20
Lisa ahora se arrepentía, no debió gritarle así a Jennie, la hizo llorar y escucharla solo causaba más culpabilidad en ella.
¡Pero es que la saca de quicio!
_Jennie...- Lisa llevaba cinco minutos tras la puerta, buscaba la manera en que la perdonara - en verdad lo siento, me dejé llevar y eso no estuvo bien.
_Vete - respondió Jennie, estaba hecha bola sobre la cama y la sábana la cubría por completo - eres una salvaje.
_No, Jennie...
_Deja de llamarme por mi nombre - pronunció con enfado - dirigite a mí como señorita - ordenó.
_Jennie, ya no estoy trabajando para tu familia - respondió con voz suave - ¿Puedo pasar? Quisiera hablar contigo.
_No - se envolvió con la sábanas como si fuera un gusano y se pegó a la pared, dándole la espalda a la puerta, eso hacia siempre que estaba triste, la hacía sentir como un abrazo, ya que no tenía quién la consuele en los momentos en que necesitaba a alguien.
Como dijo la sirvienta, su padre casi no paraba en casa por temas del trabajo, es una de las razones por la cual Jennie odia a esa empresa.
_Por favor - Lisa volvía a insistir - déjame pasar.
Jennie lo pensó un instante y queriendo un poco de compañía, aceptó.
_Solo cinco minutos - respondió. Lisa se asomó tras la puerta y encontró a una oruga rodando para poder verla - habla rápido - tenía los ceños fruncidos, unos muy tiernos.
_Primero, te pido que me disculpes, no debí gritarte - se acercó a la cama, sentandose al lado de Jennie - ¿Me disculpas? - la miró a los ojos, Jennie negó lentamente - ¿Por qué?
_Yo sabré cuando perdonarte - Lisa sonrió levemente.
_Está bien - se apoyó en la cama con sus manos detrás - lo otro que quería decirte, es que yo no hago esto con el afán de molestarte...digo, yo quisiera tenerte lejos de mí - cerró la boca cuando vió la mirada asesina de Jennie - omite lo que dije, lo que quiero decir es que acepté porque tengo deudas, ¿Está bien? ¿Y si tenerte aquí significa poder salvar mi casa? Pues lo haré, lo siento.
_No quiero estar aquí...- Jennie volvió a girar frente a la pared - se escuchan grillos, la cama es dura y hay poca iluminación, y cuando pasa un auto pienso que es temblor, me asusta.
_Es cuestión de acostumbrarse.
_Claro, lo dices como si fuera fácil.
_Adaptarse a algo nuevo no es fácil, pero tú solo lo harás por unos meses, ¿Sabes porqué lo hizo tu padre?
_Quiere cambiarme - volvió a girar - no necesito cambiar nada, yo soy perfecta - volvió a darle la espalda - mejor que cambie él.
_Tratar mal a los que no son de tu clase social, no está bien.
_Si no les gusta entonces que mantengan su lugar - respondió de mala gana - y tú también, ya largo - la empujó de la cama con sus pies.
_¡Oye! - Lisa había caído de trasero - ¿Ves? ¡De eso estaba hablando! Estábamos teniendo una conversación y lo arruinas.
_Ya no quiero más conversación, vete.
_Como gustes, ni quería seguir contigo - caminó a la puerta.
_Ni yo contigo - le sacó la lengua y volvió a esconderse en la pared.
Ya había anochecido y Rosé caminaba junto a Jisoo, su fiel bicicleta también las acompañaba, habían pasado un lindo día y a la mecánica cada vez más le agradaba aquella rubia.
_¿Sabes algo? - Rosé mantenía sus manos atrás, estar junto a la pelinegra la ponía nerviosa.
_Dime - caminaban por las sombras de los árboles, las luces de los faroles alumbraban una parte de su camino y solo se escuchaba el sonido de las hojas chocar entre ellas.
_Cuando era pequeña siempre pensé en que hubiera estado bien no tener tanto dinero como lo tiene mi familia.
_¿Por qué? Eso es lo que desea todo el mundo, dinero.
_No - giró a verla - no solo es el dinero, es el dinero y el amor, ninguno puede sobrevivir sin el otro, se necesitan.
Jisoo rió ligeramente, Rosé se veía alguien muy soñadora.
_No es así, yo podría estar ahora en París con unas copas, soltera y sería felíz - respondió.
_Sabía que dirías eso - respondió tranquila, esto llamó la curiosidad de Jisoo - "podría estar en aquel lugar y sería felíz", lo dice alguien que no goza de mucho dinero, "el dinero no compra la felicidad", lo dice alguien al cual le sobra mucho dinero, ¿Lo ves? Ambos se necesitan.
Rosé siguió caminando y Jisoo se detuvo un momento, observándola, aquella ideología le había parecido tan atractivo en ella.
_Espera - Jisoo se apresuró en alcanzarla - ¿Por qué pensabas eso cuando eras niña?
_¿Qué emoción hay en tener nuevas cosas cuando sabes que con solo pedirlo lo obtendrás? Al pasar de los días se vuelve aburrido. En cambio veía como los demás niños se emocionaban tanto por solo una muñeca Barbie o un pequeño carro que hasta saltaban de la alegría. Yo quería experimentar eso, yo lo tenía todo.
_Entonces mi regalo no te sorprenderá - Jisoo pronunció con la mirada baja.
_¿Cuál regalo? - ambas se detuvieron.
Jisoo se mostró apenada, llevó su mano a la canasta de su bicicleta y rebuscó dentro de una bolsa, de ella sacó un pequeño collar plateado, pero el detalle de la imágen que llevaba con ella, hizo enternecer el corazón de Rosé.
La silueta de una ardilla.
_Yo...cuando lo ví lo único que pensé es cuando te vi comer, tus mejillas eran graciosas, así como las de una ardilla - rió nerviosa - y pensé que tal vez te gustaría.
_Me encanta - Rosé sonrió con un brillo en los ojos - me encanta mucho.
_¿Sí? - jugó con el collar entre sus dedos - no costó mucho y pensé qué...
_Jisoo - detuvo sus manos nerviosas con las suyas - no es importante cuánto costó, en serio me gusta mucho.
La pelinegra sonrió ante sus palabras, pensó que las personas con dinero eran...como una tal Jennie, según lo que su amiga Lisa le contó, pero ahora puede negarlo, Rosé parecía alguien diferente.
_¿Puedo? - se ofreció en ayudarla con el collar y la rubia asintió, tomando su cabeza en una coleta para darle mayor facilidad.
Rosé esperó que Jisoo vaya detrás de ella para ayudarla, en cambio Jisoo se acercó a ella, colocando nerviosas a ambas.
La pelinegra llevó sus manos temblorosas al rededor de su cuello y acercándose más a ella para poder ver mejor, terminó abrochando y acariciando parte de su cuello al deslizar sus dedos por la cadena del collar hasta la figura de la pequeña ardilla.
Ambas buscaron la mirada de la otra, no perdiendo su cercania, Jisoo observó sus labios y Rosé respondió mordiendolos al sentirse más nerviosa.
La pelinegra se acercó lentamente y posó con suavidad sus labios sobre los de ella, ambas cerraron los ojos ante el contacto, sintiendo perderse de todo lo que las rodeaba.
Jennie mantenía los ojos semiabiertos, apenas estaba cediendo ante el sueño después de que los extraños ruidos sobre el techo de calamina no la dejaran dormir.
Sus ojos estaban cerrando lentamente, ya quedándose dormida cuando el maullido de unos gatos comenzaron a hacer ruido.
Eran tan leves que aún no interrumpian el reciente sueño de Jennie, cuando de pronto el techo estalló en ruido como si estuvieran bombardeando a la llorona.
Jennie saltó de la cama del susto y en medio de un grito corrió a la habitación donde estaba durmiendo Lisa.
La pelinegra abrió los ojos y notó un gran bulto a su lado, era Jennie quien se había metido debajo de las sábanas por el miedo.
Lisa suspiró y tuvo que levantarse para poder salir afuera y echarle agua a eso gatos peleoneros.
_Listo - la pelinegra regresaba somnolienta - ya no están, puedes regresar - volvió a acostarse.
_No, ni loca regreso a ese cuarto - seguía debajo de las sábanas - me quedo aquí.
_¿Piensas dormir conmigo?
_Si eso significa no brincar del susto, pues sí, me quedo, tu casa es una pesadilla.
_Como quieras, no me interesa - solo deseaba seguir durmiendo. Otro ruido volvía a sonar y Jennie se pegó más a la jardinera - quitate - Lisa empujó a Jennie con los pies y la votó de la cama, la castaña volvió a subir rápidamente.
Media hora después, Lisa dormía boca abajo y Jennie completamente estirada sobre ella, su cabeza colgaba a un borde de la cama, había patepado las sábanas al suelo sin darse cuenta.
En casa de la familia Kim, Suzy junto a su madre dormían en la misma cama, no querían dormir separadas, mientras el señor Kim había ido a la cocina por un vaso de agua.
Abría la refrigeradora cuando un repentino dolor le llegó al pecho, sujetó la zona del dolor y apretó la mandíbula para poder aguantar.
Se quejó en silencio y respiró agitado cuando el dolor fue calmando, este era el segundo dolor en el día, ya no podía perder más tiempo, necesitaba a alguien en quien dejarle su empresa, lo necesitaba lo más pronto posible.
Nueva actualización (◕ᴗ◕✿)
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