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Jennie miraba incrédula a la pelinegra, la chica le gritaba pero ella apenas y podía escuchar murmullos por tener las ventanas del auto cerradas.
_¿Jennie? ¿pasó algo?
_¿estás bien? - sus amigas preguntaron por el fuerte ruido que habían escuchado - ¿necesitas que volvamos? - agregó Rosé.
_Estoy bien - respondió, la chica seguía reclamandole - solo tuve un pequeño accidente, pero ahora las alcanzo - ignoró por completo a la pelinegra y comenzó a avanzar, dando una leve curva para esquivar la bicicleta que aún seguía en el suelo.
_¡Hey! - Lisa caminaba a un lado del auto, golpeando levemente la ventana para que la castaña le prestara atención - ¿Qué cree su hace? ¡detenga el auto! ¡debe pagarme! - el auto terminó de esquivar la bicicleta y fue aumentando la velocidad, al igual que Lisa - ¡Detengase! ¡Hey! - golpeaba más fuerte, pero la chica no se detuvo y dejaba atrás a Lisa.
La pelinegra frenó sus pasos y regresó corriendo por su bicicleta, la recogió rápidamente y se subió sobre él, pedaleando de inmediato, iba detrás del auto.
_Chicas, ya salí - avisó Jennie más tranquila - eso a sido una pesadilla, es un lugar horrible - hizo una mueca de desagrado.
_Solo fueron ocho minutos - Jeongyeon reía al ver su reloj.
_Sí, solo fueron ocho minutos y fue un completo asco, imagínate vivir en esa asquerosa calle con ese tipo de gente - bufó.
_Miraban mucho mi auto - comentó Rosé.
_El mío también - Jeongyeon.
_¿Lo ven? Seguro ya estaban planeando robarnos, toda esa gente deben ser unos delincuentes - se relajó en su asiento - pero ya pasó, ya no tengo que volver a esa calle.
Lisa la seguía a unos metros.
_Entonces, ¿está de acuerdo con nuestro trato? - el señor Kim esperaba la respuesta de su socio, pero este estaba pensativo - puedo darle un par de días para que lo piense.
_No es necesario - se puso de pie, el señor Kim imitó su acción - le seré sincero, su oferta en muy tentadora, pero no quiero a mi hijo con una mujer como los es su hija Jennie.
_No lo entiendo...¿qué es lo que no le gusta de mi hija? Es una buena chica.
_Desde que usted me propuso la idea, mandé a que investiguen un poco sobre su hija, ya sabe, necesito la mejor opción para mi hijo. Y lo que dicen sobre ella, no le favorece en nada, la mayoría de los personales de distintas sucursales dicen haber recibido mal trato por parte de su hija, además de decir que es una chica malhumorada, egocéntrica, berrinchuda y sobre todo, una malcriada, definitivamente no quiero a alguien así para mi hijo, mucho menos para mí familia.
_Pero...
_¿me va a negar lo que dicen de ella? - el señor Kim se mantuvo callado por unos segundos y solo bajó la mirada al suelo, avergonzado - me hubiera gustado que mi hijo se convierta en dueño de su empresa, pero quiero que sea feliz y que tenga una buena familia, y sé que su hija podría darle mas dolores de cabeza que una vida feliz - tomó su maletín - lo siento, pero no acepto su trato, espero que esto no interfiera en nuestras empresas.
_Sí...entiendo - respondió decaído - no se preocupe, esto queda fuera de los negocios.
_Entonces quedamos para mañana.
_De acuerdo, hasta luego - Rosé y Jeongyeon se despedían de la castaña, la llamada finalizaba y Jennie se detenía frente a su mansión.
_"¿Señorita Jennie?" - escuchó por el intercomunicador.
_Dejame pasar - ordenó con mal humor.
_"Entendido"
Las rejas se abrieron para darle paso y ella ingresó, siguió conduciendo unos metros más hasta llegar a la entrada de su mansión y fue cuando finalmente se detuvo. Bajó del auto y cerró la puerta, iba a dejar sus bolsas de compras dentro, luego sus empleados se encargaban de subirlos y estacionar el auto en su lugar.
Iba a subir las pequeñas escaleras que daba a la puerta cuando repentinamente tomaron su muñeca y la hicieron girar con fuerza. Jennie miraba sorprendida a la pelinegra que aún sostenía su muñeca, tenia pequeños raspones en su pómulo, estaba sudada y se notaba agitada.
_¿Cree que por tener dinero...- la miraba molesta - ¿...puede ocasionar un accidente e irse como si nada hubiera pasado? - Jennie la miró extrañada y se zafó de su agarre al instante.
_¿Quien diablos eres tú? - la encaró, Lisa la miró incrédula, ¿estaba bromeando?
_Me acaba de atropellar - respondió extrañada.
_¡Señorita! - dos muchachos llegaban rápidamente, habían visto por las cámaras de seguridad como la pelinegra había ingresado en su bicicleta justamente detrás del auto de Jennie - ¿se encuentra bien?
_Saquenla de aquí - ordenó y sin esperar nada más giró para irse, pero Lisa volvió a tomarla de la muñeca y esta vez los de seguridad intervinieron, apartándola de la castaña.
_Retirese ahora si no quiere que usemos la fuerza - mandó el más alto con autoridad.
_Yo no me voy hasta que ella me pagué por la comida que arruinó - aclaró sin temor - no quiero ningún problema, ¿ok? - habló a Jennie quien estaba detrás de los de seguridad - solo pagueme.
_Yo no te voy a pagar nada - la miró con desagrado - saquenla de una vez - volvía a caminar a la puerta de su casa.
Los de seguridad asintieron y se acercaron a Lisa para obligarla a irse, pero ella retrocedió con mirada amenazante.
_No se atrevan a tocarme - advirtió - solo quiero que me pague y me iré.
_Sí, como diga, ahora vayase, ¿sí? No quiero usar la fuerza - dijo el mayor com confianza.
_No me iré.
Los chicos bufaron con impaciencia y se acercaron a ells, intentaron tomarla de los brazos y fue en ese instante en que Jennie se detuvo al escuchar un fuerte ruido, giró a ver y quedó perpleja al ver a uno de los de seguridad en el suelo, noqueado.
El señor Kim escuchó el escándalo, y extrañado, se acercó a la ventana junto a su vaso con wiski, viendo desde el segundo piso lo que ocurría con esa extraña chica y su hija.
_¿Quien es ella? - se preguntó dudoso.
El hombre de pie miraba absorto lo que había pasado, no sabiendo qué hacer, su amigo había dado un vuelta completa y se había estrellado contra el suelo de espaldas, la pelinegra solo relajaba el brazo con que lo había hecho girar.
_¿Qué esperas? ¡Sacala de aquí! - ordenó Jennie.
El joven, dudoso, asintió y dio un paso al frente, el único paso que pudo dar porque Lisa le propino un puño directo a su nariz, dejándolo noqueado también.
_¿Y se supone que ellos cuidan esta casa? - Lisa preguntó dudosa. Jennie seguía en shock, se dio cuenta que ahora se acercaba a ella y retrocedió atemorizada - tranquila - se detuvo - solo pagame y me iré - se detuvo a esperarla, pero Jennie no hizo nada - vamos, ya tengo que irme, no te cuesta nada - decía impaciente.
Jennie dejó a un lado su sorpresa y su actitud rebelde volvía a ella, se acercó seriamente a la pelinegra y alzándose de puntas, la encaraba, Lisa la miraba extrañada.
_No le voy a dar dinero a una chica mugrienta como tú - presionó su dedo con fuerza sobre su pecho - vienes de esa calle, y seguramente eres una delincuente, y lo único que quieres hacer es aprovecharte del accidente que TÚ provocaste para beneficiarte con MI dinero, pero no lo vas a conseguir - volvía a empujarla con su dedo índice - ahora toma tu chatarra - señaló su bicicleta a lo lejos - y largate de mi propiedad si no quieres que llame a la policía.
El señor Kim viró los ojos, estaba seguro que la chica iba a comenzar a retirarse por miedo a que una chica adinerada la perjudique, siempre era así cuando Jennie amenazaba a alguien. Estaba dispuesto a bajar cuando algo fuera de lo común lo hizo detenerse, la chica comenzaba a reírse.
_¿Te estás riendo? - Jennie comenzaba a enfurecer.
_Es que siento que un lindo gatito me está gruñendo - le hizo burla - no me das miedo - la retó - y seguiré aquí hasta que pagues por lo que hiciste.
_No pienso darte nada - la miró con enfado y dio media vuelta para retirarse, iba a llamar a la policia.
_Hey - la siguió y la tomó de la muñeca, fue un grave error, al instante Jennie giró y estampó su mano sobre su mejilla. La fuerza fue tal que hizo girar el rostro de la pelinegra, quien se tambaleó por un instante.
Lisa se tocó la mejilla y levantó la mirada a ella, mirándola sorprendida.
_No me vuelvas a tocar - advertía Jennie, quien volvía a irse.
Lisa masajeó su mandíbula a dolorida y sonrió, yendo nuevamente hacia ella. Tomó su muñeca otra vez y Jennie volvió a girar para abofetearla, pero esta vez Lisa atrapó su mano en el aire, sosteniendola con fuerza, pero sin lastimarla.
Sostenía ambas manos y la castaña trataba de soltar su agarre. Jennie dejó de luchar y la miró de manera desafiante a la pelinegra, quien la veía de la misma manera.
_Sueltame - pronunció con autoridad.
_No se me antoja hacerlo - sonrió con burla.
_¿Quien te crees que eres para tratarme así? ¿no sabes quien soy?
_No lo sé, y no me interesa.
_Es mejor que te interese - esta vez fue Jennie quien sonrió - porque yo soy alguien quien puede dejarte en la calle con solo pedirlo - Lisa volvía a mirarla seriamente - ¿quieres eso? ¿quieres terminar siendo una mendiga solo por creerte que eres superior a mí?
_¿sabes algo? - se acercó más a ella, Jennie no retrocedió - eres alguien bastante desagradable.
_Si no me soportas entonces largo - se soltó y la empujó, alejándola de ella - no quiero que una pordiosera siga pisando mi propiedad. ¿quieres tu dinero? Esta bien - sacó su billetera, tomó unos cuantos billetes y lo lanzó al suelo - anda, recogelos, toma tu dinero y vete.
Lisa observaba los billetes en el suelo, eso era más de lo que costaba la comida que había echado a perder. Volvió su mirada a la castaña y ella seguía esperando, gritando que recoja el dinero que estaba a sus pies. Eso la hizo enfurecer, no iba a humillarse por esa chica tan desagradable.
Le dio una ultima mirada y se giró, comenzando a retirarse. Jennie la miró incrédula y fue corriendo a ella, poniéndose frente a ella para que no pueda avanzar.
_¿A donde vas? Te dije que tomes tu dinero - era practicamente una orden.
_Quitate de mi camino - respondió de la misma manera.
_Vienes aquí, por dinero, ¿y ahora no lo quieres? ¡recogelo! - la empujó - ¡anda, ve! ¡recogelo! - volvía a empujarla - ¡toma tu dinero! - Lisa trataba de controlarse, estaba acabando con su paciencia - ¡¿es lo que querías, no?! ¡tomalo y vete!
Quiso volver a empujarla cuando esta vez Lisa lo esquivo y por no tener donde apoyarse, Jennie se fue de frente pero Lisa tomó su muñeca antes que cayera, pero no para ayudarala, dobló su brazo a su espalda, haciéndole una llave y pegándola a ella.
_¡Ah! ¡sueltame, sueltame! - Jennie pedía a dolorida.
_Para mí no eres nadie, ¿oiste? - Lisa pronunciaba sobre su oído - para mí solo eres una niña rica a la cual se le debe dar una lección para que aprenda a respetar a los demás.
_¡Sueltame! ¡me duele! - pedía Jennie.
_Pideme una disculpas - pronunció Lisa.
_¡No voy a disculparme con una pordiosera!
_Entonces no te suelto.
_Será mejor que lo haga - Lisa vio a un señor caminar en su dirección, se veía muy refinado y serio. Se detuvo frente a ellas y colocó sus manos hacia atrás, observando a Lisa. A ella no le quedó más remedio que soltarla.
_¡Daddy! - Jennie corrió detrás de él mientras masajeaba su brazo, y como una niña mimada, le enseñó la lengua a la pelinegra, quien le sacó el dedo del medio sin importarle la precencia del mayor.
_Ve dentro, Jennie - mandó el señor Kim con tranquilidad, la castaña asintió y comenzó a retirarse haciendole burla a la pelinegra, seguro le iba a dar su merecido.
Su padre suspiró con cansancio al verla, actuaba como una niña sin modales. Levantó la mirada para poder hablar con la pelinegra pero ella ya estaba levantando su bicicleta para irse.
_Espera - pidió.
_Lo siento, pero ya tuve suficiente con esa odiosa como para soportar su parloteo también - se subió a su bicicleta.
_Quiero ofreserte una disculpa - Lisa giró a verlo.
_¿perdón? - preguntó extrañada.
_Sé que mi hija puede ser un poco desesperante, pero es una buena chica - se acercó a ella, sacó dinero de su billetera y lo ofreció para que pueda tomarlo. Lisa seguía extrañada, pero tomó el dinero igualmente - ¿esto cubre los daños que hizo?
Lisa contó los billetes, dobló la mitad y se lo guardó en su bolsillo, devolviendo el resto. El señor lo miró algo sorprendido, pensó que como muchos solo tomaría lo que se le daba.
_Con esto es suficiente - el señor Kim recibió el dinero - y aceptó sus disculpas, pero dejeme decirle algo - miró en direccion por donde se había ido la castaña, ella los miraba desde la ventana con los brazos cruzados. Jennie no desprovechó la oportunidad para mostrarle el dedo del medio también - eduque mejor a esa chica - vio una última vez a la castaña y dando una revencia al señor, comenzó a retirarse.
Nuevamente el mayor estaba avergonzado por el comportamiento de su hija.
A solo unas calles del hogar de Lisa, un puesto de taller de mecánica estaba a punto de cerrar, cuando una voz llamó antes que el portón cerrada por completo.
_¡Jisoo! - Lisa frenaba frente al taller, su amiga asomó la cabeza por debajo del portón y sonrió al verla.
_Hey - volvió a abrir - ¿qué tal? ¿qué te trae por aquí? - se dejaba ver por completo, su vestuario estaba manchada de aceite de auto y tenía las manos negras por el mismo motivo.
_¿crees que puedas arreglarlo? - se bajó de su bicicleta, mostrando las cuerdas de los frenos rotos.
_¿qué pasó? - Jisoo se inclinó a observarlo.
_Tuve un accidente - recordó a la castaña con desagrado.
_¿Y te encuentras bien? - preguntó sin dejar de ver la bicicleta.
_Sí, solo tengo raspones, nada grave, ¿y? - se inclinó a la altura de Jisoo, también observando - ¿se puede arreglar?
_Sí, es muy sencillo, solo tengo que cambiar los cables - se puso de pie - pero recuerda que yo arreglo autos, no bicicletas.
_Oh, vamos Jisoo, no seas así.
_¿qué me das a cambió? - se cruzó de brazos.
_Te voy a pagar, ¿no es eso suficiente? - preguntó, recibiendo como respuesta la mirada de Jisoo sobre la bolsa que tenía en la mano - está bien - viró los ojos.
Lisa sacó una porción de pollo en un plato descartable y se lo entregó, Jisoo lo recibió con una sonrisa.
_Gracias - comenzó a llevar la bicicleta dentro del taller - ven mañana en la tarde a recogerlo, estará listo a esa hora.
_¿Cuanto me costará?
_No mucho, solo 20 soles.
_De acuerdo, hasta mañana - la vio cerrar el taller, Jisoo lo arreglaría en la mañana, ahora tenía que ir a su hogar a descansar.
_Igualmente - ambas se fueron en la direccion contraria.
Preferí poner las monedas en soles ya que para mí en yenes es muy confuso 🥺
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