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37

Jennie esperó nerviosa, no pensaba decirlo de esa manera, había planeado algo lindo pero las circunstancias la habían llevado a eso y ahora solo tenía que esperar, pero Lisa aún no giraba.

_¿Lisa...? - preguntó por lo bajo, fue cuando la pelinegra giró a verla, dudosa.

_¿Qué es lo que dijiste?

_No me hagas repetirlo - se cruzó de brazos y desvió la mirada.

_¿Te gusto? - Jennie mantenía su mentón en alto, tratando de no verse nerviosa y solo la miraba de reojo - de quién hablamos esa noche, cuando me dijiste que te gustaba alguien, tu cita, lo de anoche - recordaba - ¿Era yo? - preguntó sin poder creerlo, Jennie aún mantenía silencio - ¿No vas a decir nada?

_¿Y qué quieres que diga? Yo ya dí el primer paso, ahora házlo tú, egoísta - le dió la espalda, ofendida.

Jennie no pudo verla, pero Lisa sonrió emocionada, la castaña la observó sobre su hombro y la pelinegra volvió a su seriedad, tampoco le iba a mostrar que tan felíz estaba si ella no lo hacía.

_Eh...sí - Lisa miraba sus uñas - también me gustas.

Jennie sonrió levemente al escuchar eso.

_¿Ah, sí? - giró a verla, aún cruzada de brazos.

_Sí...- comenzaba a ponerse nerviosa.

Ambas cruzaron miradas y fue cuando una sonrisa tímida apareció en las dos, como si fueran apenas dos niñas que se enamoran.

Jennie apretó los labios y Lisa llevó las manos atrás, lentamente se fueron acercando a pasos vacilantes, no dejando la timidez y nerviosismo de lado.

Estaban por encontrarse cuando el señor Kim abrió la puerta y ambas dieron media vuelta y regresaron a su lugar rápidamente, fingiendo hacer cualquier cosa, el mayor las vió extrañado.

_Perdón que entre así pero es que ya tengo que irme, Lisa - la pelinegra le prestó atención - regresa a tus labores, ya estás mucho tiempo aquí.

_Sí, señor - miró una última vez a Jennie y salió de la habitación.

_Nos vemos, hija, ten un lindo día.

_Igual, papá - el señor Kim se retiró.

Jennie volvió a sonreír, sí que era un lindo día.

Nayeon volvía a la escuela, caminaba cabizbaja y no le prestaba atención a nadie, no se daba cuenta que su hermana mayor la mirada de lejos, estaba preocupada por ella y por primera vez en toda la secundaria, dejaba de lado sus estudios y se enfocaba en ella.

Tzuyu frunció los ceños al notar a Sana hablando con su hermana, pero la pelinegra parecía temerosa, ambas se encaminaron al tercer piso y Tzuyu decidió seguirlas.

Cuando llegó al mismo pasillo que ambas, procuró esconderse y ver qué entraban al único baño que estaba fuera de servicio desde hace meses, todo era muy extraño para ella.

Notó que casi nadie pasaba por allí, solo unas cuantas chicas salían de la biblioteca e iban directamente al segundo piso, no entraban al fondo del pasillo.

Se encaminó a pasos silenciosos y se quedó escuchando detrás de la puerta.

_¿A dónde fuiste anoche? - era la voz de Sana, parecía molesta - te ví saliendo otra vez con ella.

_No fuí a ningún lado...

_¡Yo te ví, Nayeon! ¡¿A dónde demonios fueron?!

_No salimos...- su voz temblaba - ella...ella besó a otra chica...y decidí volver, no fuimos a ninguna parte.

Tzuyu abrió lentamente la puerta, logrando ver solo un poco a Sana y Nayeon, la japonesa sostenía del mentón a la pelinegra y su hermana solo sollozaba en silencio.

_Ya, tranquila - Sana le habló con suavidad - ¿Lo ves? Te dije que ella no te merecía - acarició su cabello con su otra mano - desde ahora solo estaré yo, ¿De acuerdo?

Nayeon tragó un nudo, asintiendo con temor, Sana se acercó a ella y dejó un beso sobre sus labios.

Beso que no duró mucho cuando Tzuyu entró y tomó a Sana de su camisa, la pegó contra la pared del baño, mirándola furiosa.

_¿Así que eras tú? - Sana trataba de zafarse, pero la más alta la tenía casi parada de puntas por su fuerza y tamaño - ¡¿Tú eras quien acosaba a mi hermana?!

Tzuyu ya había escuchado los rumores, pero la pelinegra no se lo quería contar, quizá por miedo, quizá por vergüenza, pero no tenía el valor de hacerlo.

Nayeon les dió la espalda y cerró los ojos cuando su hermana mayor tiró al suelo a la japonesa y comenzó a golpearla, toda esa rabia acumulada por culpa de ella y de Jeongyeon, se lo llevaba Sana como castigo.

Tzuyu no se daba cuenta, pero estaba causando temblores en Nayeon por aquellos sonidos de golpes, gritos y quejidos, la estaba asustando.

Nayeon decidió huir de todo eso y salió corriendo fuera del baño, no miraba hacia donde iba, solo quería estar lejos.

Iba limpiando sus lágrimas cuando chocó con alguien, ambas quedaron lastimadas en el suelo.

_¿Estás bien? - Nayeon levantó la mirada y frente a ella estaba una pequeña rubia, mirándola y ofreciéndole sus lentes que se habían caído.

_E-estoy bien...- desvió la mirada, no quería que la vean llorar.

_No veo que estés bien - se inclinó a ella para ayudarla y Nayeon aceptó su mano - quizá no me conozcas, pero sí te ví un par de veces - sonrió levemente - me llamo Dahyun.

_Y-yo...yo soy Nayeon - respondió con la mirada baja.

Lisa seguía trabajando pero esta vez de manera sencilla, solo regaba las plantas y se había colocado un sombrero del campo para el calor.

En la ventana, detrás de las cortinas, aparecía Jennie mirándola curiosa, sonreía con solo verla mientras Lisa no se daba cuenta, hasta que sintió ser observada.

Buscó de dónde podría venir hasta que a su izquierda observó a Jennie, quien la saludó con la mano tímidamente, Lisa igual lo hizo, ninguna sabía muy bien cómo reaccionar ahora.

De pronto Jennie desapareció dentro de su cuarto y Lisa esperó a que vuelva a aparecer, para su nerviosismo apareció en la puerta principal, dónde comenzaba a acercarse a pasos lentos.

_Hola...- saludó Jennie, deteniéndose frente a ella y quedando solo a medio paso.

_Hola...- sonrió admirandola, ni cuenta de daba que estaba mojando a los gallo que correteaban por las flores.

_Permiteme - Lisa tragó en seco cuando Jennie se acercó más y acomodó su sombrero, ¿Era necesario estar así de cerca?

_Jennie...- observó a los lados - nos podrían ver, van a comenzar rumores.

_Que comiencen - Jennie la miraba con amor - si fuera por mí ya le daría la entrevista a Vogue pero es obvio que es muy pronto para tí - ambas rieron.

_¿Y qué le dirías a la entrevista? - Lisa le seguía el juego, coqueteando.

_Que la gran, hermosa, millonaria y exitosa Jennie Kim, encontró el amor - jugó con las cuerdas del sombrero.

_¿Ah, sí? - siguió jugando - ¿La gran Jennie Kim tiene pareja?

_Pues claro - respondió dudosa - ¿Qué tú y yo...no somos pareja?

_Que yo recuerde no me lo haz pedido - se cruzó de brazos.

_Pero ya nos confesamos, ¿Y por qué tengo que hacerlo yo? - preguntó con las manos en la cintura.

_Qué, ¿Te da vergüenza pedirle a una jardinera que sea tu novia? - le gustaba molestarla.

_Muy bien sabes que no es eso - la señaló.

_Entonces bien - se sentó en la silla del jardín - pídeme que sea tu novia - pidió con una sonrisa.

Jennie comenzó a frustrarse y caminar en círculos murmurando cosas entre dientes, eso causaba risas a la pelinegra, sabía que Jennie era muy orgullosa y difícilmente se lo pediría.

_¡Bien! - Jennie aceptó y Lisa esperó con la piernas cruzada y bebiendo de su agua de coco. La castaña se acercó reprimiendo su orgullo y para la sorpresa de Lisa se arrodilló ante ella.

_Se supone que vas a pedirme ser tu novia, no a pedirme matrimonio - rió.

_Me dan ganas de lanzarte a la piscina - confesó.

_Ok, me callo, sigue - volvió a beber, esa sonrisa no se iba de sus labios.

_Bien...- suspiró - Lisa - la pelinegra asintió ante su nombre - ¿Quieres ser mi novia? - ofreció su mano esperando que la tomara.

_¿Solo eso? - preguntó Lisa y Jennie bufó con frustración - yo esperaba más detalles.

_¡Lo hubieras tenido si hubieras venido ayer y no regresarte cuando esa estúpida te besó! - le dió la espalda de rodillas, cruzándose de brazos e indignada, ¿Qué se había creído?

Lisa volvió a sonreír y dejando el coco sobre la mesa, caminó y se arrodilló frente a ella, mirando los ya típicos ceños molestos de Jennie.

_Sí...- respondió, acercándose a sus labios y poniendo nerviosa a la castaña - acepto ser tu novia - Jennie sonrió con cariño y cerró los ojos cuando Lisa la besó finalmente.

Las manos de Lisa fueros a sus mejillas y las de Jennie a su cintura, la pelinegra atrapó su labio inferior y entre abrió su boca para poder jugar con su lengua, dónde sacó suspiros por parte de Jennie.

Se separaron entre pequeños besos y sonrieron al apoyarse en la frente de la otra.

_¿Sabes? - pronunció Jennie al recordar - me alegra haberte aprotellado.

_Eres una imprudente - rieron.

_Deja de trabajar y ven a mi cuarto, podemos ver una serie y pasar el tiempo allí - pidió.

_No, Jennie, debo seguir trabajando, para eso me paga tu padre.

_Pero ahora soy tu novia, puedes tener favoritismo - volvió a besarla - ¿Qué dices? - sonrió.

_No, eso no sería justo.

_Ash, que honrada eres, sé un poquito mala al menos - fingió estar molesta.

_¿Quieres que sea mala? - preguntó.

_Sí, no te caería mal, te verías muy sexy - se mordió el labio.

_Mmm, está bien, seré mala - tomó la manguera del suelo.

_¿Qué hac- Jennie recibió todo el chorro de agua en la cara.

Lisa se apartó y rió a carcajadas al ver la seriedad de Jennie y su cabello desordenado en su cara, la castaña la mirada amenazante.

_Que graciosa, Lisa - se puso de pie - yo quería pasar un día tranquilo recostada en mi cama, pero ya que insistes - tomó la pequeña radio que estaba en su cintura.

_¿Qué es eso? - preguntó Lisa, extrañada.

_Solo un juguete - Jennie presionó el botón antes de hablar - suelten a los perros - sonrió con inocencia por la expresión de susto de la pelinegra.

_No serías capaz - Lisa iba retrocediendo, hasta que escuchó uno fuertes ladridos que provenían detrás de la casa, cada vez se acercaban más - ¡Jennie! - se echó a correr desesperada.

La castaña comenzó a reír cuando Lisa saltó el seto entre tropezones y cayó en una voltereta al suelo.

La pelinegra se asomó y frunció los ceños al ver la perros que ella había criado por un tiempo junto a Jennie, venían alegres y con sus respectivos vestidos, trajes y moños, bien peinados.

_Que graciosa - regañó Lisa, ahora era la castaña quien reía a carcajadas - anda, riet- no le dió tiempo de terminar cuando todos los perros saltaron a ella - ¡Quitense! ¡Pulgosos! - le lamian toda la cara - ¡Jennie! - la castaña se acercó para poder grabar - ¡Ven aquí! - Lisa la atrapó de sus piernas y la hizo caer, entre risas subió sobre ella, Jennie seguía grabando con las mascotas de fondo.

Ambas se miraron con amor y sonrieron.

_Te quiero...- pronunció Lisa, admirandola.

_Te quiero más...- limpió un poco su mejilla que tenía un poco de barro, pero no le importó, para Jennie se veía demasiado hermosa y tierna.

Volvieron a unir sus labios pero esta vez con una sonrisa entre ellas.

Nueva actualización (◕ᴗ◕✿)

Esto es lo más cursi que he escrito pero también quisiera vivirlo🚶

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