33
La situación no podía ser más vergonzoso, Lisa tenía a su madre frente a ella, en el baño, regañandola por no respetar la casa y hacer quien sabe que más cosas con su "novia".
Jennie estaba petrificada, no le quedaba de otra que solo mirar de frente y sentarse recta en la silla mientras esperaba que Lisa y su madre regresaran del baño, el regaño se escuchaba en toda la casa, sentía que ante cualquier movimiento el regaño se la llevaría ella.
Suzy estaba sentada frente a ella y la miraba fijamente.
_Así que eres mi cuñada - Jennie la ignoró, no era así pero nadie sabe el futuro - ya que eres novia de mi hermana, debes hacer todo lo posible para que me agrades, eso significa...- estiró su mano - dame dinero.
Jennie entrecerró los ojos.
_Oyeme, mocosa...
_¡No me importa! - la castaña brincó al oír ese grito - ¡Esta es la casa de tu familia y le debes respeto! ¡¿Y en mi cama, Lisa?! ¡¿Que te pasaba por la cabeza?!
_Mamá - se logró oír apenas - baja la voz, los vecinos podrían escuchar - pedía apenada.
_¡Y que me importa los vecinos! ¡¿Acaso vivimos de ellos?! ¡Te aprovechas que viven solas y Dios sabes cuántas veces habrán manchado la honra de esta casa y encima me pides que baje la voz!
_Mamá...
_¡Mamá, nada!
Jennie tragó nerviosa cuando oyó la puerta de sus espaldas abrirse, esperaba que haya sido todo.
_Bien - la señora se sentó frente a Jennie, respiraba más tranquila, parecía más relajada - Jennie, ¿Verdad? - sonrió amablemente.
_Sí...- observó a Lisa llegar detrás de su madre, se sobaba el trasero y hacia gestos de dolor, ahora entiende que fueron esas palmadas de hace rato - soy Jennie.
_Bien, perdona por todo este alboroto - sonrió - eh...¿Te puedes limpiar mejor? - señaló su cuello y Jennie asintió, aún tenía mucha harina en el cuello - gracias - sostuvo las manos de Jennie y sonreía felíz, la castaña miraba a Lisa en busca de alguna explicación - así que eres novia de mi hija, me alegra que haya conseguido a alguien tan linda como tú.
_Señora, lo que pasó fue que...
_Mira, ya no es necesario mentir, yo no tengo ningún problema, pero eso sí - recalcó - la casa se respeta - miró su cuello.
Jennie trató de cubrirse con su mano, estaba sintiendo mucha vergüenza.
_Señora - pronunció más segura - no es mi intención mentirle y no lo voy a hacer, su hija ya se lo explicó, bebimos y no supim-
_¿Bebieron? - preguntó la señora. Jennie pudo ver a Lisa detrás de su madre haciéndole gestos desesperados, pidiendo que se detenga - Lisa - la pelinegra se congeló en su lugar.
_¿Si, mamá? - respondió nerviosa.
_¿Desde cuándo bebes? - giró a verla.
_Yo...desde hace...- su madre la regañó con la mirada por demorarse - desde hace un año - desvió la mirada.
_Uy, te mintió, mamá - pronunció Suzy avivando la tensión.
_Luego hablaremos de esto, Lisa - volvió a mirar a Jennie - Y también hablaré con usted - sonrió y se puso de pie - nos dijeron que solo podríamos venir unos minutos, pero fue un gusto conocerla, vámonos, Suzy, despídete de tu hermana - se acercó a la puerta.
_Nos vemos, Lisa - tomó la mano de su madre y Lisa le sonrió levemente - y tú - señaló a Jennie - me debes dinero.
Salieron de casa y tanto Jennie como Lisa, suspiraron aliviadas.
_¿Por qué no le dijiste lo que pasó? - reprochó Jennie, no quería que su padre se enterara si no era verdad.
_¿Y qué querías que le dijera? Mi mamá es criada a la antigua, si nos besamos y hacemos más "cosas", debemos ser pareja sí o sí - se sentó en la cama, dejándose caer de espalda para echarse - solo finge y ya.
_¿Me estás diciendo que debo fingir ser tu novia cuando está tu madre? - se sentó a su lado, cruzándose de brazos.
_No es para tanto, quizá venga una vez al mes, para cuando vuelva a venir le diré que terminamos y listo.
_Si tú lo dices - viró los ojos - con tal que no me vuelvas a besar.
Lisa rió sin poder creerlo.
_¿Yo? - se apoyó en sus codos - que gran mentira, Jennie.
_¿Mentira? - giró a verla - bien que estabas emocionada - la enfrentó - basta con solo verme - señaló sus marcas - ¿Siete, Lisa? ¿Me viste cara de postre?
La pelinegra se puso nerviosa, pero no dejó que se notara.
_Puedo apostar que quien estaba emocionada eras tú - encaró.
_No tienes pruebas - se acercó más, mirándola desafiante.
_Basta con solo verte - se sentó - te mueres por mí.
Jennie rió, ofendida.
_¿Yo? No me voy a fijar en una salvaje como tú.
_Ni yo en una niña mimada.
_Idiota.
_Babosa.
_Tosca.
_Fragil.
Se miraban de cerca, desafiantes.
_¿Se van a besar? - ambas miraron a Suzy quién las miraba desde la puerta - mi mamá dijo que no debo ver eso, pero necesito el bolso - señaló el que estaba en la mesa.
Ambas se separaron y miraron a otro lado, nerviosas.
Suzy tomó el bolso y se acercó a la puerta, pero antes de salir volteó a verlas.
_Se ven lindas juntas - sonrió antes de salir.
Lisa recibió una almohada en la cara al instante.
_¡¿Y ahora porqué?! - se quejó.
_¡En el bolso estaba Bartolo! - señaló, el pequeño gallito había sacado la cabeza un instante antes de que Suzy lo volviera a meter - ¡Se lo van a comer! - salió corriendo.
_¿Eh...? - no había entendido a la primera - ¡Mamá! - corrió a alcanzar a Jennie - ¡Mamá, ese gallo no se come!
En la tarde Jeongyeon se había ofrecido a ayudar a Lisa en pintar y remodelar un poco su casa, había recibido un mensaje de su amiga diciendo que en la noche no podrían salir con ella, y Jeongyeon, tan caballerosa como siempre, tenía que estar allí para ayudar.
Mientras Lisa estaba en el techo, Jennie y Jeongyeon se encontraban sacando las viejas sillas y mesa a la calle, con el dinero que la pelinegra había juntado por esos meses de su sueldo, iba a dar un mejor aspecto a su hogar.
_Sigo sin entender porqué usan eso - la pelicorto dejó la silla en la calle, hacía mucho calor para que usarán bufandas.
_Sigue sin entender - Jennie dejó otra silla.
_¡Hey! - Lisa llamó de pie en el techo - ¡Atrapen esto! - asomó las viejas tablas que usaban para cubrir el agujero.
Jennie recibió la primera, seguida por Jeongyeon, dejaron la tablas en orden y la pelinegra se asomó con cuidado para poder bajar.
_¿Alguien me ayuda? - pidió.
La castaña iba a ir pero su amiga le había ganado, Jennie murmuró de cosas y solo se limitó a mirar como Lisa le agradecía con una sonrisa mientras Jeongyeon la seguía sosteniendo de la cintura.
Jennie pateó el suelo de la rabia y mandó a volar a su gallo que cruzaba frente a ella, quedando en shock.
_¡Federico! - fue a su ayuda.
Jeongyeon rió por la actitud exagerada de Jennie, solo era un gallo.
_¿Puedes creerlo? - giró a ver a Lisa, pero ella no estaba, la buscó con la mirada y la encontró al lado de Jennie consintiendo al pequeño animal - ¿Eh? - pronunció extrañada.
Habían vaciado y limpiado la casa por completo, las cosas más importantes se encontraban en una esquina y las que iban a cambiar se encontraban fuera.
Ahora cada una pintaba una pared, sus rostros, brazos y ropa, ya estaban manchadas de pintura y sus cabellos levemente despeinados por el sudor.
Jennie giró a ver a Jeongyeon mientras seguía pintando, ella ya estaba acabando y parecía que su intensión era ir al lado de Lisa, solo le faltaba una cuarta parte de la pared, la castaña gruñó y comenzó a pintar rápidamente, ella no le iba a ganar.
Jeongyeon sintió salpicaduras en su rostro y giró a ver a su derecha, Jennie pintaba como una loca sin detenerse.
_¿Alguien podría ayudarme? - preguntó Lisa desde su lugar.
_¡Yo! - mencionaron ambas a la vez, de inmediato se miraron con los ceños fruncidos.
_Solo necesito una - las miraba extrañada.
_Yo ya acabé, a ella le falta - Jennie llegaba a su lado, la pelicorto solo viró los ojos y siguió con su trabajo - ¿Qué quieres? - se cruzó de brazos.
_Mira, ten - le dió dinero - necesito que vayas a comprar una gaseosa, no te demores, ¿Sí? - giró para seguir pintando.
Jennie pudo escuchar la risilla de Jeongyeon y eso hizo que apretara las monedas en un puño.
_Claro...- la castaña fingió una sonrisa - ahora vuelvo - se dirigió a la puerta.
La pelicorto esperó a que Jennie se vaya por completo y sonrió al ver que no tendría alguna interrupción, dejó la brocha en la cubeta y giró para poder ir donde estaba Lisa.
Lo que no se esperaba era ver a siete gallos resguardando la espalda de Lisa y mirándola fijamente, o bueno...eso era lo que parecía, o quizá el calor la estaba volviendo loca.
_Lisa...- se acercó con precaución y llegó a su lado - me alegra saber que te está yendo bien - sonrió - ¿Cuál es tu próximo plan de remodelación?
_La cocina - sonreía mientras se quitaba pintura de la mejilla - mi madre ama su cocina, siempre deseó tener nuevos utensilios, quiero darle esa alegría.
_Y lo harás - la admiró, orgullosa - y verás que será pronto.
Lisa se sintió nerviosa por su mirada y sonrió evitando verla, Jeongyeon sabía lo que provocaba, siempre había sido así con cualquier persona.
_Espera...- la pelicorto detuvo a Lisa antes de que retroceda y guío su mano a su mejilla - aún tienes pintura - usó como escusa, acarició su piel y la miró directo a los ojos, Lisa no sabía cómo reaccionar, solo miraba a otro punto que no sea su mirada.
Jeongyeon tuvo la intensión de acercarse cuando Jennie entró de inmediato y frenó en medio de la sala, fue cuando Lisa se alejó.
_Listo - respiraba agitada, había corrido en cuanto salió de casa - aquí está...la gaseosa - se apoyó en sus rodillas, cansada - no lo abran aún, ¿Sí?
_¿Por qué corriste? - preguntó Jeongyeon.
_Porque quise hacer ejercicios, ¿Está bien? - respondió de mal humor, no le iba a dar ni un minuto de chance a su amiga, aunque no tendría sentido ya que ella le dijo que Lisa no la gustaba, pero por si las dudas, es mejor prevenir.
Los días fueron pasando, Lisa se había enganchado con la novela y la veía junto a Jennie, no se perdían ni un capítulo, era sorprendente que aún esté al aire dos años después de su estreno y que aún no acabe.
La castaña aprovechaba cada momento para acercarse a Lisa y la pelinegra le correspondía indirectamente, tanto era su orgullo que ninguna sé atrevía a mostrar su cariño como realmente lo era.
Sus manos se rozaban cada vez que veían la novela y comían alguna galleta o dulces del tazón, lo repetían como si no dieran cuenta y cada cierto tiempo se miraban con disimulo.
Jennie quería ser quien diera el primer paso, quería tragarse su orgullo y expresar sus sentimientos, pero no en ese momento, no cuando no tiene el lugar y los detalles que quisiera para ese día especial, esperaría hasta que se cumpla el último mes y para ese día faltaba muy poco.
En cuanto a Jisoo, cada día que pasaba se encariñaba más con la pequeña rubia, era alguien quien siempre la hacía reír y quién la acompañaba en todo momento, podría decirse que comenzaba a gustar de ella.
Y Rosé, sus sentimientos eran lo contrario, no habían cambiado en absoluto y solo tenía que reprimir sus celos cuando veía a Jisoo y Chaeyoung coquetear o sonreír en la recepción.
Sabía que ya no podía hacer nada, ella había decidido no creerle, pero tampoco era su culpa, si alguien te miente desde un comienzo, ¿Por qué creerle cuando te pide que lo hagas? Uno ya no sabe si en realidad te está siendo sincero.
El día había llegado, Jennie tenía que volver a su gran mansión y regresar a su antigua vida llena de lujos.
Pero Lisa no podía evitar estar entristecida, la castaña dormía a su lado y no se percataba que la pelinegra estaba sentada y apoyada en el respaldo de la cama.
Sostenía en sus manos la foto de aquel día en la feria, sintiendo una extraña sensación de vacío en el pecho al imaginar que Jennie ya no iba a estar junto a ella.
Suspiró y giró a ver a la castaña, ella dormía boca arriba y con la cabeza colgada a un borde de la cama, eso hizo reír a Lisa.
La pelinegra tomó con cuidado los hombros y cabeza de la castaña, y la atrajo un poco a ella, no se esperó que Jennie se acurrucara a ella y la abrazara de la cintura entre sueños.
Lisa sonrió con tristeza y acarició con suavidad su cabello, debía dejar sus pensamientos de lado, Jennie iba a irse y era algo que no podía evitar, es su vida y ella solo había llegado por un tiempo para ayudarla, así tenía que ser.
La alarma del celular sonó, dando aviso al nuevo día y dando por finalizado la convivencia de Jennie y Lisa.
Nueva actualización (◕ᴗ◕✿)
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