Capítulo uno: Llegada.
09 de Abril del 2020.
10:46 am.
Para los amigos, que digo amigos, hermanos no de sangre, James y Michel, o mejor dicho Gustabo y Horacio respectivamente, dejar Washington fue triste. No precisamente por las fiestas, el baile, el alcohol, o bueno en parte sí, sino que dejar a sus amigos y a sus parejas, Aiden y Robert fue realmente difícil.
Ellos se conocían prácticamente desde que nacieron, sus padres eran agentes especiales de la Interpol y muy buenos amigos, las pijamadas las hacían en casa de alguno de los dos, estudiaron juntos en las mismas escuelas, crecieron juntos. Estaban orgullosos de sus padres y al crecer ellos querían ser como ellos.
Cuando Gustabo y Horacio con 17 años, recibieron la terrible noticia de que sus padres habían sido abatidos al momento de desmantelar una mafia, misma que huyó.
Un año después los hermanos entraron a la academia de policía y, después de tres años, se graduaron con honores, llegando así a agentes al mando de la Interpol. Siguieron los mismos pasos de sus padres, quienes orgullosos los veían desde donde estaban.
Desmantelaron a la mafia que mató a sus padres y así lograron vengarlos. Después de un tiempo empezaron a recibir amenazas de muerte y para la protección de ambos tuvieron que cambiarles el nombre, lugar y de color de cabello.
Así que allí estaban, ambos llegaron a Los Santos dispuestos a vivir su nueva vida, lejos de todo lo que vivieron.
-Me cago en todo, esa vieja no sabe escribir un puto nombre. ¿Qué no sabe que Gustabo va con "v"? Se van a burlar de mí en este pueblucho.
-Por Dios James, digo Gustabo, cálmate. Antes di que nos pusieron esos nombres. ¿Sabías que querían ponernos Ruperto y Gumersindo?
-Joder, por lo menos tenemos nombres decentes después de todo-. Se miraron y empezaron a carcajear.
-Gustabo. ¿Dónde dormiremos?-. El ojiazul pensó un momento.
-Iremos a un hotel a pasar la noche y ya veremos que hacemos, tenemos que trabajar para mantenernos.
Salieron del aeropuerto con sus maletas y buscaron un hotel, tenían dinero de sobra, ya que el gobierno los pensionó pero ellos querían trabajar y no ser unos vagos.
Mientras tanto, en el centro de la ciudad, una patrulla iba a toda velocidad. Iba siguiendo a un coche que acaba de atracar en joyería; el temerario conductor hizo una maniobra con su Z que logró impedir que siguiera huyendo. Un pelinegro bajó y empezó a apuntar con su arma.
-¡Salgan del puto coche o los dejó como coladera!
Los atracadores salieron del coche con las manos en alto y empezaron a esposarlos.
-Volkov, Greco, esposenlos y llévenselos a comisaría a comer barrotes, los veo ahí.
-10-4 Superintendente.
Jack Conway de 37 años, el Superintendente y jefe de la ciudad, habló por la radio a sus agentes. Era un hombre frío y sin sentimientos. Él antes los tenía, en sí, ya no recordaba tener sentimientos, desde que le arrebataron a su esposa Julia y a sus hijos Matthew y Danielle, se sentía vacío. Cada viernes en la noche lo veían en el Vanilla y para desahogar su tristeza se refugiaba en botellas de whisky, mujeres y alguno que otro hombre, eso sí con responsabilidad, no quería contagiarse de alguna enfermedad venérea.
Solo tenía sexo con ellas y ellos, y se retiraba sin dar explicaciones o quedarse a dormir. Le fastidiaba tener que hablar con alguien, odiaba a casi todo el mundo, a excepción de sus amigos Viktor Volkov y Michelle Evans, a quienes conoció en la academia de policía y eran sus padrinos de bodas.
-Conway, me preocupa su estado. Debería conocer a alguien más, ser feliz. Se lo merece.
-Y a ti qué coño te importa como viva mi tristeza. Sabes muy bien que ya no puedo sentir algo por alguien más que no sea mi familia. Estoy harto Volkov, ya no quiero seguir.
-Haga el intento, por mí y por Michelle. Procedo a hacer mi 10-10. ¿Quiere que lo lleve a casa?
-No, tengo que terminar papeleo. Estos gilipollas no saben redactar un miserable reporte y tengo que entregarlos mañana antes de las 10 de la mañana.
-De acuerdo Superintendente. Nos vemos mañana.
Volkov abrió la puerta y salió. Conway volvió a quedarse solo, y en la soledad de su despacho decidió ahogarse en una botella de whisky.
Sean bienvenidas y bienvenidos a mi perfil de wattpad.
La primera vez que hago esto y tengo miedo jajajaja.
Espero les guste la historia y la disfruten tanto como yo.
Los quiero.
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