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18

Jennie no había salido de su habitación desde lo ocurrido, la simple idea de encontrarse cara a cara con la jardinera la aterraba, y en lo más alto de su ego, la humillaba.

Por décima vez en el día lavaba con frenesí su boca al recordar lo que había pasado, se miró al espejo y los recuerdos invadieron su mente, haciendo que sacuda su cabeza como si fuera a desaparecer.

_¡Te destestoooooo! - gritó en rabieta - ¡Te detesto! ¡Te detesto! ¡Te detesto!

Lisa viró los ojos al escucharla, con ese ya eran como veinte insultos que le daba.

_Exagerada - pronunció Lisa sacando su bicicleta para irse, ya estaba anocheciendo.

Flashback

_Para que deje de molestar - advirtió. Su expresión de enojo desapareció cuando Jennie salió flotando boca abajo, tenía sus extremidades abiertas y no sé movía - ¿Señorita? - palideció.

Jennie parecía no reaccionar y eso alarmó a la jardinera, de inmediato corrió y saltó para poder salvarla.

Tomó a la castaña en sus brazos y nadó en retroceso hasta llegar a las escaleras y poder cargarla en brazos, dejándola con cuidado sobre la hierba.

_¡Señorita! - pronunció agitaba, tomó sus mejillas y trató de reanimarla, pero no respondía. Acercó su oído a su pecho y sintió un leve alivio al notar que aún respiraba.

No tenía otra opción.

Jennie estaba apunto de reír por su broma de mal gusto cuando se inmovilizó por completo cuando Lisa tomó su boca y unió sus labios a los de ella.

Sus cachetes se inflaron como ardilla cuando Lisa sopló.

La jardinera estaba por hacer presión en su pecho cuando el ya tan estresante grito agudo de Jennie volvió a oírse por toda la mansión.

Lisa volvió a cubrirse los oídos.

_¡No, no, no, no! - Jennie le levantó entre tropezones y salió corriendo a la casa, gritando - ¡Mi primer beso! ¡No! - cerró la puerta de su habitación y comenzó a llorar y patalear en su cama - ¡Idiota!

La pelinegra no supo cómo reaccionar, ella solo quiso salvarla, además, ¿Eso se considera un beso?

_Oiga - Lisa llegaba debajo de su ventana y levantó su voz para que la oyera - no es para tanto, si hice algo mal, disculp- un oso de peluche de un metro le cayó encima, tumbandola.

Fin del flashback

Lisa llegó a su casa media hora después, su madre ya estaba descansando y su hermana trataba de arreglar la señal del televisor parándose de puntitas y estirando la antena de conejo.

_¿Ya comiste? - se quitaba la chaqueta, necesita una ducha pero ya.

_Sí, mamá dice que termines toda tu cena o mañana cocinas tú - se sentó sobre su cama, ya iba a empezar la novela.

Lisa sonrió por la advertencia de su madre.

_¿Vas a ver tu novela? - tomaba la toalla que estaba envuelta a los pies de la cama.

_Pues sí - Suzy recordó un detalle, hace solo unos minutos había llegado una carta y no pudo entregársela a su madre ya que estaba durmiendo - oh, Lisa, esto llegó hace rato - tomó la carta que había puesto debajo del televisor.

Lisa lo tomó y Suzy volvió a su lugar.

La pelinegra comenzó a leerlo y sus gestos fueron entristeciendo, era un nuevo aviso de embargo, le daban exactamente una semana para pagar los veinte mil dólares o tomarán su casa como pago.

Trató de disimular la situación frente a su hermana y le sonrió levemente cuando cruzó miradas con ella, ¿Qué haría una pequeña tan linda en la calle? Y su madre ya es mayor, no puede dejarlas vivir en esa situación tan lamentable, no podían perder su hogar.

Por más detestable que sean esas ideas en la cabeza de Lisa, sabía que si no hacía algo ya, dejaría a su familia en la calle.

Su madre se decepcionaría si leyera su mente y viera las ideas que se está replanteando desde hace unos días.

Esperaba encontrar una solución lo antes posible, o tendría que recorrer a la última opción, muchos saben a lo que me refiero.

"Ya estamos de regreso con su novela: Los malos también lloran"

"Patrocinado por galletitas Tu peruanito"

_Escuchame bien, infeliz. Rosa Aurora va a ser mía, que te quede claro, no me importa lo que tenga que hacer, así sea necesario matarte.

Joso Roberto se encontraba golpeado en el suelo, Lisandro lo había atacado después de enterarse que Joso y Rosa seguían juntos a pesar de falsificar las pruebas de ADN que los declaraba hermanos.

Habían decidido vivir su amor a pesar de todo.

_Puedes matarme - Joso sonrió desde el suelo - pero ella siempre me eligiera a mi, tú solo le provocas asco.

_¡Cállate! - Lisandro lo apuntó con el arma y disparó de la rabia.

Joso cerró los ojos cuando escuchó el gritó del propio Lisandro.

_¡Jennifer! - el rubio sostenía entre sus brazos a la castaña, ella se había interponido para salvar a Joso, quien no sabía que en realidad era su hermana - cariño - comenzó a sollozar, él solo quería vengarse del pelinegro, su verdadero amor era la castaña - amor...

Las lágrimas de Jennifer resbalaron por sus mejillas, viviendo a los ojos a su amor de infancia, sonriendo con tristeza.

_Te amo...- fue casi un susurró que oprimió el corazón del rubio, la castaña cerraba los ojos lentamente.

_¡No, no! ¡Jennifer! ¡Por favor! ¡Quédate conmigo! ¡Por favor! - lloraba abrazada a ella - por favor...

*Inserte créditos y música ranchera*

La castaña estaba en shock, mantenía su galleta en la mano desde que comenzó la novela, se había olvidado de ella por completo.

Salió de su asombro y frunció los ceños.

_Eso le pasa por idiota, teniendo a tremenda mujer que lo ama y no lo valora por su estúpida venganza. ¡Ahora llora, baboso! ¡Llora!

En casa de Lisa, la pelinegra tenía que consolar a su hermana porque su personaje favorito quizás muera.

En la sala de la familia Park, Rosé había despertado temprano y caminaba ya arreglada de un lado a otro.

Tendría su segunda cita con Jisoo y estaba demasiado nerviosa, la pelinegra iba a recogerla y el lugar a donde irían era misterio para la rubia.

Oyó el timbre de la bicicleta y corrió a la ventana para ver a Jisoo saludando con una sonrisa, montaba su bicicleta de siempre, pero estaba vez tenía una almohada color rosa en el asiento de atrás.

Rosé sonrió emocionada y se apresuró a correr a la entrada, cuando la presencia de su hermano en las escaleras la hizo frenar, sintiéndose nuevamente temor ante él.

_¿A dónde vas? - preguntó seriamente. Rosé mantuvo silencio, temerosa - ¿No me vas a responder? - iba bajando las escaleras con sus manos en su bolsillo, vestía tan elegante como siempre.

_Yo...voy a salir - respondió cuando su hermano se detuvo frente a ella.

_¿Con quién? - observó por el borde de la ventana, pudo ver a la pelinegra esperando mientras se quitaba su casco - ¿Es esa la mecánica?

_No...es...es una amiga, vamos a ir a manejar, eso es todo - mantenía la mirada baja.

_No vas a ir - pronunció, haciendo que Rosé levante la mirada.

_¿Qué? Jimin, por favor, solo era un momento - pedía preocupada.

_Dije que no irás - volvía a alejarse rumbo a las escaleras.

_Jimin - sus ojos comenzaban a cristalizarse.

_Ya di una orden clara, Rosé, no irás - mencionó sobre su hombro - dile que se vaya que le da mal aspecto a nuestro hogar - dió su última palabra.

Rosé bajó la mirada y asintió, caminó deprimida a la puerta y salió para avisarle a Jisoo, ni siquiera sabía que le iba a decir.

Jimin giró y se dirigió a la ventana para observarla, esa mecánica era una mala influencia para su hermana.

Notó con curiosidad como la pelinegra miró en su dirección y ambos cruzaron miradas.

Jisoo pareció murmurar algo y Rosé también giró a verlo, poniéndolo más curioso.

Rosé pareció negar pero la pelinegra le hablaba seriamente, como animándole a algo.

Ambas se mantuvieron en silencio un momento, cuando para sorpresa de Jimin, su hermana trepó rápidamente la bicicleta de la pelinegra y ella se apresuró a empujar y pedalear, comenzando a huir ante la mirada perpleja del rubio.

_¡Rosé! - Jimin gritó desde la ventana.

La menor terminó cayendo de trasero al suelo y robando por la bajada a la autopista, Jisoo frenó drásticamente con sus pies a la espera de que Rosé se sentara de nuevo en un salto.

_¡Maneja! ¡Maneja! - pedía con la adrenalina recorriendo todo su cuerpo, logrando ambas irse y perderse de la vista del mayor.

Los empleados llegaban a la casa Kim y saludaron con una sonrisa al señor de la casa, había llegado hace solo unos minutos.

_¡Señor! - Lisa se apresuró a correr con su bicicleta para alcanzarlo antes de que entrara a su casa.

El señor Kim giró a su llamado y la saludó amablemente.

_Hey, buenos días, Lisa, ¿Cómo te a ido estos días? Espero mi hija no te haya sacado de quicio - rió.

_Eh...- movió la cabeza pensativa - luego le cuento si usted desea, pero quisiera saber si puedo hablar con usted un momento - se veía preocupada.

_Claro, ¿Es algo importante?

_Sí, por eso prefiero, si así lo desea, poder hablar con usted en privado, por favor.

_Está bien, ve a dejar tu bicicleta y te espero en mi despacho.

_Gracias - hizo una reverencia.

Jennie iba bajando en pijama, daba un largo bostezo mientras estiraba los brazos y mantenía sus ojos levemente abiertos producto del sueño.

Bajó el último escalón cuando su cuerpo giró 180 grados al instante en que Lisa entró y volvía a subir las escaleras, fingiendo no haberla visto.

La pelinegra caminó directo al despacho de su jefe y cerró la puerta cuando el señor Kim le ofreció pasar.

_Dime, Lisa, ¿Que es tan importante como para hablar en privado? - tomó asiento en el sillón principal.


_Eso...eso fue emocionante - Rosé caminaba despeinada al lado de Jisoo, aún no podía creer lo que había hecho - desobedecí a mi hermana - miró directo a los ojos de Jisoo.

_No lo desobedeciste - apoyaba sus brazos en el volante de la bicicleta - solo decidiste tomar el control de tu vida, ya tienen diecinueve años, Rosé, no eres una niña a quien puedan controlar.

Rosé se conmovió por sus palabras y teniendo sus ojos cristalinos no dudó en ir a ella y abrazarla sorpresivamente.

Jisoo al principio no supo cómo reaccionar, pero luego solo sonrió y correspondió al abrazo, Rosé en verdad parecía conmovida.

_Ya, no llores - rió - mejor vayamos a nuestra cita - la tomó de los hombres y la alejó, así le era más fácil limpiar sus lágrimas - ¿Te parece si te sigo enseñando mi mundo? - rió por lo cursi que había sonado eso.

_Sí, quiero conocerlo - asintió - pero con una condición.

_¿Cuál?

_Que luego yo te enseño el mío - Jisoo volvió a reír - ¿Qué?

_Esto es muy cursi, no me gusta.

_Entonces...- Rosé lo pensaba - veamos cómo vives tú, y luego como vivo yo, ¿Te parece?

_Esas palabras me gustan más - volvió a ponerse el casco - sube - señaló - Rosé también se puso el casco y se sentó detrás, abrazando tímidamente a Jisoo, quien posó temerosa su mano derecha sobre las de ella, acariciándolo.

Ambas sonrieron sin verse, solo disfrutando el contacto de la otra.

_Sé que es mucho, no puedo asegurar pagarlo de inmediato pero puedo pagar con mi trabajo aquí, como jardinera, trabajaría hasta que cumpla mi deuda, pero por favor - había súplica en su mirada - presteme ese dinero, en realidad lo necesito.

El señor Kim había estado escuchando las palabras de Lisa, claro que podría prestarle ese dinero, pero en su mente de formaba una idea que podría beneficiar a ambos, pero no estaba seguro si funcionaría.

_Señor...- el señor Kim levantó la mano pidiendo silencio, lo estaba considerando.

Pasaron unos segundos hasta que por fin se pronunció.

_Te daré ese dinero - Lisa sonrió con emoción - pero no tendrás que pagarmelo.

_¿Qué? - la dejó confundida - señor, no, no es necesario, yo...

_Escuchame - interrumpió - te daré el dinero, no tendrás que pagarme, pero sí tendrás que hacer algo por esta familia.

_Qué...¿Qué es lo que haré?

_Necesito que lleves a Jennie a vivir contigo, por cuatro meses, y el dinero será tuyo.


Nueva actualización (◕ᴗ◕✿)

Yape: 992511677

Hoy comimos pollo a la brasa (◕ᴗ◕✿)






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