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사십이. real life

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¿Seguro que no quieres que te haga compañía? —preguntó Chan de forma directa—. Podemos hablar hasta que te hagan apagar el móvil dentro del avión y...

—Estoy bien, además, deberías estar durmiendo —lo riñó Jiyong—. Es de madrugada. —Se mordió el labio para no reírse—. Estás trabajando.

—No podía dormir —admitió—. Hemos cenado en familia, visto una película juntos, pero cuando he ido a mi habitación... —Suspiró—. Estoy intentando hacerlo lo menos posible.

—Estás de vacaciones, se supone que tienes que descansar, no seguir trabajando.

—Cuando cuelgues, me iré a dormir —prometió—, pero no lo hagas ahora, que te veo venir.

Jiyong se mordió el labio inferior para no decir su nombre. Por mucho que se había vestido lo más discreta posible, para así no llamar la atención, nunca se sabía si alguien podía estar escuchándola.

—Son las dos de la mañana...

—Las tres aquí —la corrigió entre risas—. Babygirl, no hagas que cuelgue, hablemos hasta que tengas que ir al avión. ¿Estás ya sola?

—Sí.

No llevaba mucho tiempo así, su guardaespaldas se había marchado unos diez minutos atrás ante la insistencia de Jiyong, asegurándole que estaría bien y que no le pasaría nada, que ya había hecho suficiente comprándose un billete que no usaría solo para poder acceder a la zona después del control. No iba a viajar con ella, tampoco tenía sentido que lo hiciera en un viaje fuera del país, en su tiempo libre y uno en el que se suponía que sería tranquilo y familiar.

Estaba sola después de muchos meses. No obstante, aunque no había nadie a su lado, Jiyong estaba más que convencida de que aún seguía por el aeropuerto vigilándola desde la distancia para asegurarse de que no le ocurría nada.

—Entonces no pienso colgar —aseguró—. Berry ha dormido conmigo hoy.

—¿Y ya la has dejado dormir? —se rio Jiyong—. Porque cuando quieres te mueves bastante...

—¡Babygirl! —protestó Chan sin ocultar también una risa—. Te echo de menos.

—En unas horas estaremos juntos. —Justo en ese momento, una azafata de la sala vip en la que se encontraba al viajar en primera clase, le indicó que ya podía ir hacia el avión—. Tengo que irme.

—¿Ya vas a embarcar?

—Sí.

—Cuando aterrices, llámame —pidió—. Y si te aburres y tienes WiFi en el vuelo...

—No, ve a dormir —lo cortó—. No vamos a hablar por mensajes.

Vale, lo he intentado —dijo y Jiyong supo que estaba sonriendo sin tener que verlo—. Te quiero.

—Y yo a ti. Hasta dentro de unas horas.

Jiyong colgó y siguió las indicaciones de los empleados hasta llegar a su asiento, alejada de posibles miradas curiosas y lo suficientemente cómoda para que las casi ocho horas de vuelo fueran confortables. Antes de sacar el libro que llevaba en el bolso para distraerse, sonrió sin poder evitarlo al pensar en lo rápido que habían pasado los últimos meses.

Habían sido un no parar, lo que no era una novedad ya que estaba acostumbrada a que en los últimos años, y a medida que su popularidad aumentaba, su agenda cada vez era más apretada. No era que se quejase, amaba su trabajo y lo que implicaba, y también le encantaba todo lo que le había venido al haber debutado como solista, pero estaba más que agradecida de poder tener una pausa durante unas semanas para descansar.

No había sido la única, con su comeback Chan y los chicos habían estado muy ocupados, exigiéndose al máximo, tanto a nivel vocal, repitiendo la canción una y otra vez para que no se les notase ahogados, como de baile, ensayando la coreografía tantas veces como hiciese falta. Más de una vez había tenido que ir a llevarles comida o a recordarles que descansasen un poco, aunque fuesen los cinco minutos que duraba su visita.

Y había valido la pena, o eso era lo que creían ellos por los buenos resultados que obtuvieron; varias victorias en shows musicales, su mejor estreno de un MV en visitas en Youtube, y batieron sus propios récords de ventas del mini álbum.

Jiyong estaba muy orgullosa, y lo seguía estando a cada día que pasaba. No podía evitarlo. Aunque seguía teniendo la espinita clavada de no haber sido ella la que les había entregado, aunque fuese, uno de los varios premios que habían ganado.

Como los rumores de su relación con Chan aún seguían, sobre todo en redes sociales, para evitar que se generasen más especulaciones, la empresa decidió que no coincidieran en ese aspecto, que cuando Stray Kids promocionaba sus nuevos temas, ella no fuera presentadora.

Esas semanas en las que tanto ella como Chan habían tenido tanto trabajo habían sido complicadas porque casi no se habían visto. Por mucho que tuvieran el acuerdo de dormir juntos casi a diario, para así pasar tiempo juntos pese a lo apretados de sus horarios, había sido casi imposible. No solo tenían todo lo del comeback, también estaba el hecho de que debían grabar contenido de sobra para que fuese publicado durante sus vacaciones.

De eso era de lo que estaba más feliz por los chicos, de que pudieran descansar unas semanas con sus familias y desconectar.

Cogió su móvil para apagarlo, pero antes de hacerlo decidió mandarle un mensaje a sus padres para decirle que estaba yendo todo bien y ya había embarcado. Cuando les había dicho que se iría dos semanas de vacaciones a Australia para estar con Chan y conocer a su familia no les había hecho mucha gracia. Apoyaban su relación con el idol, y les caía muy bien, pero el que su hija hiciera un viaje tan largo para conocer a la familia Bang no era muy de su agrado, también en parte porque consideraban que era dar otro paso más en su relación y hacerla aún más formal de lo que ya era. Incluso le habían recordado que cuando Jiyoon conoció a los padres de los que era su marido fue poco antes de comprometerse, al igual que había hecho Junghoon con su mujer, que solo se la había presentado cuando estaba seguro de que se casaría con ella.

Jiyong sabía que era porque se preocupaban mucho por ella, pero tal y como les había dicho, por lo diferentes que eran las profesiones que habían elegido sus hermanos con ella y Jisoo, no podía compararse. Y que por eso mismo, tampoco sabía cuando podría conocer a la familia de su pareja por lo ocupadas que eran sus vidas.

Suspiró e intentó centrarse en su libro para no pensar en nada y distraerse porque le hacía falta. Le quedaba por delante un largo viaje.


❥❥❥


El ruido del avión justo al aterrizar hizo que se pusiera aún más nerviosa. Llevaba así todo el viaje, incluso desde unos días antes en los que no había podido dejar de pensar en cómo iría todo, no había conseguido distraerse con el libro ni con la Switch. Quería conocer a la familia de Chan, sobre todo por lo ilusionado que estaba el idol, pero no obviaba el miedo de viajar sola.

Nunca hubiera pensando que echaría de menos el estar acompañada en todo momento, que siempre hubiese alguien pendiente de ella y de su seguridad, sobre todo por lo que le había molestado en un principio al saberlo. Eso la hacía sentir desprotegida en cierta forma, porque aún no olvidaba todo lo que le había sucedido con el sasaeng.

Después de meses de terapia estaba mucho mejor, sobre todo si lo comparaba con las primeras sesiones que había tenido, pero aún no podía evitar mirar de reojo a cualquier persona que le parecía sospechosa, al igual que comprobar varias veces si la seguían o que lo bebía y comía no lo había cogido nadie antes que ella.

Pasar desapercibida entre la gente del aeropuerto de Sydney fue más fácil de lo que se pensó, nadie parecía reconocerla, o reconocer a Jisoo al ser gemelas, con el gorro y las gafas de sol que llevaba junto a la sudadera que se había puesto antes de bajar del avión ya que en Australia hacía frío.

Tanto Jennie como Rosé le habían hecho aprenderse varias frases en inglés para que pudiese coger un taxi sin problemas y defenderse un poco, llegando al punto que le habían estado hablando en ese idioma junto a Lisa durante las últimas semanas para que se acostumbrase, lo que la había frustrado un poco.

Después de coger su maleta, y de intentar no perderse mientras salía del aeropuerto, buscó con la mirada un taxi y salir de ahí. Estaba agobiada, había demasiada gente, no tenía la situación controlada y se sentía muy vulnerable.

Hola, babygirl —la saludó Chan con clara emoción en la voz cuando respondió la llamada —. ¿Has aterrizado ya?

—Sí, estoy cogiendo un taxi —explicó un poco nerviosa.

—Espera, ponme en altavoz, así digo yo la dirección. Si no te molesta, claro.

Jiyong lo hizo y Chan habló de forma clara en inglés al taxista. Más o menos entendió lo que estaban hablando, pero no interrumpió la conversación, solo volvió a ponerse el móvil en la oreja y a quitar el manos libres cuando el taxista se había puesto en marcha.

—Gracias —musitó Jiyong—. ¿Has dormido bien?

Más o menos, Berry casi me echa de la cama, hoy también ha venido a la mía —bromeó—. Ha sido... raro.

—¿Cómo va a echarte de la cama? Si es pequeña y...

—Tú no sabes lo que hace mientras sueña, se pone a hacer ruidos extraños y a moverse como si estuviera corriendo —aseguró sin dejar de reír—. ¿Cómo ha ido el vuelo?

—Largo —confirmó—, pero he estado muy cómoda.

Todo lo que duró el trayecto, Chan no se calló, intentó hablar de cualquier cosa, como el buen tiempo que estaba haciendo para la época del año que era. Jiyong sabía que lo hacía por ella, para distraerla y que no estuviera agobiada, para hacerle ver que él estaba ahí.

Cuando el taxi se detuvo, antes de bajar, vio que él estaba esperándola, tal y como le había dicho después de que le preguntase si había pasado un cartel muy reconocible lo que indicaba que estaba a punto de llegar. Llevaba una de sus típicas sudaderas negras con la capucha subida, lo que hacía que costase saber que era él, pero para Jiyong era inconfundible.

Pagó con tarjeta, ya que no le había dado tiempo de cambiar dinero en físico, y bajó del vehículo sin dejar de observar a Chan que estaba muy pendiente de ella y la miraba con una gran sonrisa. Agradeció y se despidió del taxista, antes de fundirse en un abrazo con Chan.

—Hola, babygirl, ¿me has echado de menos?

—Bobo —se rio ella y alzó la cabeza para mirarlo a los ojos—. Hola, Channie.

—Ya que tú no lo dices, yo sí te he echado mucho de menos.

—Estoy muy nerviosa —le reconoció Jiyong, separándose del abrazo. Podían estar en otro país, pero eso no quitaba que no quería que hubiera ninguna fotografía sobre ellos. Quizá podían pasar más desapercibidos y no tener tanta presión mediática como en Corea, pero aún así debían ser cuidadosos—. Quiero caerle bien a tu familia.

—Ya les caes bien —le recordó Chan—. Hemos estado hablando cada día por videollamada y se han encargado de hacerse notar.

Jiyong asintió, en un primer momento le había resultado algo chocante, pero entendió que no lo hacían solo para molestar a Chan, era también para que se acostumbrase a ellos y que cuando los conociera en persona no se hiciera brusco.

—¿Así es como te sentiste cuando te presenté a mis padres?

—No, fue peor, mucho peor —bromeó Chan, cogiéndole la maleta a Jiyong y dándole la mano. Recorrieron en silencio los pocos metros que separaban donde la había dejado el taxi hasta entrar en la casa de la familia Bang—. Todo irá bien, están más nerviosos ellos que tú.

—¿En serio?

—Hannah ha estado preguntando más por ti que por mí —reconoció—. Desde que supo que estábamos juntos se ha visto todos tus dramas y es más fan tuya que mía.

—Era fan de mi hermana también, ¿no? —preguntó para ganar tiempo.

—Babygirl, irá todo bien —le repitió Chan, acariciándole la mejilla—. No los hagamos esperar más. —Ella asintió y controló sus nervios lo mejor que pudo intentando usar los mismos ejercicios que utilizaba antes hacer una escena—. Jiyong, ellos son mis padres —dijo señalandolos—. Papá, mamá, ella es Jiyong.

Antes de que contestaran, hizo una reverencia como muestra de respeto ante ellos, no solo por ser mayores, también por ser quienes eran.

—Por favor, no tantas formalidades —pidió la madre de Chan y se acercó—. ¿Puedo abrazarte?

—Mamá... —murmuró Chan.

—Se lo he preguntado a ella, no a ti —le contestó reprimiendo una sonrisa—. ¿Puedo? —Jiyong asintió un poco cohibida por esa cercanía. No estaba habituada a ella y era extraña en Corea, pero se supuso que al llevar tantos años en otro país no tenían esas costumbres tan arraigadas—. Estamos muy contentos de que estés aquí, Chan no ha parado de hablar de ti y teníamos muchas ganas de conocerte en persona.

La actriz vio de inmediato el parecido entre ellos y Chan, al igual que también se dio cuenta del ligero acento que tenía al hablar en coreano. Era correcto gramaticalmente hablando, pero se notaba que no lo usaba mucho en su vida diaria.

—Mamá —volvió a quejarse Chan con las orejas un poco rojas por la vergüenza.

Tanto el padre de Chan como Lucas también fueron cercanos con ella, no tanto como la madre o Hannah, que no pudo disimular lo contenta que estaba de que estuviera ahí. La conversación siguió con los temas de cortesía, preguntándole cómo le había ido el vuelo o si estaba muy cansada.

—Si te parece bien, Hannah y tú dormiréis juntas en su habitación, ella tiene otra cama que usa cuando invita a sus amigas —comentó la madre de Chan—. Si no te sientes cómoda con eso, ella puede dormir en una habitación que tenemos vacía y...

—No, no es un problema para mí —dijo de forma rápida, no quería causar molestias.

—¿Segura? —Jiyong asintió—. Si cambias de opinión, dínoslo, queremos que te sientas como si estuvieras en tu casa.

Mamá, no la agobies —pidió Chan en inglés casi sin darse cuenta de que había cambiado el idioma—. Te lo he dicho.

Es mucho más guapa de lo que nos habías comentado —le respondió también en ese idioma—. Las fotos que nos has enseñado no le hacen justicia, es muy muy guapa. Además, es muy educada y correcta.

Hablemos en coreano, Jiyong no sabe hablar inglés, le estoy enseñando —comentó Chan, disculpándose con la mirada con ella.

—No pasa nada, Channie —sonrió la aludida—. Y muchas gracias por sus palabras —dijo en inglés de la mejor forma que pudo mirando a la madre de Chan. El idol la miró con una ceja alzada, muy sorprendido de haberla escuchado, era la primera vez que lo hacía delante de él—. ¿Qué pasa?

—Nunca te había oído más de dos palabras seguidas en inglés, sé que lo comprendes un poco, pero...

—Lo entiendo bastante, Jennie y Rosé me han estado ayudando bastante estas dos semanas. No como el que se supone que es mi profesor...

—Jiyong. —Chan se rio y negó con la cabeza, incapaz de responderle cómo quería delante de su familia—. Voy a enseñarte la casa.

—Vamos a hacerlo —le corrigió su madre que no podía de dejar de sonreír mientras los observaba. No había dejado de hacerlo desde que la actriz había llegado, buscando en los gestos y sus expresiones corporales esas cosas que no decían—. Puedes dejar la maleta aquí, más tarde te ayudo a instalarte.

Jiyong estuvo callada mientras le enseñaban la casa, observando todo con detalle la decoración, las fotografías que había, como algunas de Chan cuando era pequeño que más tarde miraría mejor. Lo que no se esperaba era que en una de las habitaciones libres hubiese un pequeño museo de Stray Kids y de Chan. Había de todo: pósters de todos los tamaños, cartones de ellos a tamaño real, sus discos en las diferentes versiones, entradas a conciertos, varios lightstick...

—Wow —murmuró al verlo—. Hay cosas que ni sabían que existían.

—Es una de las formas que tenemos de sentirnos cerca de él —comentó la señora Bang—. Tenemos todo lo que han sacado, incluso ediciones especiales o exclusivas.

—Hay cosas que no tengo —admitió Jiyong—, también tengo una colección, aunque es muy pequeña en comparación a esta.

—¿Eres fan de su música? —preguntó el padre de Chan.

—Sí, mucho de hecho. A raíz de participar en su MV los empecé a escuchar y acabé convirtiéndome en STAY, aunque los niños digan que no lo soy...

A ninguno de los Bang les pasó por alto que Jiyong había usado la misma palabra que usaba Chan para referirse a los otros miembros de Stray Kids.

—¿Te llevas bien con ellos? —preguntó la madre de Chan con una sonrisa—. Los conocí cuando vinieron a Australia para un concierto y me parecieron encantadores.

—Muy bien, son mis niños, los adoro —reconoció—. Nunca estaré lo suficientemente agradecida por lo bien que me acogieron y aceptaron nuestra relación, fueron un gran apoyo.

—Los niños también la adoran —afirmó Chan con una sonrisa llena de orgullo—. Se llevan muy bien entre sí, hasta tienen un grupo de chat sin mí.

—¿Quién es tu bias? —se interesó Hannah con una mirada traviesa—. Prometemos guardarte el secreto. Y no digas a mi hermano, porque parecerá que lo dices para quedar bien.

—No puedo elegir, es imposible —admitió entre risas mientras observaba uno de los pósters que había colgados, era de la época de su debut, todos se veían muy jóvenes—. Son mis niños.

Siguieron hablando de Stray Kids y cómo había sido para ellos el debut y cómo se habían sentido, lo orgullosos y emocionados que se sentían al ver sus logros, del mismo modo que les encantaba ver a Chan tan feliz.

Después de eso, le preguntaron a Jiyong si le apetecía para cenar costillas de cordero con curry de arroz, la que era una de las comidas favoritas de Chan, y se marcharon para dejarles intimidad.

—Te voy a enseñar mi habitación —dijo Chan, cogiéndole la mano para guiarla. Se había estado reprimiendo las ganas de hacerlo delante de su familia.

—¿Y tiene que ser solos? —bromeó—. ¿Tienes algún secreto inconfesable?

—Babygirl... —Negó con la cabeza y una vez dentro de su habitación, cerró la puerta—. Voy a besarte.

—¿Por qué me lo anuncias? —siguió chinchándolo un poco—. Solo hazlo y ya.

No tardó en hacerlo, intentando hacerle ver con ese gesto lo que la había echado de menos esos días que no se habían visto.

—Me cuesta creer que estés aquí —murmuró—, que estés en Australia en mi casa y acabes de conocer a mi familia.

—Sigo estando muy nerviosa, ¿crees que les he caído bien?

—Mi madre está encantada contigo, no tengo dudas. —La rodeó entre sus brazos y la abrazó—. Estás aquí, babygirl.

—Te repites, Chris.

—Qué graciosa estás, ¿no? —Aprovechando que aún la estaba abrazando, la giró, haciendo que la espalda de la chica quedase en su pecho, y apoyó la cabeza en el hombro de Jiyong—. ¿Qué opinas de mi habitación? Está tal cual la dejé cuando me marché.

—Tienes muchas medallas —apuntó al fijarse en ellas—. ¿De qué son? Porque se te dan bien casi todos los deportes, a excepción de los bolos.

—Tú también no, babygirl —pidió entre risas. Era una de las bromas habituales que le hacían los chicos, burlarse de lo mal que le había ido en el episodio que habían grabado jugando a bolos—. La mayoría son de natación.

—Cierto, que tu padre tiene un club de natación.

—Estoy tan contento de que estés aquí...

—Y yo de estarlo, Channie. —Jiyong se giró para poder mirarlo a los ojos—. Gracias por invitarme.

—Gracias a ti por querer venir. —Chan volvió a besarla aprovechando que aún estaban a solas—. Por cierto...

—¿Qué pasa?

—He convencido a Hannah de una cosa, pero necesito tu ayuda. —La actriz alzó una ceja sin entender nada—. Ella no va a chivarse cuando vengas a dormir a mi habitación, de hecho va a ayudarnos.

—Espera, ¿qué? —Negó con la cabeza—. No, Christopher, es una falta de respeto hacia tus padres y...

—Por favor —pidió con su mejor mirada—. Duermo mucho mejor contigo.—Jiyong se mordió el labio inferior. A ella también le ocurría, pero como había dicho, era maleducado hacerlo. No estaban en el dorm ni en su apartamento, no era correcto por mucho que le apeteciera. Si les pillaban, podrían tener muy mala imagen de ella—. Sé que en el fondo a mis padres no les va a importar, los conozco.

—Ya, pero... —Suspiró—. Me lo pensaré.

Y Chan la besó para ayudarla a pensar y que su decisión fuese un poco más clara.

















¡HOLI!
¿Cómo estáis?

Es sábado y aquí un nuevo capítulo de los Jiychan. Al final, como siempre, me alargo como las persianas y he tenido que cortar el capítulo y todo lo que quería poner ahahaha, pero intentaré mantener la escaleta de lo que tenía.

Solo os diré una cosa... OJO con los siguientes capítulos, porque algo pasará... ¿cuánto queda? No se sabe, pero es pronto hahah.

¿Os ha gustado? La verdad, Jiychan se escribe fácil proque son tan cuquis y monosos...

Btw, ¿habéis visto el stage de Kingdom de SKZ? Si no es así, id a verlo, fue genial, hicieron un mashup con Dudududu de Blackpink y de verdad, chef kisses. Y ya que estáis, id a mirad también el de IKON, que sale Lisa durante 30 segundos :)

Nos leemos el martes con Any :)

Muchos besos xx

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