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Especial 400k

La mansión Manobal - Kim, estaba repleta de flores en cada esquina, de distintos colores y distintas formas. La boda entre Jisoo y Rosé, por fin se realizaba después de muchos años, solo faltaba un detalle, despertar a Jisoo.

_Jisoo...- Lisa trataba de ponerla en pie, pero el nerviosismo de la pelinegra había sido tanta que llegó a desmayarse - vamos, debes estar...bromeando - hacía esfuerzo en levantar a su amiga - ¡Jisoo! ¡Ya! - la dejó caer nuevamente - ¡Rosé está esperando! - se cruzó de brazos.

Para alguien que tenía miedo al compromiso, a pesar de tener ya toda una vida junto a su pareja, es simplemente algo aterrador y difícilmente va a estar tranquilo.

El celular de Lisa volvió a sonar por tercera vez, Jennie había estado llamando por el nerviosismo de Rosé, pensaba que la había dejado plantada.

_Sí, sigue desmayada - respondió - ¿Y qué quieres que haga? Es algo difícil para ella - escuchó la voz de Rosé en la otra línea - No, no, Rosé, escucha, no llores - suspiró - ella te ama, solo comprendela. Si no te amara, no te hubiera pedido que te cases con ella - caminó al rededor, veía a Jisoo comenzar a abrir los ojos - sí, ya sé que lo hizo cuando estaba celosa y ebria, pero lo hizo - señaló - ya está despertando, así que ponte tranquila, ya vamos - colgó.

_La boda - Jisoo pareció reaccionar - es tarde - se levantó de inmediato, estaba alterada - ¡Voy a llegar tarde!

_¡Espera, espera! - la detuvo antes de que saliera.

_¡Me voy a casar! - sacudió a Lisa sin cuidado alguno.

_¡Ay, Jisoo! ¡Cálmate! - la abofeteó. Jisoo se encontraba nuevamente en el suelo.

_G-gracias...

_¿Mejor? - la pelinegra asintió - está bien, primero, si vas a ir a tu boda, primero relájate - la ayudó a levantarse - y segundo - sostuvo sus mejillas - nada va a cambiar, solo es un papel. ¿Está bien? - trataba de calmarla.

_Nada va a cambiar - asentía, nerviosa - solo es un papel, de acuerdo.

_Bien, ahora vamos - tomó el ramo de flores y se lo entregó - Rosé está esperando en el altar.

_¿Qué? - caminaba confundida - se supone que yo iba a salir primera.

_Mamá - ambas giraron ante la voz de Emi. Ya era toda una adulta, a sus veinticuatro años, había ocupado el puesto de Jisoo en su empresa - apresúrate, mamá quiere venir a buscarte - regañó, estaba igual de nerviosa.

_Sí - Jisoo asintió rápidamente - vamos, vamos, no quiero que se arrepienta de darme el sí - madre e hija salieron.

Lisa sonrió al verlas irse, estaba felíz por sus amigas, se notaba que se amaban mucho y que eran una familia felíz. Esto le traía recuerdos de su boda, su amiga decía que nunca iba a casarte, que no lo necesitaba, pero nunca digas nunca.

_Ya estoy aquí - Lisa susurró al llegar al lado de Jennie, ella sostenía al pequeño Liam de apenas cinco meses.

Jennie la recibió con un beso en los labios y sonrió al ver a Lisa hacerle mimos al bebé, su nieto era lo más lindo para ellas, era simplemente adorable.

_Se vé felíz, mírala - comentó Jennie al ver a Jisoo, el nerviosismo ya no estaba, sus ojos brillaban al estar perdida en Rosé.

_En la carpa estaba que tiemble - Lisa rió - aproveché para abofetearla - rió.

_¡Lisa! - regañó Jennie en una risa.

_Perdón - Luis llegaba apurado. Tenía un traje negro puesto, llegaba junto a su esposa. Habían ido a cambiar Jung, su hijo, este se veía molesto - ya estamos aquí - sonrió al ver a su otro hijo, Liam - hola, campeón - cargó al bebé - Gracias, mamás - levantó la mirada - no sé qué haría sin ustedes - besó la frente del pequeño.

_Ya vámonos - pronunció Jung por lo bajo, llevaba los ceños fruncidos, iguales a los que pone su abuela - quiero jugar con mis amigos.

_Aquí también tienes a tus amigos - pronunció la esposa de Luis. Estaban estresados, Jung había sido engreído mucho por ser el hijo único, ahora solo era un niño que criticaba todo y a todos.

_¿Ellos? - señaló a otros niños que jugaban sentados en el césped - mira cómo se ensucian, ellos estarán acostumbrados pero yo no - bajó la mirada, tenía apenas ocho años pero era todo un mimado - son de la calle, yo no me puedo juntar con ellos.

_Jung - Luis alzó la voz un poco, no quería interrumpir la boda, el cura seguía hablando - ya habíamos hablado de esto - pronunció seriamente.

_Esto me trae recuerdos - Lisa susurró en el oído de Jennie.

_No empieces - respondió la castaña.

_Abu - Jung tomó la mano de Jennie, ella giró a verlo y le sonrió - ¿Vamos afuera? Estoy aburrido, no quiero estar aquí.

_Jung - iba a volver a regañar Luis, pero la mirada de la castaña lo detuvo.

_Tranquilo, iré a caminar con él - tomó su mano - si no quiere estar aquí, está bien, apenas es un niño y estas cosas le aburre - miró a su nieto de vuelta - ¿Vamos? - este asintió.

Lisa besó los labios de Jennie y cuando su esposa se marchó junto a su nieto, sonrió traviesa y sacó la cámara, era hora de su venganza.

_Jiiiisooooo...- canturreó acercándose, sabía que ese día llegaría.

_Tu jardín siempre está bonito, abu - pronunció Jung, caminaban al rededor de la gran mansión - ¿Es verdad que Abu Lisa lo cuida?

_Así es - recordaba con una sonrisa - le gusta cuidarlo, sabe lo que importante que son para mí. ¿Verdad que es linda?

_Sí - levantó la mirada a verla - ella me dijo que antes era cuidado por un ogro chiquito.

_¿Qué? - preguntó Jennie.

_Sí, me contó que un ogro chiquito no la dejaba cuidarlo, que daban ganas de pisarlo y le tiraba piedritas - Jennie viró los ojos - pero luego se dió cuenta que el ogro era bueno.

_Ya hablaré con tu abu de esto - rió para sí misma - cariño - Jung volvió a verla - ¿Por qué no quieres jugar con esos niños?

_Ay, abu - bajó la mirada - es que somos diferentes - respondió con voz baja, como si temiera que lo regañe también - eso me dicen mis amigos del colegio. Y tienen razón - seguían caminando.

_¿Por qué tienen razón? - preguntó con calma en su voz, esto logró que Jung no tema expresarse.

_Yo tengo zapatos bonitos y ellos no.

_¿Y qué más?

_Mi ropa es original - Jennie rió por lo bajo, recordó cuando le dijo eso a Lisa.

_¿Algo más que no sea material? - Jung se quedó pensando.

_Pero mis amigos dicen que está mal juntarse con ellos.

_Tus amigos son unos pendejos - respondió de inmediato. Jung se quedó sorprendido por su vocabulario.

_Abu, mi papá dice que no debo decir esas palabras.

_Sí, ya sé, pero son unos pendejos - ambos cruzaron miradas, quedándose en silencio, hasta que rieron de inmediato - no le digas a tu padre que dije eso frente a tí.

_Está bien, Abu.

_Y sobre tus amigos - siguieron caminando - no es cierto lo que dicen, que tengas cosas más bonitas o caras, como dices, no te hace más que el resto.

_Abu - giró a verla - ¿Entonces porqué solo tienes amigos que tienen dinero? - preguntó.

_¿Por qué piensas eso?

_Papá tiene amigos en un barrio, me lleva cuando va a jugar fútbol, mamá también me lleva a las reuniones con sus amigas. ¿Y tú?

_¿Yo? - sonrió - estuve esperando mucho para contarte esta historia. Les dije a todos que guarden el secreto hasta el día indicado - estaba emocionada - ahora sí me siento abuela.

_¿Qué historia?

_Ven - Jennie cambió de dirección, iban dentro de la mansión - quiero enseñarte unas fotos.

_¡Vivas las esposas! - gritó Jimin con alegría. Aplaudía emocionado y a su lado estaba Suga, este festejaba igualmente, ambos tenían ya unas cuantas canas que no les hacían ver mal.

_¡Papá! - se quejó Hoseok - ¡Yuna otra vez necesita cambio de pañal!

Ambos padres giraron a sus espaldas, y sus hijos, ya unos adultos profesionales, sostenían a la pequeña Yuna de apenas tres años, la habían adoptado hace poco, junto a tres más que ahora estaban en el colegio.

_Es tu turno - Suga regresó su mirada al frente y siguió aplaudiendo la caminata de las esposas, ellas se daban un beso mientras Lisa grababa.

Jimin viró los ojos y sosteniendo a su pequeña hija, se fué al auto para cambiarla.

_Ven siéntate - Jennie palmeó a su lado, estaba sentada en su cama. Jung se sentó a su lado y observó curioso el álbum aún cerrado que su abuela tenía en sus manos - mira - lo abrió y le enseñó la foto, vió sonriente la expresión de su nieto.

_¿Es mi abu Lisa? - preguntó asombrado.

Lisa estaba en sandalias, short rasgado y un ancho polo descolorido, sostenía su pelota en la cabeza y tenía trenzas a los lados. De fondo estaba la calle en dónde creció, usaba cuatro ladrillos para formar una cancha de fútbol y las líneas estaban pintadas con tiza. Tenía apenas díez años allí.

_Sí, es tu abu Lisa - sonrió con nostalgia, Lisa estaba chiquita en esa foto - y ahora, mira esta otra foto.

Jung observó al detalle cuando Jennie buscó al página.

_Eres tú - pronunció el pequeño.

Jennie estaba sonriente en la foto, tenía su vestido elegante y rosa, zapatos blancos, de cuero, y un cuarto lleno de juguetes de fondo, junto a un enorme castillo dentro, toda una princesa de ocho años.

_¿Te gustó mi abu Lisa desde niñas? - preguntó, estaba curioso por saber cómo terminaron juntas.

_No - rió - nos conocimos cuando tuve dieciocho años.

_¿Cómo se conocieron?

_Ah, bueno...- rió nerviosa - la atropellé.

_Qué

_Bueno, es que ella se tiró al carro, no pude frenar - se defendió.

_¿Por qué haría eso? - preguntó, extrañado.

_No sé, ya, la cosa es que nos caímos mal, desde el primer segundo. Y para ser sincera, yo era una insoportable, tenía el mismo pensamiento que tus amigos, creía que era más que ella y por eso peleabamos.

_¿Entonces cómo terminaron juntas? Si dices que Abu Lisa no te quería, ni tú a ella, no entiendo - ya estaba confundido.

_Uy, ese es otro tema, fué gracias a mi padre - buscaba la página en el álbum - mira - señaló, Jung volvió a sorprenderse por la foto.

_¿Trabajaste en un bus? - estaba en shock.

En la foto, Jennie estaba sentada en las escaleras del bus, tenía la gorra de reversa y sostenía una mirada de odio a la cámara, Lisa lo había tomado ese mismo día, junto a muchas más de cada trabajo que tuvo.

_Sí, mi padre me obligó a convivir con ella por cuatro meses - suspiró - fué una pesadilla...- Jung rió por su expresión - pero luego, me fuí acostumbrando - cambió de página.

En esa foto estaba Jennie de teletubi, la castaña rió junto a su nieto por la imágen tan graciosa. Los ojos de Lisa aparecían a la mitad de la foto y reía, mientras señalaba a Jennie de fondo, la castaña la miraba amenazante y se encontraba cruzada de brazos.

En la foto de abajo, Jennie dormía de lado en la vieja cama. Estaba desarreglada y se veía cansada, ese día habían llegado de madrugada porque la rueda de la bicicleta se había pinchado y no tuvieron de otra que regresar caminando.

Lisa lo había tomado para enviárselo al señor Kim, pero le pareció tan tierno, que solo lo dejó allí, en ese tiempo ya sentía algo por la castaña.

_Aquí parece que ya le gustas - señaló Jung de inmediato, poniendo su dedo en otra foto distinta.

Jennie sonreía a la cámara y Lisa estaba a su lado, su mirada, que había tratado de disimular, se posaba en la castaña, sus mejillas estaban sonrojadas. Ambas tenían un trapo atado en la cabeza y sostenían un trapo en mano. Tenían pantalones manchados y un polo casi húmedo por el agua que habían usado para limpiar cada ventana y piso de esa gran tienda.

_¡Yo sé! Se le notaba que le gustaba pero siempre lo negaba - negó, indignada - tu abuela es una terca.

_¿También recogiste chatarra? - preguntó asombrado al ver la siguiente foto, Jennie asintió - pero Abu, no creo que hayas hecho eso. Es...es imposible. ¿Tú? - no podía creerlo.

_¿Tan difícil es creerlo? - rió, hasta que recordó ese día - fué uno de mis trabajos más difíciles, fué la primera vez que en verdad disfruté de la comida. Lo que me hizo felíz, fué que pude ver que tu abu Lisa estaba orgullosa, no me dijo, pero pude notarlo - sonrió.

_Entonces abu Lisa te quiso cuando fuiste pobre - rió, enseguida Jennie rió igualmente.

_Creo que sí, no lo había pensado.

_¡JENNIE! - se escuchó la voz de Lisa en el pasillo.

_¡Aquí! - avisó la castaña.

En segundos Lisa apareció tras la puerta, esa sonrisa es lo maravilloso que Jennie pudo encontrar, aquella mujer la hacía muy felíz desde hace años, y nada parece cambiar.

_¿Qué hacen ustedes dos? - preguntó de manera divertida.

_Abu Jennie me enseña fotos - respondió Jung.

_¿Con qué ogro pequeño, no? - pronunció Jennie, alzando una ceja interrogante.

Lisa rió nerviosa.

_Amor - se sentó a su lado y besó su mejilla - me dijiste que no contara nada.

_Mmm, está bien - besó sus labios - igual ya le conté la historia - Jung asintió, estaba emocionada por la historia de sus abuelas.

_¿Ah sí? - miró a su nieto - ¿Te contó que me atropelló?

_Que no te atropellé - Jennie intervino - tú te metiste - regañó.

_Oh, vamos, Jennie. ¿Por qué me tiraría a tu auto? ¿Estás loca?

_No cambies las cosas a tu conveniencia - señaló - tú te tiraste.

_Que no me tiré - regañó.

_Yo iba conduciendo de frente, que casualidad que justo una bicicleta se mete.

_Era una calle libre. ¿Y por qué ibas a esa velocidad?

_Si hubiera ido a velocidad ya no estarías aquí.

Jung viró los ojos y levantándose, sonrió con cariño al verlas, se retiró del cuarto aún escuchandolas de fondo y salió de la mansión, sus padres estaban junto a sus amigos, estaban celebrando.

Vió en una esquina a esos niños que seguían jugando en el césped, y a pasos tímidos se acercó a ellos. Los niños detuvieron su juego del carro y lo miraron, curiosos.

_¿Puedo...jugar? - preguntó.

Los niños se miraron entre sí, y levantando los hombros, asintieron antes de sonreír.

_Nos falta un cobrador, yo soy el chófer - la niña le puso una gorra y sonrió, sus mejillas regordetas le parecieron tiernos a Jung - ¡pero cobra rápido que se nos van! - corrió a sentarse en una pequeña silla - ¡Suba, suba!

Jung sonrió y se subió a la caja de cartón, detrás de ellos habían más cajas con otro niños dentro.

_¡Paguen con sencillo, por favor! - pidió Jung.

_¡No! - intervino la niña - los cobradores no dicen por favor, solo piden - le aclaró.

_Ah, sí - asintió - ¡Pasajes, ahora! - frunció los ceños.

_¡Ese no pagó, pégale! - señaló la niña.

Los niños rieron cuando Jung saltó sobre el niño y ambos fingían pelear mientras reían.

Muchas gracias por el apoyo a esta historia, se les quiere ❤️

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Eclipse29


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