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Epílogo

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Octubre 2024

Chan intentó disimular lo mejor que pudo lo nervioso que estaba. De hecho, lo llevaba haciendo toda la semana, pero hoy era mucho peor.

Lo quería hacer desde hacía tiempo, pero nunca encontraba el momento perfecto. Siempre había algo que hacía que lo pospusiera, y casi todas las veces eran por temas relacionados con el trabajo. Ninguno de los dos tenía un descanso, no cuando eran de las personalidades más reconocidas y famosas de Corea del Sur de la actualidad.

Sin embargo, había decidido que no iba a esperar más.

—Se me hace raro que los niños se vayan haciendo mayores —comentó Jiyong mientras bajaba del coche.

Un par de meses atrás se habían mudado del que había sido su apartamento durante los últimos tres años a una bonita casa en Gunpo, la ciudad en la que se había criado la actriz.

La habían encontrado por casualidad, gracias al padre de Jiyong. Gracias a sus contactos había sabido que un conocido suyo se mudaba a la otra punta del país, poniendo su bonita casa en venta.

Llevaban pensando en mudarse un tiempo, más para buscar un apartamento más grande del que ya tenían para el futuro, pero cuando habían visto esa casa no habían podido pensar en nada más.

Era perfecta: de tres plantas, en el que la última solo tenía una gran habitación ideal para poner el estudio de música de Chan, con un jardín grande, intimidad suficiente, en una zona tranquila y segura, y con el espacio suficiente para el futuro.

A Chan no le había importado alejarse unos kilómetros de Seúl, no cuando era por algo así. Tampoco que fuera en la ciudad en la que vivía la mayor parte de familia de Jiyong, siempre le habían tratado muy bien, aunque después de tantos años juntos, aún se seguía sintiendo un poco intimidado por el padre y hermano.

—Siempre dices lo mismo —rio él, negando con la cabeza—. ¿Cuántas veces van ya en los últimos años?

—Sabes que es distinto, Minho dentro de unos meses se va a ir al servicio militar, el primero de los niños y... —Suspiró, tragando saliva—. Y ya después de él irán los demás, y no sé si estoy lista. Espero que me envíen cartas, los echaré mucho de menos.

—Te tomas demasiado en serio el papel de madre —bromeó mientras se ponía la mano en el bolsillo del abrigo para comprobar que no se lo había dejado—. Va, entremos, hace frío. No quiero que te resfríes.

Jiyong asintió, para ser octubre estaba refrescando demasiado. Al entrar, Chan la miró de forma disimulada, notando cómo se extrañaba de que Nun no los fuera a recibir como siempre hacía. Con duda en los ojos, fue hacia la zona de estar y se giró para mirarlo a los ojos al encontrarlo decorado con velas, pétalos de rosas, globos, ramos de flores y varias cajas de sus chocolates preferidos.

—¿Chan? —preguntó sin entender nada.

Ya estaba arrodillado, con la cajita en la mano, a punto de abrirla, mientras la miraba como lo que era para él: lo más precioso del mundo.

—Jiyong, yo...

—No, espera, frena —le pidió con un gesto de mano y una sonrisa que ya le daba una respuesta a la pregunta que aún no había hecho—. ¿Vas a hacerlo hoy?

—¿Cómo que hoy? —Alzó una ceja con curiosidad—. ¿Qué problema hay?

—Es tu cumpleaños, el día se trata de ti, Channie.

—¿No crees que el mejor regalo que podrías hacerme sería responder de forma afirmativa a lo que te voy a decir? —rebatió con una sonrisa.

—Ya, pero...

—Jiyong, ¿vas a dejar que te lo pregunte? —Negó con la cabeza—. Por favor.

—Vale, me callo.

Tragó saliva antes de volver a hablar, repitiendo mentalmente las palabras que tenía preparadas, esas a las que le había dado vueltas durante la última semana.

—Siempre me sentí atraído por ti —empezó, ocultando los nervios como pudo—, desde que te vi por primera vez de hecho, ahí tuve un crush que no se me pasó, la gente más cercana a mí lo sabía, sabían que estaba fascinado por ti sin ni siquiera conocerte más allá de saludos casuales por la empresa, o alguna conversación por cortesía en la máquina del café cuando ambos nos quedábamos hasta tarde trabajando. Entonces participaste en el videoclip de una de las canciones de los niños y mía, y todo cambió. —Sonrió con nostalgia—. Ahí pude conocerte de verdad, ver que eras aún más increíble de lo que me pensaba: atenta, agradable, simpática, alegre, cariñosa, responsable, trabajadora... Y me enamoré de ti sin poder evitarlo.

»Hacerlo ha sido una de las mejores cosas que me han podido ocurrir, y que tú también te enamorases de mí una de mis mayores suertes. Aún me sigo preguntando cómo es posible de que lo hicieras, pero no me voy a quejar, porque siento que soy la persona más afortunada del mundo. —Volvió a sonreír—. Llevamos cuatro años, y no cambiaría ningún momento de estos cuatro años porque han sido contigo. Eres una persona maravillosa, mi mitad, la que mejor me entiende del mundo, la madre de mis siete niños caóticos, la única que consigue controlarlos. —Ambos rieron—. A tu lado soy feliz, feliz como creía que nunca podría ser, como creía que no tendría la oportunidad de ser. —Abrió la pequeña cajita para que se viera el anillo—. Así que, Jiyong, ¿quieres casarte conmigo?

—Channie, yo... —A Jiyong le costaba hablar, estaba llorando sin poder dejar de sonreír y no dejaba de mirarlo—. ¿Cómo voy a responder a unas palabras tan bonitas?

—Es fácil, solo tienes que decir sí.

—Bobo —dijo para luego reír—. Yo sí que tengo suerte de que estés en mi vida y que te hayas quedado después de todo.

—Lo dices como si hubiera sido difícil.

—Si pudiera elegir, me volvería a enamorar de ti una y otra vez, porque hacerlo para mí también ha sido una de las mejores cosas que me han podido ocurrir. —Se arrodilló para estar a su misma altura y lo besó—. Claro que quiero casarme contigo, Christopher. Una y mil veces sí.

Escuchar ese sí fue como la mejor música para sus oídos, llenándolo de felicidad que no sabía cómo expresar con palabras. La besó con el máximo amor que pudo, la abrazó, acabando en el suelo ambos sin evitarlo y le puso el anillo, mirándolo, sin creérselo.

—Me has hecho el mejor regalo de cumpleaños de mi vida.

—No seas exagerado —le restó importancia—. Aunque podrías haberte esperado a mañana, tu cumpleaños es sobre ti.

—A partir de hoy no solo será sobre mí, será sobre nosotros.

—Mira que eres. —Negó con la cabeza y volvió a besarlo—. ¿Quién te ha ayudado? Cuando nos hemos ido a cenar con los niños la casa no estaba así.

—Tus hermanos y tus padres, estos últimos son los que están cuidando a Nun —reconoció, sonrojándose un poco—. ¿Recuerdas que hace tres semanas volví más tarde de lo que estaba en mi horario?

—Sí, te quedaste con Jisung y Changbin en el estudio, o eso me dijiste —apuntó, con el ceño fruncido—. Me mentiste.

—Oculté la verdad —matizó, entre risas—. Fui a cenar con tu padre y tu hermano, ahí les expliqué que quería casarme contigo y que esperaba que me apoyasen.

—Por todo esto, lo hicieron.

—Tu madre, Jisoo y Jiyoon estaban encantadas al saberlo, me mandaron varios mensajes. Incluso tu cuñada.

—¿Nayeon no sabía nada?

—Nayeon lo sabía todo —afirmó—. Prepárate para cuando se lo cuentes, va a chincharte y mucho.

—Como si no lo hiciera a diario.


❥❥❥


A casi nadie de su entorno cercano le sorprendió la noticia de que iban a casarse porque todos, de una forma u otra, lo sabían porque Chan se lo había contado para pedirles consejo, ayuda, o solo decírselo.

Jiyong tuvo que aguantar las bromas y comentarios de Nayeon, que no perdió la oportunidad de molestarla, como solía hacer, algo que no había cambiado con el tiempo ni iba a hacerlo, como ella mismo le había dicho: "las cosas buenas no tienen que cambiar". También de los niños, aunque en parte había sido gracioso, sobre todo el drama de Hyunjin, que estaba entre emocionado y triste.

Después de contárselo a la gente que les importaba, se lo comunicaron a la empresa, porque tenían que saberlo. Primero a sus mánagers, que tampoco se sorprendieron, para luego hacerlo con los jefes de sus divisiones. Les gustase o no, ya que hubieran preferido que se mantuviera en su intimidad, JYP envió un comunicado anunciando su compromiso y boda, y ellos, al poco tiempo, subieron en sus redes sociales una carta escrita mano dirigida a sus fans para explicarles la noticia y cómo se sentían por ello.

Como era de esperar, eso generó comentarios en los knets. Muchos se esperaban  la noticia tarde o temprano por lo afianzada y duradera que era su relación, y la mayoría se alegraron por la noticia y los felicitaron.

Al llevar años, y ver que no dejaban de ser profesionales y seguían teniendo las ideas claras, los netizens empezaron a ver su relación como un ejemplo de lo que tenía que ser una entre idols, convirtiéndolos en una de las parejas favoritas y más de moda del país. A raíz del primer anuncio que habían hecho juntos, y del éxito en ventas que había tenido esa campaña, durante los años siguientes habían hecho otros por las mismas fechas.

Y a medida que su relación tenía más aprobación por parte del público, empezaron a mostrar un poco más de ella, siempre con límites, pero ya no disimulaban si estaban en una entrega de premios juntos, se saludaban y sonreían si coincidían, se alegraban por las victorias del otro, e incluso Chan había asistido junto al resto de miembros de Stray Kids al estreno de una película que protagonizó Jiyong que se convirtió en todo un éxito.

—Ya te lo dije cuando te vi por primera vez con el vestido, pero estás preciosa, Jiyong —comentó Chan, visiblemente emocionado—. Tengo mucha suerte.

Pese a que su idea había sido casarse antes de que terminase el año, lo que no era raro en su cultura, no con las facilidades que daba la industria encargada de esos eventos, había resultado imposible. Al ser personalidades públicas, y al serlo la gran mayoría de sus invitados, la seguridad había tenido que ser reforzada, cumplir unos protocolos y asegurarse de que todo iría bien. Así que había pasado a principios de enero, pasado el cumpleaños de Jiyong, y antes de que Minho se marchase al servicio militar.

—¿Y yo qué te dije? —sonrió ella y se dejó acariciar la mejilla—. Que tú también y que no seas bobo.

Fueron a besarse, pero el ruido inconfundible de los niños hizo que se separasen, negando con la cabeza, más que acostumbrados.

—Tenéis toda la vida para besaros, controlaos un poco —se quejó Minho, con esa sonrisa tan característica suya—. Vuestra obligación es atender a los invitados de vuestra boda. Además, hay niños pequeños delante.

—Hyung, que ya tengo una edad... —protestó Jeongin.

Como era habitual en las bodas en Corea, antes de la ceremonia en sí de la boda, los invitados pasaban en grupos para hacerse fotografías con los novios, que estaban en una sala aparte.

Los primeros invitados con los que se hicieron fotografías fueron sus familias, donde la madre de Jiyong iba con el hanbok de color rosado y la de Chan azul pálido, como marcaba la tradición.

Al vivir en países y continentes distintos, habían tenido que posponer el encuentro que se celebraba entre las familias justo después del compromiso hasta las navidades, que las habían pasado juntos.

Tanto los Kim como los Bang conocían muy bien a la pareja de sus hijos, Chan siempre pasaba las celebraciones y días importantes con la familia de Jiyong al no tener a nadie en Corea, y Jiyong había ido a Australia más de una vez junto a Chan para pasar las vacaciones o había estado con ellos si habían visitado a su hijo.

Podrían haberse conocido antes, pero los Kim eran muy tradicionales y querían respetar sus creencias, y estas marcaban que las familias de las parejas que iban a casarse solo lo hacían una vez pasado el compromiso, que era una forma de oficializarlo.

Y aunque se llevaron bien de inmediato, hubo pequeñas discrepancias en cuánto el papel que iban a tener en la boda. Los señores Kim querían hacer más de lo que debían, ya que al haberse comprado una casa propia Chan y Jiyong con su dinero, no podían cumplir lo de que la familia de la novia les comprase todos los muebles y la del novio el lugar en el que vivir, por lo que intentaron pagar la boda, ante lo cual se negaron tanto los Bang como la pareja.

Al final, y después de hablarlo mucho, los que acabaron cediendo fueron los prometidos, para que sus padres estuvieran contentos participando en la boda. Ellos pagarían la boda, pero tanto los Kim como los Bang les renovarían casi todo el mobiliario de la casa y les comprarían nuevos electrodomésticos.

—Supongo que ya te lo ha dicho mucha gente, pero estás preciosa, Jiyong —habló Seungmin, sonriéndole.

—Muchas gracias.

—No teníamos ninguna duda de que ibas a ser una novia radiante —aseguró Jisung.

—¿Y a mí no me vais a decir nada? —se quejó Chan, reprimiendo una carcajada—. También estoy aquí.

—Ya bueno, tú intenta quedar bien en las fotografías —le molestó Minho, provocando una carcajada general.

Al ser tan importantes en la vida de los novios, iban a tener una foto de grupo, una con cada miembro individual, y otra con sus parejas, porque también habían sido invitadas, eran parte de su familia.

—Querré también algún selfie, noona —comentó Hyunjin después de su fotografía individual con los novios—, que se note que soy tu favorito.

—¿Solo o con Gaeul?

—Bueno... —Hizo un gesto dramático, muy a su estilo—. ¿Sabes que se me ha puesto a fangirlear de Minho conmigo? —Resopló—. Que si va en traje, que si le queda muy bien, que es una pena que se tenga que ir al servicio militar y que la vida no es justa, que si...

Y se calló de repente.

—¿Algo que no debías decir? —asumió Chan.

—Da igual, pero teniéndome a mí, en traje, tan guapo como estoy hoy, y que se ponga a fangirlear de Minho...

—Ya sabes que es su bias y la persona que más le gusta de la industria, tienes que entenderla.

—Sí, algo que no entiendo, han pasado años, debería ser yo su bias, su novio. —Jiyong sonrió, aunque se estuviera quejando sabía que no lo decía en serio, era parte de su personalidad dramática—. ¿Sabéis qué es lo peor? —Ambos negaron con la cabeza—. Que lo ha dicho en voz baja para que Nari no la escuchase.

—¿Por qué?

—Dice que aún le tiene un poco de miedo y más ahora, que no está de buen humor...

Durante la siguiente hora, Chan y Jiyong no se movieron de esa sala y se hicieron fotografías con todos los invitados que quedaban, algunas más por educación por haberlos invitado, como altos cargos de JYP, y otras porque de verdad querían, como las miembros de TWICE, que eran sus amigas, al igual que las de BLACKPINK, otros idols, y actores y actrices con los que había trabajado Jiyong.

Baby girl.

Jiyong se giró para mirar a Chan antes de que empezase la ceremonia. Entraban por separado, con una música de elección propia, antes de que las presentadoras de la ceremonia, porque habían dos en lugar de una como era habitual, tanto Jisoo como Nayeon se habían ofrecido y no se lo habían negado.

—¿Qué pasa, Channie?

—Una de mis sorpresas de hoy viene ahora, escucha bien la canción.

Le sonrió y entró, porque lo hacían por separado y Jiyong negó con la cabeza en un gesto casi involuntario. Podían pasar los años, pero él seguía siendo igual de detallista o más que cuando empezaron, componiéndole canciones, dedicándoselas, escribiendo letras solo para ella... Y se seguía emocionando como la primera vez.

Sin embargo, esta vez era distinto, porque ella también le había preparado una sorpresa parecida, una en la que le habían ayudado en secreto Changbin y Han.

Ver la sorpresa inicial en el rostro de Chan, que no se esperaba para nada que la canción con la que entrase fuese una propia, cantada por ella y hablando de su historia.

—Jiyong... —intentó decir, con los ojos brillantes de la emoción.

—No es el momento, Channie, tenemos que casarnos —lo cortó con una risa.

La ceremonia fue corta y no pudieron dejar de mirarse entre sí en todo momento, ocultando la emoción como podían, aunque sin mucho éxito, sobre todo por parte de Jiyong, que cuando vio a sus amigas y amigos cantar canciones que eran especiales para ellos y su historia, no pudo contenerse.

Desde el momento que fueron de forma oficial marido y mujer, estuvieron en una nube de felicidad, con una sonrisa que no se les quitaba por mucho que los invitados les felicitaran y no tuviesen tiempo para hablar a solas.

Antes de que empezase el banquete y la celebración posterior, se cambiaron para ponerse el hanbok y hacer también la ceremonia tradicional, el pyebaek*, en la que solo participaban los miembros de la familia, donde pudieron ver las lágrimas y emoción en el rostro de sus madres.

—¿Puedo hablar ya de la canción que me has compuesto? —habló en voz baja Chan, antes de que empezaran a bailar.

—Depende.

—¿De qué depende, baby girl?

—No lo sé —concedió riendo. Con un gesto sútil, le indicó que mirase a los niños, que cada uno estaba con su pareja—. ¿Crees que alguno de ellos será el siguiente?

—Hubiera dicho que Minho y Nari, pero... —Apretó los labios para no decirlo—. Hyunjin, Han, Felix y Seungmin son muy jóvenes aún. Y Jeongin... —Ambos rieron mientras le daba una vuelta al ritmo de la música—. Jeongin para mí sigue siendo pequeño, no me acabo de hacer la idea lo que ha crecido.

—¿Y Changbin?

—Es complicado, y más con el servicio militar tan cerca...

—Si tú hubieras tenido que hacerlo te hubiera echado tantísimo de menos... —reconoció—. De algo tenía que servir que tuvieras la nacionalidad Australiana.

—¿Solo por eso?

—Bueno, también por el inglés, aunque como profesor eres un poco malo, tantos años y aún no soy bilingüe, eso demuestra muchas cosas...

Baby girl... —Le besó la mejilla con dulzura—. ¿Podemos hablar ya de la canción?

—¿Qué quieres que te diga? Es la verdad, nunca busqué el amor ni me interesaba hasta que te conocí, y ahí cambió todo. Sin ti no sabría qué hacer, estoy enferma de amor por ti.

—사랑해*.

















Pyebaek: Después de la boda general hay una ceremonia tradicional llamada pyebaek, en la que solo participan los miembros de la familia.

La novia coreana y el novio se ponen el traje tradicional coreano llamado hanbok  (vestidos de novia coreanos tradicionales) y hacen una reverencia a sus padres que están sentados detrás de una mesa baja cubierta con alimentos tradicionales y simbólicos de la boda, como castañas, dátiles y caquis secos.

Los padres bendicen a los recién casados, después empieza una actividad divertida de «coger azofaifos y castañas» para predecir cuántas hijas e hijos tendrá la pareja.

사랑해: Te quiero en coreano.





Bueno...este es el epílogo...

NO ESTOY BIEN, ALBA NO ESTÁ BIEN.
No sabéis lo que me ha costado escribirlo, porque mis niños.

PERO SE NOS HAN CASADO. EL JIYCHAN SE HA CASADO. Y BUENO, EN 2024, Y NO SABÉIS LO QUE ME HA COSTADO CUADRAR FECHAS CON LOS FUTUROS EPÍLOGOS DE LA SAGA. Por cierto, hay pistas de cosas jejej, quizá no son mías, pero jeje.

Dicho esto, ¿qué os ha parecido? Insertar comentarios de todo tipo aquí.

POR CIERTO, ES EL FINAL, SÍ, PERO VA A HABER UN EXTRA.

¿De qué va a ir el extra?

DEL PRIMER EMBARAZO JIYCHAN, DE SU VIDA DE CASDOS, DE CÓMO LOS NIÑOS SE LO TOMAN, ETC.

Eso sí, no sé cuándo lo subiré, quizá el sábado que viene, quizá un lunes, no sé, solo ESTAD ATENTAS.

Muchos besos, nos leemos pronto (aquí digo, el martes en los tozudos haha).

Y una vez tenga el extra subiré los agradecimientos, que tengo mucho por decir haha.

Ah, y como siempre, el gif está hecho por Eclxqze


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