Capítulo 9: Mary's Song Pt. 2
P.O.V____
Brent Valley, Colorado
2009
7 años
Habían pasado dos meses desde que llegué a Colorado, las personas eran amables en la ciudad, no había tanto movimiento en las calles, y eso que aún era verano, el clima era tan cálido, que aunque en Miami hubiera playa y aquí no, hacía mucho más calor, era muy bueno.
Por los últimos meses, mis papás se la habían pasado todos los días con la familia que conocieron en una conferencia antes de mudarnos, tenían de apellido Norman, venían todos los días a mi casa a ayudarnos en lo que sea, literalmente y tenían tres hijos, una chica linda llamada Glory, otro llamado Xander, ellos dos eran mucho más grandes que nosotros, pero había un tercero, y era él niño que papá casi atropella llamado Jace, tenía la edad de Sam.
En fin, era fin de semana, sábado, y como todos los fines de semana hoy comeríamos con los Norman en nuestro patio trasero, se había convertido en algo que al principio me parecía extraño, pero ahora me divertía.
Además, el patio era mi parte favorita de la casa, tenía un árbol enorme que cubría la mitad de este, en Miami teníamos una clase de casa del árbol en un pequeño árbol que había en nuestro patio, así que en cuanto vimos este, papá fue a la tienda para poder construir una más grande, estaba emocionada.
–____– llamó mamá desde la cocina –necesito que me ayudes–.
De mala gana me levanté del sillón de la sala y camine hasta donde estaba mi mamá, estaba viendo Bob Esponja, y era mi caricatura favorita, no me gustaba cuando me interrumpían, pero que más da, era mamá.
–Mande– dije mientras llegaba a donde estaba.
–Lleva esto para afuera, por favor– me entregó un bowl lleno de lechuga y espinacas, hice una cara de asco –no pongas esa cara–.
–Mami, a nadie le gusta la comida de conejos–.
–No es comida de conejos, ____, es saludable, necesitas comer esto si no la carne te caerá muy pesada–.
Los sermones de mamá de: "debes comer más verduras, debes de comer más cosas que te hagan bien, no puedes comer solo dulces", y como si fuera poco, me daba brócoli, y toda la comida verde que pudiera existir... odio el brócoli.
Arrugué mi nariz –papá compró papas fritas, Jace y sus hermanos traerán más cosas así, no me hagas comer esto por favor–.
–Cuando tengas edad podrás comer lo que quieras– siguió reprochándome –mientras tanto, come lo que te digo, te hará bien– volví a arrugar mi nariz –ahora ve afuera y llévalo a la mesa de la comida–.
No es como si me quedara otra opción, preferí no discutir con mi mamá e hice mi camino al patio, pasando por la sala, viendo que mi capítulo de Bob Esponja había terminado, sinceramente ya había visto ese episodio unas muchas cuantas veces, pero es que me divertía tanto, que podía verlo otras miles más.
En fin, salí al patio para encontrarme con mi papá y con Scott Norman platicando cerca de la carne llena de barbeque, y Sam sentado en la mesa jugando con su Nintendo DS. Después de dejar la comida de conejo en la mesa de comida, fui a donde estaba mi hermano y me senté a un lado de él.
–Todavía no ha llegado Jace– dijo sin despegar la vista de su pantalla.
–Ya se– contesté –y solo por eso, yo te invito a jugar con nosotros ahora, la otra vez la casita a medio construir era un castillo medieval, y vamos a seguir con el juego, puedes ser el hechicero–.
–Déjame adivinar, tu eras la princesa y él era el caballero–.
Asentí sonriendo –fue muy divertido, vamos Sam, por favor, por favor–.
–Podría decirte que si ____, pero siempre que empezamos a jugar los tres, Jace y tu terminan jugando solos y no me hacen caso–.
Y aunque no quisiera eso era muy cierto, todas las veces que Jace jugaba con nosotros, ya sea aquí en mi casa, o en la suya, él y yo terminábamos jugando solo los dos sin darnos cuenta, pero sinceramente era muy divertido, que cuando pasaba era divertido, me gustaba mucho jugar con él.
–Por favor, Sam, por favor, por favor, para favor, por favor–.
Mi hermano puso pausa a su juego y se volteó hacia mí.
–Si digo que si ¿te puedes ir para terminar este nivel?– volví a asentir sonriente –está bien, pero si no me hacen caso no volveré a jugar–.
–Te prometo que no pasará eso–.
–Muy bien–.
Terminada su frase, se escucharon varias voces que venían de adentro de la casa, se escuchaba la voz de Nana, la mamá de Jace, Glory saludado a mi mamá, Xander riéndose, y Jace detrás de él reclamándole que lo dejara de molestar, como siempre.
No pasaron más de cinco segundos, cuando ya todos estaban en la puerta del patio. Sonreí al ver a mi amigo, único amigo de Colorado.
–¡____!– gritó corriendo.
–¡Jace!–.
...
Habíamos estado jugando más o menos una media hora por lo mucho, corríamos por todo el patio, casi tirando el plato de lechuga y espinaca que mi mamá había hecho, demasiado cerca. Estábamos jugando a Harry Potter y la Cámara Secreta, yo era la princesa Hermione, Jace era Ron, Sam era Harry y la casa del árbol en construcción era Hogwarts.
Jace quería ser Harry, pero por su cabello todos votamos a que fuera Ron, y como yo era la única niña, pues si me tocó ser Hermione, pero era muy divertido, nuestras varitas eran ramas de árbol, y no usábamos capas.
–"La cámara secreta ha sido abierta, enemigos del heredero, temed"– traté de hacer voz de Hermione –escrito con sangre–.
–Miren eso– siguió Jace –es la Sra. Norris–.
–Y no se mueve–.
–¡Vienen los profesores!– gritó Sam.
Sabíamos que nuestras impresiones no eran las mejores, y que no eran los diálogos, mas sin embargo tratamos de hacer lo mejor.
–No hay que mirarlo a los ojos o si no ¡te petrificarás!– exclamó Jace.
Lo miré asustada –¿yo?–.
–Sí, a ti ____... digo Hermione– siguió mi amigo caminando hacia mí de forma misteriosa –te va a mirar a los ojos y... ¡BAAAAAHHHHH!–.
"¡AAAAAAAAAAHHHHHHH!"
Jace se lanzó sobre mí haciendo que cayéramos al pasto, comenzaba a actuar como si fuera una serpiente fingiendo que me petrificaba y que se arrastraba por el suelo, de vez en cuando picaba mis costillas, así que en lugar de asustarme, me estaba matando de la risa.
–¡Oigan!– gritó Sam –¡me están dejando fuera!–.
Ninguno de los dos dijo nada, Jace seguía siendo una serpiente mortal, Basilisco mejor dicho, y yo me seguía retorciendo en el pasto de la risa.
–Y por eso no juego con ustedes dos, iré a ver El Manual Escolar de Ned–.
Después de que Sam se fuera, Jace y nos quedamos acostados en el pasto todavía riéndonos, es que si me gustaba estar con él, era el único amigo que había hecho aquí desde que llegamos, y lo digo porque, mi mamá me presentó a la hija de mi otra vecina, Molly, pero era muy rara, usaba frenos, era pelirroja y tenía una rara obsesión por las muñecas de American Girl, no era una opción.
En fin, estaba acostada en el pasto jugando con mi varita de árbol y mirando al cielo, veía un perrito persiguiendo una pelota en las nubes, junto con un... ¿halcón milenario?
–No quiero entrar a la escuela– dijo Jace.
–¿Por qué?– le pregunté.
–Me gusta estar en el verano– respondió –ver televisión, venir aquí, jugar, ir The Garage, y no quiero entrar al cuarto grado–.
–¿Qué es The Garage?–.
Jace se levantó del pasto y me miró con los ojos bien abiertos.
–¿No has ido a The Garage?– negué mientras mordía mi mejilla por adentro –tenemos que ir a The Garage y a Chuck E Cheese–.
–¡Oh! Me gusta Chuck E Cheese– sonreí –vamos, vamos, vamos–.
–Le voy a decir a mi papá que nos lleve– se volvió a acostar –antes de entrar a la escuela–.
–Al menos Sam va a estar contigo, yo estaré sola en el segundo grado– bajé mi mirada triste.
Eso era completamente cierto, y desde que llegué aquí me sentía extraña por eso, entrar a una nueva escuela, donde no conozca a nadie, cuando ya empezaron un año, y es que ni Jace o Sam estarían.
–Puedes estar con Sam y conmigo– contestó él –en la hora de los snacks puedes estar con nosotros, solo en tus clases pues no–.
–¿En serio podría hacer eso? ¿Estar contigo y con Sam?–.
–Sí, sí puedes–.
–¡Yay!– celebré sonriendo –gracias Jace–.
–Por algo somos amigos ____–.
Habían pasado ya más de 10 minutos de que estuvimos acostados ahí, a mitad de patio, cuando de la nada nuestras madres nos habían llamado para comer, Jace y yo nos levantamos con cuidado y fuimos hasta la mesa, donde nos sentamos en las sillas que había ahí; al momento de sentarme, un gran plato lleno de lechuga apareció frente a mí.
–No– dije fastidiada –no, mami, no, no, no, por favor, no–.
–Si, si, si, come–.
–No, por favor, no–.
–____– me llamó Jace riéndose –si no comes tu lechuga, no iremos a donde te dije–.
Di un grito ahogado –no te atreverías, digo, no me atrevería– miré la lechuga con asco –no me hagas hacer eso, me voy a envenenar–.
–No seas exagerada ____– habló mi mamá otra vez –solo come o no te daré helado después de esto, y es Birthday Cake de Thrifty's–.
Una decisión muy difícil, comer comida de conejo, y comer helado, o no comer ninguno de los dos, ni siquiera carne. Gruñí internamente, agarré el tenedor y un poco dudosa pinché la lechuga, la levanté en el aire y la miré fijamente.
–Dame eso– Jace me arrebató el tenedor –abre la boca–.
–Nope– negué rápido.
–No te van a dar helado, yo también quiero helado, imagina que estás peleando contra el basilisco–.
Le volví a arrebatar el tenedor –okay–.
Y de mala gana, metí la lechuga a mi boca, en serio no me gustaba nada, ni aunque me pagaran por cada bocado que diera una hoja de esta verdura, no lo haría, me sabía terrible, pero todo por el helado, todo por el helado.
Mastiqué y mastiqué, hoja tras hoja en mi boca, cuando pensaba que iba a vomitar, Jace se reía de mí en mi cara, y señalaba al refrigerador recordándome del helado, tenía un propósito, aunque muriera en el intento, espero que nunca se me quite lo dramática.
Último bocado, pasé contrabajo, y me sacudí enmieles propio lugar, sentía escalofríos.
–¡Helado!– gritó Jace feliz –¡helado! ¡helado! ¡helado!–.
–¡Helado!– alcé los brazos para después abrazar a mi amigo.
Me separé del abrazo y me sonreí orgullosa a mí misma, no fue tan difícil después de todo. no tan lejos de ahí pude ver como mi papá estaba hablando con Scott, él papá de Jace, mientras nos volteaban a ver y se reían.
–¿Qué les pasa a ustedes dos?– preguntó Glory –papá no me avergüences–.
–No hay nada de que avergonzarte hija, todos aquí somos casi como familia–.
–Entonces dime por qué te estás riendo como loco con el Sr. Fitzgerald–.
Mi papá y el de Jace se miraron con miradas cómplices, y volvieron a reír, la verdad me causaba mucha risa, parecía como si tuvieran la edad de Sam.
Papá dejó de reír –es algo que comentamos, sobre la nueva amistad que se formó ahí– nos señaló a mí y a Jace –una situación muy exagerada Glory, pero que nos gusta bromear–.
–¿Qué?– preguntó ella.
–Si tanto insistes– respondió Scott –pensamos que sería muy gracioso que cuando ellos dos crecieran, se podrían enamorar del uno al otro–.
Mi mamá rodó los ojos divertida –déjenlos son solo unos niños–.
–Exacto, son muy pequeños para pensar eso– dijo Nana de la misma forma.
No bastaron ni dos segundos para arrugar mi nariz, mirar raro a mi papá, a Scott, e incluido a Jace, que me veía con la misma cara de asco, puedo tener 7 años, pero he visto películas adolescentes con Glory estos últimos meses, sabía lo que era eso, era amor.
"¡EEEEWWWW!" exclamamos Jace y yo al mismo tiempo, haciendo que todos con excepción de Sam comenzaran a reírse.
Amor, enamorarse ¡que asco! Y con Jace, el niño que acabo de conocer, mi único amigo, si, que asco.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro