Capítulo cuatro.
Hollycopter: No iré a clases, así que puedo ir a tu casa por la tarde.
Me río cuando leo su mensaje, Dios, ¿está chica es tan distraída como parece?
Erko: Holly, hoy no hay clases.
Hollycopter: Cierto, nos vemos en un rato.
Apago mi teléfono antes de ir a ayudar en lo que sea a mi abuela.
Han pasado algunas semanas y estar trabajando con Holly me ha gustado. Algunas veces no terminamos lo que teníamos planeado para el día y cada uno se queda con una parte para que lo terminemos individualmente. Mandar mensajes entre nosotros ha sido, de alguna manera, fácil y cómodo, nos entendemos mucho, lo que es increíble.
Realmente se ha vuelto una costumbre que todos los días ella esté en mi casa y que coma con nosotros. Algunas veces la han llamado por teléfono para decirle que se fuera a su casa. Siento que cada vez nos estamos acercando más y, aunque me aterra, me emociona de igual manera.
Miro mi celular antes de llegar a la cocina por la llegada de un mensaje.
Rob: Espero que me hayas extrañado, estamos de camino a tu casa con Clara, llevamos palomitas y varias películas para que veamos. (No respondas, dejaré el teléfono en silencio)
Niego con una sonrisa. Siempre hacia lo mismo cuando quería pasar una tarde de amigos. Recuerdo cuando me comentó que saldría por fin con Clara y estaba tan emocionado que tuvo que tomar tres litros de agua antes de salir a donde se iban juntar, eso no era lo mejor: tuvo que correr a algún baño para no hacerse en sus pantalones.
-Abu, necesito que...
Paro en seco cuando no veo a mi abuela por ningún lado.
Comienzo a caminar por alrededor de la casa, pero no la encuentro dentro. Es extraño nunca sale sin decirme antes, no es común de ella dejarme preocupado.
Rascando mi nuca salgo al patio trasero, siempre está ahí. Cuando la veo sonrío y me acerco por su espalda.
-No te preocupes, Miriam. Él está bien, creo que se alegrará de la noticia-comenta mi abuela al teléfono-. Nos vemos pronto, cuídate.
Es raro que mi madre haya llamado tan repentinamente.
-¿Era mamá?-casi me compadezco de lo emocionado que sonaba en mi tono de voz.
-Sí-comenta volteando hacía donde estoy-. Dijo que vendría en unos días, que necesitaba hablar unos temas contigo y de paso hacían cosas de madre/hijo.
Sonrío triunfante, por fin tendría a mamá antes de mi cumpleaños y la vería, por primera vez en años, más de tres veces en un periodo prolongado.
-Me has dicho la mejor noticia, abu. Venía a comentarte que vendrán algunos amigos en un rato y si quieres te unes a nosotros para que veamos alguna película que traerá Robert-le invito.
So risa jovial me da mil años de vida.
-No te preocupes, querido, aprovecharé e iré a dormir mi siesta y así no los molesto.
Cuando estamos de vuelta en la cocina, me comenta que hay varios aperitivos para que comparta con mis invitados. También se encarga de decirme más de diez veces que me la pase bien y no piense tanto en la llegada de mamá.
Ciertamente, siempre que viene mamá a visitarme entro en una especie de trance donde solamente cuando ella se va puedo salir. Hay algunas veces que he ignorado a Robert, Clara e incluso a mi abuela por estar más pendiente de mi madre. No quiero que pase esta vez, porque aparte de que tengo la presentación en pocos días, también está el hecho de que no quiero alejarme de Holly, se ha vuelto indispensable en mi día a día o solo me he acostumbrado muy rápido. En cualquiera de los casos, no quiero arruinar lo que sea que tengamos.
Suena el timbre y mi abuela abre la puerta dejando pasar a una confundida Holly y a un parlanchin Robert, no veo por ningún lado a Clara así que antes de saludar esa es mi primera pregunta y me río cuando aparece con el pelo morado y brillos en el. Más cuando en sus manos trae dos tartas.
-¡Deja de reírte, Robert no me quiso ayudar!
Su frustración es evidente así que me apiadó de ella tomando algunas cosas de sus manos.
-Deberías aprender, persona que se hace llamar mi novio-le recrimina.
Tanto alboroto a mi alrededor hace que se me olvide que no he presentado a nadie, por lo que me pongo al día con ello:
-Chicos, esta es Holly, mi compañera de grupo y amiga-la pareja le sonríe-. Hollycopter, ellos son Robert y Clara, la parejita empalagosa que no te deja pensar con tanto sonido de beso que hace.
-¿Hollycopter?-pregunta Robert.
-Tú no le digas así-gruño en su dirección.
Me mira sorprendido, pero lo deja pasar cuando le doy una mirada de muerte.
A Holly se le planta una sonrisa en su rostro ante mis palabras mientras que la pareja me mira con una mueca por lo que he dicho.
Cuando ya se presentan y saludan a mi abuela, voy a buscar algo para que cada uno tome, incluida mi abuela quien no dura mucho tiempo con nosotros antes de dirigirse a su habitación para descansar.
-Hace mucho tiempo que he querido hacer algo en parejas y hoy por fin le he dado al blanco-comenta Clara cuando estamos en la cocina-. Traje dos tartas y varios ingredientes para decoración.
-¿Eso en qué se relaciona con "hacer algo en parejas"-hago los símbolos de comillas con mis manos.
-En qué tú lo harás con Holly y Robert conmigo... ¡Será una competencia!
Su novio ríe ante su entusiasmo antes de tomarle el mentón con su mano y guiar su boca a la de él.
Guacatela.
-¡Empecemos!-demanda.
Cuando me acerco a Holly la noto un poco tensa.
Al parecer nota mi indecisión al preguntarle sobre lo que le pasa y responde ella misma:
-Me siento incluida, por fin-confiesa-, no se como actuar y si la llego a cagar, dime por favor. Son muy lindos y simpáticos, quisiera que no me miraran raro por decir o hacer alguna estupidez.
Le paso un brazo por lo hombros y la acerco a mí. Le doy un beso en la frente antes de confesarle:
-Les has encantado, Hollycopter, deja de preocuparte cuando ese debería ser el menos de tus problemas.
-¿A sí?-asiento-, ¿cuál sería el principal?
-Qué debemos ganarles, porque si perdemos me lo recordarán por el resto del año.
Hacemos nuestra tarta de Navidad. Estamos a fines de noviembre así que queda perfecto... claramente ganamos nosotros luego de que Robert haya dejado caer la tarta antes de mostrarla.
Clara se había enojado y se fue al sofá con Holly, obligadamente Robert se tuvo que sentar conmigo.
—Que no se besuqueen por un rato no te va a matar, amigo—le molesto.
Me gusta esto. Me gusta incluirla, que se sienta incluida y que esté cerca de mi círculo social.
Hemos vuelto, espero que les esté yendo bien en sus vidas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro