
삼십이. real life
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
Jiyong estaba muy nerviosa, como pocas veces había estado en su vida, porque en unos días volvería a ver a Chan.
Pese a que había estado muy ocupada, su agenda no se había aligerado ni un poco en el tiempo que habían estado separados, más bien dicho lo contrario porque se le habían sumado proyectos que no tenía pensado en un principio, las semanas sin él se le habían hecho más largas de lo que en un primer momento había creído.
Cuando le había explicado, hacía ya meses, que se iría de gira, lo primero que pensó es que antes de que se diera cuenta, él regresaría. Con el paso de las primeras semanas ya había visto que su primera idea era errónea, que no le sería tan fácil estar separada de Chan.
Aunque sonase extraño, se había acostumbrado a la presencia del idol en su vida; a intentar cuadrar sus horarios para poder pasar tiempo juntos, a esperar sus mensajes de buenos días o buenas noches para que su día empezase o acabase con una sonrisa...
A esos pequeño gestos pequeños que Chan tenía con ella que le encantaban y la hacían sentir especial.
Le gustaba su compañía, la forma en la que la hacía reír con cualquier cosa, o ella le hacía reír a él para que dejase de exigirse tanto a sí mismo, la forma en cómo la escuchaba cuando contaba sus problemas y la animaba, y al revés, cuando ella le apoyaba y le decía que todo iría bien.
Estaba enamorada, eso ya lo sabía, pero no se había llegado a plantear que lo llegase a necesitar tanto en su vida, que una persona con la que no hacía ni un año que tenía una relación más allá de lo profesional, se convertiría en casi un imprescindible. Sin darse cuenta, le había dado un poder a Chan que no tenía planeado en un principio, pero no tenía miedo, no le fallaría, estaba más que convencida de eso, era de las mejores personas que había conocido durante toda su vida.
—¿Más calmada? —preguntó Nayeon una vez que llegaron al dorm de esta mirando a su mejor amiga.
Nayeon había organizado un día de chicas aprovechando que aún estaban en ese período de descanso que tanto se merecían, uno que casi ni se creían que tuvieran pero lo aprovechaban al máximo, y que Jiyong, aunque sonase extraño, tenía una semana bastante libre para ser ella.
Habían empezado la mañana yendo a comprar ropa a uno de los sectores más prestigiosos de la ciudad en los que se encontraba la mayoría de tiendas más exclusivas. Ahí, por mucho que intentaron pasar desapercibidas, no lo consiguieron mucho ya que no pararon de bromear sobre alguna de las fotografías de publicidad que había en los escaparates o dentro de las tiendas ya que eran de gente que conocían o de ellas mismas, ya que protagonizaban muchas campañas.
Después habían ido a comer a uno de los restaurantes que estaban más de moda en ese momento para acabar yendo a un centro de belleza para mimarse un poco.
—¿Quién dice que no lo estuviera? —rebatió Jiyong con el ceño un poco fruncido.
—Yo —se mofó Nayeon y la miró de esa forma que usaba cuando se estaba riendo de alguien—. Desde que queda menos para que regrese Chan estás muy nerviosa. ¿Cuándo volvían?
—Ya lo sabes, me lo preguntas cada día.
—No me acuerdo, ¿me refrescas la memoria?
—Dentro de cinco días —murmuró y ocultó una sonrisa nerviosa.
Jiyong agradecía todo lo que su mejor amiga estaba haciendo por ella, siempre había sido una gran compañía, pero desde la últimas semanas lo estaba demostrando aún más, distrayéndola de sus pensamientos y acompañándola siempre que podía.
Pasar tiempo con ella, y con el resto de sus amigas, ya fuera junto a su hermana o sola, era una de las pocas formas que tenía de tranquilizarse y sentir que su vida seguía siendo normal, que podía seguir haciendo lo de siempre sin pensar en lo que le había ocurrido.
Con las semanas sentía que iba mejorando, gracias a ir a terapia de forma continua y a su esfuerzo para seguir adelante, que aunque tuviese miedo y no pudiese no pensar en lo que le había sucedido, estaba aprendiendo a vivir con ello. Las aglomeraciones o los sitios con mucha gente seguían siendo ese tipo de situaciones en los que peor lo pasaba, pero si estaba acompañada de gente de confianza y querida se hacía más pasable.
—¿Y ya estás nerviosa? —Nayeon miró a las demás chicas del grupo que ocultaban una risa—. Ya está nerviosa, es adorable. ¿Cómo no vamos a quererla?
—Deja de reírte de mí —pidió Jiyong y bufó—. ¿Para qué me habéis dicho de venir? —preguntó intentando cambiar de tema—. Podía ir a mi casa, no hay nada más por hacer. Llevamos todo el día juntas.
—¿Estar con nosotras te parece poco? —se quejó Sana e hizo un puchero—. ¿Te cansas de nuestra compañía?
—Gracias por todo lo que estáis haciendo por mí. —Jiyong sonrió y Sana, que era la que estaba más cerca de ella, la abrazó—. Os quiero mucho a todas. No os lo digo lo suficiente.
—Y nosotras a ti —aseguró Momo.
—La décimo miembro de TWICE, ¿recuerdas? —comentó Chaeyoung.
—Os quiero, de verdad
—No nos pongamos sensibles —dijo Jihyo con lo ojos un poco humedecidos—, que ha sido un gran día de risas y diversión.
—¿Hacemos un vlive para pasar el tiempo? —propuso Nayeon—. Estoy segura de que ONCE está más que encantado, además, te adoran, Jiyong.
No todas quisieron hacer el directo, algo entendible, algunas se fueron a descansar o desconectar aprovechando el tempo libre que tenían, por lo que Nayeon y Jiyong lo hicieron juntas. Ahí aprovecharon para hablar con los fans, algo que Nayeon le encantaba. Estuvieron contando anécdotas, bromas, curiosidades que ya habían contado antes de cómo se habían conocido, aunque al final casi todas las miembros participaron de una forma u otra incapaces de no saludar a lo fans.
Un poco antes de la hora de cenar, y con ganas de estar sola, Jiyong se despidió de las chicas para ir hacia su apartamento.
Si no fuera por el guardaespaldas que iba con ella, que le hacía de chófer y así se disimulaba su presencia de cara a algunos medios con que era un conductor de la empresa más, no podría haber llevado todas las bolsas de lo que se había comprado. Una vez dentro de su apartamento, y con las bolsas en el suelo del recibidor, agradeció su ayuda y se despidió con una sonrisa y un gesto.
—¡Jisoo! —gritó a su hermana mientras se sacaba los zapatos de calle y se ponía las zapatillas de estar por casa—. Ven a ayudarme con las bolsas, por favor. —La única respuesta fue Dalgom, que vino hacia ella corriendo y moviendo la cola muy contento—. ¡Jisoo!
Como su hermana no respondía, agarró un par de bolsas y fue hacia la sala de estar donde estaría ya que estaba la luz encendida, quizá estaba jugando a videojuegos y no la escuchaba bien. Cuando llegó, se le cayeron las bolsas al suelo al ver la persona que estaba sentada en el sofá.
Al verlo actuó sin pensar, se acercó casi corriendo hacia Chan, que se había levantado al verla llegar, para abrazarlo, saltando encima de él para notarlo más cerca, haciendo que el chico tuviera que agarrarla bien por la cintura mientras se reía de su reacción.
—Hola, babygirl —saludó Chan con una gran sonrisa—. ¿Tanto me has echado de menos?
—¿Por qué preguntas lo evidente, Channie?
Se alejó un poco, sin dejar de estar en brazos de Chan, para mirarlo a los ojos y fue él el que la besó después de tantos meses separados, y al hacerlo, para los dos fue como si el tiempo no hubiera pasado. Fue corto, y fue interrumpido por las sonrisas nerviosas de ambos al poder estar con el otro después de tantos meses.
Jiyong se bajó de la cintura de Chan aún con una gran sonrisa, que no quería ni disimular porque estaba muy contenta, y con los ojos humedecidos de la emoción. No iba a llorar, no quería hacerlo, no le gustaba hacerlo delante de los demás, pero le estaba costando controlarse.
Tenerlo delante de ella, por fin, después de tantas semanas, le hacía sentir demasiadas emociones y no sabía cómo gestionarlas. Solo le apetecía abrazarlo, besarlo y no separarse de Chan en mucho tiempo.
—No sabes cuánto te he echado de menos —aseguró él sin dejar de mirarla y volvió a abrazarla, rodeándola entre sus brazos—. No lo sabes...
—Me hago una idea, lo mismo que yo a ti —aseguró Jiyong aún con una gran sonrisa al tenerlo tan cerca—. ¿No volvías dentro de cinco días?
Chan hizo un esfuerzo para separarse de ella, porque le ocurría lo mismo que a Jiyong.
—Quería darte una sorpresa —admitió y volvió a abrazarla—. Te he echado mucho de menos.
—¿Cómo has entrado? No te he dado llave de mi apartamento.
Él rio, Jiyong había tardado mucho en preguntarle eso. Si no lo hubiese hecho, no sería ella.
—He tenido muchas ayudas... —concedió y le acarició la mejilla—. ¿Te ayudo con las bolsas? Porque casi asesinas a Jisoo por no venir a ayudare.
—No, quiero abrazarte un poco más —afirmó Jiyong y lo besó—. Por fin estás aquí, Channie.
—Por fin estoy aquí.
Ninguno de los dos supo cuánto tiempo estuvieron abrazándose, necesitando ese contacto físico para acabar de creerse que fuera real, besándose, incapaces de controlar lo que de verdad querían y necesitaban, y acariciándose mientras no paraban de murmurarse palabras bonitas y lo que se habían echado de menos.
—¿El vuelo ha sido muy largo? —se interesó Jiyong una vez habían empezado a cenar. Como no quería dejar de estar con él, y a Chan le ocurría lo mismo, habían decidido pedir comida para llevar en uno de los pocos restaurantes en los que la chica aún pedía después del incidente, era el más caro cerca de su casa, pero no le importaba—. Debes estar agotado.
—Estoy cansado, sí —admitió y encogió un poco los hombros para restarle importancia—, pero me apetecía mucho más verte. Ni he pasado por el dorm, hemos cogido varios coches para evitar alguna filtración y que supieran que venía aquí.
—Espera, ¿ni has pasado por tu casa? —Jiyong parpadeó, incrédula—. Channie...
—¿Qué? —El chico rio con esa risa suya tan característica que tanto le gustaba a la actriz—. Te lo he dicho antes, quería sorprenderte. Podrías haberte enterado que ya estaba aquí...
En ese momento, Jiyong empezó a atar cabos, que sus amigas estuvieran con ella todo el día, que no quisieran que se fuera a su apartamento antes de tiempo, que le riñesen cada vez que miraba el móvil alegando que era de mala educación, que Jisoo hubiera estado más misteriosa de lo normal...
—Todo el mundo lo sabía menos yo, ¿no?
—De eso se tratan las sorpresas, babygirl —apuntó con una sonrisa—. Nayeon y Jisoo han sido una gran ayuda, sí. Me han hecho todo más fácil.
—Pues no sé si me gustan las sorpresas —protestó Jiyong—. No me gusta no saber algo.
—¿Eso es que no te alegras de que esté aquí?
—No seas bobo. —Aprovechando que se había levantado para recoger su plato, lo abrazó aunque él aún estaba sentado, y pasó los dedos por el cabello del chico ya que, por una vez, era más alta al estar ella de pie—. Estoy más que contenta de que estés aquí.
Chan asintió y acortó la distancia para besarla de forma dulce. Después de eso, la ayudó a recoger todo lo que habían usado bajo la atenta mirada de Dalgom, que aunque ya se hubiera acostumbrado a la presencia del chico seguía siendo un poco posesivo con una de sus dueñas.
—¿Qué quieres que hagamos? —quiso saber Chan—. ¿Vemos una película? ¿Una serie?
—¿No estás muy cansado? —Jiyong frunció el ceño, preocupada por él—. Es decir, entendería que te tuvieras que ir a descansar porque...
—Jiyong, no me voy a ir ningún lado —aseguró y le cogió una mano—, siempre que tú me quieras aquí contigo, claro.
—¿Cómo?
—Tengo el permiso de mis managers para acabar de pasar el fin de semana contigo y no tener que volver al dorm —explicó—. Los niños también van a ir a ver a sus familias. Después de tanto tiempo fuera creo que nos merecemos esto antes del último concierto.
—¿Y Felix?
Chan sonrió y la atrajo más hacia él al escucharla para abrazarla con fuerza. Le encantaba que Jiyong se preocupase por sus miembros y fuera su amiga. Que se llevasen bien entre ellos era una de las cosas que le habían preocupado en un principio, porque los chicos eran su familia.
—Felix se irá con Changbin, está todo controlado, no se va a quedar solo.
—¿Y tú no vas a trabajar? —Alzó una ceja, no se creía que su novio estuviera sin hacer nada con lo adicto al trabajo que era—. Porque no me lo creo, nunca descansas.
—Tengo mi portátil aquí con alguna de mis cosas —admitió y se puso un poco rojo que la conociera tan bien—. Si no te molesta, puedo trabajar desde aquí.
—¿Y así me enseñas, por fin, la canción misteriosa? —Jiyong puso su mejor mirada de niña buena e inocente—. Tengo muchas ganas.
—No se te olvida, eh —comentó entre risas—. Me lo has recordado casi siempre que hemos hablado.
—No, no lo hace. —Lo miró y le besó la nariz en un gesto cariñoso—. Voy a guardar las bolsas de lo que he comprado, aunque la ropa debe estar ya muy arrugada.
—Te ayudo.
Entre los dos llevar todas las bolsas hacia la habitación de Jiyong fue un momento, sin embargo, cuando entraron, la chica se giró para poder mirar a su novio a los ojos de forma directa.
—¿Qué es eso, Channie?
—¿Regalos? —respondió con otra pregunta y una sonrisa en la que se veían a la perfección hoyuelos.
Eso ya lo sabía, pero no entendía el motivo por el que estaban encima de su cama. Lo más probable era que Jisoo cuando lo había dejado entrar le hubiese dado permiso también para que fuese a su habitación.
Confiaba al completo en su gemela, si le había dado permiso era porque se fiaba de él y eso le gustaba, ver que la persona más importante de su vida aceptaba a su pareja.
—Te dije varias veces que no quería que me comprases nada, que no era necesario.
—No te he hecho caso —admitió como si nada—. En mis otras maletas tengo muchas más cosas para ti, solo que no podía sacarlas para traértelas y tampoco quería venir muy cargado.
—Christopher...
—Vamos, babygirl, tienes que entenderme, te he echado mucho de menos, entrábamos a sitios con los niños y si no veía algo para ti, ellos la veían por mí.
—Daba por hecho que algo me comprarías, porque te conozco, pero no tenías que hacerlo.
—Pero he querido hacerlo.
—Chan...
No siguió hablando porque no le haría entrar en razón, en eso eran ambos muy tozudos y no darían su brazo a torcer. Se sentía muy halagada que le hubiera comprado tantas cosas, que hubiese pensado en ella tanto en estos meses.
Los regalos eran de todo tipo, desde tonterías que a ella le encantaban y demostraban que Chan la conocía muy bien, hasta algunas cosas muy caras de tiendas occidentales que usaría porque eran muy de su estilo.
—¿Te gustan?
—¿Cómo no van a hacerlo? —Fue ella esta vez la que respondió con otra pregunta y se giró para poder mirarlo a los ojos—. Te quiero.
—Y yo también te quiero a ti.
Durante unos segundos se estuvieron mirando a los ojos, haciendo que estos expresasen lo que sus palabras acababan de hacer. Chan fue el que acortó la distancia entre los dos y volvió a besarla como llevaba haciendo desde que se habían reencontrado, pero esta vez no fue tan dulce y cuidadoso. La besó sin contener las ganas que tenía de verla, haciendo que su lengua entrase en juego y jugase con la de ella.
Jiyong entendió sin necesidad de palabras lo que le Chan le estaba pidiendo, por lo que dejó que él se sentase en la cama para sentarse ella encima.
—Te he echado tanto de menos... —repitió el chico mientras empezaba a besarle el cuello yendo con mucho cuidado de no dejarle una marca.
—Y yo a ti —murmuró con los ojos cerrados Jiyong, disfrutando de las atenciones de su novio—. No vuelvas a irte tanto tiempo...
—No te preocupes por eso, babygirl. —Chan dejó de besarle el cuello y la miró—. Eres preciosa.
—Bobo. —Jiyong se rio y le dio un pequeño golpe—. ¿Vas a seguir hablando o nos seguimos besando?
—¿Quieres que te bese?
—Quiero muchas cosas, Chris.
—¿Nombre completo? —preguntó entre risas.
—¿No decías que te gustaba? —ronroneó ella más que consciente de que no solo le gustaba cómo sonaba en sus labios, que había otro motivo que sabía bien.
—Me encanta —reconoció—. Como me encantas tú.
Y volvió a besarla dejando de lado la charla para otro momento.
•❥❥❥•
Chan no podía dormir.
Jiyong estaba recostada en su pecho mientras él la abrazaba, completamente dormida, y no podía dejar de mirarla de lo preciosa que le resultaba de ese modo, con el cabello tapándole un poco la cara, sin nada de maquillaje y sin nada encima porque no se había puesto el pijama después de haber estado juntos.
La había echado muchísimo de menos, había sido muy complicado para él estar tanto tiempo lejos de ella, porque sin pretenderlo, se había convertido en uno de sus mayores apoyos, una de las pocas personas que lo conocía casi a la perfección y con la que podía ser él al completo, sin fachadas, sin tener que aparentar que estaba bien cuando no era así, con la que se permitía tener momentos de debilidad...
Le alegraba los días solo con hablar cinco minutos con ella, hacía que un día malo se convirtiera en uno un poco mejor solo con su presencia .
Estaba loco por ella, era muy consciente, no recordaba haberse sentido así por nadie en mucho mucho tiempo, ni siquiera cuando era adolescente y tenía las hormonas revolucionadas, estaba muy enamorado, tanto que no había palabras para definirlo.
Acarició su cabello, apartándoselo un poco del rostro, mientras seguía observándola. Sus managers se lo habían dicho y tenían razón, tenían que hacer las cosas bien, ahora que ya no tenía la cláusula de citas su deber con la empresa era comunicarles que tenía pareja para que, en el caso de que los pillasen o saliese en prensa, no les tomase por sorpresa y supieran cómo actuar aunque fuese solo mandar un comunicado confirmando la noticia o diciendo que no hablarían de la vida privada de sus trabajadores y que respetasen su privacidad.
A Jiyong no se lo había dicho, pero en el aeropuerto habían tenido algunos problemas con gente que se hacía llamar fans, al igual que cuando los chicos habían llegado al dorm, donde había bastantes esperando captar imágenes de los chicos y sentirse importantes por tenerlas antes que nadie.
Antes de que se marchasen de gira los chicos y él había empezado a sentirse incómodos con ese tipo de personas, llegaban a estar muy pendientes de lo que hacían, los perseguían y habían llegado a generar situaciones incómodas con miembros del equipo y otros trabajadores.
No quería nada de eso para Jiyong, no cuando ya había sufrido suficiente por algo parecido, por lo que se lo había callado, esperando que nada ocurriese, esperando controlar la situación.
Él solo quería protegerla, hacerlo por fin, aún se sentía en parte culpable por no haber estado ahí cuando Jiyong había estado en el hospital. Y era lo que haría, intentaría que nada le afectase y ser el que recibiese los golpes en el caso de que algo fuese mal y los descubrieran.
—Channie... —bisbiseó la chica y abrió los ojos para mirarlo—. ¿No puedes dormir?
—No te preocupes por eso. —Le besó la frente con cariño—. Duerme, babygirl.
—No, no quiero dormir si tú no lo haces, debes tener jetlag, es normal. ¿Quieres que hagamos algo?
—Jiyong, duerme.
—No quiero. —Hizo un puchero—. ¿Me enseñas la canción esa? O cualquier otra con la que hayas trabajado estos meses.
—¿Segura?
—Sí, así puedes trabajar un poco, aunque sea con auriculares y quizá te entra sueño.
Chan se levantó para coger su ordenador y lo preparó todo para que ambos pudieran escuchar la canción con auriculares.
—Aún le queda trabajo, pero va por muy buen camino. Changbin, Jisung y yo estamos contentos por el momento.
—No te excuses, si seguro que es genial. —En la primera escucha, Jiyong no notó nada fuera de lo normal, o el motivo por el que no se la hubiera querido enseñar antes. Hasta la parte final en la que escuchó algo—. ¿Puedes ponerla de nuevo?
Chan le hizo caso, y volvió a ponérsela una tercera vez cuando lo miró al acabar la segunda.
—¿Te has dado cuenta ya?
—No estoy del todo segura... —dijo no muy convencida—. ¿Es mi voz la que se escucha de fondo de alguna forma? Es difícil de reconocer, pero lo parece debajo de la voz de los demás.
—Sí —reconoció un poco sonrojado, al escucharlo en la voz de ella le había entrado la vergüenza—. Tengo muchas grabaciones tuyas que te hice sin que te dieras cuenta, tarareando, riéndote, cantando... Las he modificado para que pudiéramos usarlas de fondo sin que se supiera con claridad que eras tú. Me inspiras y quería hacer una canción de la que me sintiese orgulloso de pensar que es para ti en cierta forma.
Jiyong se sintió abrumada, era la segunda canción que hacía pensando en ella, ya fuese en la letra o en la base. ¿Cómo podía ser alguien tan perfecto?
—Y luego dices que no eres romántico ni el mejor novio del mundo...
—No lo soy.
—Para mí sí lo eres. Te quiero muchísimo y no sé cómo agradecerte todo lo que haces por mí, Channie.
—Es muy fácil, si estás conmigo para mí ya es más que suficiente.
—Bobo. —Jiyong rio y le dio un golpe—. ¿Me enseñas lo demás? Nunca me cansaré de ver el talento que tienes.
Holi, ¿qué tal?
Sé que pregunte si queríais una escena intensa, o erótica festiva como yo las llamo, pero como había ambigüedad entre los comentarios, decidí que si surgía al escribir, la haría, si no, no, y realmente, no ha surgido, son unos bebés demasiado adorables y cuquis.
POR FIN VUELVEN A ESTAR JUNTOSSSSSSS. Y VAN A SEGUIR SIENDO ADORABLES, PORQUE LO SON.
Por cierto, el gif, como siempre, obra de Eclxqze que es un amor y me ayuda siempre, se ofrece, me anima en la historia es UN AMOR.
Por cierto dos, yo, si fuera vosotras/os estaría muy atenta a algunas pista que iré dejando en siguientes capítulos de cosas haha. SOLO DOS PERSONAS SABEN QUÉ VA A SER.
En fin, tened un buen inicio de semana :)
Muchos besos xx
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro