24
Había pasado ya media hora desde que estaba lloviendo, Lisa y Jennie estaban en una esquina de la casa buscando que la lluvia no les cayera, la castaña estaba detrás de Lisa y ella daba leves caricias a su mano, tratando de calmarla mientras vigilaba que nadie viniera, ya era de noche y en una calle poca transitada podría ser peligroso.
Un trueno nuevamente se escuchó y Jennie apoyó su cabeza en la espalda de Lisa, aún sentía demasiado miedo, era algo que no podría controlar.
_Ya...ya está pasando - avisó Lisa después de diez minutos más, poco a poco la lluvia comenzaba a parar.
Gotas de lluvia caían por su mentón y su cuerpo temblaba ligeramente por el frío, su ropa estaba empapada y su cabello se pegaba a su rostro mojado.
_¿Segura? - Jennie levantaba la mirando, no soltaba la mano de Lisa.
La castaña solo tenía parte de su cabello algo húmedo, gracias a qué Lisa la cubría y que era ella quien tenía la silla de plástico sobre la cabeza.
_Ven - la guío con cuidado a la puerta, temía que resbalara - espérame aquí, ¿Sí? T-trataré de entrar por arriba y t-te abriré - temblaba.
En otra situación Jennie se hubiera burlado que la casa de Lisa no tuviera ventana, pero ahora solo deseaba estar dentro y sentirse protegida.
Jennie asintió y soltando su mano, Lisa se acercó nuevamente a un extremo junto a la silla, la acomodó para poder subir cuando escuchó el llamado de Jennie.
_Lisa...- la castaña retrocedió con temor, la pelinegra siguió su visión y un hombre parado en medio de la autopista la mirada, estaba igual de empapado y su ropa estaba sucia y rota, pero lo que hizo que Lisa vuelva al lado de Jennie y volviera a ponerse frente a ella en modo de protección, era el cuchillo que el hombre sostenía en una de sus manos.
_Tranquila...- volvió a tomar su mano - se va a ir...- susurró.
El hombro dió un paso adelante, seguido de otra y fue avanzando lentamente a ellas, Lisa estaba nerviosa, también tenía miedo, pero debía cuidar a Jennie.
El hombre se detuvo frente a ellas y Lisa no bajó la mirada, mirándolo fijamente.
_El dinero - pronunció - denme el dinero que tengan.
_No tenemos dinero - respondió Lisa.
_Mienten - observó a Jennie y ella se escondió aún más detrás de Lisa - reconozco una fina ropa como los que está usando ella, denme el dinero - apretó el cuchillo.
_Ya le dije - respondió nuevamente Lisa - no tenemos dinero.
_¡Que me den el maldito dinero!
Lisa aprovechó su enfado para irse contra él y golpearlo de inmediato, Jennie gritó del susto al ver cómo ambos caían y el hombro la hizo girar y levantó el cuchillo para atacar a Lisa, la pelinegra sostuvo su brazo con ambas manos en el momento justo.
Pero la energía se le estaba yendo, el tipo era mucho más fuerte.
Jennie, así sea asustada, corrió y le propinó "fuertes" golpes en la espalda del hombre.
_¡Déjela! ¡Déjela! - lo golpeana por todas partes - ¡Déjela! - notó que su ayuda no estaba dando resultado y que Lisa estaba perdiendo fuerza, e hizo la primera idea que se le ocurrió.
Lisa vió absorta como Jennie corría lejos sin ayudarla.
_¡HIJA DE P....- detuvo su hablar cuando notó que Jennie regresaba corriendo con una piedra en sus manos.
_¡Déjela! - el hombre giró a verla y la piedra se estrelló contra su frente y naríz, Jennie había hecho un gran lanzamiento desde lejos.
El hombre cayó inconsciente a un lado y Lisa se arrastró lejos de él, lo vió asustada cuando no esperó que Jennie corriera a su lado y tomara su mejillas para verla.
_¿Estás bien? - Jennie la miraba preocupada, observaba su rostro en busca de alguna herida - ¿No te hizo nada? - Lisa estaba confundida, pero tampoco quitaba la mirada de ella.
_Estoy bien...- pronunció - no me hizo nada.
Jennie sonrió levemente, hasta que se dió cuenta de lo que estaba haciendo, apartó de inmediato sus manos y volvió a fruncir sus ceños, Lisa nuevamente se extrañó cuando Jennie la empujó lejos de ella.
_Mirate - se puso de pie y cruzó sus brazos - tengo que ayudarte, ¿No te da vergüenza? - le volteó la cara - y así dices saber pelear - caminó hacia la puerta a esperarla - que risa.
Lisa tuvo que controlar sus pensamientos, darle con el chicote no era lo correcto.
La pelinegra se levantó y fue nuevamente a la silla, comenzando a subir.
_Tú vigila a ese tipo - comenzaba a trepar - y si te lleva - giró a verla - dale las gracias de mi parte.
_Eres una - Jennie no pudo alcanzarla, Lisa había subido de inmediato.
Después de que Lisa haya entrado por el agujero del techo, que por cierto, tuvo que romper más de la cuenta, llamaron a la policía y ellos se llevaron al sujeto.
¿Que si iba a ir preso? Bueno, el padre de Jennie se enteró así que está en muy graves problemas.
_Creo que es hora de ir a casa - Jisoo seguía en el taller, ya todo estaba cerrado pero dentro había decidido pasar más tiempo junto a Rosé.
Se encontraban recostadas en un colchón en el suelo, no dejaban de verse con cariño y Jisoo acariciaba su mentón y parte de su mejilla, le parecía tan hermosa, casi irreal.
_¿No me puedo quedar? - preguntó Rosé, casi en un murmullo.
_Tu hermano se molestará - respondió.
_No me importa...
_¿Y dónde piensas dormir? - Jisoo sonrió cariñosamente - ¿La chica adinerada piensa dormir en un colchón?
_La chica adinerada solo quiere estar al lado de la mecánica - sonrió.
_Eres muy linda - la mirada de ambas brillaban, se sentían tranquilas en la compañía de la otra.
_Jisoo...
_¿Sí?
Se podía sentir la tensión que había entre ellas, no atreverse a acercarse las ponía nerviosas.
_¿En verdad...te gusto?
_Mucho - unió sus manos, acariciándola - ¿Por qué viene esa duda?
_Es que...mi hermano - bajó la mirada, pensativa - me dijo que solo te interesaba...por mi dinero, y que luego me dejarías.
Jisoo notó la tristeza en sus ojos y tomando su mentón con cariño, hizo que la mirada.
Rosé cerró los ojos cuando Jisoo la besó con dulzura, y volvieron a verse cuando se separó.
_Creeme, que lo que menos me importa, es tu dinero, Rosé - sonrió admirandola - solo me interesas tú, no necesito dinero.
Jisoo volvió a sonreír cuando Rosé se abrazó a ella, la pelinegra era la primera ilusión de Rosé, se lo había dicho, y Jisoo no iba a decepcionarla.
_Está bien - pronunció Jisoo - puedes quedarte a dormir aquí.
_¿En el taller? - Rosé estaba escondida en su cuello.
_Ya es muy tarde para ir a casa, mejor quedemonos aquí.
_¿Ya? - Lisa cargaba a Jennie desde sus rodillas, la castaña ponía tabla por tabla en el techo, pero esta vez desde dentro de la casa - dios, sí que pesas.
_Ya, bájame - Jennie se sostuvo de los hombros de la pelinegra y Lisa la bajó con cuidado sobre la cama.
_Al fin - se masajeó la espalda - voy a descansar un rato - se recostó en la cama - tú prepara algo para comer - sonrió.
_¿Acaso soy tu sirvienta? - Jennie se quejó.
_Jennieeeee...- esta vez fue Lisa quien pataleó como niña - estoy cansada, te cargué, me duele la espalda ¿Puedes solo cocinar algo? - se cubrió por completo con las sábanas.
_No - Jennie alzó las sábanas y también se recostó, dándole la espalda - hazlo tú.
_¡Jennie!
_¡Lisa! - le gritó igualmente.
_¡Ash! Está bien - se levantó de mala gana - todo tengo que hacerlo yo, porque la señorita Jennie Kim no sabe cocinar.
_Aquí te espero - Jennie estaba por prender la tele cuando Lisa la destapó y tomó sus brazos para cargarla - ¡Oye! ¡Déjame!
_Vas a cocinar conmigo - la llevaba sobre su hombro, cuando comenzó a sentir mordidas en su espalda baja - ¡Deja de morderme!
_¡Entonces bájame!
_No quiero.
_Entonces no me detengo - continúo mordiendo.
_Sigue y verás - advirtió.
_Uy, que miedo - continuó. De pronto Jennie se aferró a su cintura cuando Lisa comenzó a dar vueltas - ¡Me detengo! ¡Ya! ¡Si voy a cocinar!
Lisa sonrió y siguió su camino a la cocina, la bajó con cuidado y cuando estaba a punto de hablar, Jennie corrió nuevamente a la cama.
Lisa fue trás ella y tomando su muñeca la hizo girar, Jennie chocó su cuerpo contra el de Lisa y ambas cayeron sobre la cama cuando la pelinegra no pudo frenar.
Jennie tragó en seco cuando tuvo el rostro de Lisa a solo centímetros de ella, y por alguna rara razón que Lisa aún no entendía, no podía apartar la mirada de esos ojos chocolatosos.
Jimin seguía manejando su auto por las calles donde vivía la mecánica, llevaba así desde hace veinte minutos, estaba preocupado, al principio solo quería regañarla, pero al encontrar el taller cerrado y que su hermana no le conteste sus llamadas, hacía que su imaginación le jugara una mala pasada.
_Contesta - pedía casi como súplica, nuevamente su hermana no respondía - por favor...- sus ojos comenzaron a cristalizarse, lo que le había dicho aquel día, no quería que en realidad pase, sentía que si le pasaba algo sería su total culpa - vamos, responde.
Colgó la llamada y detuvo su auto cuando observó que las rejas de la calle ya estaban cerradas, no había manera de salir, las rejas se abrirían en la mañana.
Observó asustado a su al rededor, habían algunas personas fuera, las calles era pocas iluminadas y él estaba allí, solo.
_Mira a quien me encuentro aquí - Jimin miró al frente y se dió cuenta que quien le hablaba era el primo de la mecánica - yo que tú voy a algún lugar ahora, porque no es por hablar mal de mi barrio, pero a estas horas es muy peligroso que estaciones este lujoso auto aquí.
Suga comenzaba a irse con su bolsa de pollo y papas de la señora Lely, cuando se detuvo y sonrió al escuchar al chico con miedo:
_Espera - estaba pensativo, se rebajaría a ese nivel, ¿En serio lo haría? Jimin tembló cuando escuchó un disparo a lejos - guíame a tu casa - pronunció con vergüenza, ni siquiera quería mirarlo - te pagaré, solo necesito quedarme una noche.
_Mmm - fingió pensarlo - está bien - sonrió y trepó encima del carro para saltar al lado contrario e ingresar - retroceda que yo le guío - se recostó con confianza y con los pies arriba, Jimin se aguantaba tanto la ira que se le notaba la vena del cuello - apúrate o me voy - regañó.
Jimin no tuvo otra opción que obedecer.
_Quitate...- pronunció Jennie por lo bajo, pero no sonaba como una orden.
_Sí...lo siento - Lisa se quitó y se sentó a su lado al igual que Jennie, ninguna quería verse, estaban muy apenadas - creo...que iré a cocinar - se puso de pie, nerviosa - tú...solo quédate - se apresuró a llegar a la cocina.
_Sí...- asintió - ¿No querías ayuda?
_¡No! - gritó desde la cocina - ¡Puedo sola! - las ollas se le cayeron de lo nerviosa que estaba.
_¿Qué pasó? - Jennie aparecía en la cocina.
_Nada, solo se me resbalaron - se inclinó para recogerlos.
Jennie se inclinó frente a ella para ayudarla, solo eran cinco pequeñas ollas, no entendía porqué la ayudaba.
_Gracias - Lisa levantó la mirada al escuchar a Jennie - por cuidarme allá afuera - la castaña, dudosa por lo que iba a hacer, se acercó a Lisa y dejó un corto beso en su mejilla.
La pelinegra quedó sorprendida, Jennie se puso de pie y aparentó estar tranquila mientras iba a la habitación, al llegar soltó rápidamente un suspiro de alivio, ¿Qué demonios le estaba pasando?
Nueva actualización (◕ᴗ◕✿)
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