un libro- nuevamente hizo un berrinche, ¿no?

-En cuanto vio que el pantalón le llegaba arriba de la rodilla. Ni Sirius se molestaba por ello cuando mamá nos vestía así -bufo irritado.

-De casualidad, ¿conservas alguna fotografía de aquellos días, querido Regulus?

-Lucius...

-Te estoy ayudando, eso sólo es un mínimo capricho que te estoy pidiendo.

¿Ayudándome? ¿No es al contrario? -pensó-. Buscare en los álbumes de Sirius -sintió su mirada-. Y no, si quieres alguno, te costará.

-Resentido, no considere que a tu lobito le afectara tanto verte muy cerca de Severus. Es muy territorial.

-Tiene sus pensamientos dispersos, supongo.

-Es un tonto, si se supone que estoy cortejando a Severus, es lógico que eres su confidente. No es mi problema que se haga ideas equivocadas, tenía que dejarse manejar por el corazón receloso que su inteligencia -expuso con gracia.

-Pues iré por tu necio cómplice. Termina de vestirte, busca las cosas para ir al jardín, lo más seguro que ya estén los aperitivos y lo demás. Ser su modista y estilista de Severus, me causa hambre.

[ . . . ]

Luego de una amena, bien una conflictiva discusión, Severus termino vestido y peinado muy a su pesar. Regulus le había ganado, de nuevo.

Aquel espantoso traje que portaba lo hacia sentir un muchacho frágil, y él no lo era. Lo único suficiente agradable de portar era el saco que le tapaba su espalda y cintura aunque le entallara su silueta, pero los guantes debía aceptar que ya serían parte de su guardarropa luego de todo este teatrito.

-Te ves exquisito, querido.

Tubo que morderse la lengua para no responderle debidamente como su casa manda. -Gracias Lucius, te dignaras a decirme ¿qué haremos hoy?

-Jugaremos Croquet.

Y Severus detuvo su andar. -Me permites 5 min, no me demorare.

Ni bien le respondió Lucius, para cuando lo vio este ya se encontraba nuevamente dentro del castillo.

Severus iba que desprendía una aura asfixiante. Convoco la habitación de usos múltiples y desapareció tan pronto se mostro.

-¡¿No me digas que huyo?!

-Cálmate Regulus, mientras ¿quieres ir empezando a jugar?

Resignándose tomo un bocadillo y se apresuro a tomar el mazo de color morado. -Lanza primero cuñadito.

[ . . . ]

James llevaba desde que inicio el curso, pensando. Sí, pensando.

No entendía el motivo para que Severus cambiará- Por supuesto que se veía diferente y le provocaba verlo, cada que aparecía en su campo de visión.

Ya no le hacía caso. A pesar que ha hecho de todo para llamar su atención sólo recibe una reprimenda ligera como advertencia, pero no más contraataques. Era como si lo ignorara. Y eso le confundía. Ya no estaba tan uña y mugre con Lily lo cual le dejaba el camino para por fin atraparla. Pero eso ya no le importa, ella ya no le importa.

Prácticamente llevaba desde que comenzó el curso a evitarla. Obvio quien se lo hizo a saber consciente fue Remus. Y de una manera brusca, Sirius.

Hace ya 13 días que había sido suspendido del equipo por dejar de ir a los entrenamientos, su excusa fue porque ya se sabia las jugadas, pero cuando fue el partido contra la casa de los tejones, bien se noto su desentonación con el equipo. Recibió unos pésimos días, con las niñadas de Padfoot y la preocupación de Remus ya lo tenía hasta la coronilla. Agradeció la suspensión indefinida. Mientras en esos tiempos estaría solo. Y para evitar el aburrimiento su jefa de casa se apiado de él y le delego unas tareas durante esas horas.

Abría veces que la Prof. Mcgonagall daba terror, pero es astuta. Los trabajos no eran tan malos, como se imaginó al comienzo.

Le dio un blog donde vigilaría el comportamiento del Prof. Slughorn ya que sospechaban que robaba mobiliario e ingredientes y lo vendía de contrabando. Y la misma profesora sospechaba que él era quien le robaba sus preciados licores.

El otro trabajo era supervisar al alumnado encargado de decoraciones o algún evento que se realizará en cada casa. Y gracias a ello ya conocía las salas de estar.

Recolectar respuestas de alguna cosas fuera de lo común a los retratos.

Antier tuvo una amena conversación con su profesora quien le regalo unos chocolates amargos con un ligero toque de dulce, que le daría a sus padres ya que no era amante de esos dulces en realidad.

Venía saliendo de la sala común de Ravenclaw, bajando los escalones de caracol luego de haber inspeccionado la fiesta que tendrían para una compañera quien cumplía 15.

Marco la actividad y escribió sus anotaciones. Lo que seguía era darle una vuelta a la oficina de la Prof. Mcgonagall. En una ventana pudo observar la practica del equipo de su casa, suspirando hizo de oídos sordos. Aunque le doliera a sus amigos, necesitaba tiempo lejos de ellos de vez en cuando.

Bien sus botellas, dulces y unos que otro licor en su escritorio estaban intactos. Otro día resguardados. Marco y anoto. Ahora era ir a checar la pancarta que se podría en el pasillo donde están las armaduras para el recibimiento del colegio Ilvermorny, el viejo director lo dejo como ultima actividad, y era de esperarse que el Prof. Dumbledore cumpliera el capricho.

La manera que lo habían puesto no era comprensible lo que decia por las arrugas que se hacia por caída que pusieron en las esquinas. Trato de arreglarlo con su varita pero recordó que no la tenía ya que su examigo Peter la hurto para una broma e inculparlo. Gracias a que en ese momento se encontraba ayudando a la Profesora. Sprout fue inmediatamente disuelto de cualquier acusación sobre el tema. Por desgracia el muy animal la partió, y la de repuesto sería traída por el Prof. Flitwick luego que atardeciera.

Ninguno de los encargados se encontraba, así que fue con Filch y le pidió una escalera.

Ya se encontraba arriba, no le tenía miedo a las alturas. Eso era obvio ya que fue el mejor buscador de su equipo y en su generación. Pero si que se mecía esta cosa y eso como que le empezaba a dar nauseas. Trago el nervio, aminorando el temblor que empezó en su mano con su don de midas.

Bajo y subió nuevamente por tercera vez, ya era la ultima parte de la pancarta para que sea legible. Soltó un suspiro satisfactorio, debió aplicar la de puntitas para llegar pero lo logro. Iba bajando cuando... la escalera fue empujada y sintió que caía.

-Le molestaría jovencito Prince repetirme como fue que ocurrió esto -señaló con su mirada al joven Potter que ya hacía noqueado en la cama de la enfermería.

-Madame venia por el pasillo, cuando choque con él, -ni con el suero de la verdad diria que venia saliendo de una pared después de una rabieta- luego de regresar por mis guantes. Lu y Reg deben estar preocupados, yo no le provoque esto.

-Bien, por esta ocasión lo dejare pasar -sonrió satisfecho- sin embargo, tendrás que ir a buscar a uno de sus amigos para que te releve.

[ . . . ]

-Severus tenías que noquear a Potter... ¿tan literal? -contuvo la risa Regulus.

-No te rías que Madame creerá que lo hice a propósito cuando no fue así -Severus le pellizco.

-Lu, controlalo.

-Vayan por Sirius o Remus. Mientras lo vigilare, no creo que Madame nos deje ir hasta cumplir con su caprichito.

-No tienen que hacer nada.

-Madame Potter ha despertado -Grito Regulus acercándose a su oficina con grandes zancadas.

-¿Estás seguro?

-Sí, traen a alguno aquí sólo habrá malentendidos. Gracias por su presencia pero ya se pueden ir.

Los tres Slytherins se vieron entre sí preocupados por el comportamiento de Potter.

-Severus... ya lo deschavetaste -le susurro en el odio Regulus.

-¿Quisieras acompañarnos mañana a una ronda de croquet Potter?

Severus, Regulus y James lo vieron asombrados.

-Acepte jovencito es lo menos que pueden o a todos los pediré como ayudantes para mi turno.

-Cof cof Claro, seria un placer Malfoy.

Con una sonrisa los despidió, James tomó su blog y checo el tiempo que estuvo ¿dormido? ¡Por la tanga de Godric! Le quedaba media hora de su guardia y aun no iba con la profesora de adivinación y su varita... -Hasta mañana -se despidió y corrió perdiéndose en el pasillo.

-Severus, Regulus mañana será el día para un posible acercamiento -expuso contento.

-Podrá suceder cualquier cosa ajena a ti, pero tu no quitas el dedo del renglón con Sirius -dijo con cansancio.

-Es un Malfoy, ¿esperabas flores? -con gracia respondió.

[ . . . ]

Continuará...