사십삼. real life
▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂
Le gusta a bangchan, moonnaari, EliiRuiz468, hun_yaaa y 756.356 personas más.
Kimjiyong 🐳
—¿Qué te está pareciendo por el momento Australia? —preguntó la madre de Chan mientras estaban cenando—. ¿Chan te está haciendo bien de guía turística?
—¡Mamá! —protestó el aludido.
Jiyong rio y giró un poco la cabeza para observar mejor a su novio, que tenía la mirada clavada en su madre para que no siguiera avergonzándolo. Con el paso de los días la actriz se había dado cuenta de la buena relación que unía a todos los Bang, que no se notaba que Chan llevaba tantos años fuera, eran una familia muy unida y con unas dinámicas divertidas y graciosas de ver.
En cierta forma le recordaba a la forma en la que se relacionaba con los niños, tanto, que le había preguntado si la costumbre de que el más pequeño fuera el que primero empezase a comer, lo había sacado de sus padres, porque siempre ocurría, Jeongin siempre era el que daba el primer bocado mientras los demás esperaban, al igual que Lucas aquí en Australia. Chan se lo había confirmado, no sin antes reírse y besarla por lo atenta que era con los pequeños detalles, lo que según él, le encantaba.
—Me está gustando mucho —afirmó y sonrió al notar cómo Chan entrelazaba su mano con la suya debajo de la mesa. Estaban cenando en el jardín de la casa aprovechando que hacía buen tiempo para la época del año en la que estaban, casi no hacía frío para ser invierno.—. Lo que se me hace muy raro es que en agosto tenga que ir con jersey de manga larga y abrigo.
—Para nosotros es raro que no haga frío en esta época —comentó Hannah—, ¿no poder ir a la playa en Navidad? Es aburrido.
—A mí me costó acostumbrarme, pero ahora también se me hace raro —comentó Chan—. Y le estoy haciendo bien de guía turística, ¿verdad, Jiyong?
—Tampoco tengo a nadie con quién comparar... —bromeó.
Todos en la mesa se rieron, acostumbrados a esos comentarios sin mala intención que hacía Jiyong, al igual que Chan se los hacía a ella, para chincharse al otro.
—Hoy hemos ido al acuario —explicó Chan—. Ha estado muy bien, ha cambiado mucho desde la última vez que fui.
—Tenías diez años —apuntó su madre reprimiendo una sonrisa—. Es normal que haya cambiado, o quizá no te acuerdas bien. ¿A ti qué te ha parecido, Jiyong?
—Ha estado bien, me he divertido mucho.
Jiyong se había dado cuenta con los días, y al ir saliendo con mucho cuidado, que en Sydney podían actuar casi como una pareja normal. Nadie los reconocía por las calles, quizá en parte porque al ser invierno iban más abrigados y con el rostro cubierto, porque ninguno de los dos quería arriesgarse.
Podían ser ellos mismos, visitar parques, playas, sitios que Chan consideraba importantes o que quería que Jiyong conociera...
Casi no estaban pendientes de si podían pillarlos, porque no los reconocían; eran unos más, unos más entre todas las parejas que había en la ciudad.
Y eso le había gustado mucho. Adoraba esa libertad, ese no tener que estar todo el tiempo pensado en todo lo que les rodeaba.
Aunque el que parecía más contento era Chan, que aprovechaba que estaban en otro país para ser cariñoso con ella en la calle, lo que era un impensable en Corea y lo que le había sorprendido mucho.
—Me cuesta mucho no darle like a la foto que has subido o seguirte —se quejó Hannah—, ¿por qué no puedo seguirte? Será una más de toda gente que lo hace.
—También es para conservar tu intimidad, Hannah, ya hemos hablado de esto —dijo Chan muy serio.
Desde que habían empezado los artículos de rumores que los relacionaban como pareja, Jiyong vigilaba mucho todo el contenido que subía a su redes, subiendo durante las últimas semanas solo contenido de publicidad y nada suyo personal.
Hoy había decidido cambiar eso, subiendo una fotografía que le había hecho Chan en el acuario porque le apetecía compartir con sus seguidores lo feliz que estaba. Pero no había sido todo tan sencillo: antes de hacerlo había hablado con Jisoo, para que subiese una también en el acuario, porque por lo que le había contado, habían hecho una pequeña excursión familiar al de Seúl junto a sus sobrinas y sobrinos, para que la gente no empezase a sacar conclusiones de que era el acuario de Sydney. Junghoo y su cuñada también habían subido imágenes en su Instagram con sus hijas con iluminaciones parecidas a la suya para ayudarla.
—Cuando por fin tienes una novia y esta me cae bien...
—¡Hannah! —protestó de nuevo Chan con las orejas un poco rojas por la vergüenza. Desde que había llegado Jiyong su familia, o mejor dicho su madre y Hannah, no paraban de hacer comentarios de ese tipo para chincharlo—. ¿Por qué siempre estáis en mi contra?
—Porque ella nos cae mejor —se burló también Lucas.
El resto de la cena siguió por ese camino, los Bang haciendo comentarios para molestar a Chan mientras que él cada vez tenía más vergüenza y se replanteaba su existencia.
Una vez acabaron, y como siempre, Jiyong se ofreció para ayudar a recoger y limpiar todo, porque no quería no hacer nada mientras estaba ahí invitada, siendo rechazada, de nuevo, por la señora Bang que se negaba en rotundo a que hiciese algo por mucho que insistiera.
—Oye, Channie. —Jiyong sonrió después de que él la abrazase en el sofá. Habían decidido ver una película en familia antes de acostarse—. ¿Aún quieres que durmamos juntos?
Chan giró la cabeza para mirarla fijamente con una ceja alzada por la sorpresa.
—¿De verdad me preguntas eso, babygirl? Sabes la respuesta.
Él había entendido la decisión de Jiyong de no querer dormir juntos porque no quería faltarles el respeto a sus padres, pero siempre hacía un pequeño puchero antes de irse a dormir o por las mañanas al recordárselo.
—Entonces espérame —susurró en voz baja para que no los escuchasen. Aún no se habían sentado con ellos, pero si hablaban más fuerte de lo normal podían hacerlo—, que quiero dormir contigo.
—¿Y ese cambio?
—¿Ya te estás quejando? —se rio Jiyong—. Si pones tantas pega, no pasa nada, me quedo con Hannah, es muy divertida antes de dormir.
—No, no, ahora vas a venir a mi cama. —La apretó más a su lado para abrazarla con más fuerza y no se resistió las ganas de besarla, sin importarle que no estuvieran solos—. No quiero ver la película, solo me apetece que sea más tarde.
—Bobo —se quejó—. No me digas esas cosas.
Chan negó con la cabeza e intentó besarla otra vez, siendo interrumpidos por el carraspeo de Hannah que los miraba con una expresión divertida.
—No estáis solos, ¿sabéis? —se quejó y se sentó a su lado queriendo, solo para molestarlos—. No es agradable ver cómo tu hermano y su novia, a la que admiras, se comen mutuamente como si no les importase que haya más gente a su alrededor.
—Hannah... —pidió Chan un poco avergonzado.
—Por cierto, os he escuchado —admitió con total naturalidad y se rio al ver cómo Jiyong abría un poco los ojos y también se avergonzaba—. Y sí, os ayudaré, mucho habéis tardado en querer dormir juntos.
—No sigas —murmuró un poco incómodo Chan de hablar de eso con su hermana pequeña.
—Al menos dadme las gracias, ¿no? Es lo mínimo.
La película se les hizo muy larga. Jiyong no podía dejar de pensar en que no quería que los pillasen, pero a su misma vez las ganas que tenía de poder estar a solas con Chan y dormir juntos, porque ella también lo echaba mucho de menos, por las noches eran más grandes que el pudor y el respeto que sentía por los señores Bang. Tampoco harían nada más, solo dormir y tener intimidad, nada más.
Unas horas más tarde, y una vez que estaban ya todos en sus respectivas habitaciones para descansar, Chan fue a buscar a Jiyong a la habitación de su hermana después de asegurarse de que sus padres estaban dormidos, o parecían estarlo.
—Sigo teniendo mucha curiosidad por tu cambio de opinión, babygirl —habló en voz baja una vez ya estaban en su habitación y había cerrado la puerta—. Si no estás convencida o segura, puedes volver a dormir con Hannah, sé que para ti es importante respetar a mis padres. Aunque ya te lo he dicho más de una vez, dudo que les importe.
—Si no les importase, lo hubieran ofrecido desde un principio.
—Conozco bien a mis padres, si nos pillan, harán la vista gorda como si no hubiese pasado nada. Les he contado que paso mucho tiempo en tu apartamento y tú en nuestro dorm, no se van a escandalizar.
—¡Chris! —se quejó Jiyong y se tapó la boca al darse cuenta de que había gritado—. ¿Saben que dormimos juntos?
—Sí. —Se encogió de hombros para restarle importancia—. No pongas esa cara, babygirl, no les molestó ni hicieron ningún comentario.
—Mis padres no lo saben —admitió—, ni creo que se lo diga en un futuro cercano, no van a entenderlo. Saben que pasamos mucho tiempo juntos, pero no que...
—¿Que estamos prácticamente viviendo juntos? —completó por ella—. Y no me lo niegues.
—No lo iba a hacer, Jisoo me lo remarca siempre que puede. Pero no, no lo saben.
—¿Por lo que me contaste? —Jiyong asintió. No le había ocultado esa pequeña discusión que había tenido con sus padres por el viaje—. En parte los entiendo.
—¿Cómo?
—Eres su hija pequeña.
—Jisoo y yo somos gemelas, y ella no está aquí para decir que es mayor que yo. No hay una más pequeña que otra.
—A lo que me refiero es que son sobreprotectores contigo por todo lo que has vivido, que no ha sido poco, y por ser la pequeña, es normal que quieran asegurarse de que todo irá bien o que no te estás precipitando.
—No lo estoy haciendo —afirmó y lo miró con una ceja alzada, curiosa—. ¿Crees que lo estoy haciendo?
—Por supuesto, te estás precipitando, por eso fui yo el que te invitó a venir a conocer a mi familia —bromeó y la abrazó—. Han pasado ya varios días, pero aún se me hace raro que estés en casa con mi familia. Podría acostumbrarme a ello sin ningún problema.
—Si quieres me voy, porque no paras de repetirlo —se mofó—. ¿No es más sorprendente que tengas vacaciones?
—Eso también, se hace muy raro no tener que hacer absolutamente nada. —Jiyong se calló, observando su reacción—. ¿Por qué me miras así?
—Porque no estás haciendo absolutamente nada, haces todo lo contrario, trabajas en algo cada noche.
—¿Cómo lo sabes si no has dormido conmigo?
Chan estaba haciendo su mejor esfuerzo para no reírse. Adoraba ver las expresiones de Jiyong o cómo le brillaban los ojos al escucharle pese a que la estuviera chinchando.
—Porque te conozco —se limitó a decir—. Y cada mañana te has quejado del sueño que tienes, lo que indica que no has descansado lo suficiente —argumentó—. Ahora enséñame las canciones, melodías o bases que has estado haciendo, quiero mis privilegios.
—Siempre que tú me respondas a mi pregunta de antes.
—¿Cuál?
—Tu cambio de opinión, babygirl.
—Si ya lo sabes.
—¿Segura que la sé? —sonrió con picardía—. No estoy muy convencido yo de ello.
—Chan, estás agotando mi paciencia.
—Y sigues sin responder, ¿te da vergüenza reconocerlo, babygirl? —Jiyong se alejó un poco de él, reprimiendo una sonrisa, sabía muy bien lo que estaba intentando conseguir—. Y huyes de mí...
—No huyo, solo tomo distancia —corrigió—. He cambiado de opinión sin más, ya está.
—¿Segura?
—¿Tengo que decirlo? —Chan hizo un pequeño puchero que Jiyong no fue capaz de resistir, por lo que volvió a acercarse a él y lo besó de forma dulce—. Te echo de menos por las noches, se me hace raro no dormir contigo.
—Así que echas de menos dormir conmigo... —se hizo el interesante.
—Lo que no echo de menos son tus ronquidos —rebatió, siendo ella la que tenía el control—. Definitivamente no, eso no lo echo de menos.
—¡Babygirl! —protestó—. Yo no ronco.
—¿Seguro? Creo que los niños y yo diferimos con tu criterio. —Jiyong le acarició la mejilla y sonrió—. Te quiero, Christopher.
—¿Nombre completo?
—Sí, porque sé que te gusta escucharlo.
—Me encanta —confirmó—. Yo también te quiero a ti, Jiyong. No llegas a saber cuánto.
•❥❥❥•
Las semanas de vacaciones que tenía Chan terminaron más rápido de lo que se dio cuenta. El primer día que había llegado a Australia todo le había resultado extraño, se sintió fuera de lugar, todo lo vio demasiado cambiado, hasta algunos muebles eran distintos.
Sin embargo, esa sensación había durado muy poco porque echaba muchísimo de menos a su familia, llevaba años sin verlos en persona, y haber podido pasar tiempo de calidad con ellos había sido muy gratificante porque había sido uno más.
Muchas veces tenía la sensación de que por haber perseguido su sueño se había perdido momentos importantes de la vida de sus hermanos, ya que cuando se había marchado a Corea eran muy pequeños, que quizá no lo recordaban, o no lo querían, o que simplemente se habían olvidado de él por no haber estado ahí.
Pero al pasar tiempo con ellos se había dado cuenta de que no era así, que todos lo tenían muy presente, al igual que él, que ni los años ni la distancia habían roto su vínculo.
Y no había sido lo único que quería recordar de estas semanas, otra de las cosas que más le habían gustado era lo bien que se había adaptado Jiyong a ellos, al igual que lo había hecho con los niños. Más de una vez se había quedado callado mirándola hablar con su madre o su hermana, como si se conocieran de hace más tiempo y se llevasen de maravilla, como si fuera una más.
Más de una vez se había preguntado cómo se llevarían, si encajarían y verían en Jiyong una mínima parte de lo que él veía en ella y lo especial que era.
—¿Tienes un momento? —le pidió su madre entrando en su habitación antes de que se marchasen hacia el aeropuerto.
Por mucho que habían intentando no regresar con el mismo vuelo, les había resultado imposible, solo había uno disponible esa semana que hacía el trayecto Sydney-Seúl, por lo que tendrían que hacerlo juntos.
Al ser billetes de primera clase, no estaban tan preocupados por el viaje, no les molestarían y tendrían la intimidad suficiente, pero una vez que aterrizasen, tendrían que tomar caminos distintos y salir del avión por separado para no llamar la atención. Y tampoco irían solos, Felix también regresaba en ese mismo vuelo.
—Claro, mamá, dime —dijo y dejó de hacer la maleta—. ¿Pasa algo? —preguntó al verle la expresión un poco alicaída.
—No, nada, me sigue costando mucho ver cómo haces la maleta, cariño, solo eso.
—¿Quieres ayudarme? —propuso y se echó un poco hacia un lado—. Como la primera vez que la hice, que si no llega a ser por ti me dejo todo lo importante.
—Eras un niño y ahora ya eres todo un hombre —comentó con mucha nostalgia—. No es de lo que quería hablarte.
—Te escucho, mamá.
—Quería hablar contigo antes de que te marchases porque creo que es importante. —Le devolvió la sonrisa a su hijo y se sentó en la silla que había—. Os he estado observando estos días a Jiyong y a ti. —Chan la miró con mucha curiosidad para ver qué decía—. Estáis yendo muy muy en serio.
—¿Lo preguntas o lo afirmas, mamá?
—Lo afirmo.
—¿Qué me estás queriendo decir con eso? —preguntó sin poder ocultar la preocupación en su voz.
—No es nada malo, cariño —lo tranquilizó y se levantó para abrazarlo—. Es todo lo que una madre querría para su hijo: encantadora, educada, agradable, inteligente... Y lo más importante, está muy enamorada de ti y te quiere.
—¿Cómo sabes eso? ¿Has hablado con ella?
—Muy sencillo, al igual que sé que tú también lo estás de ella: por la forma en la que os miráis. Eso dice mucho más de lo que lo hacen las palabras —admitió—. Tanto tu padre como yo, después de conocerla, nos hemos quedado más tranquilos al saber que tienes a alguien en quien apoyarte en tus momentos más difíciles.
—No he estado solo nunca, mamá. Tengo a mucha gente conmigo.
—Lo sé, cariño. Pero ella sabe muchas más cosas que los demás, ¿no? —Chan asintió—. Le has dejado ver una parte de ti que poca gente conoce, con ella eres tú.
—Lo soy, mamá. ¿Te ha caído bien?
—Sí, cariño. Creo que os complementáis muy bien. Espero poder ir a visitaros a Corea pronto y volver a verla.
—Te echaré mucho de menos —admitió Chan con tristeza—, os echaré de menos a todos.
—Y nosotros a ti.
Después de las despedidas, que se alargaron más de lo que deberían, llegaron algo apurados de tiempo al aeropuerto, por lo que ni intentaron disimular o caminar muy separados, no había tiempo para eso, tampoco de buscar a Felix antes de embarcar, ya lo verían en el avión, tenían asientos contiguos.
—Babygirl, ¿te lo has pasado bien? —quiso saber Chan mientras esperaban para embarcar.
—Por enésima vez, sí, Channie. Me ha gustado mucho conocer a tu familia.
—Gracias por querer pasar tus vacaciones conmigo.
—No seas bobo, que no puedo golpearte ni besarte ahora mismo.
—Quizá por eso lo estoy diciendo —se rio—. Tengo ganas de ver a Felix ya, al igual que a los demás, se me ha hecho raro estar tanto tiempo sin ver a los niños.
—Hablamos por videollamada un par de veces.
—¿Tú no los echas de menos? Es todo como silencioso sin ellos, más de una vez en casa de mis padres cuando oía un ruido más alto de lo normal me salía regañar a Jisung o Hyunjin de forma natural.
—Yo también los echo de menos... —Jiyong suspiró al darse cuenta de lo que acababa de decir—. Ya sueno como su madre.
—Porque lo eres, babygirl, lo eres.
¡Holi! Sábado y nuevo capítulo. Uno que me he enrollado y no he puesto todo lo que quería, so lo que me falta irá al de la semana que viene haha.
¿Cómo os ha ido la semana?
Yo ahora mismo tengo mucho sueño hahah.
Muchos besos, nos leemos el martes en Any :)
Besitos xx
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro